El Jeque se perdió por un momento, su mirada seguía fija en aquel sobre, su corazón seguía latiendo desenfrenadamente, sin que él pudiera controlarlo, abrió el sobre despacio para sacar los resultados, cuando los tuvo entre sus manos, sus manos comenzaron a temblar.Su nerviosismo era evidente, aquellas dos hojas se encontraban dobladas, las extendió lentamente, no entendía mucho de lo que venía escrito, pero la conclusión de cada una, la entendió perfectamente.De acuerdo a los resultados obtenidos, quedaba excluido del vínculo biológico, los dos resultados eran lo mismo, él no era el padre de Antara, tampoco lo era de Abdel.Ahmed se dejó caer sobre el sillón, cubrió su rostro con sus manos, quería gritar, gritar lo más fuerte posible para ver sí así podía liberar un poco ese terrible dolor que amenazaba con partirle el pecho, y el alma.A su mente acudieron viejos recuerdos, recordó el nacimiento de cada uno de ellos, y la felicidad que había sentido al tenerlos entre sus brazos,
Ahmed intentó contener su furia delante de Abdel y Antara, después de todo ellos no tenían la culpa de lo sucedido, les pidió salir, mientras él soportaba que el traidor colocara su mano sobre su hombro a manera de saludo.—Amigo, he decidido pasar un buen tiempo aquí contigo, espero que puedas admitirlo, sabes que he perdido toda mi fortuna nuevamente, y confío en que cuento contigo.—Claro, amigo, hablaremos sobre eso al regresar, necesito que me acompañes, se me ha presentado un asunto urgente, y te necesito conmigo.—Por supuesto, en casos así, debes de tener a tu lado a personas de gran confianza, así como yo, que me cuento entre tus más cercanos amigos.—Perfecto, entonces vamos.Azzel sonrió, Ahmed era un completo tonto, había caído de nuevo, siempre había sentido odio hacia él, no entendía porque algunos nacían privilegiados, y otros, tenían que sufrir para conseguir salir adelante, aunque gracias a Ahmed, él había vivido bastantes años entre lujos.Subieron a la camioneta, Za
Los pensamientos dentro de la cabeza de Ahmed no cesaban, lo atormentaban, no sabía cómo reaccionar ante el comportamiento agresivo de Abdel, al que a pesar de todo seguía viendo como su hijo.—Hijo, creo que necesitamos hablar, ¿Qué piensas hacer con esos niñ*s? —Basima no deseaba tener cerca a los hijos de Lyna.—Madre, son mis hijos, y no quiero que nadie más se entere de lo que ha sucedido respecto a ellos.—No puedes hacerte cargo de los hijos de otro hombre, Abdel no puede ser tu heredero, de ningún modo voy a permitirlo, es un chico agresivo, sí crece junto a tu mujer y tus hijos, será un peligro.—Madre, no puedo simplemente echarlos a la calle, para ellos yo soy su padre.—Yo cumplo con advertirte, Abdel te dará grandes dolores de cabeza, pero es tu decisión, solo mantenlo lejos de mis nietos, así evitaremos más problemas, que desde que esa mujer regresó, es lo que hemos tenido.Ahmed llevó sus manos a la cabeza, el dolor que tenía era insoportable, pero no deseaba preocupar
La pelirroja continuaba riendo mientras observaba a Mía y a su hijo, había sido tan fácil.Mientras tanto Ahmed buscaba a Mía desesperado, colocó las manos sobre su cabeza intentando pensar racionalmente.—Hijo, necesitas calmarte, estás demasiado nervioso.—El brazalete. —El brazalete que le regalé a Mía durante nuestra luna de miel, jamás se lo ha quitado, debe de tenerlo puesto, cuando se lo regale le pedí que jamás se lo quitara, tiene un GPS.Ahmed llamó de inmediato a la compañía de seguridad para pedir la ubicación del brazalete, en cuanto se la dieron, se dirigió inmediatamente hacia allá.Zafir acompañado de varios guardias lo siguieron, Ahmed sentía que no avanzaba a pesar de la gran velocidad a la que estaba manejando.Al llegar al lugar donde marcaba la señal del GPS, bajaron de inmediato de las camionetas, Lyna se dio cuenta de inmediato.—Vaya, esto se pone interesante, ha venido a rescatarte tu amado, veamos que tanto está dispuesto a sacrificar para salvarte.Lyna abr
Ahmed había buscado incansablemente a Abdel por un tiempo, sin embargo no logró encontrarlo, solo esperaba que donde quiera que estuviera, se encontrará con bien.Cambell y Thara se tuvieron que hacer a la idea de que su hijo compartiría tiempo con Emma, el juez otorgó custodia compartida, la morena creía que era injusto, pero muy a su pesar tuvo que aceptarlo.Leonard creció como un chico huraño, reservado, al que obligaron a compartir tiempo con su madre sin él desearlo, se había convertido en un chico muy apuesto ya había cumplido 19 años.Mohamed era muy parecido a su padre, apuesto, pero hacía un par de años había dejado las fiestas para dedicarse por completo a prepararse para ser el sucesor de su padre, al contrario de Ahmed, a él le hacía ilusión llegar al día en el que se convertiría en Jeque.A sus 19 años sabía cómo comportarse en reuniones de estado a las que acompañaba a su padre, Ahmed era un padre orgulloso.Por el contrario Fahriye, era un huracán en potencia, rebelde
Carlo miraba fijamente a Fahriye, claro que la había reconocido enseguida aunque no llevara la misma ropa, una chica como ella podía ser reconocida entre decenas de chicas.—Le pido una disculpa, señor, por lo ocurrido.—Creo que los dos hemos tenido la culpa de lo sucedido, así que hagamos de cuenta que acabamos de conocernos, pero antes de eso, dígame, ¿Se ha lastimado? ¿Necesita que la vea algún médico? En la planta baja se encuentra el servicio médico, por si desea acudir a revisión.—Gracias, no tenga cuidado, estoy perfectamente.—Está bien, pero sí llegará a necesitarlo, no dude en acudir, suelo preocuparme por la salud de mis empleados, ahora tomé asiento, le explicaré que es lo que esperó de su desempeño.Durante la siguiente hora, Carlo le dio instrucciones precisas sobre cómo le gustaba que se hicieran las cosas, a Farh le pareció un hombre que aunque joven, era algo rígido.—¿A entendido?—Perfectamente, señor.—Entonces no se diga más, bienvenida a la empresa, su lugar de
Carlo se quedó parado en las escaleras, observando a Fahriye bailar cadenciosamente en compañía de aquel hombre, tenía que reconocer que el tipo tenía porte, era atractivo.Se dio la vuelta completamente disgustado, regresó al privado en el que estaba para pedir una copa, la misma que apuro rápidamente.La chica había llamado su atención desde que por poco la atropella, su carácter rebelde, aunado a su belleza, la hacían lucir muy atractiva.Carlo había crecido al lado de su madre y su padre, dos personas sumamente amorosas, su padre a pesar de ser árabe, se había adaptado muy bien a la vida de norteamérica, y adaptado a sus costumbres rápidamente.Su abuela a pesar de su avanzada edad, había sido sumamente protectora y lo consentía, su muerte fue un duro golpe para él, años atrás había encontrado algunos documentos que su madre escondía, lo que le hacía pensar que era adoptado.Eso hizo que su carácter se volviera duro, creció formándose mil ideas sobre su verdadero origen, pero no h
Durante el largo viaje, Ahmed se relajó y se dedicó a observar a su bella esposa, Mía había cumplido 40 años y el 53, era una gran diferencia, aunque el tiempo no parecía haber pasado por ella, sin duda respetaba su gran belleza.En cambio él, había dejado crecer un poco su barba, eso a pesar de su edad lo hacía ver aún más atractivo, Mía agradecía estar en el país en el que estaban, las mujeres a las que Ahmed les gustaba, no podían ser tan obvias.En cambio cuando viajaban a algún otro país, él tenía que comportarse serio para mantenerlas a distancia, cuidaba muy bien de su físico con ejercicio continuo al igual que Mía.—Me vas a gastar si continúas viendome de esa manera. —Mía le dijo con una sonrisa coqueta, él respondió con una amplia sonrisa, era la sonrisa que siempre esbozaba cuando algo le agradaba.El árabe tomó la mano de su esposa para depositar un tierno beso, los problemas que Lyna había ocasionado habían quedado en el pasado, la pareja trataba de no recordarlos, Mía ha