A Alfredo, se le hizo un nudo en la garganta, si por el simple recuerdo de Sonia, él estaba dispuesto a atrapar a Dinora para ayudar a Victoria, ahora que sabía que era su hija, sería capaz hasta de matarla con sus manos para evitar que le hiciera daño.
—¡Eso no lo vamos a permitir! —Exclamó Santiago alterado — hemos descubierto algunas cosas, que pueden ser importantes y que seguramente nos pueden ayudar a que la verdad salga a la luz, ¿Ya vieron esta carta de la señora Sonia? En ella dice que don Santiago usaba los transportes de la hacienda para traficar drogas y que creía que Dinora era su cómplice, además de su amante, anoche yo vi salir un hombre de su habitación y lo seguí, se trata nada menos que de Daniel contreras, un jefe de cuadrilla de la hacienda, Mario dice que es primo de Dinora y que era el consentido de don Santiago, incluso lo apodan “El intocab
Victoria tenía un nudo en la garganta, cada que decidía confiar en Santiago, algo pasaba y las dudas volvían, pero esta vez no había duda, Santiago era un delincuente, y por lo visto, estaba involucrado con alguien muy peligroso y poderoso.—Victoria, mi amor yo… - intentó explicar, pero ella no se lo permitió.—No digas nada Santiago, no hay nada que puedas decir que cambie la opinión que tengo de ti en este momento, lo escuché todo, ya hablaremos después, por ahora ¿Ya pensaste que ese hombre ya debe haber puesto a Dinora sobre aviso?—No lo creo, ese hombre salió huyendo por miedo, estoy seguro de que no dirá nada, si sabe lo que le conviene y te aseguro que, si dice algo, en ese momento Dinora sale huyendo igual que él.Mario se alejó para dejarlos hablar, no le gustaba nada de lo que estaba pasando, pero si Victoria lo habí
Cuando llegaron a la delegación, Alfredo y el abogado ya estaban allí esperándolos.—Tranquila hija, el abogado ya entró a informarse de la situación, parece ser que te citaron arbitrariamente, porque no hay ninguna denuncia formal en tu contra.Victoria se abrazó a su padre, que bien se sentía, sentirse protegida y cuidada, a pesar de las circunstancias, y miraba el rostro de Santiago, y le dolía el pecho, él no podía estar fingiendo, esa preocupación en su rostro era real, pero eso no cambiaba la situación entre ellos.Se sentaron en una sala de espera, mientras el abogado hablaba con el ministerio público, pasaron alrededor de treinta minutos y salió a llamarla para que entrara a rendir su declaración.—¡Vamos Victoria!, no va a ser un interrogatorio, logré que tomaran tu declaración como voluntaria, así que, s
Era casi media noche cuando Santiago regresó a la hacienda, no quería encontrar a Victoria despierta, definitivamente, no soportaba la idea de dormir en la misma habitación y que ella no le dirigiera la palabra, o que lo hiciera de esa manera que ella tenía de ser, altanera y arrogante.Le extrañó ver que había luces encendidas, revisó su móvil y se dio cuenta de que sin querer lo había puesto en silencio y tenía más de veinte llamadas perdidas de ella, tal vez había pasado algo importante.Cuando entró en la sala, se sorprendió al ver al Victoria con una botella de tequila en la mano y una copa en la otra.—¡Ah, señor Santiago! Se ha dignado usted en aparecer, tengo horas llamándote, ¿Ya te enteraste? Dinora huyó, se fue de la casa y se llevó todas sus cosas, seguramente se enteró que la descubrimos.
Alfredo abrazó a Victoria tratando de contener su llanto, qué doloroso era verla así, se sentía culpable por haber puesto a Santiago en su vida, y por no poder hacer nada, para aliviar el sufrimiento de su hija.Salieron de la casa y regresaron a la hacienda, pero cuando estaban llegando, recibieron una llamada del abogado, para informarles, que la policía había arrestado al doctor Palacios, justamente cuando intentaba huir del pueblo.Era increíble la historia de ese hombre con Dinora, eran cómplices y amantes desde hacía muchos años, definitivamente Dinora, no era capaz de conformarse con un solo hombre.«En su declaración, el doctor, confesó que había conocido a Nora Blancas alias “Dinora Blanco” cuando ella recién había cumplido diecisiete años, la conoció por casualidad en un antro de mala muerte en Puerto Vallarta, Jalisc
Alfredo se quedó mudo al escuchar a Victoria decir que estaba embarazada, apenas estaba disfrutando su etapa como padre y ahora pronto, iba a ser abuelo. —¿Qué pasa papá? ¿no te da gusto saber que vas a ser abuelo? —Victoria hija, pero por supuesto que me da gusto, ¿Cuándo lo supiste? ¿Por qué no me habías dicho nada? —Tenía la sospecha, porque había sentido nauseas, un poco de mareos, pero nada grave, en realidad, eran síntomas muy leves, y bueno, la sospecha creció cuando no llegó mi periodo y esta mañana pedí una prueba en la farmacia que salió positiva, pensaba decírtelo esta noche, quiero consultar con un ginecólogo, tal vez deberíamos regresar a Villahermosa, para que me revisen y una vez que confirmemos que está todo bien y me receten todas las vitaminas que deba tomar, reanudamos el viaje. —Me parece una excelente idea, ¿Quieres volver mañana mismo? —No, yo creo que no pasa nada si pasamos dos días más aquí, este lugar es maravilloso,
Santiago Después de convencer a Nora de que estaba de su lado y conseguir que aceptara venir conmigo a la ciudad de México, junto con su chofer, los instalé en una casa en la que solía verme con Casandra, yo estaba decidido a terminar con todo de una buena vez, para ello, tenía que conseguir desmantelar el cártel, pero si encerraban al “patrón” yo seguiría a merced de esa mujer, ella no iba a descansar hasta obligarme a estar con ella o matarme. Así que decidí no entregarla inmediatamente, tenía que planearlo todo muy bien, para reunir a todos en algún lugar y así, tenderles una emboscada y atraparlos a todos juntos. Le informé a Cesar, que además de mi amigo era mi jefe, él era el comandante de las fuerzas especiales en las que yo era agente especial, él era el único que estaba al tanto de mis movimientos, y quien coordinaría con la policía federal y los militares el operativo de asalto. Cuando me presenté ante el "patrón" para decirle que tenía a No
Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales. Identificador2104107471799 Capítulo 1 El avión procedente de Nueva york, aterrizó en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, Victoria San Román regresaba a casa después de diez años de vivir en un lujoso internando en Londres, Inglaterra. Su madrastra se encargó de encerrarla allí apenas se casó con su padre, don Santiago San Román, el dueño de la hacienda Cacaotera más importante de Tabasco, Victoria tenía tan sólo trece años cuando su madre murió y solo unos meses después, don Santiago se estaba casando con Dinora Blanco, quien supuestamente, se hacía llamar la mejor amiga de su madre, ese año Victoria no sólo perdió a su madre, sino que también perdió a su padre, quien la abandonó en el más caro internado de Londres, para complacer a su nueva esposa. Una oleada de sentimientos encontr
Victoria salió de la habitación con un sabor amargo en la boca, hubiera querido llorar por la muerte de su padre, pero, para ella, era un total desconocido, sus recuerdos de cuando era niña, y vivía su madre, eran muy difusos, recordaba a su madre llorando después de haber discutido con su padre, que llegaba muy tarde o no llegaba a dormir, y no recordaba la última vez que había sido cariñoso con ella, de hecho, por más que se esforzaba, no le llegaba a la mente ningún recuerdo, que no fuera el día que la dejó en el internado en Londres, sin un beso y sin un abrazo, sólo recordaba sus palabras. “No llores Victoria, es lo mejor para ti, hay muchas niñas en el mundo que quisieran tener la oportunidad que tú tienes.” “Vamos mi amor date prisa, o nos dejará el vuelo a París” las palabras en voz de Dinora que se quedaron grabadas en su mente para siempre. Dinora esperaba en el consultorio del doctor Palacios, en cuanto la vieron entrar, su semblante les indicó que