«Prefacio»—¡Debes hacerte responsable de tus actos, Amelia! —La voz fuerte y resonante de mi jefe golpeó con fuerza mis oídos, logrando que mis piernas se desestabilizaran un poco—, ¿Sabes todo lo que he tenido que pasar por tu culpa? —gruñó para luego golpear con fuerza su escritorio. Las fosas nasales de su nariz se hallaban anchas por la ira que quizás sentía en ese momento. Mi garganta se encontraba seca y aunque no entendía a ciencia cierta que era lo que estaba sucediendo no era capaz de responderle algo.Sus ojos azules me observaron con molestia, el señor Maxwell, aflojó salvaje mente su corbata para luego esbozar una sonrisa algo oscura e intimidante.—¿Está enojado por qué Carmen Electra ya no quiere verle? —el presidente abrió los ojos con tanta exageración ante mi cuestionamiento, que tuve que retroceder inmediatamente—, señor, yo le juro que intenté convencerla, pero hoy me ha devuelto la propiedad que usted le obsequió y…—Ahogué un grito de terror al verle levantarse d
Capítulo 1Tiro de mi cabello al leer claramente el mensaje de texto que una de las modelos que salen con mi jefe, me envió cancelando la cita que tenía con el señor Maxwell esta noche. Miré rápidamente el reloj de pulsera que decoraba de una manera elegante y sutil mi delgada muñeca, mientras que abrí los ojos con demasiada exageración al percatarme de que casi eran las dos de la tarde.Tomé rápidamente mi cuaderno de apuntes, alisé como pude mi falda y corrí con mi corazón desbordado hacia la salida de mi oficina en Maxwell Electronic. Hacía cuatro años que trabajaba para la compañía, entré a trabajar gracias a una amiga que también laboraba aquí, y aunque a veces por mi mente pasaba la idea de renunciar a mi trabajo, las deudas que me siguen ahogando día tras día no me lo permitían.Mis tacones se enredaron haciéndome tropezar un poco apenas vi la silueta del señor Maxwell salir de la sala de juntas. Su mandíbula se hallaba tensa, mientras que su ceño ligeramente fruncido me hacía
Capítulo 2Un nudo se formó dentro de mi garganta al ver las miradas juzgadoras de todas las personas dentro de la habitación. Los ojos inyectados en sangre del señor Maxwell, me hicieron retroceder un poco, pero sus manos toscas y salvajes, tomaron rápidamente mis hombros, mientras mi cuerpo empezaba a ser zarandeado. Mi respiración se cortó en el justo momento en que lo entendí todo. He arruinado el negocio de la compañía Maxwell. Los inversionistas empezaron a salir de la enorme sala de juntas, a pesar que muchos trabajadores intentaban evitar que lo hicieran.Mis piernas me temblaban tanto que sentía que en cualquier momento podía desfallecer; la respiración caliente de Damián golpeó mi rostro con fuerza, entre tanto sus manos me soltaron obligándome a caer sentada en el piso de la habitación caso vacía.—Señor…—Murmuré medio atolondrada por la conmoción del momento, mis manos me temblaban sobre mis rodillas, entre tanto un dolor fuerte taladraba dentro de mi cabeza. Mi pecho se h
Capítulo 3Todos los invitados quedaron en silencio, mientras veían a la rubia holandesa correr hacia sus padres. Su rostro se tornó rojizo, quizás al ver la actitud extraña de mi jefe para con ella. El presidente de la compañía con la que había firmado Maxwell Electronic, apresuró sus pasos hasta llegar delante de la madre de Damián.—¿Qué fue eso?, ¿por qué mi hija está llorando?—Vociferó el anciano hombre con una voz potente que resonó en todo el lugar—, ¡Responda!La mujer de cabello grisáceo me miró y negué—. Lo lamento mucho, no tengo palabras para expresar mi vergüenza, ¿podemos arreglar esto a puertas cerradas?—La madre de mi jefe echó un vistazo a sus invitados, quienes no dejaban de verla.—Mi hija está llorando y no quiere hablar, le diré algo…—Nohora dio una seña para que empezáramos a despedir a los miembros de su familia y amigos cercanos—, si Damián no se casa con mi hija, haré que me paguen todo el maldito dinero que invertí en ustedes, sabes lo que eso significa, ¿Ver
Capítulo 4Camino detrás de mi jefe al llegar al restaurante en donde se tenía programado un almuerzo con los inversionistas de Berlín. Acomodo mi americana mientras limpio el polvo imaginario de mi falda, el señor Maxwell camina recto hacia la mesa en donde hemos reservado y se detiene por un instante al ver a los nuevos clientes ya habían llegado al lugar.—Dijiste que llegaríamos primero, Amelia…—susurró mirándome por encima de su hombro. Damián odiaba hacer esperar a sus clientes premiun, ya que decían que esto le quitaría seriedad a los negocios que deseaba finiquitar con ellos.—Los programé quince minutos después de nuestra llegada, señor, no sé que sucedió…La campana de la puerta de acceso al restaurante de lujo, sonó, dándonos a entender que alguien había entrado al lugar, pero terminé removiéndome sobre mis piernas al ver al abogado de mi jefe llegar sonriente delante de nosotros.Su cabello castaño se hallaba bien peinado, el traje negro de tres piezas que llevaba puesto,
Capítulo 5Dios, ¿en que momento terminé en esta situación?, Brandon Lee le da un par de palmadas en el hombro a su primo para luego dirigir sus pasos hacia mí. Una corriente eléctrica atravesó todo mi cuerpo, en el instante en que sus manos tomaron las mías para besarlas rápidamente. El moreno sonrió como si dentro de él hubiese despertado algo que seguían dormido durante mucho tiempo hasta el día de hoy.Sus ojos recorrieron mi cuerpo y solo se detuvo al llegar a la zona de mis pechos. El chico de ojos aceitunados relamió sus labios con algo de sensualidad.—No quise creer que trabajaras aquí…—Musitó el hombre apartándose de mi lado; Damián chasqueó la lengua mientras caminaba hacia nosotros—, el día que nos conocimos fue demasiado confuso, ¿por qué te fuiste sin darme tu número?—Creo que este no es el lugar indicado, señor Brandon Maxwell…—Mi saliva se atoró en mi garganta cuando pronuncié por primera vez su nombre completo, mi jefe me fulminó con la mirada—, como se habrá dado cu
Capítulo 6Sus ojos azul zafiro se clavaron sobre los míos, mis piernas se volvieron tan débiles que terminé cayendo sentada sobre el sofá de mi propia casa. Las manos calientes de mi jefe tocaron mi rostro, pero en el justo momento en que sus labios intentaron tocar mis labios, aparté mi rostro de manera involuntaria.Su cuerpo empezó a temblar, quizás porque esta era la primera vez que una mujer le hacía un desplante como este, más sin embargo y siendo honesta conmigo misma, aún no podía procesar con claridad todo esto.Había pasado cuatro años odiando al señor Maxwell, y ahora debía permitir que él metiera su polla en mi vagina. La sola idea me hizo estremecer, pero no de una buena manera, ¡¿Qué carajos estaba haciendo con mi vida?!, yo no era un tipo de prostituta a la cual él podría comprar a su antojo de esta forma.—Señor Maxwell…—Un pequeño gemido brotó de mis labios en el instante en que sus manos se enterraron sobre la carne de mis muslos. Lo escuché suspirar profundamente,
Capítulo 7Sugar daddy de Qveen Herby, comienza a sonar en el fondo con fuerza. Mis manos temblorosas tocan las caderas de mi jefe, entre tanto sus ojos se clavan sobre mí. Damián eleva la cabeza hacia atrás al escuchar el sonido de su correa ser desbloqueada, mis dedos se introducen en las orillas de su pantalón y lo tiro hacia abajo para quedar cara a cara con el miembro endurecido del señor Maxwell.Mi garganta repentinamente se siente seca, acerco mi rostro hasta la tela de su bóxer para acto seguido dejar un pequeño beso sobre la polla aún cubierta del presidente de la compañía Maxwell Electronic. Lo escucho inhalar aire con firmeza en el justo momento en que deslizo su ropa interior hasta sus rodillas.Damián toma mi mentón por un segundo intentando encontrarnos en un beso, pero vuelvo a apartar mi rostro para evitarlo; mis pequeñas manos comienzan a rodear el tallo de su enorme pene y con algo de dificultad lo masajeo un poco logrando que este se vuelva mucho más duro.Mi saliv