Los pensamientos dentro de la cabeza de Ahmed no cesaban, lo atormentaban, no sabía cómo reaccionar ante el comportamiento agresivo de Abdel, al que a pesar de todo seguía viendo como su hijo.—Hijo, creo que necesitamos hablar, ¿Qué piensas hacer con esos niñ*s? —Basima no deseaba tener cerca a los hijos de Lyna.—Madre, son mis hijos, y no quiero que nadie más se entere de lo que ha sucedido respecto a ellos.—No puedes hacerte cargo de los hijos de otro hombre, Abdel no puede ser tu heredero, de ningún modo voy a permitirlo, es un chico agresivo, sí crece junto a tu mujer y tus hijos, será un peligro.—Madre, no puedo simplemente echarlos a la calle, para ellos yo soy su padre.—Yo cumplo con advertirte, Abdel te dará grandes dolores de cabeza, pero es tu decisión, solo mantenlo lejos de mis nietos, así evitaremos más problemas, que desde que esa mujer regresó, es lo que hemos tenido.Ahmed llevó sus manos a la cabeza, el dolor que tenía era insoportable, pero no deseaba preocupar
La pelirroja continuaba riendo mientras observaba a Mía y a su hijo, había sido tan fácil.Mientras tanto Ahmed buscaba a Mía desesperado, colocó las manos sobre su cabeza intentando pensar racionalmente.—Hijo, necesitas calmarte, estás demasiado nervioso.—El brazalete. —El brazalete que le regalé a Mía durante nuestra luna de miel, jamás se lo ha quitado, debe de tenerlo puesto, cuando se lo regale le pedí que jamás se lo quitara, tiene un GPS.Ahmed llamó de inmediato a la compañía de seguridad para pedir la ubicación del brazalete, en cuanto se la dieron, se dirigió inmediatamente hacia allá.Zafir acompañado de varios guardias lo siguieron, Ahmed sentía que no avanzaba a pesar de la gran velocidad a la que estaba manejando.Al llegar al lugar donde marcaba la señal del GPS, bajaron de inmediato de las camionetas, Lyna se dio cuenta de inmediato.—Vaya, esto se pone interesante, ha venido a rescatarte tu amado, veamos que tanto está dispuesto a sacrificar para salvarte.Lyna abr
Ahmed había buscado incansablemente a Abdel por un tiempo, sin embargo no logró encontrarlo, solo esperaba que donde quiera que estuviera, se encontrará con bien.Cambell y Thara se tuvieron que hacer a la idea de que su hijo compartiría tiempo con Emma, el juez otorgó custodia compartida, la morena creía que era injusto, pero muy a su pesar tuvo que aceptarlo.Leonard creció como un chico huraño, reservado, al que obligaron a compartir tiempo con su madre sin él desearlo, se había convertido en un chico muy apuesto ya había cumplido 19 años.Mohamed era muy parecido a su padre, apuesto, pero hacía un par de años había dejado las fiestas para dedicarse por completo a prepararse para ser el sucesor de su padre, al contrario de Ahmed, a él le hacía ilusión llegar al día en el que se convertiría en Jeque.A sus 19 años sabía cómo comportarse en reuniones de estado a las que acompañaba a su padre, Ahmed era un padre orgulloso.Por el contrario Fahriye, era un huracán en potencia, rebelde
Carlo miraba fijamente a Fahriye, claro que la había reconocido enseguida aunque no llevara la misma ropa, una chica como ella podía ser reconocida entre decenas de chicas.—Le pido una disculpa, señor, por lo ocurrido.—Creo que los dos hemos tenido la culpa de lo sucedido, así que hagamos de cuenta que acabamos de conocernos, pero antes de eso, dígame, ¿Se ha lastimado? ¿Necesita que la vea algún médico? En la planta baja se encuentra el servicio médico, por si desea acudir a revisión.—Gracias, no tenga cuidado, estoy perfectamente.—Está bien, pero sí llegará a necesitarlo, no dude en acudir, suelo preocuparme por la salud de mis empleados, ahora tomé asiento, le explicaré que es lo que esperó de su desempeño.Durante la siguiente hora, Carlo le dio instrucciones precisas sobre cómo le gustaba que se hicieran las cosas, a Farh le pareció un hombre que aunque joven, era algo rígido.—¿A entendido?—Perfectamente, señor.—Entonces no se diga más, bienvenida a la empresa, su lugar de
Carlo se quedó parado en las escaleras, observando a Fahriye bailar cadenciosamente en compañía de aquel hombre, tenía que reconocer que el tipo tenía porte, era atractivo.Se dio la vuelta completamente disgustado, regresó al privado en el que estaba para pedir una copa, la misma que apuro rápidamente.La chica había llamado su atención desde que por poco la atropella, su carácter rebelde, aunado a su belleza, la hacían lucir muy atractiva.Carlo había crecido al lado de su madre y su padre, dos personas sumamente amorosas, su padre a pesar de ser árabe, se había adaptado muy bien a la vida de norteamérica, y adaptado a sus costumbres rápidamente.Su abuela a pesar de su avanzada edad, había sido sumamente protectora y lo consentía, su muerte fue un duro golpe para él, años atrás había encontrado algunos documentos que su madre escondía, lo que le hacía pensar que era adoptado.Eso hizo que su carácter se volviera duro, creció formándose mil ideas sobre su verdadero origen, pero no h
Durante el largo viaje, Ahmed se relajó y se dedicó a observar a su bella esposa, Mía había cumplido 40 años y el 53, era una gran diferencia, aunque el tiempo no parecía haber pasado por ella, sin duda respetaba su gran belleza.En cambio él, había dejado crecer un poco su barba, eso a pesar de su edad lo hacía ver aún más atractivo, Mía agradecía estar en el país en el que estaban, las mujeres a las que Ahmed les gustaba, no podían ser tan obvias.En cambio cuando viajaban a algún otro país, él tenía que comportarse serio para mantenerlas a distancia, cuidaba muy bien de su físico con ejercicio continuo al igual que Mía.—Me vas a gastar si continúas viendome de esa manera. —Mía le dijo con una sonrisa coqueta, él respondió con una amplia sonrisa, era la sonrisa que siempre esbozaba cuando algo le agradaba.El árabe tomó la mano de su esposa para depositar un tierno beso, los problemas que Lyna había ocasionado habían quedado en el pasado, la pareja trataba de no recordarlos, Mía ha
Días después, Ahmed y Mía se despedían, afortunadamente no se dieron cuenta de que las chicas estaban trabajando, Farh no permitió que Antara les dijera, la mantuvo vigilada todo el tiempo para evitar que lo hiciera.—Me gustaría que regresaran con nosotros, pero sí su decisión es quedarse, no me queda más que aceptarlo, solo espero que pronto se den cuenta de que su lugar está junto a nosotros, Mohamed insisté a venir a visitarlas, lo hará en un par de días, espero que puedan pasar tiempo con él, saben que hace años que no visita este país, está muy apegado a las tradiciones, todo le parecerá extraño.—Lo siento, papá, pero no me gusta que me quieran traer cubierta, en Dubai me siento prisionera, en cuanto a nuestro hermano, no te preocupes, nos dará gusto verlo.—Sabes que yo te apoyo, hija, tú y tu hermana estarán donde ustedes quieran.—Gracias, ma.—¿Y tú, hija, no piensas despedirte?—Que Alá los acompañe. —Contestó la pelirroja, fríamente.Después de que sus padres se marcharán
Farh se le quedó viendo fijamente, no había duda, su jefe estaba definitivamente loco, era muy duro con ella en el trabajo, y de pronto la invitaba a correr en una pista, aunque ahora que ponía atención, era una maravillosa pista.—¿Con qué fin me está usted invitando? Esto n o tiene nada que ver con el trabajo.—Sé que te gustan las motos, empecé a construir esta pista hace algunos meses, y pensé que quizás le gustaría ser la primera en recorrerla.Farh no contestó, aceleró la motocicleta pasando por un lado de Carlo, él la siguió enseguida, pronto las dos motocicletas recorrían a gran velocidad aquella pista.Mientras tanto, Antara salía de la casa sigilosamente, no quería que Thara se diera cuenta de que saldría.La pelirroja se dirigió hasta un restaurante cercano, entró al lugar, en una de las mesas un chico la estaba esperando, se sentó frente a él, para luego comenzar a charlar animadamente, parecía que se conocían desde hace mucho tiempo.En la pista, Farh la recorrió varias v