Ángela Beltrán, espero tener una oportunidad de explicarle a Bruno la situación cuando estuviese más calmado, sin embargo no puedo ser así, Bruno se habría marchado, regresando a México sin despedirse, sin darle la oportunidad de nada, sabía que era su culpa, sabía que debió hablarle con la verdad, pero eligió no hacerlo. Motivo por el cual no podía culparlo, había herido sus sentimientos al ocultarla su relación con Alberto y debía afrontar las consecuencias de sus actos…
—¿Señora? —Zacarías su fiel amigo, había estado a su lado los últimos cinco días, esperando en vano el regreso de Bruno.
—No volverá, Zacarías el no volverá —lloró. Sentada en las gradas de la inmensa mansión, nunca se había sentido más sola que ahora, ni siquiera c
Raúl recibió la bolsa de Ángela, había sido ingresada con urgencia al hospital público de la ciudad, no sabía a quién llamar, por Alberto sabía que Ángela no tenía familia alguna. Se sentó pensando ¿en qué hacer? ¿Y si le pasaba algo? ¿Qué haría? El móvil empezó a sonar, se dio prisa quizá tenía a alguien para avisar en caso de emergencia—Bueno —el silencio le siguió a su contestación—Por favor si hay alguien en la línea es urgente —dijo. Sin saber que más hacer—¿La señora Ángela? —le sorprendió escucha la voz del hombre parecía mayor, ¿sería Bruno?—Ángela sufrió un accidente —le silencio volvió a asustarle —Bueno, bueno por favor, ¿alguien en la l&ia
—Creí que al no ser Alina tu madre estarías a salvo de heredar su ambición, pero me equivoque Bárbara, eres exactamente como ella —Levantó el rostro en desafió, Bruno no era su tío favorito—No eres nadie para juzgarme, porque no le preguntas a tu prostituta —las palabras hirientes de Bárbara solo aumentaron su ira—Dime una maldita vez ¿Dónde puedo encontrar a Alberto?—¡No lo sé!—Dile donde podemos encontrarlo Barbie —Juan Carlos había escuchado la manera de expresarse de Bárbara, era normal siendo que ninguno de ellos era su tío biológico aun así le debía respeto.—Juan Carlos —él sonrió, ante el tono meloso de Bárbara, había deseado tanto que no fueran nada, pero ahora que lo sabía, todo era distinto, nada como lo esperaba.
Ángela aun dudaba que esto fuera real, había sido de alta hace apenas unas horas, estaba volviendo a casa con Bruno, después de creer que esto sería imposible, que la vida al lado de Bruno sería un lejano recuerdo se encontraba de nuevo en su habitación, no era el lujo lo que había echado de menos en estas semanas lejos. Era el calor del hogar, la gente en la casa a Bruno en su cama.—¿Estas cómoda? —preguntó atento, después de ayudarla a entrar a la cama—Sí, gracias Bruno, te amo —sonrió cuando él besó sus labios, lo había extrañado tanto, nunca creyó que se pudiera morir de amor.—Te amo cariño, descansa por favor —asintió. Mientras cerraba los ojos con la plena seguridad que al despertar Bruno estaría a su lado.⧓ ⧓ ⧓—¿Cómo dice?—
—Quiero una explicación sobre esto Bruno —Alina lanzó los papales sobre el escritorio de su hermano justo cuando estaba a punto de volver a casa—¿Explicación? No tengo porque Alina, el abogado ha sido claro contigo —su mira fue dura y fría—No puedes hacer esto, sabes los gastos que representa mantener la casa de nuestros padres, hay tantas cosas que pagar —se encogió de hombros—Lo siento eres tu quien vive allí no yo, son tus gastos no los míos, puedes manejarte como mejor te guste, despide personal, consume menos energía que se yo, pero déjame tranquilo — se puso de pie bajo la atenta y afilada mirada de su hermana—Eres un cretino Bruno, no te basto con quedarte con más de la mitad de la herencia de nuestros padres, cuando a Juan Carlos y a mí solo nos dejaron la mitad, ahora también retiras el d
Carlota estaba segura que no cedería a la petición de su nueva prometida, no podía permitir que su hijo fuera a presión por culpa de Bruno. No debía ser de esa manera, no debieron encontrarse en primer lugar, pero nadie puede escapar del destino por más lejos que intentará correr, el pasado siempre llegaba y no siempre de la mejor manera.—¿Qué haces aquí mamá? —lo que iba a decir se vio interrumpido por Alberto, quien había entrado acompañado de otra joven guapa y rubia.—AlbertoBruno observo al joven muy parecido a Carlota, en realidad se veían como madre e hijo…—Tío por favor, retira la denuncia que has interpuesto, solo hicimos lo que mi madre nos pidió —mentía las fotos fueron de utilidad y beneficio para ella nada más—Vete Bárbara, no tengo nada que hablar contigo &m
Saber la verdad sobre el proceder de sus padres en el pasado supuso un duro golpe para Bruno, quien nunca imagino que fueran capaces de semejante bajeza. Carlota había estado embarazada, su primer hijo no había llegado a nacer, por culpa de sus padres y estaba segura que también por culpa de su hermana mayor, Alina y sus padres eran la misma cosa, Alina era como una extensión de ellos, después de su muerte.Pero a pesar de todo debía continuar, Carlota y él se habían despedido en buenos términos aunque ninguna disculpa iba a borrar el pasado por lo menos podían intentarlo.—¿Está bien? —la voz de Ángela lo trajo a la realidad, había pasado más de dos meses desde que había visto a Carlota por última vez.—Sí. Lo lamento cariño —Ángela aun no sabía lo que había ocurrido entre C
EPILOGOÁngela observo su imagen en el espejo, su vestido blanco tipo princesa se abrazaba a su cuerpo. El encaje acariciaba su espalda, su cabello rubio recogido el velo acompañado de una tiara adornaba su cabeza, los aretes largos a juego con su collar “un regalo de bodas” había dicho Bruno el día anterior después de hacer el amor.—Te ves hermosa Ángela —Zacarías, tenía los ojos húmedos por las lágrimas, había dejado de ser el chófer de la familia para pasar a ser parte de ella. Su amor desinteresado por Ángela y el amor que ella le tenía era genuino. Era el padre de Áng
Acomode mi ropa, después de probarme un par de cosas, salí del vestidor, camine hacia la dependienta, deje la ropa sobre el mostrador, alegando que nada me complacía, me dirigí hacia la salida con una sonrisa sexy en mi rostro hacía el guardia de seguridad, cuando la alarma sonó tuve que correr tan rápido como mis pies me lo permitieron. No era la primera vez que me veía obligada a robar, conocía muy bien mi ruta de escape, hoy había sido ropa, algunas veces, robaba comida, zapatos, era mi modo de vida, pese a que tenía un trabajo de medio tiempo, no me alcazaba absolutamente para nada más que para pagar la matrícula de la Universidad y el cuarto tamaño de una caja de zapatos en el que vivía.Acelere el paso, cuando me di cuenta que los guardias del Centro Comercial venían tras de mí, creí que se cansarían luego, pero por lo vi