— Tranquilo papito, que el pez que mordió el anzuelo es tan gordo que nos alcanzará para muchas generaciones— dijo ella abrazando a su padre y besando una de sus mejillas— vamos a dormir estoy agotada.
— Eleanor de verdad que me sorprendió tu estrategia— dijo emocionado— eres muy astuta e inteligente hija.— Me encanta haberte ayudado— dijo ella misteriosa.— Muchachita, debes tener un arpón muy fuerte— dijo Alfred— sí que es gordo éste pez.Ella iba riendo dejando a su padre , mientras decía:— ¡ Ay papi ya verás como no necesitaré fuerzas, sino astucia— dijo subiendo las escaleras— poco a poco te enterarás!Subió las escaleras e inmediatamente se encerró en su habitación, desvistiéndose, uso un desmaquillante para la suave capa de maquillaje, dejando su rostro completamente limpio, luego se preparó para meterse debajo de las sábanas en su cama, estaba satisfecha de lo que había logrado ese día, se quedó dormida con una suave sonrisa en sus labios.A la mañana siguiente estuvo despierta pasadas las diez de la mañana, tomó un baño, se delineó sus ojos resaltando el azul de ellos, un suave brillo color rosa en sus labios y bajó a tomar un rico desayuno.Al estar en el amplio comedor, vio llegar a sus padres y preguntó alegremente:— ¿Acaso a todos se nos pegaron las sábanas?— A ti se te pegaron hija mía, ya tu madre y yo estamos levantados hace más de una hora— dijo Alfred divertido.— Bueno Papá, ya estoy lista para comenzar mi día— sonrió pícaramente.— Entonces, ¿no piensas decir nada a tu padre, muchachita?— él preguntó ansioso.Ella les indicó con un gesto que se sentarán junto a ella, mientras terminaba de desayunar y los miraba con ojos astutos y divertidos. Unos minutos después dijo:— Papá son estrategias para mantener a Merritt interesado en mí, mientras espera los dos años— dijo ella complacida.El movió su cabeza desaprobando su osadía y dijo:— Ese hombre es peligroso Eleanor, debes tener cuidado.— El que debe tener cuidado es él papá— dijo ella con ojos entrecerrados— no tiene idea con quién se metió.Alfred Hawkins fue impulsado por un resorte imaginario, aunque no se escandalizó ante la respuesta de su hija.— Eleanor, ¿Estás segura? Yo entiendo que estés deslumbrada por los millones de ese tipo, pero no tienes porqué hacer tal sacrificio— explicó Alfred— ¡te triplica la edad hija!— Lo sé papá, y no me importa su edad, voy a ser la esposa de Merritt Downey—me gusta como hombre de negocios, a pesar de que es un viejo, me encantan sus millones y el poder que dará a mi vida financiera.— ¿Estás enamorada de él?— preguntó Alexia, su madre.— Mamá, ¿quién habla de amor?— dijo fastidiada— esas cursilerías no van con mis objetivos— solo quiero ser la señora Downey, y tener en mis manos todos los millones de Merritt.— Bueno, ya tu sabes lo que quieres, hija— dijo Alfred, reflexionando— eres muy inteligente.— Debes confiar en ella, Alfred— dijo Alexia— ella siempre se ha salido con la suya.— ¡Eres increíblemente astuta hija, y voy a confiar en tí!— dijo su padre con su pecho inflado por el orgullo.Alexia, también estaba complacida de cómo su hija estaba resultando ante los negocios y las estrategias y dijo:— Alfred, tú la has preparado para ésto, así que déjala, ella sabe lo que hace.— ¡Gracias mamá!— dijo Eleanor— confíen en mí, les aseguro que a partir de éste día, seremos más millonarios.El lunes tenían que estar a las dos en la cita con Merritt Downey, éste caminaba de un lado a otro, estaba nervioso, sabía que Alfred no había estaba de acuerdo con su condición, el padre de la chica lo consideraba viejo para su hija, pero después vió que agradaba a la joven; si era algo adulto para ella aunque pareciera que Eleanor no lo veía así y eso era lo que a él realmente le importaba.No se dió cuenta cuántas veces miró su reloj, ellos eran muy puntuales, o por lo menos Alfred Hawkins, ¿sería Eleanor quien lo retrasaba? Luego pidió calma a su cabeza y se sentó, aún faltaban quince minutos, estaba paranoico.Casi al tiempo que se acomodaba en su sillón sonó la voz de su secretaria anunciando a los ansiados visitantes, dio orden de que los recibiría en el salón presidencial. Ellos fueron conducidos hasta el lugar indicado, Merritt se concentró en estar relajado y muy tranquilo.Se levantó al verlos entrar extendiendo su mano para tomar la de Eleanor y besarla con suavidad y seducción, ésta abanicó sus pestañas hermosamente rizadas y con coquetería le sonrió, disfrutando su beso; después Merritt se dirigió a Alfred, estrechando su mano con firmeza y diciendo:— Es un inmenso placer para mí tenerlos hoy ante mí,— dijo Downey— en especial tener tan espectacular belleza adornando mi oficina.— Eres muy amable Merritt— dijo Eleanor antes que su padre siquiera abriera la boca.Éste la miró con una espléndida sonrisa y ojos llenos de emoción y luego volvió su mirada hacia Alfred, quien tenía el rostro serio y adusto, borrando de inmediato la sonrisa de Downey.— Por favor tomen asiento— dijo con gesto amable demostrando caballerosidad.— ¿Cómo has estado Merritt?— saludó Alfred muy formal.— No tan bien como tú, mi querido futuro socio— dijo él correspondiendo al saludo.— Estamos aquí para la firma ante ésta futura sociedad— dijo Alfred aún sin una sonrisa en su rostro.— Relájate mi amigo, que hay muy buenas perspectivas ante nuestra futura sociedad, ¿No es así Eleanor?La chica sonrió ante la mención de su nombre y respondió diciendo:— Todo depende Merritt— dijo astutamente la chica— recuerda que en los negocios no se da nada por sentado.— ¡Me encanta tu hija Alfred, a pesar de ser una joven, tiene olfato, personalidad— Merritt enumeraba atributos— carisma, algo difícil de encontrar en una mujer, además de ser increíblemente bella.— Eres un adulador— dijo ella fingiendo humildad descaradamente.—Bueno, vayamos al grano mi distinguido amigo— dijo Alfred cortante.— Parece que tu padre está algo ansioso por terminar ésta reunión, ¿O me equivoco Alfred?— dijo Merritt Downey mirando a su futuro socio con ojos entrecerrados.— Así es Merritt— dijo Alfred retando a su futuro socio.— ¡Papá no seas maleducado con Merritt!— regañó Eleanor a su padre.Éste frunció el ceño y dijo: — El señor Downey sabe el porqué de mi incomodidad— dijo Alfred retando a Merritt.—Mi amigo y futuro socio, vayamos a lo nuestro entonces; ¿te parece Eleanor?— preguntó Downey restando importancia al enojo de Alfred.— Claro que me parece Merritt y estamos acá para firmar una sociedad y estrechar lazos y que seamos familia, por supuesto— dijo ella guiñando un ojo, con coquetería.— Alfred, como te dije anoche en la hermosa fiesta de tu hija, estoy fascinado con ella— dijo Merritt— y me imagino que a partir de hoy nos llevaremos bien.Antes de que Alfred contestara, Eleanor respondió:— ¡Claro Merritt! — ella estaba conciliando, mirando a uno y al otro— ¡Ya deja la hostilidad papá!— Merritt sabe que no estoy de acuerdo con tanto absurdo, me parece una canallada de tu parte Downey— dijo Alfred — y si vine, es porque mi hija insistió en aceptar tus condiciones, pero yo, ya no deseo ésto—
Eleanor, se repuso de su aturdimiento momentáneo y al salir vio a su padre arrellanado en una cómoda poltrona, hablando por teléfono; al verla inmediatamente se despidió y centró su atención en su hija quien lo miraba con ojos de triunfo.— Puedes pasar papá, ya Merritt está a mis pies y firmó sin problemas— dijo con voz tenue y peligrosa— haz tu show que tienes público.Él puso sus ojos en redondo y sonrió complacido y sin decir una palabra entró en el gran salón donde lo esperaba su futuro yerno, éste se levantó educadamente, rodeando su gran escritorio y acercándose al padre de la chica con la mano extendida, invitando a que la estrechara.— Alfred Hawkins, bienvenido a mi firma como socio y mi futuro suegro— dijo lleno de felicidad.Alfred lo miró y dijo:— Me alegro que mi hija Merritt te haya aceptado, todavía la veo como una adolescente y podría demandar por seducción y manipulación— la voz del padre de Eleanor, sonaba llena de indignación.— ¿Manipulación?— dijo Merritt incréd
Alfred la miró con ojos en blanco y movió su cabeza de un lado a otro, los dos rieron en complicidad, pero en el fondo Alfred sabía que Eleanor era de armas tomar y cuando se trataba de un objetivo nada ni nadie la hacía desistir de su meta. Merritt cometió un error al exigir como parte de un trato que ella fuese su esposa, porque él no contó con que la chica despertara su corazón dormido y que ella usaría ésta arma contra él mismo, apenas lo notó.Su hija era una chica con olfato para los negocios y Alfred tenía eso a favor de él, ella detestaba el romanticismo, pues lo creía un sentimiento manipulador, aunque a ella le gustaba la manipulación, la usaba para su beneficio personal.Así que mala combinación para él, enamorarse de Eleanor, quien era un lince en lo que se proponía, quién al ver que Merritt se interesó en ella, inmediatamente tomó todo lo necesario para enfilar sus armas y atraparlo para usarlo a su antojo.Así que, Alfred se sentía satisfecho del resultado de ése día en
En ese momento Alfred y Alexia carraspearon para llamar la atención de la pareja que estaba embelesada disfrutando de unos besos tiernos.— Ya todo está listo Merritt para éste pequeño agasajo preparado para formalizar el compromiso entre ustedes por los momentos— dijo Alfred con ceño fruncido. — Me parece bien queridos suegros— todo lo que se disponga estoy dispuesto a acatar, con tal de tener a ésta bella mujer en mi vida— dijo Merritt emocionado.— No es tiempo que hacer público éste compromiso,— dijo Alfred— pero prometo que mi hija será fiel a su palabra.— No necesitas hacer promesas por mi, papá— dijo Eleanor muy sería— yo soy una mujer de palabra y Merritt tiene mi amor, mi corazón y después tendrá mi cuerpo.— Eso para mí es suficiente mi pequeña— dijo Merritt totalmente enamorado.— Entonces aclarado todo, espero y no tengamos inconveniente en lo futuro— digo Alfred muy serio.— Ya deja tu seriedad, somos familia ¿O no?— dijo Merritt— dame un abrazo suegro querido. — Déj
— Eso lo sé Merritt, mi hija es una mujer fácil de complacer, solo dale un negocio que manejar y administrar y ella estará feliz— dijo él padre de Eleanor complacido— le encanta mandar, organizar y crear nuevas estrategias de negocios.— Conmigo tendrá todo eso y más, me encantan las mujeres vanguardistas y tenerla a ella será un tesoro para mí— la voz de Merritt sonaba emocionada.— Entonces será feliz Merritt, porque escogió al hombre indicado— Alfred alababa intencionalmente a su socio y futuro yerno— a pesar de su juventud es una chica centrada, sabe lo que quiere y cuando encuentra un objetivo interesante lo persigue hasta obtenerlo.— Eso me gusta Alfred, mientras más sé de ella, más me alegra que sea mi prometida— dijo Merritt ilusionado.— ¡Te conté que ya, antes de sus dieciséis años ganó su primer millón!— anunció Alfred con orgullo.— ¡No me digas, entonces mi novia ya tiene su dinero propio, eso es maravilloso!— exclamó Merritt muy complacido.— Así es, es una mujer muy or
Estuvieron algunos minutos besándose y después ella se acurrucó en su pecho, él acarició sus cabellos con ternura y dijo: — Ésta sorpresa de venir hasta mi ha sido maravilloso amor. — ¿Te gusta?— preguntó ella con voz melosa. — Estoy a tus pies mi amor, me tienes fascinado— la voz de Merritt era apasionada— eres tan dulce y a la vez tan llena de fuego. — Merritt eres mi prometido y se que tienes muchos años más que yo— dijo Eleanor— y mis padres no pueden enterarse de ésto, pero deseo que me inicies en el sexo. Éste abrió sus ojos y su boca por la sorpresa, pero se repuso rápidamente y dijo: — Estás segura de lo que estás pidiendo mi amor, yo estaré encantado de ser tu primer y único hombre, pero hay riesgos mi pequeña, por ejemplo un embarazo. — Para eso hay métodos para cuidarse de cualquier accidente, además tú no tuviste hijos de tu primer matrimonio— razonó ella. ¿Cuánto tiempo estuviste casado?— preguntó ella. — Eres muy perspicaz mi reina y si tienes razón estuve cinco años cas
Alfred y Alexia se miraron y después su padre preguntó— ¿En serio, estás segura de que tus estrategias darán resultados? ¡Eres osada hija!— dijo Alfred.— Sí, estoy muy segura papá—explicó ella— necesito cuidar mi inversión y debo cuidar, cada paso que doy con Merritt, interesarme en él y sus negocios, creer que deseo aprender de él cómo hacer negocios, lo hizo sentirse muy importante.— Tienes razón hija— manifestó Alexia coincidiendo con Eleanor— todo lo que sea necesario para mantener a Merritt contento, debes hacerlo.— Si madre, debo ser cuidadosa y comportarme como una mujercita enamorada— convino con sus padres.Todos quedaron contentos con el proceder de Eleanor, todos se dedicaron a atender sus obligaciones, una con damas de sociedad y asociaciones benéficas y la otra a revisar los estados de la bolsa de valores para incrementar sus inversiones.Así transcurrían los días de la familia Hawkins, entre finanzas, negocios y aparentemente la vida para una chica de dieciséis añ
Ya en la tarde Merritt más desocupado revisó su celular y allí estaba un mensaje de ella, recordando que quería verlo y si podían salir, él sonrió, como era posible que una chica como Eleanor, joven e inexperta lo estaba enamorando de esa forma.Le respondió y aviso a Alfred que iría a buscar a su prometida para una salida como enamorados, éste le respondió que no había problemas, él no estaba en casa, pero con confianza podía ir por ella hasta la casa.Merritt se sintió satisfecho ante la confianza que su futuro suegro y socio tenía en él al dejar que su hija estuviera a solas en una cita de enamorados. Al llegar, ya Eleanor estaba esperando, se veía bellísima con un vestido amarillo estampado y fresco, realzando las curvas de su cuerpo sensualmente delineado, él sintió como la temperatura de su cuerpo subió y su pulso se aceleró, necesitaba controlarse porque sino rodaría cuesta abajo con esta joven que lo traía loco.Descendió del auto para darle paso a ella abriéndole la portezue