Para Mía la noche fue muy larga, fingió dormir, mientras se cubría de pies a cabeza con la manta, había intentado persuadir a Ahmed para que se fuera a otra habitación, o durmiera en algún sillón.Por supuesto que él se negó rotundamente, y cuando ella se levantó para ir a otro lado, él la tomó por la mano y la obligó a regresar a la cama.—No te comeré, eso te lo aseguro, entre nosotros no pasará nada que tu no quieras, te tocaré sólo que tú me lo pidas. —Ahmed sonrió pícaramente al decirlo, Mía volteó hacia otro lado enseguida, él estaba sonriendo, era esa sonrisa que a ella le gustaba, su sonrisa atrevida, en ese momento recordó todas las sonrisas del árabe, había nombrado cada una de ellas.—¿Yo pedirtelo? Ja, ja, ja, me encanta su optimismo señor Jeque. —No pensaba demostrarle lo que sentía.A Mía le pareció que Ahmed era un fresco, ¿Cómo se atrevía a decir eso? Era un completo egocéntrico.—Hasta mañana, Mía, sí necesitas algo, no dudes en despertarme, lo haré con gusto.A ella
Los invitados de Ahmed volteaban a ver a Aisha y a Lyna intermitentemente, luego fijaron sus ojos sobre el Jeque, interesados por la reacción que tendría ante aquello, Ahmed enrojeció, era claro que las personas que lo rodeaban en ese momento estaban interesadas en su respuesta.—Lyna, creo que estás malinterpretando las cosas, sabes bien que Mía es la única Jequesa. —El árabe lo dijo con firmeza, no le importaba que Lyna se molestara después de todo lo que había hecho.—Ahmed, ¿Cómo puedes hacerme esto? Yo soy tu primera esposa, me estás humillando, no puedo creerlo.Lyna se alejó de ahí ante la mirada asombrada de los invitados.—Siento mucho el mal momento que han pasado, contar la historia sería muy largo, mejor disfrutemos del espectáculo, ya empezarán a correr los caballos. —Dijo esto mientras tomaba a Mía por la mano y la atraía a su lado.Mía no se sentía cómoda después de lo sucedido, pero para no dar un mayor espectáculo, se quedó al lado de Ahmed.Poco después, Ahmed y los
En Nueva York, Kareem había intentado localizar a Mía sin lograrlo, el teléfono de la chica estaba fuera de servicio, se preocupó al pensar que algo podría haberle pasado, decidió ir al corporativo para hablar con Cambell.—¿Qué es lo que te trae por aquí? —Preguntó el rubio con desconfianza.—He estado intentando localizar a Mía, sin lograrlo, me he preocupado, ¿Está todo bien?—En primera, para ti es la señora Assad, creo que el que estén colaborando en negocios no te da el derecho a tutearla, es la esposa del que se supone es tu amigo, y tienes que respetarla, y en segunda, ha regresado a Dubái con su marido, en cuanto a los negocios, nos ha firmado un poder a Ibrahim y a mí para que nos hagamos cargo.Kareem frunció el ceño, esperaba poder trabajar junto a Mía en el nuevo proyecto, eso le daría la oportunidad de conquistarla, en verdad le interesaba.—Me parece extraño que haya tomado la decisión de regresar de imprevisto, tenía planes de impulsar el nuevo proyecto, siento que sin
Ahmed se quedó viendo con mala cara a la persona recién llegada, esperó con calma a que se acercara a ellos, intentaba mantener la calma, pero sentía que saldría humo de su cuerpo en cualquier momento.—Amigo, que sorpresa, cuando decidí visitar a Malak no creí encontrarme aquí con ustedes. —Kareem se acercó sonriente, pero Ahmed se dio cuenta que su mirada se encontraba fija en su esposa.—Vaya, sí que nos has sorprendido. —Contestó con desagrado.Kareem se acercó a saludarlo como se hacía tradicionalmente, colocando colocando su mano sobre su hombre, Ahmed hizo lo mismo, Kareem también le dio un beso en cada mejilla, eso era muy común entre los árabes al saludarse informalmente.A Ahmed le hubiera gustado arrancarse las mejillas en ese momento, volteó para ver de qué manera saludaba Kareem a Mía, al ver que le daba un beso en la mejilla, se acercó a ellos, se le quedó viendo al otro árabe retadoramente.—¡Hey! Tranquilo amigo, solo la estoy saludando. —Exclamó Kareem, Ahmed pudo dar
Kareem se tambaleó por el golpe y se llevó la mano al rostro, sorprendido por la reacción de Ahmed.Mía, por su parte, en ese momento comenzó a toser y a sacar agua por la boca, se levantó rápidamente para después llevarse las manos al pecho, intentando recuperar el aliento.En cuanto logró estabilizarse, se percató de lo que acababa de hacer su esposo.—¡Ahmed, ¿Qué estás haciendo?! —exclamó Mía, asombrada por la ira de su marido.—¡No tienes derecho a tocar a mi mujer! —gritó Ahmed, con los ojos llenos de rabia.—No entiendes, Ahmed, Kareem me estaba salvando, me dio un calambre en la pierna mientras me encontraba en el agua, Kareem me ayudó —explicó Mía, tratando de calmar la situación.Los ojos de Ahmed se abrieron de par en par y su expresión cambió de furia a sorpresa, miró de nuevo a Kareem, quien se recuperaba del golpe.—¿Es eso cierto, Kareem? —preguntó Ahmed, con incredulidad en su voz.Kareem asintió, aún saboreando el golpe que acababa de recibir.—Sí, Ahmed, Mía empezó a
Mía y Ahmed regresaban de la cueva, Kareem había sido invitado por Malak y su familia a pasar el día buceando, él había intentado negarse, pero ante la insistencia de su amiga, terminó aceptando.Cuando el Jeque y su esposa llegaron a la villa, se dieron cuenta de que Zafir los esperaba afuera, enseguida que los vio llegar, se acercó a ellos, después de saludarlos respetuosamente, pidió hablar con Ahmed.—Por supuesto, amigo, entremos.Mía se alejó para dejarlos hablar, mientras preparar un té, le daba gusto ver que Ahmed llamaba amigo a Zafir de nuevo.—Una disculpa, señor, no es mi intención interrumpir su descanso, pero hay algo que tiene que saber de manera urgente.—Sabes qué más que un amigo, eres como un hermano para mí, Zafir, también pido disculpas por todo lo que llegue a decir sobre ti, y por mi mala actitud, ¿Qué es eso tan importante que me tienes que decir?—Cuando ocurrió su accidente, la señora Lyna se encargó de que su hijo ocupara su lugar enseguida, pidió a su conse
Antes de que los guardias se llevarán a Lyna, la pelirroja se lanzó a los pies de Ahmed, abrazándolo con fuerza, suplicando.—No, Ahmed, no puedes repudiarme, perderé todo, quedará en la calle.—No puedo pasar por alto lo que has hecho, fueron años de sufrimiento en los que mi vida fue miserable, en los que me culpaba por tu muerte y la de mis hijos, todo eso sucedía mientras tu estabas feliz con tu amante, sabías que mis hijos eran mi vida, no Lyna, no te equivoques, jamás podré perdonarte.Basima, y Mía veían aquella deplorable escena, sin poder creer lo que escuchaban, las dos habían sido testigos del enorme sufrimiento de Ahmed, esa mujer no tenía perdón por lo que había hecho.Los guardias tomaron por los brazos a Lyna, para llevársela, pero Abdel y Antara llegaron en ese momento, al ver lo que pasaba, corrieron hasta su madre.—Cuanta razón tenía mi madre, padre, tu crueldad no tiene límites, por eso es que decidió abandonarte, sí le haces daño, o vuelves a humillarla, no te lo
El Jeque se perdió por un momento, su mirada seguía fija en aquel sobre, su corazón seguía latiendo desenfrenadamente, sin que él pudiera controlarlo, abrió el sobre despacio para sacar los resultados, cuando los tuvo entre sus manos, sus manos comenzaron a temblar.Su nerviosismo era evidente, aquellas dos hojas se encontraban dobladas, las extendió lentamente, no entendía mucho de lo que venía escrito, pero la conclusión de cada una, la entendió perfectamente.De acuerdo a los resultados obtenidos, quedaba excluido del vínculo biológico, los dos resultados eran lo mismo, él no era el padre de Antara, tampoco lo era de Abdel.Ahmed se dejó caer sobre el sillón, cubrió su rostro con sus manos, quería gritar, gritar lo más fuerte posible para ver sí así podía liberar un poco ese terrible dolor que amenazaba con partirle el pecho, y el alma.A su mente acudieron viejos recuerdos, recordó el nacimiento de cada uno de ellos, y la felicidad que había sentido al tenerlos entre sus brazos,