«Todo había empezado una tarde cuando ingresaron a una chica que se veía en el limbo, de inmediato se dió cuenta que era una chica de dinero, muy bella, pero ida del mundo que la rodeaba. Le interesó la chica por dos razones; la primera quería saber porque llegó a ese estado y el segundo, le interesaba el dinero a montones, y ella parecía tenerlo.»«Ideó su estrategia muy bien desde ese día, no era su paciente, pero estaba siempre muy cerca de ella, y generalmente les permiten hablar con las internas. Más, cuando entran en crisis y no están los médicos o terapeutas tratantes», «poco a poco se fue acercando, una conversación por acá, un poco por allá. Se ganó la confianza de la chica y de las enfermeras y así empezó a lograr sus objetivos», tuvo mucha paciencia con ella, la vió avanzar con las terapias. Empezó a conversar y como él, más que un terapeuta, era su amigo, ella le fue confiando su vida personal, quería mejorar, pero él se dió cuenta que la chica era fácil de manipular
Eleanor, llegó a la clínica donde estaban su niña y su esposo, ya él había recuperado su conciencia. Estaba esperando a que terminara la revisión de Charlize que tenía un poco de deshidratación, pero ya estaba más calmada en los brazos de su padre.— ¡Hola mi niña!— dijo Eleanor llorando de emoción al ver a su hija, sana y salva.— ¡Hola mami!— dijo la niña— ¡Tenía miedo!— ¡Lo sé mi amor, pero mamá y papá están acá— dijo ella. La niña tenía un lenguaje que se entendía, a pesar de la corta edad que tenía. La abrazó y la llenó de besos por doquier, la niña le echó los brazos abrazándola con amor. —¡Te amo mi niña hermosa!— le apretó en un abrazo cariñoso y Charlize sonreía complacida. —¡Te amo mami!— dijo la niña— la mujer mala se cayó y estaba llorando.— Si mi amor— dijo Eleanor con ternura— pero ya no vendrá; ¿Y tú mi amor, cómo estás?— preguntó a Calvin dándole un beso en los labios.— Ya estoy mejor, ese tipo me hizo tremendo chichón en mi cabeza— le explicó Calvin — además
Las vacaciones fueron fabulosas, disfrutaron de las mejores dos semanas que habían vivido. Llegó el momento de volver a casa, volver a la rutina diaria de sus trabajos. Eleanor, estaba nuevamente ocupando su oficina en el consorcio, necesitaba ocupar su mente en el trabajo y también con su familia. Había quedado en que ocuparía medio tiempo de su trabajo y después con sus hijos, en las tardes se dedicaba a ser madre, esposa y un poquito de ama de casa. Revisaba su jardín, disfrutaba el estar en casa, de comidas familiares, ella había dado a su vida un giro total, había progresado como persona. Ya no era el ego de mujer de negocios que cultivaba, ahora era una mujer glamorosa, pero con el toque mágico del amor de una familia en su vida cotidiana. Calvin y ella se sentaban siempre el uno al frente del otro para hacer remembranza de los acontecimientos vividos, era una delicia para ellos estos momentos únicos.La relación entre ellos era hermosa, él la idolatraba, se sentía transportad
— Gracias abuelo, eres tan gentil por esas bellas palabras acerca de mí— dijo ella — solo me hace esforzarme más, por tu confianza en mí. — ¡Tú siempre has calzado los puntos mi bella mujer!— elogió Connor Foster — estoy orgulloso de ser tu abuelo; quisiera decirles tantas cosas, pero se que las irán descubriendo a medida que se fortalezca su relación a través del amor y de la convivencia.— Tu eres un hombre muy sabio, abuelo— dijo Calvin con emoción— el mejor hombre que me tocó.— ¡Gracias mi muchacho!— dijo el anciano— creo que mejor llaman a la enfermera, o al doctor, creo me toca una medicina.— Está bien abuelo— dijo Calvin — ya los busco.Momentos después subió el doctor y la enfermera, Connor Foster, no había querido hospitalizarse, prefería ser atendido en casa. El médico lo revisó y la enfermera se acercó con la medicina correspondiente.— Venga abuelo, ya estaba lista para subir, cuando me llamó— dijo la enfermera cariñosa.— ¡Si, lo sé, gracias!— dijo el anciano.Calvin
La fiesta fue espléndida, Charlie y Charlize quedaron agotados de pura felicidad, cuando despidieron al último amiguito, se sentían satisfechos.— ¡Gracias mamá y papá por éste día tan lindo!— dijo la niña.— ¡Si mamita, estuvo todo muy lindo!— dijo Charlie ahora— ¡Ya quiero volver a cumplir años!— ¡Bueno debemos esperar hermano!— dijo la niña— porque va a tardar.— ¡Si, lo sé!— dijo el niño— pero quiero muchas fiestas de cumpleaños.Todos rieron ante la conversación de los niños, si, había sido maravilloso poder disfrutar en familia, compartir con los amigos y vivir los momentos felices.Sabía que sus hijos tendrían una vida muy diferente, con muchos desafíos, pero serían seres humanos, con sensibilidad suficiente para comprender y saber cómo ayudar en un momento de adversidad.Todos se fueron a dormir, después de tomar un buen baño, ya Eleanor estaba súper cansada, quería meterse en su cama y disfrutar de los abrazos y caricias de su marido. Subieron después de acomodar a los niños
Eleanor Hawkins, era una niña afortunada al nacer en el seno de una familia adinerada, pero a pesar de esto, su padre fue exigente en la crianza de ella.Cómo estudiante, no le permitía que sus notas fueran mediocres, era portadora de su apellido y la educación que recibía era de nivel superior; era la heredera de una cuantiosa fortuna y por ser su única hija no le quedaba otra opción que ser educada en el rigor de números e inversiones y sin sentimientos a la hora de tomar una decisión.Ella, se sentía orgullosa de ser una Hawkins, por generaciones el apellido había estado relacionado con armadores de barcos, era un apellido de tradición en negocios multimillonarios, y su padre Alfred Hawkins había heredado del padre de él, una habilidad y un olfato súper desarrollado a la hora de hacer una inversión.Apenas cumplía los 12 años, y era conocida por su carácter férreo, con un genio de los mil demonios y la astucia suficiente para profetizar que sería una dura en los negocios, como su
Merritt Downey tenía cuarenta años, había estado casado, con una chica enfermiza que no le había sobrevivido, ya hacía diez años que estaba soltero y habían muchas mujeres queriendo atraparlo, pero él era escurridizo y siempre decía; "ya llegará la mujer de mi vida."Era guapo, alto, de cuerpo atlético, tez blanca, ojos verdes profundos y astutos, labios, ligeramente sensuales y cínicos, cabello rubio; en definitiva era muy bien parecido.Con éste hombre pensaba reunirse Alfred Hawkins, quién estaba ya por llegar a la oficina de Merritt, así que éste, se reclinó en su cómodo sillón a esperar, sabía que era un hombre puntual y eso le gustaba, no habían pasado cinco minutos cuando su asistente anunció a su posible socio.Alfred pasó al amplio despacho y allí estaba un poderoso hombre de millones, un hombre de negocios, al entrar Merritt Downey, se puso de pie y extendió su bien cuidada mano.— Muy buenas tardes mi respetable caballero— fue el saludo de Merritt.— ¿Cómo está usted, mi
— ¡Eres terrible hija, creo que me asustas!— dijo su padre lleno de orgullo.Informaron a Alexia el motivo de la celebración y alegremente los tres celebraron y rieron juntos, ella no era de beber mucho licor, solo tomo un sorbo y dejó la copa en el escritorio diciendo a su padre:— ¡Ahora, si que tengo un motivo para tener una fiesta!, — Eleanor, rió al decir esto —¡Madre, vayamos y traigamos ese vestido, quiero estar despampanante para el viejo Merritt Downey!— dijo con aires de superioridad— ¡Se quedará con la boca abierta cuando me vea!— ¡Vamos entonces!— dijo Alexia complacida.— De verdad, que será muy divertido tener a ese viejo estirado acá en mi terreno— dijo ella riendo con muchas ganas.Salió del estudio de su padre para ir con su madre a lo que consideraba antes de este momento, lo más fastidioso; planificar una fiesta, le parecía algo lleno de complicación y con muchas excusas para perder el tiempo, pero ahora estaba entusiasmada y tenía que dar la razón a su padre, er