Un placer, Francis

Aria tenía razón. Y no podía dejar que mi sueño me quitara la cordura que aún existía en mí. Furioso, salí de mi departamento y me fui a dormir a la casa de mi padre. Por suerte, él y Grecia se habían ido.

Me desperté a las siete de la noche. Dothy todavía tenía sueño cuando la recogí y caminamos hacia el auto, listos para regresar a nuestra casa.

Tan pronto como salí frente a mi edificio, pregunté:

- ¿Qué tal si cenamos pizza, Dothy?

Me lamió la mano y lo tomé como un “sí”.

Subimos en ascensor y cuando llegamos a casa todo parecía estar en paz. No hay sonido del apartamento de arriba.

- ¿De qué sirve, no Dothy? Ahora ya no tenemos sueño... Puedo apostar que me quedaré despierto toda la noche.

Llamé para pedir una pizza y me fui a duchar antes del parto. Solo me puse una bata y no me sequé ni peiné, dejándolo húmedo.

Sonó la campana. La pizza llegó exactamente a tiempo, lo cual era raro. Llegué a la sala y Dothy se restregaba locamente sobre una almohada, como si fuera la perra en esa
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP