Ángela, se removió en la suavidad de la cama, nunca en su vida había dormido tan cómodamente, abrió sus ojos para ver la lujosa habitación donde se encontraba, trato de recordar lo que sucedió en la madrugada, pero recordaba poco, levanto la sabanas para ver su cuerpo, cubierto con su ropa del día anterior, no sabía si eso era bueno o malo para sus planes, ahora con la luz del día y su mente despejada, la idea de conquistar a Bruno Torrebiarte se reafirmó en su mente, era esto lo que deseaba, vivir de esta manera, no tener que preocuparse por levantarse a la hora, para salir a su trabajo de miedo tiempo mal pagado, comiendo pan de varios días, estirando los centavos para pagar alquiler y matricula, estaba cansada, a pesar de su situación había trato de vivir sin tener que vender su cuerpo por tres pesos, pero esto era totalmente diferente, Bruno no era el dueño de una panadería, seguramente era uno de los hombres más ricos del país y sería suyo…
- Buenos, día señorita – una chica con uniforme niego y delantal blanco entro con un par de jeans y blusas, ropa interior y un leve sonrojo en sus mejillas
- Buenos días – respondió se sentía tan bien ser respetada, tratada de esta manera, si tan solo la chica del servicio supiera que era mucho más afortunada que ella, seguramente no la miraría o hablaría así.
- El señor Torrebiarte le envía esto, si no es de su agrado o talla, siéntase libre de comunicármelo
- Gracias, puedes retirarte – se sentía tan bien, salió de la cama y reviso la ropa, era unos Jeans Lee original, valdrían al menos su sueldo de una quincena, cielos esto se sentía tan bien.
Bruno parecía tener buen ojo, los jean le quedaron perfectos, se amoldaron a su las largas piernas y su estrecha cintura, escogió una blusa con cuello ve que se amoldaba a su figura sin mencionar la ropa interior que llevaba bajo la ropa Victoria´s Secret, sentía que este era un sueño y se negaba a despertar. El sonido de la puerta llamo su atención nuevamente.
- Buenos días ¿Qué tal dormiste? – Bruno abrió la puerta y entró a la habitación
- Muy bien gracias, lamento haber arruinado nuestra noche – se disculpó, aunque dudo un poco de que sus palabras fueran las correctas
- No te preocupes Ángela, deduje rápidamente que no eres buena bebiendo tequila – sonrió y ella se sonrojo
- Lo siento – volvió a disculparse – tengo que irme, mis clases inician en media hora - busco su bolso, no recordaba siquiera donde había quedado
- Tu bolso quedo en la sala, vamos a desayunar y te llevo a la Universidad, tengo que llegar al trabajo – ella asintió encantada
- Gracias – susurró mientras caminaba detrás de Bruno, a la luz del día y con todos sus sentidos, podía ver la belleza del hombre maduro, bien podría ser su padre, pero ella era huérfana, así que no debía preocuparse por eso, mientras Bruno fuera soltero…
Ángela, tuvo que contenerse de gemir, al ver el plato de frutas, jugo, leche, tocino, omelet y algunas otras cosas que no había probado en su vida, sintió el impulsó de coger de todo y comer tan rápido, pero se abstuvo, el olor tentaba su estómago pero lo hizo cuando Bruno se lo indico.
- Apenas termines te llevaré a la Universidad ¿Qué estudias? – no deseaba hablar, quería únicamente abrir la boca para comer, pero será demasiado evidente su desaire
- Estudio Economía en la Universidad del Valle – era una de las universidades más caras del país habían otras que ni siquiera podría soñar con pagar la Matricula, ella tenía media beca de lo contrario sería imposible, soñaba con graduarse y ser una de las Economistas más reconocidas del país, pero su sueño se hacía más y más lejano con el incremento de trimestral de las cuotas, ni siquiera la Beca podría sostenerla cuando estuviera en el último años de su carrera.
- Me sorprendes – Bruno, se llevó un trozo de fruta a la boca, nunca había traído a nadie a su casa, este era su santuario y Ángela parecía encajar perfectamente.
Salieron media hora después, Bruno, había cambiado de auto dejo el Aston Martin, por un Mercedes Benz Maybach Exelero, negro, luchó para no abrir la boca y babear este hombre no era simplemente rico, era posiblemente asquerosamente millonario
- ¿Qué harás esta noche? – la pregunta repentina le hizo salir de sus pensamientos
- Supongo que dormir
- ¿Dormir? Es sábado creí que tenías algún plan – se mordí el labio, tratando de que su acción fuese sexy
- Estoy sola, ¿Qué planes puedo tener? – miró hacia la ventana, topándose con el reflejo de Bruno, preguntándose si volvería a verlo después de hoy
- Te invito a cenar – había pensado mucho antes de atreverse a hacer tal invitación, pero recordó que el día anterior había sido su cumpleaños y que no había tenido oportunidad de celebrarlo. Ella pareció sorprendida, al parecer no se esperaba esto
- ¿Hablas enserio? – Ángela, lo miro por un momento
- Tenemos un cumpleaños que celebrar - sonrió
- Gracias – también le sonrió
Llegaron a la entrada del Edificio que ocupaba la Universidad, se despidió dándole un beso en la mejilla a Bruno, bajo del auto bajo la atenta mirada de más de un estudiante, sonrió ante sus rostros de sorpresa.
- Hola – Alberto se acercó, abrazándola por la espalda, se tensó ante la idea de que la hubiese visto bajar del auto de Bruno.
- Hola – respondió con una sonrisa nerviosa
- Lo siento, perdóname cariño – Alberto beso su mejilla, disculpándose por no haberle prestado atención la noche anterior
- No te preocupes, comprendo que fue por tu trabajo – sonrió para demostrarle que no estaba molesta, sobre todo porque lo había dejado para ir con otro hombre, aunque no había hecho nada aun.
- Gracias por ser tan comprensiva, te amo – su labios dejaron un corto beso sobre los suyos, antes de separarse, Alberto estudiaba en la Facultad de Ingeniería, los edificios quedaban en distinto lugar.
- Te veré al salir – se despidió, ella camino hacía su salón, pensando únicamente en Torrebiarte, tenía que buscar información de él, lo haría apenas tuviese tiempo.
El día se hizo eterno, las agujas del reloj parecía no avanzar, estaba nerviosa, ansiosa, había buscado información sobre Bruno Torrebiarte en internet, Era el dueño de una Cadena de Centros comerciales y Almacenes de ropa, también tenía el 51% de acciones en una compañía de telefonía, su nombre figuraba entre los cinco hombres más ricos del país, como lo había imaginado, él era su boleto de lotería, solo tenía que pagar el precio del premio…
La tarde finalmente termino, estaba desesperada, esperaba el mensaje de Bruno, para salir corriendo, no quería encontrarse con Alberto. El sonido de su móvil hizo que revisara rápidamente, era un mensaje de su novio- “también te amo” – tecleó rápidamente, mientras bajaba las escaleras, el móvil volvió a sonar- “Estoy fuera” – camino más rápido para ir al encuentro de Bruno.- “Voy bajando”- “Lo lamento, no podré verte hoy, tengo un proyecto con mis compañeros, te amo” – envió el mensaje, le estaba mintiendo, pero no quería renunciar a Alberto sin saber a dónde llevaría esto que empezaba con Bruno, borró el mensaje, antes de salir del edificio y coloco en modo silencio su móvil.- Hola &ndas
Se removió inquieta en su lugar, no podía apartar las imágenes de Bruno y ella enredados haciendo el amor hasta el amanecer, sus cuerpos sudados, un fin de semana lleno de placer. Levanto su brazo un reloj Lady Datejust, adornaba su muñeca, mordió su labio al recordar el momento exacto en el que Bruno, se lo dio como un regalo de cumpleaños, esta era la vida que deseaba, a la que no estaba dispuesta a renunciar, no volvería a dormir en una cama dura jamás, mucho menos por preocuparse de lo siguiente que comería, hoy había tenido un delicioso desayuno, al volver a la habitación por sus cosas para asistir a la Universidad se encontró con un lindo Jeans celeste, una blusa de tirantes en color blanco y una linda chaqueta negra, Bruno tenía un justo exquisito y ella podía acostumbrase fácilmente, para rematar su mañana, la llevo hasta la puerta de la Universidad en un Porsche T
Suspiró cansada, había por fin terminado de lavar su ropa ¡a mano! – no podía darse ningún lujo por el momento, se repetía, su obsesión por Bruno, estaba aumentando había visto su mensaje disculpándose, no había respondido enseguida, se había levantado cerca de las cinco de la mañana, hoy no tenía clases hasta después del almuerzo, así inicio trazando su plan, tenía una semana para salir de su mugre vivienda, una semana para enamorarlo…Después de darse un baño escogió un vestido casual de tirante que amoldaba su impresionante figura, no sabía si, su cuerpo era natural o era el resultado de los días de ayuno forzados, sobreviviendo a base de agua, reviso su monedero tenía el pago de la tarde de ayer, suspiro, haría algo suicida con ese dinero, pero valdría la pena si tenía resultados, su est&
Después de que el chofer de la empresa la dejara en las puertas de la universidad se concentró, en sus clases, moría de hambre, no había probado más que una botella de agua y un bollo, pero sabía que había valido la pena…- Hola amor – Alberto le dio un susto, estaba concentrado recordando el rostro de placer de Bruno, su juventud era una de las cosas que tenía a su favor e iba a usarlo- Hola – saludo, no fue el tono cariñoso de siempre, Alberto era su novio, pero…- Por más que trates de ocultarlo, no podrás – esas palabras le hicieron girar en su dirección, ¿se había dado cuenta? ¿Lo sabía?- ¿Qué? – la duda se instaló en ella, pero si tuviera que elegir entre Bruno y Alberto, debía disculparse con él y marcharse, Bruno era lo que ella necesitaba- Estás mo
Volvieron a la Casa de Bruno, apenas entraron, Bruno, la tomó de la cintura y la atrajo hacia su cuerpo, el beso fue demandante, su lengua pedía permiso para entrar y ella no se lo negó, su cuerpo estaba en llamas, esto no era parte del plan, pero no podía contenerse, bastaba con que Bruno, tocara sus puntos sensibles para estar deseosa de más, Bruno, era su primera vez y ella parecía una adicta, deseando en todo momento su próxima dosis.Se separó al darse cuenta, pero no fue por mucho tiempo, Bruno, la condujo a su habitación, no era la habitación de invitados donde había dormido la primera noche, ni donde habían hecho el amor todo un fin de semana, no, no era esa habitación, Bruno la condujo a la habitación principal, su corazón latió fuerte, esto tenía que significar algo, tenía que significar que no volvería a su cuarto inmundo nunca
La primera semana de su nueva vida paso tan rápido que se lamentó no poder hacer que fuera lento para disfrutar cada bendito segundo de lo que estaba viviendo, no iba a engañarse, si Bruno, llegaba a darse cuenta que lo estaba engañando, la echaría sin contemplación, así que su cabeza empezó a fabricar planes y más planes para evitarlo, lo primero sería hablar con Gustavo y darle fin a su relación, no lo había visto en toda la semana, Zacarías la llevaba y traía a casa todo los días, la noches pasaba entre las sabanas de Bruno, no tenía queja el sexo era fantástico y los lujos algo de lo que no podía cansarse. Bruno, había dicho que tenía una sorpresa para ella, el fin de semana, así que trato de prepararse, asistiría a su última clase de la semana, no tenía que preocuparse por su beca, dentro de poco tendr&iacu
Estaba impresionada con la belleza de Río Dulce, nunca antes había viajado excepto el día que dejo su pueblo en el oriente del país cuando tenía quince años, no había tenido oportunidad de ver las maravillas que existía en su país.- ¿Has estado aquí antes? – Bruno, se había sorprendido de que la fascinación en los ojos grises- No, no había tenido la oportunidad, es hermoso, gracias Bruno – se acercó, cruzo sus manos detrás del cuello del mayor y beso sus labios, no era un beso pasional como los que intercambiaban, no era un beso de seducción, era un beso ¿de qué? No lo sabía con exactitud y tuvo miedo, mucho miedo de analizar lo que sentía, así que se limitó a disfrutar sin pensar, sin dudar más.La Cabaña de madera, con el techo de paja, las lámparas estilo colon
- ¿Qué milagro trae al pequeño de la familia a casa? – Alina, sonrió mientras saludaba a su hermano, lo amaba como a un hijo, había sido ella quien terminara de criarlo tras la muerte de sus padres- Alina, ¿Cómo estás? – saludó a su hermana, no entendía cómo podía ser tan cariñosa con él y tan agria con Barbará que era su hija- Extrañándote, ¿Cómo está Bruno?, hace tiempo que no se digna a visitar la casa familiar, Enrique no ha podido comunicarse con él, parece tener el móvil desconectado- No me sorprende, sobre todo ahora que tiene novia – espetó molesto- ¿Cómo?- Una chica que podría ser su hija, no entiendo a Bruno, después de lo sucedido con Carlota, no sé cómo puede confiar en ella- No puede ser tan joven, Bruno t