DevanEl lunes llegué alrededor de las ocho de la mañana a mi oficina. Sin embargo, me sorprendió mucho encontrarme con mis dos hermanas, Taylor y Laurie, cargando un par de canastas.—Chicas, ¿qué están haciendo aquí? —Me sorprendí al verlas a ambas después de tanto tiempo.—¡Feliz semana de cumpleaños! —Gritaron al unísono y bufé al saber de lo que se trataba. Ellas siempre optaban por celebrar toda una semana mi cumpleaños porque a mi familia le gustaban esas ridiculeces. Aplaudí con aburrimiento.—Gracias, pero, no tenían qué molestarse viniendo hasta acá a saludarme —las abracé—Laurie qué bonita te ves, has crecido un poco más en estos últimos meses.—Ella ya es una mujer adulta —la molestó causándome una gran sonrisa—Y ese corte de cabello y el maquillaje la hace lucir muy bien ¿Cierto, Devan?—Sí, tienen razón. Me pregunto si van a quedarse aquí —pregunté al notar que, en los próximos momentos, Winter estaba a punto de aparecer y que iba a ser algo incómodo porque tendría que p
WinterDándome un ligero golpe en uno de mis brazos traté de hacer que mi nerviosismo desapareciera por completo. Observé con atención el vestido azul corto que usaba y el maquillaje ligero. En verdad deseaba no verme ni demasiado provocativa ni demasiado recatada debido a que no sabía con quien iba a encontrarme en la fiesta del cumpleaños de Devan. Dejé de tener tantas dudas para tomar un abrigo y mi bolso y bajar al primer piso, preparándome para salir hasta que me encontré con mi hermano y su esposa en la puerta, en realidad no sabía que hoy tenían planeado venir a visitarnos. Maldita sea, Edmond, siempre apareces en los momentos más inoportunos.—Oh, hola Edmond, Darlene, qué gusto verlos. Ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos ¿Cierto? —me sonrojé, lista para que ellos me llenaran de preguntas sobre mi aspecto y la razón por la cual me había arreglado mucho. Sí que me ponía muy nerviosa que metieran las narices en mis asuntos.—Pero qué bonita estás hoy, hermanita ¿Ir
Winter—¡Hace tanto ya que no salíamos tú y yo! —Hope me abrazó sin dejar de gritar como una loca. Ella era mi mejor amiga, sin duda alguna, aunque siempre he pensado que muchas veces exagera mucho.—Sí, Hope, es cierto —asentí al mismo tiempo que nos acercábamos a la barra. Por un momento en el que nos quedamos en completo silencio, no podía dejar de recordar los besos que había compartido con Devan la misma noche de la fiesta sorpresa, además de la conversación tan íntima. Ese hombre era el indicado, ya no podía dudar de ello ni por un solo instante y mi devoción hacia él no dejaba de aumentar cada segundo. Me he enamorado, me he enamorado de manera profunda de Devan Reed y ya no me interesa admitir que es verdad.—¿En qué piensas, Winter? —Enarcó una ceja después de que nos sirvieran un par de margaritas. Acomodé mi vestido lo más pronto que me fue posible para poder sentarme en la barra—¿En ese Devan, no es cierto?—Por supuesto que pienso en Devan porque lo hago todo el tiempo —s
DevanNo fui capaz de pegar un ojo en toda la noche debido a que me había concentrado en poner toda mi atención sobre Winter y lo bonita que ella lucía mientras se encontraba durmiendo. Sus rasgos eran muy definidos y atractivos, pero, lo mejor de todo su rostro era su sonrisa. Ella estaba sonriendo al dormir, y no sabía si esa es una costumbre que ella siempre tiene o si lo hace porque pasamos nuestra primera noche juntos. Por supuesto, no perdí la oportunidad de tomarle una fotografía y guardarla en mi cajón como uno de mis más grandes tesoros.Logré dormirme alrededor de las seis de la mañana y desperté a las diez, y no encontré a Winter a mi lado. Vi que había dejado una nota en mi velador:He ido a casa a cambiarme de ropa. Regresaré a las diez.Pensando que ya no estaba, me dirigí a la cocina y la encontré allí preparándome el desayuno.—Winter, no tenías por qué prepararme el desayuno —negué con la cabeza—Podría haberlo hecho por mi propia cuenta.—¿Qué pasa si tengo ganas de h
WinterMuy temprano por la mañana, me dirigí a la editorial para dejar un par de papeles que necesitaba sobre el libro de Devan. Me senté en mi oficina y comencé a editar un par de cosas necesarias en el documento y una enorme sonrisa apareció en mi rostro en cuanto Phoenix apareció frente a mí con dos vasos de café.—Phoenix, no sabes el gran gusto que me da verte —me puse de pie para recibirle el café y abrazarla.—Winter Howland, digo los mismo. Prácticamente ya ni te veo ¿Qué es lo que tiene tan ocupada, niña? —Se cruzó de brazos y me sonrojé al tan solo recordar que ya era la novia de Devan de manera oficial.—El trabajo está ahogándome, la respuesta es tan simple como eso —me encogí de hombros restándole importancia al asunto—Ha sido un poco complicado recopilar toda la información necesaria para el libro, pero, al menos ya queda un mes para terminarlo.—Y después viene la parte más difícil de todo este trabajo que es editar y corregir el libro hasta llegar a su mejor versión ¿n
Winter Llegamos al departamento de Devan después de media hora, el tiempo que tardó en manejar hasta allí y el tiempo que también tardamos en la farmacia comprando un par de complementos que necesitábamos con urgencia.Pero, cuando ya estaba lista para hacerlo, empecé a ponerme demasiado molesta. Estaba sentada en la cama de mi novio y él me observaba mientras entraba en la habitación. Se sentó a mi lado y comenzó a acariciar mis piernas con la mayor delicadeza posible.—Avísame si quieres que pare —anunció y yo me limité a asentir. Sus manos jugueteaban entre mis piernas y los nervios se me estaban poniendo de punta. Después de ello, sus manos subieron hasta mis senos y apretó uno de ellos sobre mi ropa. Gemí bajo y me mordí el labio por el placer que sentía—Eres muy bonita, de hecho, la mujer más perfecta que he tenido el honor de ver.Asentí concentrándome en la magnífica sensación que me estaba dando. De pronto se deshizo de mi chaqueta y la tiró por algún lugar de la habitación,
DevanAlrededor de las tres de la tarde, culminé de firmar un par de papeles que se requerían para darle inicio a un proceso extenso de compra y venta de autos deportivos de lujo. Winter se ofreció a salir y a comprar el almuerzo para los dos, debido a que no aprovechamos la hora indicada para hacerlo y nos moríamos del hambre. Ella llegó media hora después con un par de hamburguesas y papas fritas, además de unas bebidas y un postre.—Ya estoy aquí —anunció dejando la comida en el escritorio y sacando su teléfono—Apresurémonos almorzando que necesito que terminemos lo que te dije ayer.—Muy bien, no voy a demorar...—le respondí—¿Winter?—¿Sí? ¿Qué necesitas? —Me preguntó con sumo interés.—Quiero conocer a tu familia, en realidad, sería un tremendo honor hacerlo —entrelacé nuestras manos mientras acariciaba una de sus piernas.—¿Conocer a mi familia? —Se sorprendió—Sí, por supuesto, cuando quieras ir a casa, yo voy a llevarte. Aunque, necesito avisarles a mis padres para que no se as
Winter—La vida nunca es como uno desea que sea. Los finales felices no existen y es por eso, que debemos buscar vivir una vida tranquila y llena de alegrías que nos hagan felices como los merecemos. No importa si el amor que sientes hacia alguien es inmenso y verdadero, no serás capaz de permanecer al lado de esa persona eternamente y de la manera que deseas. Saturno quiere que te vayas, él no quiere tenerte en su mundo. Te irás muy pronto, cuando menos lo imagines, y debes aprovechar todo el tiempo que te queda antes de partir. Demuestra lo mucho que lo amas y reafirma tus sentimientos. Perteneces al invierno mismo, pero, el invierno va a matarte también. La vida se terminará y volará lejos como una preciosa paloma. Vive antes que no puedas hacerlo.—¿A qué te refieres? —Cuestioné a aquel precioso ángel, que estaba frente a mí y yo apenas pude ver que estaba en el llamada cielo—¿Qué quieres decir?—Tu línea de la vida es muy corta, lo que nos indica que tendrás una muerte inesperada