GREYSON HUNTER
Cuando Owen me dijo que le gustaba alguien, pero era complicado, me preparé para cualquier cosa menos para encontrarme con mi propia mate.
La olí entrando en esa molesta fiesta.
Mi lobo Kaos enloqueció buscándola, mis pupilas se cerraron sobre la deliciosa hembra en medio del salón.
Diosa, era hermosa, hace tanto que no me sentía tan excitado, tan emocionado por alguna mujer.
Di algunos pasos para acercarme, pensando en cómo secuestrarla y sacarla del medio de todos esos machos babosos que se comían su escote.
Esa pequeña iba a aprender que vestidos tan descarados serían solo para mis ojos; pero en un maldito segundo, mi mundo entero se sacudió.
Owen se acercó a ella, me detuve al ver su mano en su cintura, sonriéndole; mis caninos crecían y el gruñido amenazaba con salir de mi garganta.
«Abuela, ella es mi prometida Ava Reed».
“No, no, ¡maldición! Greyson, dime que no estoy escuchando bien. ¡¿Cómo puede mi hembra ser la pareja de mi cachorro?!”
Miles de sentimientos me atravesaron el pecho. Kaos no estaba mejor que yo.
Ya se imaginaba a su mate, cómo seducirla y marcarla.
Se nos había negado el amor durante tantos años, desde que Galia fue asesinada y jamás he podido dar con los culpables.
Ahora, cuando pensé en superar el dolor con mi segunda oportunidad de amar, resulta que está emparejada con mi hijo.
¿Qué hago?
La miro en secreto desde la oscuridad del jardín.
Mis ojos se mueven con el bamboleo de sus caderas, de sus tiernos pechos rebotando dentro del escote.
Quiero voltear el rostro, escapar, pero mis pasos me llevan hasta ella. Ava, así se llama mi perdición.
Se gira cayendo sobre mí, la curva de su cuerpo contra el mío, de su cintura entre mis manos, todo en ella es perfecto… casi todo…
Mi nariz se mueve aspirando, buscando entre su cabello ese aroma a dulce vainilla que tiene a mi lobo aullando, pero también está marcada con otro aroma masculino que no es el de Owen.
¿Qué carajos sucede aquí?
—Mi vestido no es inapropiado — me desafían esos ojos mieles, esa lengua ágil y afilada.
Sus labios se mueven y lucho contra las ganas de chupárselos, pero la palabra “prometido” me vuelve a frenar todo.
Estoy enojado, frustrado, luchando contra mi lobo para que no se acerque a la de ella, aunque Ava no parece reconocernos como mates.
Necesito hablar con Owen y esa misma noche lo hago. Voy a su habitación y lo interrogo.
No me atrevo a decirle la verdad, me siento un maldito traidor cuando me habla entusiasmado de ella.
De lo maravillosa que es, lo alegre y apasionada. Cada descripción de Ava es un puñal que se clava en mi pecho.
Le pregunto por su olor, parece estar marcada por otro macho y resulta que esa era la “complicación”.
Su antigua pareja la dejó sin disolver el vínculo y ahora no sabe dónde encontrarlo.
“Por eso su lobita no me reconoce. Además, la siento débil, debe ser por ese lazo de mierd4. ¡No quiero a mi mate con el olor de otro hombre!”
Kaos me ruge, pero frente a mí está el macho que tiene ahora el derecho a reclamarla.
—Lo solucionaremos, papá, por favor, no rechaces a Ava por eso. Ella es buena, no la lleves tan tenso…
—Owen, yo… —por primera vez me encuentro tartamudeando frente a este cachorro que vi nacer y crie como mi heredero.
Owen no es mi hijo biológico. Es producto de una violación a mi antigua mate antes de encontrarla.
Pero él lleva mis feromonas, cubrimos cualquier rastro y solo Winifred sabe la verdad. Así se quedará para siempre.—Hijo, hay algo…
¡BAM!
La puerta de la habitación se abre de golpe y me quedo estupefacto al verla entrar.
Todo lo que sucedió a continuación se quedó grabado a fuego en mi mente.
Sentí una mezcla de deseo oscuro al ver su cuerpo desnudo, su descarada seducción, pero también unas ganas de matar que me ahogaban al encontrarla entre las piernas de Owen.
Esto lo hacía para él, y la imagen de ellos dos follando sobre ese mismo mueble me asqueaba y me enfurecía.
¿Cómo escapar de Ava Reed? ¿Cómo resistirme a lo que deseo con un hambre voraz?
*****
¡BAAM!
El puño se estrella contra la pared, siento los huesos crujir, la ira y la excitación envolviéndome.
“¡Ve detrás de Ava! ¡Fuiste un maldito a**o! ¡Ellas también se sienten atraídas hacia nosotros!”
“¡Solo es la química y el instinto! ¡Ava es la pareja de Owen!”
“¡ELLA ES MI MATE! ¡¿Cómo pudiste llamarla interesada?!”
“¡CÁLLATE KAOS, CÁLLATE, MALDIT4 SEA!” le rugí porque era suficiente con estarme arrepintiendo yo mismo.
—Alfa…
—¡¿QUÉ?!Me giré hacia Nella, que se sobresalta, casi dejando caer las carpetas.
—Yo… vine a traerle los informes que me pidió —me dice mirando con disimulo el cráter que dejé en la pared.
Me aprieto el puente de la nariz, bajando el mal humor. Mi beta no tiene la culpa.
—Déjalo en el escritorio —le digo, saliendo a darme una ducha fría.
—Greyson… ¿sucede algo? — me tenso al escuchar el cambio de su tono y cómo pronuncia mi nombre en un susurro.
Su mano comienza a acariciar mi espalda contraída.
—No —le digo tajante y retira la mano enseguida—. Deja las carpetas, luego las reviso.
Salgo del despacho con pasos firmes, y la estela de vainilla aún perdura en el pasillo.
Miro un segundo a la escalera y a la gota de sangre que quedó en el rellano.
Ella estaba herida y yo solo reaccioné como lo que soy, un maldito animal, una bestia reprimida.
Ahora estoy preocupado por Ava, pero solo puedo llamar a Owen para que vea cómo está.
*****
—… la familia real ya nos dio el permiso de expansión…
Mi beta habla de negocios, pero mi atención no está en eso.
No puedo dejar de mirar por la ventana desde mi despacho. Ava no ha regresado desde que salió enojada conmigo, y la noche está sobre nosotros.—Espera —le digo, poniéndome de pie al ver salir a Owen con premura, seguido de algunos guerreros—. Dejemos esto para mañana.
Salgo con prisa y bajo las escaleras hasta el exterior.
—Owen, ¿qué sucede? —lo intercepto, subiéndose a la camioneta con los hombres.
—Papá, Ava me llamó hace un rato que venía de regreso, pero se está demorando demasiado y comenzó a llover. Voy a buscarla.
—Voy contigo —le digo sin pensármelo dos veces.
Corro hacia el Hummer y arranco el motor que ruge con poder.
Salimos de la manada por la carretera. Lo sigo, cada vez más preocupado.Mi pecho se aprieta de una manera desagradable y Kaos está inquieto con un mal presentimiento.
La lluvia arrecia y casi no se puede ver a través del parabrisas.
Repentinamente, la ladera a nuestro lado tiembla y el coche se estremece con violencia.
“¡Cuidado con el derrumbe!” Rujo en la mente de Owen y mis hombres, pero ya es muy tarde.
GREYSON HUNTERFrené de golpe para no ser aplastado por las rocas enormes que bajaron rodando la empinada pendiente.El auto de Owen y el mío quedaron separados.—¡Owen! —tiré la puerta y caminé bajo la lluvia.El derrumbe era serio y aún amenazaba con seguir. La carretera bloqueada y era peligroso de transitar.—¡Papá, estamos bien, pero me preocupa más Ava! —y a mí. Me está matando la preocupación.—¡Voy a convertirme en lobo y rastrearla, tranquilo, busca la manera de regresar!—¡No, no, moveremos las rocas y te alcanzamos luego!Me dijo, pero yo ya no estoy escuchando. Mi ropa cae al suelo. Desnudo bajo la lluvia fría convoco la transformación a mi lobo.Como una bestia sobre la tierra, mis articulaciones crujen, los poros se dilatan para dejar salir el pelaje negro azabache.Rujo con la boca alargándose en un poderoso morro, mis ojos cambian, mi columna se remodela.Kaos toma el control. No es un Alfa común, nosotros no somos normales por ningún lado.Esta manada oculta más de lo
GREYSON HUNTER—Ava… yo… hablemos…Salí de la ducha agarrando una toalla que no tapaba para nada el pico de mi erección apuntándola.Mi polla casi habla y la saluda incluso, toda emocionada de ver a la mujer que nos tenía bien cachondos.Sin embargo, esta era la situación más incómoda de mi vida.—Nena… digo… Ava, lo que escuchaste…“Algo no está bien con ella” Kaos me dice, y yo también reparo en que Ava está como ida y sudando agitada.Me mira fijamente, de pie en la entrada, pero sus ojos se notan erráticos, tornándose de un color naranja y amarillo, como si llamas danzaran en las profundidades.—Ava, ¿qué te sucede? ¿Te encuentras mal? ¿Te hizo daño mi sangre? Háblame…Doy un paso adelante viéndola tambalearse y extiendo las manos para agarrarla.Todo el deseo se me apaga de golpe, sumido en la preocupación.—Ssh —siseo sorprendido por las quemaduras en las palmas de mis manos cuando sujeto sus brazos.Ava está hirviendo a una temperatura que no es normal.—Ava, ¿puedes hablarme?
GREYSON HUNTEREsto es malo, ya sea en mi pareja o en la de Owen.La manada Crimson Raven siempre debe contar con un heredero y no cualquiera.Yo me arriesgué con Owen al adoptarlo como mío, pero tuve que someterlo a ese cruel hechizo de sangre desde bebé, que no pienso realizar nunca más en mi vida.Owen casi muere en mis manos; sin embargo, él y sus descendientes tienen la fuerza para cargar con mi legado maldito si algo me sucede y no tengo más hijos.Pero, si Ava no puede concebir…"Ava es nuestra. Owen que se busque una loba fértil. Ya nosotros hemos dado demasiado por proteger a los demás", Kaos me dice, pero sabe muy en el fondo que las cosas no son tan sencillas.Jamás la rechazaría por eso, pero hay personas importantes que no pueden enterarse de este asunto o Ava estará en peligro.En Crimson Raven siempre tiene que haber un heredero varón.—Lo que acabas de decir, sabes que no puede salir de aquí, ¿cierto? —la miro con ojos afilados y una amenaza nada disimulada.—No tienes
AVA Logré recuperarme de este accidente no tan accidental. Recordé la razón por la que escapé de la protección del auto y antes de desmayarme. Unas personas raras me perseguían y Owen me dijo que ya estaban investigando. Esos días los pasé más tranquila. Visitaba a mi madre e intentaba adaptarme a las costumbres de la mansión del Alfa. Winifred en ocasiones, me quería poner las cosas difíciles, pero nada que no pudiese soportar. Hasta una noche que Owen me dijo que debía entrar al programa de entrenamiento. —Lo lamento, Ava, pero con lo que te sucedió, lo mejor es que ejercites un poco. Incluso le viene bien a la debilidad de tu cuerpo —conversábamos en la terraza del jardín por la noche. —Solo quieres verme en leggings, acéptalo —le dije de guasona, pateándolo un poco en el sillón frente a mí, intentando sacarle una sonrisa. —Seguro, nena, tú sabes que siempre has sido mi favorita —me dice guiñándome un ojo y nos reímos más de tanta tontería. Pero en eso la maleza se mueve
AVA El sol ni siquiera ha salido, mientras camino hacia la parte trasera de la mansión, bostezando y sacándome los leggings del culo. —Debo comprarme una talla más, esto me va a estrangular hasta la consciencia —murmuro de mal humor. No soy de las madrugadoras, esa es la verdad. Me encuentro por el camino con algunos machos y también hembras que ya están estirando y corriendo por los senderos entre los árboles. —¡Ava! —escucho la voz de Lima, la doncella que a veces me sirve. —Lima, ¿también entrenas? —veo su cabello rojo recogido y la sonrisa tímida. —Sí, quiero ser de la fuerza Gamma de mujeres… pero, bueno, soy algo débil… al menos intentaré pasar la prueba… —Oye, ¡claro que vas a poder! —le palmeo el hombro toda confianzuda. Se nota que le falta confianza, pero enseguida se anima y charlamos un poco. —Ava Reed —pongo los ojos en blanco al escuchar la voz de la Beta a mi espalda. Odio a esa mujer de a gratis… o más bien, odio que siempre esté girando alrededor de Greyson
AVA—¡DE NUEVO!Greyson le rugía a la loba Beta jadeando sobre la lona.Su pelaje gris húmedo del sudor, la lengua afuera, pero el fuego de la lucha estaba prendido en sus ojos.Debía admitir que me impresionó la Beta Bishop y que podía haberme ido mucho peor en su “entrenamiento”.Saltó de nuevo sobre el cuerpo de Greyson que se veía tan salvaje, con los caninos de lobo afuera y el aura completamente transformada en un guerrero.La agarró en el aire, controlando las fauces de la loba y sosteniéndola por las costillas para voltearla de nuevo sobre la arena.Ella no dejaba de retorcerse mientras Greyson la sometía, y cuando estaba a punto de rendirse, volvía a retarla.Alrededor todos comentaban con admiración sobre las habilidades del Alfa y la resistencia de la Beta.Y por alguna razón, en vez de alegrarme porque estaban barriendo el suelo con ella, me sentía amargada y confieso que un poco celosa.Sé que parece estúpido, pero sentí esa conexión entre ellos en la pelea.Se conocían b
AVAEscuché el sonido de otra puerta y me tensé pensando haber sido descubierta, pero esta no parecía ser la única entrada.Asombrada, escondida en las sombras, vi a la Beta desnudándose por completo, arrojando por último la braga al suelo para entrar en la misma ducha que Greyson.Era evidente que eso no lo podía hacer cualquier mujer.Di un paso atrás como si me hubiesen golpeado directamente la cara.Algo desagradable se movió en mi pecho, un dolor sordo que hizo que mis ojos se empañaran.Ellos dos estaban juntos. El Alfa y la Beta eran amantes.Salí corriendo de las duchas, sintiéndome fatal, internándome en el bosque como una fugitiva.Me recosté a un árbol y me fui resbalando por el tronco hasta caer sentada, jadeando, respirando agitada, con un nudo en la garganta.Odiaba sentirme tan débil, saber que no tendría un futuro.Ni siquiera cuando Emma me quitó a Feodor me sentí tan mal… tan inferior…Apreté mis labios para no llorar. No tenía razón para hacerlo. ¿Y qué si Greyson
AVA Pasé por el frente sin girar la cabeza, ignorándolo por completo hasta perderme por mi pasillo. Si tanto le molestaba mi presencia, entonces no seguiría mendigando su atención. Solo tiempo, necesitaba darle un poco más de tiempo a Owen y desaparecería de esta manada; tenía que pensar en conseguir un empleo. ***** Al llegar a mi habitación, me asombró encontrar un outfit completo sobre la cama. Un elegante vestido champán, con zapatos altos a juego, incluso con una caja de terciopelo al lado. Era un collar de hermosas piedras rojas a juego con los pendientes y no dudé ni un segundo de su autenticidad. Lo cerré sin impresionarme, esto seguro lo había dejado Winifred para su reunión élite de millonarios a la que no iría, menos sin Owen. Eso era como pedir a gritos ser humillada por la indiferencia de Greyson y las críticas de la abuela y la perfecta Beta. Quitándome la ropa para darme un baño, Lima tocó la puerta, venía a cambiar las sábanas de la habitación. Al ver s