Antón no dijo nada más, ella tenía razón, a su manera, pero aún estaba en la cuerda floja presionando al jefe.— Creo que debes darle espacio para que, de respuesta, no lo presiones, deja que esté mejor y toca el tema de nuevo en casa, que él sepa que no estás interesada en otra cosa más que en él.— Comprendo, eso haré.— Debes entender que todas las mujeres que se le han acercado durante su vida lo han hecho con intereses personales, todas querían poder, dinero, y lujos, tú eres diferente…— Yo ni siquiera sabía quién era cunado, me fije en él, y tampoco tenía ilusiones de estar a su lado, estaba preparada para una vida religiosa, él fue quien me sacó del convento.— ¡Exacto! Recuérdale eso cada vez que puedas, pero hazlo sutilmente.— Gracias por tus consejos, Antón, no eres tan malo como crees…Él bajo la mirada al suelo.— Eso lo crees ahora porque no me has visto en acción, y tampoco a él… no confundas la amabilidad de esta conversación con lo que realmente soy, o lo que somos…
Angelina se deshacía en los brazos de Adriano, su delicado toque fue diferente a cualquier otro que hubiera experimentado antes de él. Esta vez fue tan protector y tan cuidadoso que incluso le infundió tal confianza, que por espacio de un minuto la pelirroja olvidó todos los fantasmas que habían estado merodeando en su cabeza durante los últimos días.Las manos de Adriano la recorrieron despacio y devotamente mientras ella se derretía literalmente en sus brazos.Alguien tocó a la puerta sacándolos de su burbuja personal.— Hay alguien en la puerta — Ella dijo todavía extasiada de su dulzura y sin soltar su abrazo.— Debe ser Antón, le pedí que viniera por la maleta.Angelina se irguió y se arregló el cabello, su personalidad no le permitía dejarse ver en lo que ella hubiera considerado “fachas indecorosas”— Iré a lavarme la cara, ¿Está bien?Adriano asintió con un ligero movimiento de cabeza y en cuanto Angelina entró en el sanitario, Antón cruzo por la otra puerta.— Señor, que gust
Antón se llevó la mano a la cabeza instintivamente mientras Sofi esperaba su reacción desde el otro lado de la línea.— ¿Antón? ¿Estás ahí? ¡Dime algo por favor! ¿Qué podemos hacer para ayudar?— Nada Sofi… — Dijo con desgano y una terrible jaqueca que comenzaba a ganar terreno — ¡Espera! Si hay algo, por ahora mantengan esto en secreto, el jefe no debe enterarse, no es bueno para su recuperación.— ¡Pero va a enojarse mucho cuando sepa que se lo hemos ocultado!— Sí, pero cuando lo haga, ya podrá pasar una buena rabieta, ahora no debería, eso puede afectarle, estar muy reciente su cirugía.— Es verdad, tienes razón, entonces hablaré con el resto del personal de la casa, pero debes filtrar la información con los hombres de seguridad, ya sabes cómo son de quisquillosos.— ¿Crees que alguien sea tan imprudente como para abrir la boca?— No lo creo, todo pasa por el filtro de Livia, pero en su ausencia pasa por mí, así que…— Entiendo, ¿Ella lo sabe?— No lo creo, me da la impresión de q
Ambos se fundieron en un dulce beso, uno como ese del hospital, lleno de ternura, una ternura que Adriano recién comenzaba a experimentar porque nunca antes la había vivido.Si para Angelina todo ese cúmulo de sentimientos era totalmente nuevo, para Adriano, el gran hombre de negocios, el príncipe de la mafia, el tipo con el corazón de acero y sangre en las manos, también, y parecía que comenzaba a derretirse como si fuera de cera al acercarse peligrosamente al fuego del corazón de Angelina.— Creo que este es el comienzo de una nueva vida para mí, Angelina, no puedo explicar lo diferente que me siento a tu lado, si alguien me lo hubiera dicho antes, si me lo hubieran advertido me habría burlado — Dijo soltando una risita estúpidamente nerviosa — Pero parezco un adolescente inexperto a tu lado, es como si sacaras aquello que nunca se desarrolló en mí, lo que estaba cubierto por todo el dolor, el resentimiento y no sé, tal vez los traumas…Ella tomó su rostro entre sus manos con cariño
Adriano presionó su cuerpo contra el de Angelina contra el muro, haciendo presión en los lugares en donde ambos se amoldaban perfectamente el uno al otro mientras encendía los motores de algo que no sabía si echaría a perder sus planes de esa noche.Ella se dejó llevar por sus besos hambrientos que comenzaron como sutiles y suaves y comenzaban a llenarse de un deseo embriagador. Sin embargo, Adriano sabía que dejaba subir muy fuertemente la intensidad, ella se detendría, solo por cuidar de su salud, así que no permitiría que eso sucediera.Tomó ambas manos de Angelina y las subió por encima de su cabeza contra la pared, manteniéndola atada contra la pared mientras la llenaba de besos desde el cuello hasta abajo, buscando su escote. Las caderas de la chica respondieron automáticamente con movimientos acompasados y rítmicos, pidiendo físicamente lo que su mente
Adriano puso el anillo en su dedo y ella se inclinó para besarlo, él de inmediato se levantó alzándola en brazos como si la chica fuera tan liviana como el viento y subió las escaleras con ella hasta la habitación.Si la de la mansión era lujosa y amplia, esta lo era el doble, con finos acabados modernos, mucha luz y un ventanal panorámico con vista al mar.Adriano la depositó con cuidado sobre la cama y se acomodó sobre ella esperando que protestara, pero no lo hizo, estaba tan imbuida en el momento que olvidó por completo la recuperación de su marido. A él no le molestó, tampoco sintió dolor o nada que le indicara que debía parar.De modo que cuando acortó la distancia entre ambos, Angelina comenzó a desabotonarle la camisa sin perder tiempo, haciendo que Adriano se sintiera más que deseado por ella.La pelirroja pasó las manos sobre el pecho desnudo y absolutamente escultural de Adriano, dibujando con la punta de sus dedos cada forma, cada valle y cada montaña de cuerpo trabajado.
Angelina dio un respingo y levantó la cabeza. — ¿Qué haces? ¿Por qué te detienes? La sonrisa habitualmente sexi de Adriano apareció de nuevo en su atractivo rostro y angelina supo que se traía algo más entre manos. — Cariño mío, creo que te apresuraste a decidir sobre entregarte a mis deseos más oscuros. Ella sonrió. — A ver, cariño — Ella dijo con una picardía que sorprendió a Adriano — Ponme a prueba. Él abrió los ojos sorprendido, y se quedó pensando un minuto. — Creo que te he convertido en un monstruo cariño mío. En el otro lado de la propiedad, Antón se entrevistaba con un hombre oscuro y gris, un tipo peligroso y poderoso conocido por no dar segundas oportunidades a quienes caían de su gracia. Este hombre, uno de los principales de la mafia rusa, había sido el responsable del trabajo en el que Adriano se había topado con el imbécil de Vico. — Bienvenido, señor Volkov, ¡Es todo un honor poder reunirme con tan importante caballero! — Antón lo saludó dándole la mano e im
— ¿Y si vamos a la tina? — Adriano sugirió desesperado tomándola por la cintura.— Creí que querías que me pusiera creativa…— Sí, lo deseo con cada célula de mi cuerpo, pero tengo algo para ti en la tina.Angelina sonrió, justo cuando había pensado que no podía ponerse mejor, él la sorprendía de nuevo con algo más.Él la tomó de la mano y la guio hasta el jacuzzi, era enorme y lleno de brillo, gritaba dinero por todas partes, había dispuesto una mesita con fresas y una fuente de chocolate.— ¿En qué momento preparaste todo esto, Adriano?— Tengo mis trucos, Amore Mío.— Ya veo — dijo sentándose con una pierna sobre la otra en la escalerilla de la tina.Adriano tomó una fresa grande y la sumergió en chocolate y luego caminó hacia Angelina y acercó la fruta hasta su boca y humedeció delicadamente su labio inferior, a modo de tentación ella intentó darle un mordisco, pero él se lo impidió alejándola a manera de juego erótico.Ella sonrió y se lamió el chocolate de su labio clavando su m