19

Tess abrió los ojos y apagó la alarma de su teléfono móvil sin la más mínima energía. Oh, cuánto necesitaba seguir durmiendo, de verdad… Hasta el mediodía, quizá.

Pero los niños debían ir a la escuela, y ella trabajar, y nada de eso le sería posible si se quedaba aquí remoloneando en la cama.

A veces sentía que esta era la parte más dura de ser madre soltera.

A veces, porque en realidad había muchas otras.

Se sentó y miró a su lado en la cama, pero Nicolle no estaba, lo que le hizo fruncir el ceño. ¿Dónde estaba esa pequeña?, ¿se habría ido a despertar a sus hermanos, como hacía a veces? Dobló la espalda allí sentada en la cama y se masajeó la cara. Estuvo allí unos minutos hasta que, inevitablemente, todos los momentos vividos el día

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