Capítulo 236
La voz familiar, el mismo tono. Era Armando.Ana colgó sin mostrar emoción, e inició sesión en su correo electrónico. En la bandeja de entrada, encontró el mensaje de Armando.

Lo abrió. En la parte superior había una foto de identificación de tres pulgadas. Después de revisar rápidamente el texto, comprendió.

—Ana, ¿qué es? —preguntó Lucía con curiosidad.

Sin dudarlo, Ana le pasó el teléfono. —Parece ser información sobre los tipos que causaron el alboroto.

¿Pero cómo lo sabía Armando?

La duda flotaba en la habitación hasta que Samuel llegó, rompiendo el silencio.

—¡Viviana! ¿Estás bien? ¿Te lastimaron? ¿Dónde está Santi?

Samuel llegaba con la ropa desarreglada, su rostro duro mostrando una pizca de preocupación.

Agarró los hombros de Viviana, mirando a su alrededor. Cuando sus ojos se posaron en Ana, su expresión se endureció.

—¿Qué haces tú aquí? —preguntó con un tono que sonaba a acusación.

Viviana, conteniendo su molestia, respondió: —¡Samuel! Ana es mi amiga. ¡Cuida tu tono!

De cuñ
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