Winter
Rodé los ojos, recostada en mi cama, al escuchar cómo mi hermana menor empezaba a escuchar música alta en el equipo de sonido en su habitación. Odiaba cuando ella lo hacía, pues cantaba horrible y me causaba un tremendo dolor de oído además que siempre escuchaba música pop, y aunque yo también la amaba, a veces me hacía dudar al respecto.—¡Quinn, maldición! ¿Podrías cerrar la boca? —Salí de mi dormitorio, en dirección hacia el suyo. Al abrir la puerta, la encontré bailando como una loca encima de la cama— ¿Qué haces? Por el amor de Dios...¡Estás loca mujer, completamente loca!—Estoy bailando, hermanita —no dejaba de moverse al ritmo de aquella música ochentera que tanto le gustaba escuchar. Quinn era mi hermanita menor, pues ella tenía diecisiete y yo había cumplido veinticuatro hace unos meses. Además de ella, tenía otros dos hermanos: Amy de veinte y Edmond de veintiocho.—Quinn, son más de las once. Necesito dormir, porque mañana vamos a asistir a una empresa muy importante para entrevistar a las personas que están en los cargos más altos, incluso, ni siquiera recuerdo si se trataba de un par de entrevistas o un libro biográfico, pero, era algo parecido. Necesito descansar si no quiero cometer errores que me cuesten demasiado, o todo.—Oh, lo siento Winter. Lo habrías dicho mucho antes —de inmediato, corrió a apagar el equipo y me sonrió—Ya, ya, vete a dormir para que hagas un buen trabajo mañana y luego no me recrimines nada.Asentí sonriente dejando un ligero beso en su frente. La pequeña Quinn era dulce, a pesar de ser bastante determinada y aparentemente dura la mayor parte del tiempo, digamos que ese era el caparazón que le presentaba al mundo entero.—Vete a dormir Quinn, mañana tienes que ir al colegio —señalé—Me molestaré si no te despiertas a la hora correcta ¿Te queda claro, pequeña?Al día siguiente, procuré levantarme muy temprano. Decidí vestir un traje bastante elegante color gris, acompañado por tacones negros muy altos y maquillaje muy sutil. Tomé mi bolso y todo lo que iba a necesitar para realizar la entrevista. Bajé hacia la cocina y saludé a mis padres:—Buenos días —sonreí al ver que habían preparado huevos revueltos, pan con mantequilla y café caliente— ¿Dónde están Amy y Quinn?—Ya se han ido a la escuela. Son más de la siete y media, así que se fueron hace mucho.—Es cierto, por poco olvido que ellas tienen diferentes actividades —rodé los ojos mientras me daba un ligero golpe en la cabeza. Qué tonta.El edificio era enorme, lujoso y tranquilo. Tenía más de veinte pisos, los cuales me di el lujo de contar uno por uno, ventanales limpios y personas entraban y salían de él. Mi jefe me dio un toquecito en el hombro para que lo volteara a ver.—¿Sí, jefe? —Respondí—¿Puedo ayudarle con algo?—He decidido que tú seas la encargada de realizar todo este trabajo que tenemos pendiente para poder escribir el libro biográfico. Esta es una empresa que comercializa vehículos, y el nombre del jefe es Devan Reed. Es un hombre de negocios, muy inteligente y rápido por lo que debes tener mucho cuidado con lo que vayas a preguntarle para que no haya un malentendido ¿Está bien, Winter? —Pero, jefe, se supone que yo solo venía a acompañarlo como su asistente... —mi voz temblaba. Posiblemente, yo no estaba lista para eso. Jamás he tenido tanta responsabilidad sobre mis hombros y era muy obvio la razón por la que me sentía tan nerviosa y comenzaba a dudar de mis capacidades.—Eres muchísimo más que una simple correctora, señorita Winter Howland. He trabajado contigo por poco más de un año y medio, me he dado el trabajo de observarte con mucha atención y he podido ver lo inteligente que eres. Ya es momento que tú tomes las riendas, y seas tú directamente quien realice las entrevistas para la Editorial Kellog. La señorita Ivy está de acuerdo con esto, así que no tienes razón por la cual preocuparte. Haz lo que te digo y punto. Aunque, en esta ocasión, el trabajo se reduce a escribir un libro biográfico sobre el dichoso empresario.—Adrien, usted sabe que a veces tiendo a ser un poco tímida y mi voz puede empezar a temblar un poquito...—estaba nerviosa, tanto que mi cuerpo entero temblaba y mi estómago empezaba a darme molestias— ¿De verdad, usted cree en mí y en el trabajo que he realizado?—Claro que confío en tu pluma, Winter, ya deja de dudar. Recuerda que no es un trabajo para nada simple ni en lo más mínimo, sino que también deberás escribir un libro sobre la vida del señor Reed —me hizo acuerdo y le sonreí—Ahora, entra a esa oficina y hazme sentir orgulloso de ti una vez más.No le respondí nada más y me encaminé hasta el edificio. Mientras tanto, revisé el interior del bolso; un par de cuadernillos, más de diez lápices, una grabadora de voz y otra normal, una cámara fotográfica profesional y mi teléfono. Al encontrarme en la recepción, mencioné:—Buenos días, soy Winter Howland y vengo de parte de la Editorial Kellog. Tengo una cita con el señor Devan Reed —le dije amablemente a la recepcionista— Espero que pueda ayudarme con eso.—Buenos días, sí, por supuesto. Suba hasta el piso número doce y golpee la puerta del señor Reed, en ella está su nombre escrito por lo que no se le va a presentar ningún problema.—Gracias. Qué tenga un buen día.Desde el mismo ascensor de edificio era sumamente elegante, tanto que lucía como si hubiesen gastado miles de dólares en él. Salí de él a paso apresurado escuchando el sonido que hacían mis tacones y sin más, golpeé dos veces la puerta que llevaba escrito "Devan Reed". Por cierto, creía que ese era un nombre bastante especial, pero, nunca seré capaz de admitirlo frente a la persona que lo tenía. Ya saben, nunca es bueno alimentar el ego de las personas porque se ponen odiosos.—Adelante —El hombre contestó casi de inmediato y giré el pestillo. Al estar dentro, me encontré con un caballero de alta estatura, preciosos ojos verdes, cabello negro y una sonrisa llena de egocentrismo—Buenos días ¿Con quién tengo el gusto?—Buenos días, Winter Howland —murmuré lo suficiente alto como para que lo escuchara y tomé asiento en una de las sillas de su escritorio—Vengo de parte de la Editorial Kellog, y seré la persona que se encargará de escribir su libro biográfico.—Ah, sí, esa editorial...—arrastró las palabras y dejó de verme para continuar rellenando un par de papeles. Qué imbécil, este tarado se cree más importante que lo que yo le estoy diciendo ¿Acaso no oyó que soy la correctora y próximamente, periodista, que se la pasara siguiéndolo a todos lados a partir de hoy?—Señor Reed, usted y yo tenemos muchas cosas que discutir sobre el trabajo que vamos a realizar juntos...—continué y crucé las piernas para no perder la paciencia puesto que ni siquiera se dignaba a mirarme. Apenas acabo de conocerlo y ya lo odio, aunque tampoco es como si tuviera la curiosidad de conocerlo más allá de todo lo que necesito para realizar mi trabajo de la forma correcta.Había escuchado varios rumores sobre el señor Devan Reed. Las personas decían que era un magnate seductor, egocéntrico e inteligente, demasiado. Mencionaron que últimamente había tenido más de cinco secretarias en menos de un año debido a que con cada una de ellas mantuvo una relación llena de pasión que se fue al caño porque él jamás buscaba relaciones a largo plazo y todas las mujeres con las que salía o se acostaba, eran como una aventura de una noche.—Señor Reed, si le parece que tiene el derecho de ignorar cada una de mis palabras como si yo no estuviese hablando con usted, le comento que está muy equivocado —señalé molesta. Maldito Devan, maldito seas— ¡Debe prestarme atención! No soy una pintura ni mucho menos, vine hasta aquí para hacer mi trabajo y yo también me merezco mucho respeto al igual que usted.De repente, me vio como un bicho raro y se acomodó en su silla. Frunció el ceño para después soltar una risita.—Está bien, señorita Howland, se ha ganado mi atención —me contuve para no bufar, sin embargo, sus profundos ojos me pusieron muy nerviosa. Quizá esa era la razón por la que conquistaba a todas las mujeres que se le cruzaban por al frente—Dígame todo lo que tenga que decirme, la escucho.—Como le decía, seré la correctora que se encargará de redactar su libro biográfico y para ello, prácticamente voy a convertirme en su sombra todo el tiempo durante los siguientes cuatro meses, que es el plazo que se nos ha dado a ambos para culminar con el proyecto —solté y asintió—Ahora, me ayudaría mucho que mientras trabaja, no deje de contarme cosas importantes o que han tenido relevancia a lo largo de su vida. La gente desea conocer quién verdaderamente es el hombre que está detrás del magnate y empresario, Devan Reed. No queremos que nos hable solamente de negocios, sino que nos cuente qué le gusta hacer en su tiempo libre, cómo es su vida cuando no se encuentra en la oficina, qué lo motivó a ser la persona que es ahora mismo y también, a todo el mundo le interesa saber sobre su vida personal, en especial sobre su vida sentimental. Ahora, si usted está de acuerdo comenzaremos hoy mismo, en este momento, mientras usted me comenta los datos más importantes sobre su persona y yo los anoto en mi agenda ¿Le parece, señor Reed?—Sí, comprendo, debo comentarle todo sobre mi vida, laboral y personal. Digamos que lo que tiene que hacer es como un lienzo al desnudo...—bromeó y se dio un instante para observarme de pies a cabeza. Traté de ignorar eso y asentí para que supiera que estaba de acuerdo con todo lo que acababa de decirme.—Muy bien, señor Reed, necesito que me diga su nombre completo, además de su fecha de nacimiento...Digamos que requiero de toda su información legal —antes que pudiese seguir, me miró incrédulo y me preguntó:—¿Una periodista va a escribir el libro? ¿Es que acaso eso no lo hace otro tipo de profesional? —Bromeé.Tiene razón. Tonta, tonta, tonta...Me presenté ante él como una simple periodista, cuando en realidad ese título aun no lo tengo. A los dieciocho comencé la universidad siguiendo la carrera de corrección de textos y la terminé a los veintidós, y apenas hace dos años estoy siguiendo de igual forma periodismo a distancia. Quería especializarme en ambas cosas con el objetivo de conseguir más oportunidades de trabajo en diferentes campos en el futuro, no obstante, he olvidado presentarme como correctora frente a este estúpido.—Oh sí, discúlpeme. Me refería a que soy persona que escribirá su libro porque trabajo en el departamento de corrección de la editorial, y bueno, ahora mismo también me encuentro estudiando periodismo y estoy por culminar la carrera —suspiré intentando parecer dura, aunque, en el interior me moría de los nervios por la estupidez que acabo de cometer.—¿Entonces, por qué dijo que era una periodista? —Enarcó una ceja. Ya, por favor, déjeme en paz señor Reed.—Lo lamento, señor Reed, tuve una confusión. Tengo un título en corrección de textos, pero, de igual manera yo también me encuentro estudiando periodismo actualmente porque me considero a mí misma una persona ambiciosa.—La ambición es importante en una persona que desea salir adelante, sin embargo, me parece que ha tenido una pésima confusión y que si se ha confundido con algo tan crucial como lo es el área en la que se desempeña como una profesional, es mucho más fácil que cometa cientos de errores mientras estemos trabajando en el libro.Sí, lo admito. Me he dejado llevar por los nervios y por mirarlo mal por el egocentrismo que demostró tener en un principio. Lo admito, me he equivocado y eso ha dejado una muy mala impresión sobre mi trabajo desde el principio.—Entiendo que usted piense aquello sobre mí y mi desempeño —me tomé un momento para respirar—Pero, honestamente señor Reed, le aseguro que puede confiar ciegamente en mi trabajo. Estudié en una de las mejores universidades del país porque gané una beca por mi excelente récord académico a lo largo de mi corta vida. Sí, soy joven y me equivoco de vez en cuando, sin embargo, eso no va a afectar mi trabajo. Yo le aseguro que el libro será el mejor que haya leído en los últimos tiempos y que las ventas serán extraordinarias. Soy firme y constante en mi trabajo y creo...Creo que soy la persona adecuada para estar frente a usted ayudándolo a escribir este libro que seguramente, significa mucho —le indiqué con la respiración entrecortada. Me esperaba que me mandar al carajo, pero, simplemente movió su cabeza y me contestó:—Bueno, señorita, parece que usted tiene un buen carácter y que confía en sus habilidades. Me gustan mucho las personas así, es decir, que tengan confianza en sí mismo —sí, se nota por lo egocéntrico que es. No necesita repetírmelo—Pienso que será mejor que comencemos a trabajar desde el día de mañana para que comience a trabajar en el mismo horario que yo lo hago.—¿Me permite conocer dicho horario? —Entrecerré los ojos buscando un esfero para escribir sobre una de mis agendas y verme ante él como una mujer intelectual. Luego del error tremendo que cometí al presentarme, quiero estar atenta a todos los detalles para no equivocarme de nuevo.—Entró a la oficina a las siete de la mañana y me voy aproximadamente a las diez de la noche, aunque, hay días en lo que debo irme un poco más tarde —señaló viéndome a los ojos. Comencé a entender que a Reed le gustaba intimidar a las personas con tan solo verlas, y por lo mismo, yo no iba a caer ante sus "encantos".—Está bien, supongo que mañana lo veré a esa hora —me puse de pie, dispuesta a despedirme y abandonar la oficina en los próximos dos minutos—Muchas gracias por su hospitalidad, lo veré mañana temprano para empezar a trabajar, señor Reed.—Gracias a usted por venir hasta aquí y aceptar el trabajo —respondió y asentí dándole la espalda y caminando hasta la puerta—Señorita Howland, por favor, espere un segundo.—¿Sí? —Di la vuelta.—Qué gusto ha sido conocer a una mujer tan guapa como usted, señorita Winter Howland —soltó de repente mientras me guiñaba el ojo.—Sí, como sea —rodé los ojos saliendo de la oficina antes que me hiciera perder la paciencia. Idiota señor Reed. Creo que los siguientes meses al lado de este casanova van a ser un verdadero desastre, y yo voy a perder la poca paciencia que me queda.Winter—Entonces, para mi punto de vista, el hombre de negocios con el que debo trabajar y estar pegada a él durante los próximos cuatro meses es un egocéntrico y un odioso —escupí mientras mi hermana Amy peinaba mi cabello en su habitación.—Winter, si tienes que trabajar a su lado tanto tiempo como dices será mucho mejor que dejes de hablar más de él y te concentres en todo lo que debes hacer mañana —asentí mientras rodaba los ojos. Ella planchaba mi cabello, aunque este ya fuese bastante lacio por naturaleza, pero, de igual manera, tenía un par de rizos en las puntas—Simplemente no le hagas caso, y concéntrate en hacer tu trabajo de la mejor manera, como siempre has acostumbrado a hacer. Eres muy buena en lo que haces y no le permitas a ese señor Reed que te haga dudar sobre eso. Y eres guapa, en eso sí tiene la razón ese hombre.—No fue para nada profesional ese comentario que hizo acerca que era todo un gusto conocer a una señorita tan guapa como yo..
WinterCrucé las piernas y me senté recta en cuanto el señor Reed consiguió una mesa para ambos. Había comenzado a fijarme en la clase de cosas que le gustaban lucir, a esto me refería con los carísimos trajes que vestía, relojes de las mejores marcas, corbatas de diferentes diseños que le ayudaban a lucir un poco más elegante, el cabello bien peinado y una sonrisa de lado. Por mi parte, siempre optaba por usar trajes de oficina, de distintos colores, tacones altos y bolsos de trabajo que me resultaran cómodos para llevar las cosas que solía usar y maquillaje ligero que no me hiciera parecer mucho mayor de lo que era naturalmente.—Bueno, señorita Howland, en primer lugar, quisiera aprovechar para decirle que me parece que su nombre es muy especial —soltó sin previo aviso, logrando sonrojarme de inmediato, pero, me reincorporé y tragué saliva rápidamente.—Gracias, señor Reed. Mis padres eligieron ese nombre para mí porque nací durante el invierno, exactamente el 17 de febrero —ni siq
DevanApuesto por todo porque me robaste el corazón, pero, yo quiero algo más. No me basta con pequeños momentos en los que tengamos conversaciones sinceras y profundas, ni con compartir durante mi horario laboral en la oficina, ni con comportamientos que cambien a cada hora. Te necesito a ti, Winter, y no importa cuánto deba perder por ello. Haré que confíes en mí, porque acabo de encontrarte y no pienso en perderte siquiera. Estoy dispuesto a arriesgarlo todo por tu amor, si eso es lo que necesitas para darme una oportunidad y confiar en mí.Luego del almuerzo que tuvimos, regresamos a la oficina y nos la pasamos trabajando por horas y horas. Ella se fue alrededor de las ocho y yo salí minutos después. Llegué a casa, sin esperar encontrarme con mi primo menor y un par de muchachas.—Devan, primo, todos te estábamos esperando —se acercó a abrazarme y noté el tremendo olor a alcohol en su cuerpo. Mi primo menor era un desastre cuando se trataba de las fiestas y aunque yo era exactamen
Winter—Señor Reed, la cámara ya está lista —le indiqué a mi jefe en cuanto todo estuvo en su lugar. Estábamos a punto de grabar algo que iba a ser sumamente importante en el libro; hablar sobre el amor de su vida, si es que alguna vez lo tuvo, aunque él me aseguró que sí que lo había tenido y que aquello lo había marcado.Hace tres semanas que me encontraba trabajando a su lado, y me tomó por sorpresa que no volviera a coquetearme de ninguna forma. Sin saber por qué me hacía falta que me molestara, pero, sabía que era lo más indicado. En este tiempo, hemos avanzado mucho con el proyecto de forma positiva.—Está bien, empecemos a grabar entonces —me sonrió de lado. Me alegraba que estuviéramos teniendo una relación netamente profesional.—Antes de empezar, le recuerdo que hablaremos de su vida personal, en especial de las relaciones que ha mantenido a lo largo de los años. Esto será una parte muy importante del libro, usted sabe que a las personas les encanta las historias de romance,
DevanEn mi vida entera, había besado a una mujer de la forma en que lo estaba haciendo ahora mismo. Era un beso lleno de desespero, curiosidad, pasión y quizás algo más. Winter me tomó de la nuca, haciendo que me llevara una gran sorpresa, para profundizar el beso. Besarla se sentía como el mismo paraíso y estaba seguro que yo no quería alejarme de sus dulces labios nunca.—¿Qué significa eso que acaba de suceder entre tú y yo, Devan? —Se separó de mí y me preguntó con la respiración entrecortada. Juntó nuestras frentes, dejando el nerviosismo de lado.—No lo sé, Winter, en realidad esto puede significar todo lo que quieras que signifique —volví a besar su mejilla. Me fascinó verla frente a mí sin obligarme a alejarme de ella si no quería recibir un buen golpe de su parte.—Por más que deseemos muchas cosas, Devan, todo lo que está sucediendo entre ambos no es lo correcto —suspiró sin dejar de entrelazar sus manos y acortando la distancia entre los dos—Soy tu correctora, soy tu emple
Devan—Mason, no creí volver a verte —le dije con una sonrisa torcida mientras me percataba de la mirada curiosa que me daba Winter—Te presento a Winter, la talentosa mujer que está trabajando conmigo en un nuevo proyecto y a Quinn, su hermana.—Un gusto, señoritas.—Chicas, por favor, espérenme un momento en el auto. No tardaré demasiado —indiqué y ellas luego de asentir, desaparecieron de mi vista.—Devan Reed, me he dado cuenta de que sigues siendo el mismo hombre que conocí en aquellas épocas —susurró sin dejar de mirarme de pies a cabeza. Odiaba que las personas lo hicieran, en verdad.—Bueno, Mason, te pido de favor que no hables si no tienes idea de la persona en la que me he convertido luego de perder a Olivia —contraataqué.—Olivia...—se calló por varios segundos, perdido en sus pensamientos—Hace ya tanto que no he escuchado su nombre.—¿Y eso? ¿No se supone que eras su mejor amigo? —Enarqué una ceja, sorprendido gracias a su reciente confesión.—Después de que rompiste con O
WinterEntré a las oficinas de la Editorial Kellog con una enorme sonrisa en el rostro. Por alguna razón, siempre me ponía muy feliz venir hasta acá y disfrutar de trabajar junto con personas que eran muy trabajadoras, colaboradoras y, sobre todo, amables. Al ingresar a la sala de juntas, todo el mundo me estaba esperando puesto que tendríamos una reunión en la cual se supone que yo iba a indicarles cómo me había estado yendo con el libro biográfico y para mostrarles mis avances en el último mes.—Buenos días a todos —saludé al ver a Ivy, Evan, Phoenix y Louis sonriéndome y tomando una taza de café.—Winter, qué gusto tenerte aquí. Hace mucho tiempo ya no habías venido a visitarnos —Ivy me sonrió enormemente. Esta mujer era la dueña de la editorial y todo lo que tenía en la actualidad, se lo debía a el gran trabajo que ha realizado a lo largo de su vida. Era una mujer madura de cuarenta y dos años.—Bueno, ustedes saben que el trabajo que me han encargado realizar junto con el señor D
DevanNo fui capaz de dejar de sonreír todo el día al saber que Winter había aceptado mi invitación para salir a cenar por la noche. Salí de la oficina alrededor de las seis y media de la tarde debido a que la cita era a las ocho. Sin embargo, me di cuenta que la noche no iba a ser como yo quería cuando me encontré con mi mejor amiga en mi departamento: Camile. Hace tiempo ya que le había dejado una copia de llaves para que cuando viniera a la ciudad pasara a verme, puesto que ella se encontraba viviendo en Nueva York gracias a que era tenía su propia marca de cosméticos al contrario mío, que jamás he querido dejar mi ciudad natal, Tampa.—Camile ¿Qué haces aquí? —No me malinterpreten, adoraba el hecho de poder verla una vez más, no obstante, por qué tendría que aparecer en el mismo momento que tengo una cita pendiente.—Bueno, vine a pasar unos días en la ciudad —me abrazó y luego besó mi mejilla—Me di cuenta de que no he venido a mi ciudad natal en más de cinco meses y supuse que er