Julio es igual a días soleados, me fascina el verano, más si se trata de un solsticio en New York. Este día no dista de ser hermoso y perfecto para salir por ahí. En Central Park es ideal ir estos meses. Ya que he terminado de hacer mi trabajo, puedo aprovechar lo que queda del día. Le comunico a Karol que iré con mi príncipe a pasear, no se hace disponible cuando la invito a venir con nosotros. Es comprensible. Sin mí en la empresa, ella tiene casi el doble de trabajo, así fue desde mi ausencia por lo del secuestro. Suspiro. Mi jefa nunca buscó a alguien, luego de que retomé también mi puesto, pero al cabo de unos meses y por mi avanzado estado, no pude seguir yendo a laborar. Ahora trabajo desde casa, pero no puedo estar horas frente a una portátil, alguien más me necesita. Mi apartamento que he redecorado con ayuda de Grace y de mamá, se ajusta a mis necesidades. Es todo lo que mi chiquito y yo necesitamos, por cierto, ya es hora de darle su comida. Duerme mucho, y es que solo tie
Tiempo después...Los labios me tiemblan, el corazón me late despavorido, en cualquier momento me voy a perder en la inconsciencia, el miedo me come por dentro y es justo eso lo que me derriba, un temor asfixiante y demoledor que está apretando todos mis sentidos al punto de hacerme sucumbir y perder esta guerra.Ya he pasado por esto, pero no creo que corra la misma suerte, estos hombre detestan a Konstantinov, y yo soy la esposa y madre de su hijo. Esto es serio, temo que estoy perdida, atrapada en las garras de la mafia italiana.Ojalá tengan piedad de mí, lo dudo, Aleksander le ha arrebatado la vida a la hija de Elmo Ferreti, entonces él va a vengar su muerte aplicando el ojo por ojo.Sollozo, tengo tanto por vivir, no dejo de pensar en mi hijo. Quiero estar a su lado, la idea de no poder volver a verle me devora, lejos de él me siento incompleta, de ambos, porque a pesar de que todo esto que me está ocurriendo es por Aleksander, lo echo de menos.No puedo ver nada, tengo los ojos
Al despertar todos mis músculos duelen, siento que la espalda me cruje, cada parte de mí está lacerada. Solo deseo salir de aquí, pero sigo siendo una cautiva. El dolor se extiende cruelmente mientras intento estirar mis extremidades todo lo que puedo. Me muevo a duras penas sobre la colcha. Jamás pensé en estar en una situación similar, miedo, siento mucho pavor de estar encerrada, en un momento en el que siento asfixian y terror absorbente. Que alguien me explique cómo se puede encontrar la paz de esta manera, esa que a toda costa busco, no importa cuánto me esfuerce, simplemente es algo imposible de conseguir, por todos los medios intento encontrarla y me deshace una fibrosa capa de pavor, todo es terrible, el panorama no se ve bien, aún así en el fondo de mi alma adolorida, quiero creer que existe un medio de salvación. No se le desea esto a nadie, de verdad que no, porque esto parece estar agarrando tu cuello y apretando con demasiada fuerza, a tal punto de volverte una gelatina
Todo es tan diferente ahora, que el desenlace también lo será de esa forma. Mi corazón palpita una y otra vez, late fuerte y siento que va a escapar de mi pecho. La búsqueda me lleva a estar con él silencio amargo, que solo es rato por el toqueteo a mi memoria de recuerdos que se apilan y forma una torre de dolor. Sí, duele pensar en ellos de esa forma, como si tratara de despedirme de esos instantes tan hermosos que hemos compartidos, porque a pesar de que Alek es una persona peligrosa, dura y muchas veces guardado sus sentimientos, me ha demostrado que siente y que puede amar. Ha dado ha conocer su lado dulce y amoroso, yo aprecio mucho el esfuerzo, lo que me ha entregado, como la maravillosa oportunidad de convertirme en madre, mi hijo es mi mayor regalo. Traigo a mi mente su nacimiento, su primer año de edad, Matthew es eso que me impulsa a luchar hasta en los momentos más horribles, como este, el problema es que lo terrible de este y su intensidad me está ganando y ni siquiera
Solo deseo eso para volver a recuperarme y sentir que esto ha sido solo un mal sueño, de esos que por unos días no se van en tu mente, pero entonces ya no manejan tu vida y puedes seguir el rumbo de la misma sin la necesidad ridícula de tené miedo por todo y a todos, de temerle a una salida por miedo a ser atrapada nuevamente y llevada a estoy un cuarto asqueroso que ni siquiera es habitable para ratas. Así de feo es esto, y yo no puedo hacer nada. No dejaré de repetirlo. Tomo aire y me encojo más y más en mi lugar, como si de esa manera pudiera hacerme más pequeña. Es ridículo pensarlo de esa manera, seguiré siendo visible para ese montón de animales que solo buscan hacer el daño y la maldad más inimaginable. Sí, solo quieren y desean hacer como si de un juego fuera o cosa insignificante, llevar a acabo los planes más oscuros y abominables. No merezco pasar por eso, la verdad que no, pero no me queda de otra que estar así, atada a lo mismo. Porque Alek también lo ha hecho, no dejaré
A pesar de nuestras diferencias, de algunos momentos dónde nos vimos pensando diferente, siempre hallaba nos la manera de estar bien, y ella ha sido un pilar para mí. Por ella he podido afrontar muchas cosas del destino y hoy me doy cuenta de que uno valora más a esa persona cuando no está cerca, entonces la echa más de menos. Una vez estuve lejos suyo, ahora vuelve a ver más distancia entre nosotras y como decile sentir la brecha. Es como una serpiente dejando su veneno en en piel, la herida duele y se profundiza como el dolor que siento al sentir y palpar su lejanía, aunque intento resistir y no verme tirada en la perdición por completo. Es difícil. ¿Quién dijo que sería fácil? Papá, que siempre ha sido tan amoroso y comprensivo, pero no quiere decir que ha sido una persona fácil, no, es justo y tiene su carácter que tanto me enseñó en la vida, de hecho no dejo de aprender de ellos que siempre me han dado justo lo que necesito en la vida. Cuando de pequeña me lastimaba, siempre est
El recuerdo llega a mi cabeza y casi lo tiro a la nada con el sonido de pasos en el exterior. Pero no reparo en ese y me centro en esa escena. Ya está de nuevo en mi mente. —Vas a ver qué te va a gustar. Tengo los ojos vendados y Ian sonrisa aflora mis labios, también siento el corazón que va a toda prisa y late a mil por hora, sé por qué lo hace, necesita ir más allá de lo que ya intuye y comprobarlo de una vez por todas, pero es una sorpresa y no puedo hacer nada al respecto. Porque él me va a sorprender, tampoco tengo idea de lo que ha tramado, pero muero de ganas por averiguarlo. En serio, deseo a todos costa dar con eso que está haciendo Alek. —¿Ya vamos a llegar? —en mi voz hay un galón que pintan las ansias, ese nerviosismo se desplaza dentro de mí, como un auto en la vía. Quiero saberlo todo al tiempo que nada. —Casi, no seas tan impaciente —me pide como si eso fuera tan fácil, no podría contener la emoción más. Pero me esfuerzo en hacerlo, realmente peinado en qué podría
—Señor, aquí tiene, ¿se le ofrece otra cosa? —cuestiona, su voz se oye temerosa, todos le temen. —No, vete, solo haz lo que te ordené —dice demandante. La mujer que viste un uniforme de sirvienta, de estatura promedio, pelo castaño y complexión delgada, asiente en todo momento, es incapaz de llevarle la contraria. —Sí, señor, con permiso —acata y se va a la misma velocidad con la que ha entrado. Volvemos a quedar a solas. —Entonces, ¿quieres un poco de agua? —repite con el burlesco gesto dibujado en sus labios finos. Me humilla. ¿Qué más puedo hacer? —S-si… —susurro en el letargo, en mi lugar, le odio y le tengo un profundo resentimiento. —¿Sí? —inquiere otra vez, ¿es que acaso es sordo? Muevo la cabeza confirmando por tercera vez que me urge un vaso de agua. Tranquilo, a paso relajado se me acerca y me inclina el vaso a los labios, abro un poco la boca haciendo que las primeras gotitas se desplacen a través de mi lengua. Mi garganta más seca que un desierto, lo ag