WinterRodé los ojos, recostada en mi cama, al escuchar cómo mi hermana menor empezaba a escuchar música alta en el equipo de sonido en su habitación. Odiaba cuando ella lo hacía, pues cantaba horrible y me causaba un tremendo dolor de oído además que siempre escuchaba música pop, y aunque yo también la amaba, a veces me hacía dudar al respecto.—¡Quinn, maldición! ¿Podrías cerrar la boca? —Salí de mi dormitorio, en dirección hacia el suyo. Al abrir la puerta, la encontré bailando como una loca encima de la cama— ¿Qué haces? Por el amor de Dios...¡Estás loca mujer, completamente loca!—Estoy bailando, hermanita —no dejaba de moverse al ritmo de aquella música ochentera que tanto le gustaba escuchar. Quinn era mi hermanita menor, pues ella tenía diecisiete y yo había cumplido veinticuatro hace unos meses. Además de ella, tenía otros dos hermanos: Amy de veinte y Edmond de veintiocho.—Quinn, son más de las once. Necesito dormir, porque mañana vamos a asistir a una empresa muy important
Winter—Entonces, para mi punto de vista, el hombre de negocios con el que debo trabajar y estar pegada a él durante los próximos cuatro meses es un egocéntrico y un odioso —escupí mientras mi hermana Amy peinaba mi cabello en su habitación.—Winter, si tienes que trabajar a su lado tanto tiempo como dices será mucho mejor que dejes de hablar más de él y te concentres en todo lo que debes hacer mañana —asentí mientras rodaba los ojos. Ella planchaba mi cabello, aunque este ya fuese bastante lacio por naturaleza, pero, de igual manera, tenía un par de rizos en las puntas—Simplemente no le hagas caso, y concéntrate en hacer tu trabajo de la mejor manera, como siempre has acostumbrado a hacer. Eres muy buena en lo que haces y no le permitas a ese señor Reed que te haga dudar sobre eso. Y eres guapa, en eso sí tiene la razón ese hombre.—No fue para nada profesional ese comentario que hizo acerca que era todo un gusto conocer a una señorita tan guapa como yo..
WinterCrucé las piernas y me senté recta en cuanto el señor Reed consiguió una mesa para ambos. Había comenzado a fijarme en la clase de cosas que le gustaban lucir, a esto me refería con los carísimos trajes que vestía, relojes de las mejores marcas, corbatas de diferentes diseños que le ayudaban a lucir un poco más elegante, el cabello bien peinado y una sonrisa de lado. Por mi parte, siempre optaba por usar trajes de oficina, de distintos colores, tacones altos y bolsos de trabajo que me resultaran cómodos para llevar las cosas que solía usar y maquillaje ligero que no me hiciera parecer mucho mayor de lo que era naturalmente.—Bueno, señorita Howland, en primer lugar, quisiera aprovechar para decirle que me parece que su nombre es muy especial —soltó sin previo aviso, logrando sonrojarme de inmediato, pero, me reincorporé y tragué saliva rápidamente.—Gracias, señor Reed. Mis padres eligieron ese nombre para mí porque nací durante el invierno, exactamente el 17 de febrero —ni siq
DevanApuesto por todo porque me robaste el corazón, pero, yo quiero algo más. No me basta con pequeños momentos en los que tengamos conversaciones sinceras y profundas, ni con compartir durante mi horario laboral en la oficina, ni con comportamientos que cambien a cada hora. Te necesito a ti, Winter, y no importa cuánto deba perder por ello. Haré que confíes en mí, porque acabo de encontrarte y no pienso en perderte siquiera. Estoy dispuesto a arriesgarlo todo por tu amor, si eso es lo que necesitas para darme una oportunidad y confiar en mí.Luego del almuerzo que tuvimos, regresamos a la oficina y nos la pasamos trabajando por horas y horas. Ella se fue alrededor de las ocho y yo salí minutos después. Llegué a casa, sin esperar encontrarme con mi primo menor y un par de muchachas.—Devan, primo, todos te estábamos esperando —se acercó a abrazarme y noté el tremendo olor a alcohol en su cuerpo. Mi primo menor era un desastre cuando se trataba de las fiestas y aunque yo era exactamen
Winter—Señor Reed, la cámara ya está lista —le indiqué a mi jefe en cuanto todo estuvo en su lugar. Estábamos a punto de grabar algo que iba a ser sumamente importante en el libro; hablar sobre el amor de su vida, si es que alguna vez lo tuvo, aunque él me aseguró que sí que lo había tenido y que aquello lo había marcado.Hace tres semanas que me encontraba trabajando a su lado, y me tomó por sorpresa que no volviera a coquetearme de ninguna forma. Sin saber por qué me hacía falta que me molestara, pero, sabía que era lo más indicado. En este tiempo, hemos avanzado mucho con el proyecto de forma positiva.—Está bien, empecemos a grabar entonces —me sonrió de lado. Me alegraba que estuviéramos teniendo una relación netamente profesional.—Antes de empezar, le recuerdo que hablaremos de su vida personal, en especial de las relaciones que ha mantenido a lo largo de los años. Esto será una parte muy importante del libro, usted sabe que a las personas les encanta las historias de romance,
DevanEn mi vida entera, había besado a una mujer de la forma en que lo estaba haciendo ahora mismo. Era un beso lleno de desespero, curiosidad, pasión y quizás algo más. Winter me tomó de la nuca, haciendo que me llevara una gran sorpresa, para profundizar el beso. Besarla se sentía como el mismo paraíso y estaba seguro que yo no quería alejarme de sus dulces labios nunca.—¿Qué significa eso que acaba de suceder entre tú y yo, Devan? —Se separó de mí y me preguntó con la respiración entrecortada. Juntó nuestras frentes, dejando el nerviosismo de lado.—No lo sé, Winter, en realidad esto puede significar todo lo que quieras que signifique —volví a besar su mejilla. Me fascinó verla frente a mí sin obligarme a alejarme de ella si no quería recibir un buen golpe de su parte.—Por más que deseemos muchas cosas, Devan, todo lo que está sucediendo entre ambos no es lo correcto —suspiró sin dejar de entrelazar sus manos y acortando la distancia entre los dos—Soy tu correctora, soy tu emple
Devan—Mason, no creí volver a verte —le dije con una sonrisa torcida mientras me percataba de la mirada curiosa que me daba Winter—Te presento a Winter, la talentosa mujer que está trabajando conmigo en un nuevo proyecto y a Quinn, su hermana.—Un gusto, señoritas.—Chicas, por favor, espérenme un momento en el auto. No tardaré demasiado —indiqué y ellas luego de asentir, desaparecieron de mi vista.—Devan Reed, me he dado cuenta de que sigues siendo el mismo hombre que conocí en aquellas épocas —susurró sin dejar de mirarme de pies a cabeza. Odiaba que las personas lo hicieran, en verdad.—Bueno, Mason, te pido de favor que no hables si no tienes idea de la persona en la que me he convertido luego de perder a Olivia —contraataqué.—Olivia...—se calló por varios segundos, perdido en sus pensamientos—Hace ya tanto que no he escuchado su nombre.—¿Y eso? ¿No se supone que eras su mejor amigo? —Enarqué una ceja, sorprendido gracias a su reciente confesión.—Después de que rompiste con O
WinterEntré a las oficinas de la Editorial Kellog con una enorme sonrisa en el rostro. Por alguna razón, siempre me ponía muy feliz venir hasta acá y disfrutar de trabajar junto con personas que eran muy trabajadoras, colaboradoras y, sobre todo, amables. Al ingresar a la sala de juntas, todo el mundo me estaba esperando puesto que tendríamos una reunión en la cual se supone que yo iba a indicarles cómo me había estado yendo con el libro biográfico y para mostrarles mis avances en el último mes.—Buenos días a todos —saludé al ver a Ivy, Evan, Phoenix y Louis sonriéndome y tomando una taza de café.—Winter, qué gusto tenerte aquí. Hace mucho tiempo ya no habías venido a visitarnos —Ivy me sonrió enormemente. Esta mujer era la dueña de la editorial y todo lo que tenía en la actualidad, se lo debía a el gran trabajo que ha realizado a lo largo de su vida. Era una mujer madura de cuarenta y dos años.—Bueno, ustedes saben que el trabajo que me han encargado realizar junto con el señor D