—Sí —respondo, observando su reacción—. Tenía pensado pasar a despedirme de ti.—Ya veo —musita, girando su rostro y observando el paisaje.Cuando llegamos a su casa bajamos del auto y una vez adentro me quedo de pie sin saber qué hacer.—¿Está todo bien? —nos cuestiona mi abuelo, alternando su mirada entre uno y otro.—Sí, todo bien —corrobora Arlette, aun sin mirarme a la cara.—Creo que de momento es mejor que se muden a otra casa…—¡No! Aquí estamos bien —le asegura Arlette.—De acuerdo, y ahora aunque no lo desees pondré seguridad para que las cuiden durante algún tiempo. No sabemos si tu padre tenía algún cómplice, por lo que es mejor tener cuidado —sin mucha emoción Arlette asiente y gracias a ello mi abuelo sonríe como cada vez que se sale con la suya.—¿Crees que tu abogado pueda liberar hoy mismo a Federico? —inquiero, observando a mi abuelo.—Sí, Matteo es muy competente y con los antecedentes de ese hombre en Italia podremos demostrar que Fede solo actuó en defensa propia.
Días despuésSubimos al jet del señor Lewis y cuando me percato de que Fede y mi madre buscan cualquier excusa para sentarse lejos de mí, me parece que me están ocultando algo y más cuando el capitán nos avisa que debemos esperar unos minutos más antes de poder despegar.Después de diez minutos alguien se para a mi lado y cuando estoy por levantar la mirada, la voz de Liam me provoca un pequeño escalofrío.—¿Puedo sentarme a tu lado? —me cuestiona sonriendo de esa forma tan única que acelera mi corazón.—¿Q-qué haces aquí? —respondo con otra pregunta y mirándolo con el ceño fruncido.—Ayer hablé con mi abuelo para informarle que regresaría a Italia y me dijo que ustedes también regresaban, así que me ofreció tomar el mismo vuelo. ¿Puedo sentarme junto a ustedes? —insiste.—Sí, está bien —murmuro, lanzándole una mirada fría a mamá y mi amigo, quienes nos observan desde la distancia. Ahora comprendo su actitud de hace un rato.—¿Puedo cargar a nuestro bebé? —pregunta sin dejar de observ
Subo a la habitación y cuando enciendo la luz, lo primero que veo es que le han hecho algunos arreglos. En algunas paredes se aprecian fotos de mi bebé durmiendo plácidamente entre mis brazos o en los de mamá, mientras en otra su nombre forma parte de la decoración. —Creo que mamá cometió una locura al venir —le digo a mi bebé, acomodándolo en su cuna y arropándolo con una manta. Sin saber que más hacer, muerdo mi pulgar y después de pensar que es una insensatez, salgo con mucho cuidado de la habitación y me dirijo a la que Liam y yo compartimos durante muchos meses. Abro la puerta, mirando sobre mi hombro en caso de que Liam decida subir y cuando me percato de que estoy sola me cuelo a la habitación. Enciendo la luz y aunque pensé que tal vez encontraría una habitación irreconocible, lo cierto es que todas mis cosas permanecen en el mismo lugar que las dejé hace meses. Me acerco al clóset y cuando enciendo la luz, veo todas mis prendas como si estuviesen esperando a que las use d
—Y-yo lo lamento, Arlette —masculla con un ligero temblor en su voz—. Nunca imagine que hubieses pasado por todo eso.—Y es comprensible, la única persona que lo sabe es Fede. Mi único amigo, incluso podría decir que es casi mi hermano —respondo al tiempo que tomo una servilleta y limpio mis lágrimas.—Perdóname, Arlette. Te juro que yo…—Por favor, déjame terminar Liam —le pido—, después podrás decirme todo lo que quieras —asiente lentamente y tomando un poco de aire prosigo.»Reconozco que cuando acepté formar una familia contigo debí ser sincera y contarte todo, pero no me atreví por temor a que mi padre me encontrará y no sacar a mamá de ese infierno. Ella prefirió quedarse con él para salvarme a mí, ¿cómo podía dejarla con ese hombre? Y sin pensar en las consecuencias hice lo que consideré más sensato, verme cada cierto tiempo con Fede para saber de mamá y entregarle dinero.»Aunque él no me lo dijera o tratará de ocultarlo, yo sabía que mi padre seguía maltratando a mamá. Ilusam
—No nos perdiste, Liam —le aclaro sin dejar de sostener su mano—, tal vez no era nuestro tiempo de estar juntos, como bien me dijo tu abuelo, ambos necesitábamos madurar y sanar, pero alejados para darnos cuenta de sí en verdad podemos funcionar como una pareja.»Yo no sé lo que es sufrir por una infidelidad, por lo que no puedo comprender el dolor por el que pasaste, pero espero puedas perdonarme por no ser sincera contigo sobre mi pasado y que hayas sufrido al pensar que alguna vez te fui infiel —le pido bajando la mirada.—¿Cómo puedes pedirme perdón cuando yo te lastimé de esa forma y no fui capaz de confiar en ti, sin mencionar que nunca me traicionaste? —me cuestiona, sosteniendo mi cara entre sus manos y obligándome a mirarlo—. Entiendo que no hayas podido confiar en mí cuando nuestro matrimonio no empezó con el pie derecho como muchos otros —cuando ve que estoy por interrumpirlo, cubre mi boca con su dedo y me obliga a guardar silencio—. Si te hace sentir mejor, te perdono, pe
Flashback —¡Maldita sea!, eres tan estúpida y poca cosa que no pudiste lograr que el imbécil de Liam se acostase contigo en ese evento y ahora por tu gran estupidez ya se casó con esa mujer que salió de la nada. No importa que debas de hacer, pero quiero que los separes o de lo contrario atente a las consecuencias —grita mi padre, soltándome una fuerte cachetada que me tumba en el piso y sin darme ni un solo descanso toma el cinturón que le tiende uno de sus gorilas, para después comenzar a golpear mi espalda, obligándome a apretar mis labios, para no soltar ni un solo grito y así lograr que esta tortura acabe lo antes posible.»¡Ni como mujer sirves, inepta! Eres igual que la estúpida de tu madre —continúa insultándome y me parece que solo se detiene hasta que mi cuerpo no aguanta más y colapsa.Cuando vuelvo a abrir los ojos, me encuentro boca abajo en mi cama, seguramente ya el doctor ha curado las heridas que me dejaron los golpes de mi padre. Intento moverme, pero hacer un mínim
Federico Después de la promesa que le hice a Arly me dedicó a seguir a la estirada de Evelina por algunos días y aunque me pese decirlo debo reconocer que ya no tiene ningún contacto con su padre, pero eso no quiere decir que esa mujer me agrade.Sin dejar de rezongar en mi fuero interno, la sigo hasta el condominio donde ahora se aloja y, dado que también es el mismo donde por el momento vive Luca, debido a un desperfecto en su casa. El personal de seguridad me reconoce y me permite pasar sin ningún problema.Estoy por subir las escaleras como hago cada día, cuando de un momento a otro un par de hombres un tanto extraños se cuelan en el mismo ascensor que Evelina, regreso los pocos pasos que he dado y colando mi mano para que no se cierren las puertas metálicas, subo con ello y gracias a que uso lentes oscuros y una cachucha es que la rubia no me reconoce.Y tal como lo pensé, esos hombres van detrás de la rubia, quien al ir ensimismada en sus pensamientos no se ha dado cuenta de na
Dado que no deseo continuar charlando con ella, pongo un poco de música y la ignoro. —¿A dónde me llevas? —insiste por décima vez y a la cual no respondo como hace un rato. Cuando llegamos a nuestro destino, estaciono el auto y la obligo a bajar. —¿A dónde me trajiste? —inquiere con desconfianza—. ¿Es un prostíbulo para vengarte de lo que hice? Cuando escucho sus palabras, aprieto el puente de mi nariz y me obligo a no perder la calma, pero con ella es imposible. —¿De dónde diantres sacas semejante locura? No te lo niego, me caes mal y no te soporto, pero nunca te haría daño. Tomándola del brazo y sosteniendo su maleta, me acerco a la puerta y la abro. —¿Fede? ¿Por qué tardaste tanto en llegar estaba preocupada? —me cuestiona la señora Agnes, saliendo de la cocina con un delantal. —¿Señora Agnes? —cuestiona Evelina un tanto confundida. —¿Evelina, qué haces aquí? —responde igual de confundida que la rubia. —¿Se conocen? —las cuestiono, dado que Arly no las ha presentado en to