Capítulo 11.
—Tu chaqueta, despistada.
Estaba dirigiéndome a mi clase de Biología en cuanto Maddy se cruzó en mi camino con una sonrisa de oreja a oreja, tendiéndome mi chaqueta. Le devuelvo la sonrisa y la tomo, extrañada por su contagioso buen humor.
Observo la chaqueta roja que me había olvidado u
Capítulo 12.Amenadielsube los escalones de las gradas con adrenalina, entusiasmado, como si mi respuesta afirmativa estuviera a punto de derrumbarse si él no llega a tiempo a mi lado. Sin aliento, se posiciona frente a mí, con los ojos bien abiertos.—Repítelo una vez más —me pide, tratando de recuperarse. Apoya sus manos contra sus rodillas, flexionándose —. Dios mío, necesito ponerme en forma. Subir esos escalones me ha matado.—No voy a repetirlo —rechisto,cruzándomede brazos.Se reincorpora, volviendo a su estatura monstruosa.—Merezco que me lo repitas —insiste —¿Qué te hizo cambiar de idea? Porque si se trata de un juego yo...—No se trata de un juego —tomo una bocana de aire, desviando la mirada. No quiero llorar al hablar —. Necesito sacar de mi
CAPÍTULO 13No sé en qué momento Dante me depositó en mi cama, recostándome contra la almohada y se puso a limpiar las manchas de sangre del suelo, trapeando con desespero mientras cada tanto me echaba un ojo para ver cómo estaba.Continuo en toalla, no soy capaz de moverse. Sigo paralizada. Tengo tapada la mitad de mi cuerpo y mis manos entrelazadas sobre mi regazo.Alguien toca la puerta. Dante se sobre salta con el trapeador en la mano. Me mira, con el ceño fruncido. Me encojo de hombros, no sé quién puede ser.Dante apoya el trapeador en la pared y camina hacia la puerta. Se queda frente a ella.—¿Quién? —pregunta él, con voz seria.—Soy Amenadiel ¿está Aria dentro? —se establece el silencio. Oímos a Amenadiel soltar el aliento —. Hoy teníamos una cita —aclara.Dante me mira a m&
Capítulo 14Fue un poco extraño ver el cambio de actitud de Dante hacia mi persona.Desde que le conté la traumática situación que Hades me había dado, su cambio repentino de actitud cambió completamente. Se encontraba más amable, más servicial.Era curioso saber qué hace un día atrás me odiaba porque había planificado asesinarlo a sangre fría para luego obtener su alma y utilizarla para transportarme al Olimpo y vivir allí eternamente.Un plan que había cambiado de rumbo en cuantoAmenadielempezó a respirarme en la nuca.Escapar del Inframundo para no estar cerca de Hades me parecía una idea que no tenía negativa de mi parte, es más, era algo indiscutible. Algo que debía hacer y punto. Lamentablemente mi periodo en la tierra había pasado voland
Capítulo 15 Intentaba procesar toda la información brindada por el mensajero del Inframundo. Me era imposible no sentir una mezcla de felicidad con soberbia y rabia. Mi padre tras las rejas y yo sin saber el motivo. Eran tantos actos atroces los que había cometido Hades que tarde o temprano, su reinadocaeríay mi madre sequedaríacon su puesto. Perséfone, mi madre, había sido raptada hace siglos atrás por Hades cuando ella recogía flores en un inmenso jardín. Se había obsesionado con ella y terminó arrastrándola al Inframundo. Capítulo 16Es imposible que no me sienta nerviosa en una situación así. Nadie se había atrevido a llegar tan lejos.Amenadielera una caja de sorpresa. Habíamos llegado a un acuerdo, sí ¿pero hacerlo de esta forma, con un anillo en la mano esperando una respuesta cuando yo ya se la había dado? Me llevo las manos a la frente, sofocada.Me pongo de pie, tomando mi bolso, sin dejar de mirar el rostro de un dios, quien desdibuja su sonrisa poco a poco en cuanto ve la negatividad Capítulo 16
CAPÍTULO 17¿Pero qué demonios...?La lengua de Amenadiel sigue electrificando el cuello de Aria, que se sacude con los espasmos del deseo.La lujuria de la escena se acentúa cuando Dante baja las escaleras, con una de la yema de sus dedos apoyada sobre su mentón, absorbiendo intensamente la imagen de la escena; la joven de cabello negro recogido, vestida de oscuro ajustado a su precioso cuerpo lo hipnotiza.Su escote deja entrever aquel camino oblicuo que forman sus senos, las caderas pegadas serpentean sutilmente, con ritmo sostenido. Pero esto sucede muy lentamente. La discreción de Evans es notable.Intenta comprender que ocurre, pero los labios de Amenadiel le obturan la razón, siguen escarbando su piel con una incitando a la acción. Es tanta la excitación del chico de ojos bicolor que no tarda en echarle la cabeza hacia atrás, con una
Capítulo 18Mis sentidos empiezan a despertar. Siento a la altura de mi vientre un calor abrazador e incluso, molesto. Me pasó las manos por el rostro intentando despabilarme hasta que lo consigo.Abro los ojos y todas las imágenes de la noche anterior me golpean una tras otra, sin dejarme siquiera a analizarlas con detenimiento.La luz de un nuevo día traspasa las cortinas del enorme ventanal de la casa deAmenadiel, iluminando gran parte del living. El fuego h
Capítulo 19TRES MESES DESPUES...—Bueno, ahora al menos te bañas —Penélope me sirve varios tocinos en mi plato.Veo como este se desliza de la espátula y cae en el plato blanco de porcelanato. Incluso tiene un aroma delicioso que podría darle un sentido a mi vida. Descarto la idea en cuanto noto que se le ha quemado la mitad de los tocinos.Mi madre terrenal no sabe cocinar, pero no la culpo por ello. Mi amor por ella es más fuerte.Veo que se encamina hacia la estufa y continúa cocinando sin antes servirme jugo de naranja en un enorme vaso.Se ha recogido el cabello largo y blanco en una coleta. La edad le está pasando factura, pero sigue con el rostro intacto y sólo los signos de expresión se le marcan. Tiene unos preciosos ojos azules que intimidan por lo fuertes que son y una mirada tan fría que podría causarte escalofríos en una prime