Carlo miraba fijamente a Fahriye, claro que la había reconocido enseguida aunque no llevara la misma ropa, una chica como ella podía ser reconocida entre decenas de chicas.—Le pido una disculpa, señor, por lo ocurrido.—Creo que los dos hemos tenido la culpa de lo sucedido, así que hagamos de cuenta que acabamos de conocernos, pero antes de eso, dígame, ¿Se ha lastimado? ¿Necesita que la vea algún médico? En la planta baja se encuentra el servicio médico, por si desea acudir a revisión.—Gracias, no tenga cuidado, estoy perfectamente.—Está bien, pero sí llegará a necesitarlo, no dude en acudir, suelo preocuparme por la salud de mis empleados, ahora tomé asiento, le explicaré que es lo que esperó de su desempeño.Durante la siguiente hora, Carlo le dio instrucciones precisas sobre cómo le gustaba que se hicieran las cosas, a Farh le pareció un hombre que aunque joven, era algo rígido.—¿A entendido?—Perfectamente, señor.—Entonces no se diga más, bienvenida a la empresa, su lugar de
Carlo se quedó parado en las escaleras, observando a Fahriye bailar cadenciosamente en compañía de aquel hombre, tenía que reconocer que el tipo tenía porte, era atractivo.Se dio la vuelta completamente disgustado, regresó al privado en el que estaba para pedir una copa, la misma que apuro rápidamente.La chica había llamado su atención desde que por poco la atropella, su carácter rebelde, aunado a su belleza, la hacían lucir muy atractiva.Carlo había crecido al lado de su madre y su padre, dos personas sumamente amorosas, su padre a pesar de ser árabe, se había adaptado muy bien a la vida de norteamérica, y adaptado a sus costumbres rápidamente.Su abuela a pesar de su avanzada edad, había sido sumamente protectora y lo consentía, su muerte fue un duro golpe para él, años atrás había encontrado algunos documentos que su madre escondía, lo que le hacía pensar que era adoptado.Eso hizo que su carácter se volviera duro, creció formándose mil ideas sobre su verdadero origen, pero no h
Durante el largo viaje, Ahmed se relajó y se dedicó a observar a su bella esposa, Mía había cumplido 40 años y el 53, era una gran diferencia, aunque el tiempo no parecía haber pasado por ella, sin duda respetaba su gran belleza.En cambio él, había dejado crecer un poco su barba, eso a pesar de su edad lo hacía ver aún más atractivo, Mía agradecía estar en el país en el que estaban, las mujeres a las que Ahmed les gustaba, no podían ser tan obvias.En cambio cuando viajaban a algún otro país, él tenía que comportarse serio para mantenerlas a distancia, cuidaba muy bien de su físico con ejercicio continuo al igual que Mía.—Me vas a gastar si continúas viendome de esa manera. —Mía le dijo con una sonrisa coqueta, él respondió con una amplia sonrisa, era la sonrisa que siempre esbozaba cuando algo le agradaba.El árabe tomó la mano de su esposa para depositar un tierno beso, los problemas que Lyna había ocasionado habían quedado en el pasado, la pareja trataba de no recordarlos, Mía ha
Días después, Ahmed y Mía se despedían, afortunadamente no se dieron cuenta de que las chicas estaban trabajando, Farh no permitió que Antara les dijera, la mantuvo vigilada todo el tiempo para evitar que lo hiciera.—Me gustaría que regresaran con nosotros, pero sí su decisión es quedarse, no me queda más que aceptarlo, solo espero que pronto se den cuenta de que su lugar está junto a nosotros, Mohamed insisté a venir a visitarlas, lo hará en un par de días, espero que puedan pasar tiempo con él, saben que hace años que no visita este país, está muy apegado a las tradiciones, todo le parecerá extraño.—Lo siento, papá, pero no me gusta que me quieran traer cubierta, en Dubai me siento prisionera, en cuanto a nuestro hermano, no te preocupes, nos dará gusto verlo.—Sabes que yo te apoyo, hija, tú y tu hermana estarán donde ustedes quieran.—Gracias, ma.—¿Y tú, hija, no piensas despedirte?—Que Alá los acompañe. —Contestó la pelirroja, fríamente.Después de que sus padres se marcharán
Farh se le quedó viendo fijamente, no había duda, su jefe estaba definitivamente loco, era muy duro con ella en el trabajo, y de pronto la invitaba a correr en una pista, aunque ahora que ponía atención, era una maravillosa pista.—¿Con qué fin me está usted invitando? Esto n o tiene nada que ver con el trabajo.—Sé que te gustan las motos, empecé a construir esta pista hace algunos meses, y pensé que quizás le gustaría ser la primera en recorrerla.Farh no contestó, aceleró la motocicleta pasando por un lado de Carlo, él la siguió enseguida, pronto las dos motocicletas recorrían a gran velocidad aquella pista.Mientras tanto, Antara salía de la casa sigilosamente, no quería que Thara se diera cuenta de que saldría.La pelirroja se dirigió hasta un restaurante cercano, entró al lugar, en una de las mesas un chico la estaba esperando, se sentó frente a él, para luego comenzar a charlar animadamente, parecía que se conocían desde hace mucho tiempo.En la pista, Farh la recorrió varias v
Fahriye sabía que su hermano no amaba a su prometida, era una chica educada desde pequeña para una buena esposa, no era del agrado de Mía porque pertenecía a la familia con la cual habían tenido problemas en el pasado, aunque la relación con el marido de Amira y su madre por un tiempo había sido excelente, eso hasta que él se casó nuevamente.Amira por alguna razón no había podido embarazarse, su madre creía que la razón era el ataque que había sufrido años antes, Mahib necesitaba y anhelaba tener un heredero, aunque amaba a Amira, aceptó una segunda esposa al gusto de su madre.Ahmed de cierta manera lo entendía, aunque prefería mantenerse al margen de esos asuntos tan íntimos, le dolía ver a su hermana sufrir, pero no estaba en sus manos remediarlo,Mía trataba de tolerar a la chica que los visitaba todo el tiempo, aun cuando su hijo no estaba, la chica tenía las antiguas costumbres muy arraigadas, a Mohamed le parecía perfecto, pero su madre sabía perfectamente que se terminaría ab
Los dos hombres se le quedaban viendo a Carlo atentamente, como evaluando su reacción ante lo que le estaban diciendo.—Creo que se equivocan de persona, tan solo somos mi madre, mi padre, mi abuela que en paz descanse, y yo, no tengo familiares o padrino alguno.—Me lo suponía, estuvimos tras las rejas todos estos años, fuimos grandes amigos de tu padre, y nos dolió terriblemente cuando nos enteramos de su muerte, fue cruel lo que le hicieron.Carlo palideció, no podía creer lo que estaba escuchando, ¿Su padre había muerto? ¿Cuándo? ¿Por qué su madre no lo había llamado? Debía estar destrozada, por esono le había hablado., tomó su teléfono para llamarla de inmediato.—Madre, ¿Qué ha sucedido? ¿Qué le ha pasado a mi padre?—Hola, hijo, ¿A tu padre? Qué le va a pasar, está aquí frente a mí, viendo el juego y comiendo, ya lo conoces. —Carlo volteó a ver furioso a los dos hombres mientras se despedía de su madre.—¿Les parece divertido?—No entiendo, ¿A qué te refieres, hijo?—No me lla
En el aeropuerto, Carlo se dirigió hacia donde se encontraba la zona de donde salían los vuelos privados, el hombre que decía ser su padrino, sonrió al verlo, enseguida se acercó a él.—Hijo, me da gusto ver que te has interesado en saber quién era realmente tu padre.—Necesito saber lo que me han ocultado, no puedo creer que hiciera esto mi madre.—En cuanto pudimos, contratamos a un investigador privado, afortunadamente pudo encontrarte.Los tres hombres subieron al avión, minutos después el avión se encontraba en el aire, Carlo miraba por la ventana, su mente pasaba de un pensamiento a otro, intentando recordar algo, pero era imposible, no tenía idea de lo que había pasado.—Sé que anhelas respuestas, pronto las obtendrás. —Su padrino le ofreció un vaso de whisky, Carlo lo bebió enseguida, lo necesitaba.Horas después, el avión aterrizaba en Sicilia, Carlo bajó del avión siguiendo a los dos hombres, aquello le parecía de lo más extraño, una lujosa camioneta negra los estaba esperan