Victoria levantó la vista al escuchar ese apodo y esa voz que conocía bastante bien, y se quitó los lentes oscuros para verificar que lo que estaba viendo era real.
—¿Santiago? ¿Qué haces aquí? ¿A caso me estás siguiendo?
—No, la pregunta es: ¿Tú que haces aquí? ¿No se supone que te habías ido de Tabasco? ¿Y qué hace en la mesa dónde me iba a esperar mi cita? — miró alrededor y el café estaba prácticamente vacío, solo había una pareja de adultos mayores en una mesa al fondo del establecimiento.
—Espera, ¿Quieres decir que tú? No, no puede ser… ¿Tú eres Álvaro Narváez?
—Sí, el mismo que viste y calza ¿Tú eres Tory San Román? No, no me digas que tú eres la que quiere comprase un marido.
—¡Cállate! No lo digas tan alto. ¿A caso quieres que todo el mundo se entere?
—¿Entonces si eres tú? No lo puedo creer, eres muy, muy…
—Ya dilo con todas sus letras, soy muy bonita como para recurrir a esto.
—Yo iba a decir que eres muy joven y podrías conseguir el marido que quieras, sin tener que comprarlo, bueno, menos uno tan guapo como yo, claro.
—¿Tu verdadero nombre es modesto? Ya siéntate, no sigas llamando la atención, no eres nada discreto.
—A ver explícame, ¿Tu verdadero nombre es Victoria Sánchez? ¿Tory es diminutivo de Victoria? ¿Me mentiste cuando nos conocimos?
—Mi nombre es Victoria San Román, mi familia es muy conocida en Comalcalco, por eso cuando nos conocimos me cambié el apellido, no quería que supieras quién era yo.
—No había necesidad de mentir, yo no soy del pueblo y no conozco a nadie.
—Pero yo no lo sabía. ¿Y tú porqué me mentiste? ¿Cuál es tu verdadero nombre?
—Santiago de Alvarado Narváez—Sacó una identificación y se la mostró — En las redes sociales me pongo Álvaro por Alvarado.
—¿Y por qué respondiste a mi anuncio? ¿Sabías que era yo?
—No para nada, de hecho, tu foto de perfil tiene tantos filtros, que pensé que me iba a encontrar con una mujer mayor, nunca me imaginé que se tratara de una mujer, así, como tú.
—¿Y realmente estarías dispuesto a firmar ese contrato? ¿Qué fue lo que te motivo a venir aquí?
—Digamos que…Estoy huyendo.
—¿De los hombres que te golpearon?
—No, esos hombres lo único que querían era mi camioneta y mi dinero, me golpearon, me robaron y me abandonaron en medio de la carretera, no les vi la cara así que no los podría reconocer.
—¿Eres un delincuente? ¿Es por eso que estás huyendo?
—No, no te preocupes, no soy un delincuente, estoy huyendo de un marido celoso, tuve la fortuna de enredarme con una mujer casada así que su esposo me mandó a matar.
—Santiago, esto no es un juego, eso parece historia de telenovela.
—No te estoy mintiendo, yo soy de Jalisco, llegué aquí buscando a un familiar, pero resulta, que ya no vive en el domicilio que yo traía, estaba a punto, de irme a Veracruz, pero vi tu anuncio y quise ver de qué se trataba, fue por eso que te pregunté si el contrato incluía un domicilio, ya no cuento con mucho efectivo, necesito un lugar dónde quedarme y conseguir un trabajo, ya que la mayoría de mis clientes están en Guadalajara, quizá pueda conservar los clientes de la ciudad de México, pero sin mi auto, será complicado moverme, y además tuve que comprar un teléfono móvil nuevo.
—¿Tienes alguna manera de comprobar lo que estás diciendo?
—Por supuesto, puedo darte los teléfonos de mis clientes, puedes pedir referencias, lo único que no puedo darte, por obvias razones, es el teléfono de mi amante, si su marido descubre mi ubicación, no dudará en enviar a sus matones por mí, veras, ese hombre, si tiene algunos negocios turbios y tu anuncio dice que es por cuatro años, yo creo que es tiempo suficiente para que se olviden de mí.
—Envíame tu resumen curricular, llamaré a tus clientes para pedir algunas referencias, no quisiera admitirlo, pero cumples perfectamente con el perfil que estoy buscando.
—¿Ya me puedes hablar del contrato, la paga y las prestaciones?
—En cuanto a la paga, te lo diré cuando haya comprobado tus referencias, el contrato, es un contrato prematrimonial, donde se específica que nos casaremos legalmente, bajo el régimen de separación de bienes, deberás ser fiel durante los cuatro años que dure el contrato, tu y yo, no tendremos intimidad sexual y por ningún motivo, nos podremos divorciar antes de cuatro años. A cambio tus prestaciones serán, un auto, una cantidad mensual para tus gastos, una hermosa casa para vivir y una bella esposa para presumir, no está por demás decirte que, ante la gente, deberás parecer muy enamorado de tu esposa.
—Todo está muy bien, solo tengo una petición, o bueno dos peticiones, como te dije por mensaje, necesito que el divorcio se firme por anticipado con la fecha estipulada en la finalización del contrato, no quisiera preocuparme por perder mi libertad.
—Me parece bien, no hay ningún problema con eso, lo comentaremos con el notario para que redacte el documento. ¿Cuál es la segunda petición?
—Soy un hombre joven, guapo y con mucho vigor sexual, no puedes pretender ponerme a dieta durante cuatro años, necesitaré desfogarme de vez en cuando.
—Está bien, puedes hacerlo cuando visites a tus clientes de la ciudad de México o podemos hacer viajes cortos en los que tú salgas con mujeres y yo tal vez pueda salir con alguien también, pero deberá ser lo más lejos del pueblo, nadie debe enterarse de este trato, si sale a la luz, perderás tu pago en automático.
—Ya sabía que en Europa, las mujeres son más…Liberales, pero no pensé que tanto, me agrada la idea de que hagamos viajes para poder salir y tener sexo.
—En realidad, es porque quiero que no sea un sacrificio para ti, cumplir con el trato, si tú te la pasas bien, los cuatro años no serán un suplicio y será más fácil cumplir con el contrato.
—Supongo que dormiremos en habitaciones separadas.
—¡Maldición! No había pensado en eso, no, tendremos que compartir la misma habitación, tendrás que dormir en un sofá durante cuatro años.
—¡Eso si será una tortura!
—En cuanto tenga oportunidad, compraré un sofá cama, para que estés más cómodo, mi madrastra, ella vivirá con nosotros y estará muy pendiente de que durmamos juntos, quizá hasta intente escucharnos detrás de la puerta, así que debes ser un excelente actor.
—¡Vaya! Será un gran reto, pero no te preocupes estoy dispuesto y verás que seremos el matrimonio perfecto durante cuatro años, solo no te enamores de mí.
—¿Y cómo por qué me enamoraría de ti?
—No me digas que no te gusto, ni tantito.
—Para nada, además de modesto, vanidoso. No te preocupes, eso no pasará, y espero que tú, tampoco te enamores de mí.
—Yo soy inmune al amor Lady Londres, todavía no nace la mujer que haga que Santiago de Alvarado conozca el amor, esa palabra no tiene un significado en mi diccionario.
—Entonces desayunemos, porque muero de hambre, hoy mismo voy a revisar tus referencias y si todo está bien, te llamaré para que mañana mismo firmemos el contrato, será ante notario, voy a necesitar una imagen de tu identificación. ¡Y por favor, ya no me digas Lady Londres!
Pidieron de desayunar y siguieron hablando de las especificaciones del contrato, Victoria, esperaba que las referencias fueran reales y que no hubiera problema, Santiago, era perfecto para el contrato, era guapo, inteligente, culto, Dinora no tendría por qué dudar que estaba perdidamente enamorada de él, porque Santiago, era un hombre del que cualquiera, podría enamorarse… ¿Menos ella?
Santiago estaba satisfecho, había conseguido lo que necesitaba, una casa en el pueblo, una esposa y tal vez una buena remuneración económica, en cuanto saliera de allí, debía poner en antecedentes a sus referencias, necesitaba que hablaran muy bien de él y que confirmaran su versión. Victoria era una mujer, hermosa y con un carácter bastante agradable, no iba a ser difícil convivir con ella, durante cuatro años, esperaba que ese tiempo fuera suficiente, para conseguir lo que había ido a buscar a ese pueblo.
Terminaron de desayunar y ya parecían grandes amigos.
—Bueno, tengo que irme, esperaré tu llamada para vernos mañana, y cerremos el trato.
—Perfecto, en cuanto llegue a la oficina, me encargaré de verificar las referencias y de enviarle tu identificación al notario —Santiago sacó dinero de su bolsillo. —No te preocupes, yo te invito,
—Perfecto, apoyo la liberación femenina.
En cuanto salió de la cafetería, Santiago tomó su móvil y realizó una llamada.
—Te van a llamar, van a pedirte referencias, ya sabes que decir y llama a tu hermano porque también lo llamarán a él.
—¿Conseguiste trabajo? — Preguntó la voz del otro lado del teléfono.
—Mejor que eso, conseguí una esposa.
—¿Estás loco? Te dije que consiguieras una novia, no que te casaras, tu y yo… Teníamos un acuerdo.
—Y voy a cumplirlo no te preocupes, tengo todo bajo control.
—Santiago, no te enamores, vas a perder objetividad.
—Eso no va a pasar, no te preocupes, solo lo hago porque así conviene a nuestros planes.
Colgó el teléfono y tomó un taxi, iría al centro de la ciudad a conocer un poco, no tenía caso regresar al pueblo, si al siguiente día, debía volver para la firma del contrato
Victoria pidió la cuenta y llamó a Alfredo entusiasmada.
—¡Lo tengo! Ya tengo al prospecto de marido, es perfecto.
—¿Estás segura? ¿Será confiable?
—Te voy a envira su hoja de vida y los teléfonos de sus referencias, ¿Me puedes ayudar a investigar si las empresas existen? Yo voy a llamar a los teléfonos.
—No te preocupes, yo me encargo de todo, será mejor que yo llame personalmente, tengo más experiencia en eso.
—Me parece bien, de una vez te envío la fotografía de la identificación oficial. ¡Ah, y por cierto! Me pidió una condición para firmar.
—¿Un anticipo?
—No, solo quiere que el acuerdo de divorcio se firme de una vez, con la fecha estipulada en la finalización del contrato, quiere asegurarse, de que no tendrá problemas para recuperar su libertad.
—Perfecto, no hay problema, lo redacto y en cuanto verifique las referencias te llamo para que lo cites, mañana mismo.
—Gracias Alfredo, ojalá y esas referencias sean reales, es un excelente prospecto, Dinora no tendrá ninguna duda de que nuestro matrimonio es real.
—Será real, Victoria, estarán casados legamente, será tu esposo, aunque lo hayas comprado…
Victoria, sonrió para sus adentros, Dinora podía irse despidiendo de la fortuna de su madre, subió al departamento y se cambió de ropa, se puso un traje de baño y una bata, el complejo tenía una alberca y ella estaba dispuesta a disfrutar el día, al parecer todo estaba bajo control.
No habían pasado más de dos horas cuando Alfredo la llamó.
—Victoria, te tengo noticias.
—¿Qué paso? ¿Las referencias son reales?
—Sí, todo coincide y ya investigué también las empresas, existen, ese hombre te dijo la verdad respecto a sus clientes, todos, hablaron muy bien de él. Cítalo mañana a las diez de la mañana para firmar, allí en el departamento, yo llegaré antes.
—Perfecto, ganaremos esta guerra Alfredo, gracias, no lo lograría sin ti.
—Esperemos que así sea Victoria, y que esto no se nos vaya a volver en contra.
—Eso no pasará, nos vemos mañana.
Inmediatamente después de cortar la llamada, le marcó a Santiago.
—¿Santiago? ¡Estás contratado! Te veo mañana, a las diez de la mañana para la firma, te envío la dirección.
—Perfecto te veo mañana.
Santiago, colgó el teléfono.
—¿Algún problema papacito?
—Ninguno, solo era mi futura esposa.
Volteó a la mujer que estaba desnuda, en su cama y la embistió por detrás con toda la fuerza que le exigían sus ganas…
Alfredo llegó a las ocho de la mañana y bajaron a desayunar a la cafetería de enfrente, Victoria estaba muy nerviosa, pero entusiasmada con el plan, estaba segura de que todo saldría muy bien y sobre todo confiaba en que podría mantener una relación cordial con Santiago, como buenos amigos durante cuatro años.—¿Victoria, estás segura de que quieres seguir adelante con esto? Todavía estás a tiempo de retractarte.—No Alfredo, no voy a retractarme, por el contrario, estoy más segura que nunca de que lo que vamos a hacer, va a funcionar.—¿Por qué estás tan segura?—Cuando conozcas a Santiago de Alvarado, lo sabrás, está muy interesado en el contrato y eso que todavía no sabe lo que va a ganar.—Espero que cuando lo sepa, no intente pedir todavía más.—No lo creo, algo m
Santiago salió del baño y vio a Victoria interesada en su móvil que vibraba insistente, pero en cuanto lo oyó se hizo la disimulada.—¿Quién llamaba mi amor?— ¿Mi amor?—Somos novios, estamos muy enamorados y vamos a casarnos, no creo que deba llamarte Victoria, supongo que debo hablarte cariñosamente ¿No?—Tienes razón, solo que se escucha tan raro.—Si quieres tú me puedes llamar papacito, o mi rey.—Jajajaja, ni en tus sueños, cariño, será lo más cariñoso que salga de mi boca.—Definitivamente, no eres una buena actriz, ¿Me vas a decir quién llamaba?—¡Ah, no, no sé! No vi.Santiago desbloqueó el móvil y regresó la llamada delante de Victoria.—¿Eva? ¿Cómo estás mi reina?
Santiago miró a Victoria por el retrovisor, era una mujer hermosa, divertida ¿Por qué elegir comprar un marido? ¿No era posible que hubiera alguien en su vida? ¿Algún amante en Londres dispuesto a viajar? Una mujer y una fortuna como esa, bien valdrían la pena el viaje.Cuando estuvo lejos del alcance de su mirada revisó el teléfono móvil y se dio cuenta que tenía más de diez llamadas perdidas, marco el número y la voz del otro lado del teléfono le contesto molesta.—¿Santiago? ¿Dónde carajos te habías metido? ¡No me has marcado en todo el día! ¿Qué es lo que está pasando contigo?—No te enojes, ni me hables así, mejor felicítame. ¿Con quién crees que me voy a casar? Nada más, ni nada menos que con Victoria San Román, la hija de Santiago San Rom&
Santiago besó la mano de Victoria y tomó un mechón de su cabello para colocarlo detrás de su oreja.—¿Te puedo llamar Dinora? O ¿Prefieres que te llame señora o suegra? Eres todavía muy joven.—¡Oh claro, Dinora está bien! Todavía no tengo edad como para ser madre de Victoria.—Es exactamente lo que pensé, Tory, mi amor, cuando me hablaste de tu madrastra, no me dijiste que fuera tan joven y tan guapa.—Lo siento amor, tal vez lo olvidé —Victoria hizo una mueca a manera de sonrisa y pellizcó la pierna de Santiago bajo la mesa.—Bueno te cuento, ¿Quieres la versión corta o la larga?—La larga por supuesto, quiero saberlo todo, sobre su repentina relación.—En realidad no es tan repentina, yo soy de Guadalajara y antes de venir aquí hice escala en la ciudad de M&eacu
¿Qué demonios hace Dinora en la oficina de Alfredo? —pensaba Victoria mientras regresaban a la hacienda después de pasear por el pueblo.—Victoria, hoy no voy a quedarme a comer, voy a regresar a la cabaña, necesito revisar mi correo electrónico y atender a mis clientes, también trabajaré en la propuesta para la fábrica, entre más pronto comience con eso, Pedro, menos problemas tendrá para justificar mi salario.—Muchas gracias Santiago, por ser tan cooperativo con mi causa.—No tienes nada que agradecer, tu compraste un marido, y yo me vendí, solo estoy cumpliendo con mi parte del trato.Le tomó la mejilla y le dio un beso rápido en la comisura de los labios, subió a su camioneta y se fue.Victoria seguía intrigada por la visita de Dinora a la oficina de Alfredo, necesitaba saber que había ido a hacer allí,
Dinora se puso de pie y de su boca salió un grito de rabia que se escuchó en toda la hacienda, con sus manos tiró al piso todo lo que había sobre la mesa y no le quedó de otra que contestar su teléfono móvil que sonaba con insistencia.—¡Dinora me quieres decir que significa eso? ¿Ya viste el cielo? Por tus estupideces tuvimos que esperar diez años, para que San Román al fin se muriera. ¿Para que después de tanto trabajo, permitas que la fortuna pase a manos de una chiquilla estúpida?—La muy zorra se metió con el primer hombre que conoció en el camino, nunca imaginé que después de diez años en un estricto internado, hubiera salido tan facilita la muy zorra.—Si tú hubieras hecho tu trabajo a tiempo, esto no estaría pasando, vamos a tener que tomar medidas más drásticas, hay que impedir
Victoria entró en su habitación, se quitó su vestido y se puso un pijama ligero, hacía demasiado calor, se sentó frente al espejo a cepillar su cabello, el beso de Santiago seguía sintiéndose en sus labios. ¿Cómo era posible que un solo beso la hiciera sentir de esa manera?«No te puedes enamorar Victoria.» Santiago no va a corresponderte, él es un alma libre nunca va a involucrar sus sentimientos.» Tienes que controlarte.Se acostó y abrazó su almohada, cerró los ojos y recordó aquél beso, un escalofrío recorrió su cuerpo y el calor de la noche la hizo comenzar a sudar, se puso de pie y salió de la habitación, se dirigió hacia el jardín interior de la casa y sin pensarlo dos veces se lanzó a la piscina para refrescarse, dio dos vueltas nadando y salió inmediatamente, iba hacia
Ver a Santiago de esa manera fue un duro golpe para Victoria, Mario se agachó a revisar sus signos vitales.—¡Está vivo! — Lo revisó para ver de dónde provenía la sangre para tratar de detener la hemorragia —¡Llamen una ambulancia!Mario le quitó la camisa y pudo ver una herida de arma blanca en el abdomen, justo debajo de su costilla izquierda, pero el arma no se veía por ningún lado, lo quería decir que el atacante se la había llevado consigo.Victoria llamó la ambulancia y afortunadamente llegó en menos de quince minutos, Mario había logrado poner un apósito sobre la herida y parecía que había dejado de sangrar.Los camilleros preguntaron a qué hospital lo llevaban, y Victoria dijo que, al hospital más cercano, pero Mario, le dijo a Victoria que era mejor llevarlo a Villahermosa, que tenían m