WinterEntré a las oficinas de la Editorial Kellog con una enorme sonrisa en el rostro. Por alguna razón, siempre me ponía muy feliz venir hasta acá y disfrutar de trabajar junto con personas que eran muy trabajadoras, colaboradoras y, sobre todo, amables. Al ingresar a la sala de juntas, todo el mundo me estaba esperando puesto que tendríamos una reunión en la cual se supone que yo iba a indicarles cómo me había estado yendo con el libro biográfico y para mostrarles mis avances en el último mes.—Buenos días a todos —saludé al ver a Ivy, Evan, Phoenix y Louis sonriéndome y tomando una taza de café.—Winter, qué gusto tenerte aquí. Hace mucho tiempo ya no habías venido a visitarnos —Ivy me sonrió enormemente. Esta mujer era la dueña de la editorial y todo lo que tenía en la actualidad, se lo debía a el gran trabajo que ha realizado a lo largo de su vida. Era una mujer madura de cuarenta y dos años.—Bueno, ustedes saben que el trabajo que me han encargado realizar junto con el señor D
DevanNo fui capaz de dejar de sonreír todo el día al saber que Winter había aceptado mi invitación para salir a cenar por la noche. Salí de la oficina alrededor de las seis y media de la tarde debido a que la cita era a las ocho. Sin embargo, me di cuenta que la noche no iba a ser como yo quería cuando me encontré con mi mejor amiga en mi departamento: Camile. Hace tiempo ya que le había dejado una copia de llaves para que cuando viniera a la ciudad pasara a verme, puesto que ella se encontraba viviendo en Nueva York gracias a que era tenía su propia marca de cosméticos al contrario mío, que jamás he querido dejar mi ciudad natal, Tampa.—Camile ¿Qué haces aquí? —No me malinterpreten, adoraba el hecho de poder verla una vez más, no obstante, por qué tendría que aparecer en el mismo momento que tengo una cita pendiente.—Bueno, vine a pasar unos días en la ciudad —me abrazó y luego besó mi mejilla—Me di cuenta de que no he venido a mi ciudad natal en más de cinco meses y supuse que er
WinterDevan Reed no había podido escoger un restaurante más elegante para cenar que este. Además, reservó una de las mejores mesas, la cual se encontraba en el centro del salón, para los dos.—Se ve muy guapa hoy, señorita Howland —tomó mi mano y dejó un pequeño beso en ella. Me sonrojé ligeramente gracias a aquel acto de su parte.—Gracias por la invitación, señor Reed —intenté darles las gracias sin sonrojarme demasiado y lo miré a los ojos. Ellos eran como un mar profundo del que era imposible salir. Eran preciosos, como eso que encuentras detrás del arcoíris, es decir, algo celestial e inesperado. Eso era Devan Reed ante mis ojos— Sin embargo, me parece que se ha excedido un poco con los regalos que envió a mi oficina por la mañana. No me malinterprete puesto que me encantaron los regalos, pero, creo que no debe invertir tanto en mi porque me apena muchísimo que lo haga.—Está bien, Winter, lo hice porque quise bonita. Estaba segura de que esas joyas se verían preciosas en ti y m
DevanEl lunes llegué alrededor de las ocho de la mañana a mi oficina. Sin embargo, me sorprendió mucho encontrarme con mis dos hermanas, Taylor y Laurie, cargando un par de canastas.—Chicas, ¿qué están haciendo aquí? —Me sorprendí al verlas a ambas después de tanto tiempo.—¡Feliz semana de cumpleaños! —Gritaron al unísono y bufé al saber de lo que se trataba. Ellas siempre optaban por celebrar toda una semana mi cumpleaños porque a mi familia le gustaban esas ridiculeces. Aplaudí con aburrimiento.—Gracias, pero, no tenían qué molestarse viniendo hasta acá a saludarme —las abracé—Laurie qué bonita te ves, has crecido un poco más en estos últimos meses.—Ella ya es una mujer adulta —la molestó causándome una gran sonrisa—Y ese corte de cabello y el maquillaje la hace lucir muy bien ¿Cierto, Devan?—Sí, tienen razón. Me pregunto si van a quedarse aquí —pregunté al notar que, en los próximos momentos, Winter estaba a punto de aparecer y que iba a ser algo incómodo porque tendría que p
WinterDándome un ligero golpe en uno de mis brazos traté de hacer que mi nerviosismo desapareciera por completo. Observé con atención el vestido azul corto que usaba y el maquillaje ligero. En verdad deseaba no verme ni demasiado provocativa ni demasiado recatada debido a que no sabía con quien iba a encontrarme en la fiesta del cumpleaños de Devan. Dejé de tener tantas dudas para tomar un abrigo y mi bolso y bajar al primer piso, preparándome para salir hasta que me encontré con mi hermano y su esposa en la puerta, en realidad no sabía que hoy tenían planeado venir a visitarnos. Maldita sea, Edmond, siempre apareces en los momentos más inoportunos.—Oh, hola Edmond, Darlene, qué gusto verlos. Ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos ¿Cierto? —me sonrojé, lista para que ellos me llenaran de preguntas sobre mi aspecto y la razón por la cual me había arreglado mucho. Sí que me ponía muy nerviosa que metieran las narices en mis asuntos.—Pero qué bonita estás hoy, hermanita ¿Ir
Winter—¡Hace tanto ya que no salíamos tú y yo! —Hope me abrazó sin dejar de gritar como una loca. Ella era mi mejor amiga, sin duda alguna, aunque siempre he pensado que muchas veces exagera mucho.—Sí, Hope, es cierto —asentí al mismo tiempo que nos acercábamos a la barra. Por un momento en el que nos quedamos en completo silencio, no podía dejar de recordar los besos que había compartido con Devan la misma noche de la fiesta sorpresa, además de la conversación tan íntima. Ese hombre era el indicado, ya no podía dudar de ello ni por un solo instante y mi devoción hacia él no dejaba de aumentar cada segundo. Me he enamorado, me he enamorado de manera profunda de Devan Reed y ya no me interesa admitir que es verdad.—¿En qué piensas, Winter? —Enarcó una ceja después de que nos sirvieran un par de margaritas. Acomodé mi vestido lo más pronto que me fue posible para poder sentarme en la barra—¿En ese Devan, no es cierto?—Por supuesto que pienso en Devan porque lo hago todo el tiempo —s
DevanNo fui capaz de pegar un ojo en toda la noche debido a que me había concentrado en poner toda mi atención sobre Winter y lo bonita que ella lucía mientras se encontraba durmiendo. Sus rasgos eran muy definidos y atractivos, pero, lo mejor de todo su rostro era su sonrisa. Ella estaba sonriendo al dormir, y no sabía si esa es una costumbre que ella siempre tiene o si lo hace porque pasamos nuestra primera noche juntos. Por supuesto, no perdí la oportunidad de tomarle una fotografía y guardarla en mi cajón como uno de mis más grandes tesoros.Logré dormirme alrededor de las seis de la mañana y desperté a las diez, y no encontré a Winter a mi lado. Vi que había dejado una nota en mi velador:He ido a casa a cambiarme de ropa. Regresaré a las diez.Pensando que ya no estaba, me dirigí a la cocina y la encontré allí preparándome el desayuno.—Winter, no tenías por qué prepararme el desayuno —negué con la cabeza—Podría haberlo hecho por mi propia cuenta.—¿Qué pasa si tengo ganas de h
WinterMuy temprano por la mañana, me dirigí a la editorial para dejar un par de papeles que necesitaba sobre el libro de Devan. Me senté en mi oficina y comencé a editar un par de cosas necesarias en el documento y una enorme sonrisa apareció en mi rostro en cuanto Phoenix apareció frente a mí con dos vasos de café.—Phoenix, no sabes el gran gusto que me da verte —me puse de pie para recibirle el café y abrazarla.—Winter Howland, digo los mismo. Prácticamente ya ni te veo ¿Qué es lo que tiene tan ocupada, niña? —Se cruzó de brazos y me sonrojé al tan solo recordar que ya era la novia de Devan de manera oficial.—El trabajo está ahogándome, la respuesta es tan simple como eso —me encogí de hombros restándole importancia al asunto—Ha sido un poco complicado recopilar toda la información necesaria para el libro, pero, al menos ya queda un mes para terminarlo.—Y después viene la parte más difícil de todo este trabajo que es editar y corregir el libro hasta llegar a su mejor versión ¿n