Todo es tan diferente ahora, que el desenlace también lo será de esa forma. Mi corazón palpita una y otra vez, late fuerte y siento que va a escapar de mi pecho. La búsqueda me lleva a estar con él silencio amargo, que solo es rato por el toqueteo a mi memoria de recuerdos que se apilan y forma una torre de dolor. Sí, duele pensar en ellos de esa forma, como si tratara de despedirme de esos instantes tan hermosos que hemos compartidos, porque a pesar de que Alek es una persona peligrosa, dura y muchas veces guardado sus sentimientos, me ha demostrado que siente y que puede amar. Ha dado ha conocer su lado dulce y amoroso, yo aprecio mucho el esfuerzo, lo que me ha entregado, como la maravillosa oportunidad de convertirme en madre, mi hijo es mi mayor regalo. Traigo a mi mente su nacimiento, su primer año de edad, Matthew es eso que me impulsa a luchar hasta en los momentos más horribles, como este, el problema es que lo terrible de este y su intensidad me está ganando y ni siquiera
Solo deseo eso para volver a recuperarme y sentir que esto ha sido solo un mal sueño, de esos que por unos días no se van en tu mente, pero entonces ya no manejan tu vida y puedes seguir el rumbo de la misma sin la necesidad ridícula de tené miedo por todo y a todos, de temerle a una salida por miedo a ser atrapada nuevamente y llevada a estoy un cuarto asqueroso que ni siquiera es habitable para ratas. Así de feo es esto, y yo no puedo hacer nada. No dejaré de repetirlo. Tomo aire y me encojo más y más en mi lugar, como si de esa manera pudiera hacerme más pequeña. Es ridículo pensarlo de esa manera, seguiré siendo visible para ese montón de animales que solo buscan hacer el daño y la maldad más inimaginable. Sí, solo quieren y desean hacer como si de un juego fuera o cosa insignificante, llevar a acabo los planes más oscuros y abominables. No merezco pasar por eso, la verdad que no, pero no me queda de otra que estar así, atada a lo mismo. Porque Alek también lo ha hecho, no dejaré
A pesar de nuestras diferencias, de algunos momentos dónde nos vimos pensando diferente, siempre hallaba nos la manera de estar bien, y ella ha sido un pilar para mí. Por ella he podido afrontar muchas cosas del destino y hoy me doy cuenta de que uno valora más a esa persona cuando no está cerca, entonces la echa más de menos. Una vez estuve lejos suyo, ahora vuelve a ver más distancia entre nosotras y como decile sentir la brecha. Es como una serpiente dejando su veneno en en piel, la herida duele y se profundiza como el dolor que siento al sentir y palpar su lejanía, aunque intento resistir y no verme tirada en la perdición por completo. Es difícil. ¿Quién dijo que sería fácil? Papá, que siempre ha sido tan amoroso y comprensivo, pero no quiere decir que ha sido una persona fácil, no, es justo y tiene su carácter que tanto me enseñó en la vida, de hecho no dejo de aprender de ellos que siempre me han dado justo lo que necesito en la vida. Cuando de pequeña me lastimaba, siempre est
El recuerdo llega a mi cabeza y casi lo tiro a la nada con el sonido de pasos en el exterior. Pero no reparo en ese y me centro en esa escena. Ya está de nuevo en mi mente. —Vas a ver qué te va a gustar. Tengo los ojos vendados y Ian sonrisa aflora mis labios, también siento el corazón que va a toda prisa y late a mil por hora, sé por qué lo hace, necesita ir más allá de lo que ya intuye y comprobarlo de una vez por todas, pero es una sorpresa y no puedo hacer nada al respecto. Porque él me va a sorprender, tampoco tengo idea de lo que ha tramado, pero muero de ganas por averiguarlo. En serio, deseo a todos costa dar con eso que está haciendo Alek. —¿Ya vamos a llegar? —en mi voz hay un galón que pintan las ansias, ese nerviosismo se desplaza dentro de mí, como un auto en la vía. Quiero saberlo todo al tiempo que nada. —Casi, no seas tan impaciente —me pide como si eso fuera tan fácil, no podría contener la emoción más. Pero me esfuerzo en hacerlo, realmente peinado en qué podría
—Señor, aquí tiene, ¿se le ofrece otra cosa? —cuestiona, su voz se oye temerosa, todos le temen. —No, vete, solo haz lo que te ordené —dice demandante. La mujer que viste un uniforme de sirvienta, de estatura promedio, pelo castaño y complexión delgada, asiente en todo momento, es incapaz de llevarle la contraria. —Sí, señor, con permiso —acata y se va a la misma velocidad con la que ha entrado. Volvemos a quedar a solas. —Entonces, ¿quieres un poco de agua? —repite con el burlesco gesto dibujado en sus labios finos. Me humilla. ¿Qué más puedo hacer? —S-si… —susurro en el letargo, en mi lugar, le odio y le tengo un profundo resentimiento. —¿Sí? —inquiere otra vez, ¿es que acaso es sordo? Muevo la cabeza confirmando por tercera vez que me urge un vaso de agua. Tranquilo, a paso relajado se me acerca y me inclina el vaso a los labios, abro un poco la boca haciendo que las primeras gotitas se desplacen a través de mi lengua. Mi garganta más seca que un desierto, lo ag
Cuando falta la luz, te acostumbras a la oscuridad, te aferras a las penumbras, porque has aprendido a amar la tiniebla que habita en tu alma gemela. Lo quieres tal como es, resulta inevitable, después de todo es tu mitad y si te apartas, entonces eres una pieza suelta, incompleta. Eso es algo que sucede de forma rápida, dejándome atrapada en los que muchas veces me cuesta escapar, pero ahí esto, ahí sigo porque creo en que el amor todo lo puede, no importa lo difícil que puede ser estar con una persona que te deshace en pedazos y te vuelve nada, él ya no es así. Así avanzas en medio de un peligroso túnel, pero no te importa, porque vas a la par de un latido que se asemeja al tuyo, no interesa nada más cuando el corazón va al ritmo del otro. Es todo que necesitas. Algunas veces me pregunto, ¿cómo puedo amar a un monstruo? La verdad es que no es solo el Lobo, no es simplemente una bestia y cabeza dura, también es el hombre que ha bajado la guardia, me quiere y yo a él con la misma in
—Lo sé, por eso te amo, es que mi mente me apresa y parece que no puedo escapar, Alek, esta situación se está saliendo de control —me siento de súbito en la cama, pero él vuelve a jalarme para que deje la cabeza en su pecho desnudo. —Cierra los ojos y duerme, inténtalo, por favor —pide y yo asiento con la cabeza, tiene toda la razón del mundo. —Bien, gracias por estar en este momento, no sé qué pasaría si me sucede estando sola. Lentamente voy cerrando los ojos y cayendo menos me doy cuenta ya he caído a los brazos de Morfeo. A la mañana siguiente, ya Aleksander no está en cama, por lo que intuyo que se ha ido al trabajo, como suele. Nada extraño, estos días además ha estado bastante ocupado con eso. Me voy al baño, entro a la ducha. Mientras el agua cae sobre mí, a mi mente llega de nuevo todo lo que ha pasado, me siento bastante afectada por todo lo que ha pasado así que más tiempo de lo habitual estoy en el baño, dejando que el agua caiga sobre cada poro de mi piel. La lucha es
Me le quedo mirando de lo bien que le queda traje. Estoy enamorada de ese pequeño que hace de mis días los mejores del mundo, y él lo sabe, está al tanto de que lo amo con todas mis fuerzas, ganas y con el corazón, aquí está él, en mi pecho. Es la razón de ese latir. Lo ha sido desde el momento en que vi esos ojos en los míos. Ahora nada puede borrar lo mucho que lo amo, y se lo expresó de la mejor manera posible. Su padre también lo hace. —Mírate, que guapo estás, chiquito. —beso la punta de su nariz, quiere hacer lo mismo conmigo y debo inclinarme para que me alcance. No deja de ser un niño de tres años solamente. —Gracias, mamá. —Te amo, cielo. Asiente y me dice que también lo hace, es la correspondencia más hermosa que podría recibir. Me derrito de solo escucharlo decir que me ama. No hay nada más sincero que esa expresión, sus palabras que me llegan al corazón en consecuencia, una sonrisa boba alcanza mis labios. Estoy perdidamente enamorada de ese bebé. Entonces cuando ya e