Se hace evidente que los dos compartimos el mismo ardor cuando me acomoda abriéndome más las piernas sobre si, y noto el saludo de su erección en mi entrepierna.
!Dios ! ...que placer siento y eso que no me ha tocado aún.
—Nena, he soñado tanto con este momento que tengo miedo a desenfrenarme y no darte el tiempo que sé que necesitas, pero prometo ir con cuidado¿ vale?
Dice al tiempo que traza los bordes de mis bragas con sus dedos y gimo sin pudor alguno abriéndome más encima de él, besándolo desesperadamente. Porque as&iacu
Amanecer con él a mí lado es algo que no podría describir , unas cuantas palabras no definirían con justicia el sentimiento que me embarga mientras lo contemplo, apoyada en un codo y la mano sosteniendo mi cabeza como si fuera una acosadora psicópata.—Nena si tuviera que pagar por ser observado por ti de esa manera un solo minuto entregaría todo mi reino sin dudarlo —me tira sobre él y me aprieta tan fuerte que me quejo —Umm, ¿eso fue un quejido de placer o de dolor?—Fue un quejido a secas —respondo alzando una ceja.—Creo que estoy muy interesado en la respuesta a la segunda parte de la pregunta ...dímelo.Alza un poco sus piernas provocando que mi cuerpo se incline hacia adelante y sus brazos se cierran en mi espalda haciendo que la postura me obligue a quedar a horcajadas sobre él,co
—Voy a preparar el café de las confesiones mientras tú te quitas esa ropa que apesta a buen sexo y regresas disponible para someterte al polígrafo que puedo llegar a ser yo —comenta Sami mostrando todos sus dientes en una sonrisa empática.—Vale pero este tipo de confesión solo puedo hacerla si me haces un expreso doble acompañado de un cigarrillo por cada orgasmo confesado —reímos ambas y me voy a mi habitación a darme una ducha y cambiarme....Y así pasamos la mañana, suspirando por las anécdotas románticas y trazando planes antiestrés para combatir los ataques de celos y posesividad que ya se veían venir bajo la autoría del señor capullo Ian.Samira por su parte me dió todos y cada uno de los detalles de su rec
—¿¡Liam?!—Bella, venga ...que ya nos conocemos y hasta hemos sido novios —bromea con una sonrisa que deslumbra.—¿Tú serás mi jefe ?... Pero,¿ cómo es posible, estos hoteles son tuyos?—No he visto tu nombre en ningún sitio, y como no me has dicho nada...Parezco una loca hablando pero es que la situación es alusinante, como todo lo que suele acontecer a mi alrededor últimamente, y justo en ese momento caigo en la cuenta de lo que ya se está haciendo constante en mi vida...Él...ya es desesperante como me controla en cada momento y creo que es el momento justo para desistir de todo y largarme de una vez.—Liam, no voy a aceptar el trabajo, no quiero tener nada que ver con tu hermano ...o tu primo, da igual.No quiero s
El día había transcurrido en calma. Mucho trabajo para mí lo que me ayudó a seguir tranquila con mis planes.Ya Samira estaba al tanto de todo y teníamos el carro listo para la partida.Habíamos hecho las maletas y había quedado con Alexander vernos en el hotel para ir con Sami y tener todo para partir directo desde allí.Su hermana también había sido informada de nuestra repentina partida hacia su casa pero sin darle detalles de los motivos.No pensábamos quedarnos mucho tiempo, solo quería estar alejada y la finca de Samantha era una buena opción.Ya luego decidiría como salir del país y hacia dónde iría , aunque me dolía mucho separarme de Sami era necesario al menos por un tiempo y ella lo entendía y me apoyaba .Tuvo que pedir unos d
Ese beso amenazaba con demoler los cortos muros que había lograda levantar para protegerme del tornado que era este hombre .Cada vez que aparecía por mi vida barría todo a su paso y lo dejaba en ruinas.Cuando el elevador abrió sus puertas me saco entre sus brazos casi arrastrándome sin despegar nuestras bocas y cuando soy consciente que estamos en una suite privada lo empujo y me limpio la boca con el dorso de mi mano y le grito furiosa—No me vuelvas a tocar, no quiero que me beses, no quiero que me respires cerca y no quiero que siquiera me pienses —enumero con mis dedos y lo veo como relaja su expresión y se encamina hacia mi.—No te me acerques Ian ,no te atrevas —le señalo y me planto en posición defensiva, porque no me puedo confiar.Podría venir su hermano en cualquier momento por
Las náuseas amenazan con convertirse en vómito.No puedo..., no quiero creer lo que estoy leyendo pero es un hecho.Es un hecho y nada podía haberme preparado para lo que estoy sintiendo ahora mismo.Él lo nota.Sé que lo nota porque levanta sus manos y me ruega con la mirada que lo deje explicarse...y hombre si lo haré. Mucho más de loque piensa me va a explicar.—¡Déjame explicarte,¿ vale?!No hablo, no soy capaz .Cuando lo haga saldré por esa puerta y no me detendrá ni aunque pudiera poner grilletes en mis pies.(...)—Cuando tú padre ofreció al mío el arreglo de tu matrimonio con mi hermano, yo no te conocía , no sabía quién eras y jamás...jamás imagin&e
A medida que avanzaba por aquel pasillo, las ganas de volver y arreglarlo todo con él eran mayores.Pero no podía permitir que creyera que era correcto todo lo que había hecho, me sentía asqueada de mi padre, ¿como pudo negociarme así?Si soy honesta mi reacción con Ian principalmente era por crear un precedente en nuestra relación de respeto y apagar cualquier llama de sumisión que pudiera surgir , más que por dolor o reproche.Porque él de forma equivocada o no , me había salvado de una vida espantosa al lado de Emilio, fui sentenciada al mismo destino pero con diferente condena.Y encima estaba disfrutando dicha condena,y cada vez se metía más adentro de mi piel el condenado príncipe.Bajé, saliendo al salón en busco de Alex, necesitaba ver cómo estab
La ira me superaba, los celos también, pero sobre todo era la traición.Si, me sentí traicionada cuando los ví juntos , él tan tranquilo y sonriente con otra mujer.Me había mentido en la cara, diciéndome en el mensaje lo mucho que me iba a extrañar y que cuidara lo que era suyo, entre otras mentiras, y luego se desaparece con la justificación del teléfono y los problemas con su padre.¡Qué cabrón!, menudos problemas tenía cuando lo ví justo al otro día en aquellos paseos y cariñitos con otra, y yo suspirando por él y siéndole fiel al no querer ni siquiera ir a un baile con otro hombre, que no era más que un compañero de trabajo y el que ahora por nuestra culpa tenía una nariz en recuperación.—Cariño las cosas no son como