Lo busqué con la vista la mayoría del tiempo. Hice caso omiso a las nuevas charlas de Zelig y Arsen. No pude concentrarme, solo mantuve a la espera de atisbarlo. ¿Habrá sido mi imaginación? Parecía tan real, incluso sus facciones no parecían provenientes de alguna alucinación. Antes me había pasado; vi una yo pequeña por todo lugar que tocaba. Tal vez esta vez se repite eso.
Desde luego, ese pensamiento atrajo otro: el de Baal. No he tenido contacto con dicho ser omnipotente, ni uno pequeño, siendo consciente. Tampoco he puesto mi suerte en los dones que he recibido, los cuales andan en la ignorancia también. No quiero cometer los errores de mamá. Sé que ese demonio busca algo más, y eso es corromper. Si empleo esas habilidades para un mal o para un bien, él me deteriorará como tiene planeado. He procurado no ponerle tanta relevancia, pues no se lo merece. Si
El mundo me da vueltas y las tripas se me revuelven.De pequeña tenía amigos, tanto como niños y adultos que vagaban en mi vida; entraban y salían de ella. Gabriel pudo abrazarme, reír conmigo, ¿y para qué?, ¿engatusarme?, ¿ganarse mi confianza a tan plena edad? Porque la última vez que pude verlo fue mediante la cortina corrida de mi habitación. La mirada de odio que recibí me dejó con una tristeza gigante durante días. Mi único amigo adulto que valía la pena me había dejado a un lado. Son memorias que por fin después de mucho han vuelto a mí para mostrarme un dolor inenarrable.Ese cabo ya está atado. Faltan los otros sueltos.No suelto a Zelig, no me lo permito. Estoy entumecida, sin poder hablar o reaccionar como es debido.Vaya vida de mierda. El vampiro que tuvo una “bonita amistad” conmigo,
Por ningún lado vi a Green. Es más que seguro que fue una jugada de mi fatigada mente, pero ¿a qué precio? ¿Por qué? ¿Alguna advertencia? ¿Alguna premonición?Sacudo la melena.Retomo el pensamiento sobre el diario; es una información relevante. Desde la creación humana ellos surgieron. Dos mundos: maldad y bien. Deidades benevolentes, como los ángeles, y maliciosas, como los demonios. ¿Alguna mitología conocida, por ejemplo, griega? Esta historia contrae muchos misterios, más de los que tengo en mi vida y quienes están conmigo. Esa parte de nuestros antepasados ha de ser fundamental. Con ello entenderíamos lo que nos hace falta. Pero, siendo franca, no es el momento indicado para resolver aquello. Habrá otra circunstancia adecuada.Paseo las pupilas, como la mayoría del tiempo, en el centro del salón. En mi cabeza sigue fre
Retrocedo pasmada y no tardo en ponerme de pie. —¿Qué? Asiente de nuevo para darle ahínco a su respuesta. —De ahí el rencor, Red. Tu padre fue un espléndido cazador, uno de los mejores por su ascendencia, su linaje. Él proviene de una familia que solo se dedicó a darle muerte a los vampiros. Fue entrenado desde muy joven en las artes del asesinato. Culminó sus entrenamientos y casi a inicios de su carrera se encontró con Gabriel Lébedev cerca de su hogar metiendo las narices en donde no debía. Tuvieron una larga lucha. Tu tío estaba tan seguro de ganar que dejó su punto débil al descubierto con tanta facilidad que tu padre aprovechó eso para someterlo. Sin embargo, antes de desnucarlo, algo le hizo negar esa acción. No sé el qué, pero lo dejó libre, con la respiración agitada y lleno de heridas graves y leves. Tal vez fue empatía. Algo más lo incitó a tomar otra decisión. —Se frota las manos igual de pensativo que yo—. Fue un grave error. —¿Por qué —t
Me reclino contra el inodoro, vomito todo lo que puedo y gimoteo. Mi estómago se vuelve a remover. Me echo en la pared de porcelana sentada de medio lado con una picazón debajo del cuerpo y los ojos en el techo. Calculo el tiempo; falta poco para poder marcharnos.Luego del ajetreo vino la calma. Se comunicó al público interesado —nada nerviosos, eran más fingidos que mis actos— que fue una sorpresa hecha para advertirles qué tan influyentes y poderosos podían ser, pues los hicieron pegar brincos y amilanarse, así como iban a hacer con la población humana. Buen marketing. Río. Pero sé que buscan respuestas en cualquier rincón que puedan allanar y lastimosamente me podrán ubicar en uno.Después siguieron con lo programado como si nada hubiese pasado.En un estado de ánimo fatal, me sumí en un cansancio que no esperaba hasta caer aquí
Zelig aguarda por mí al lado de Arsen. Al frente de él, el malnacido ríe con una copa rojiza agarrada con fuerza a la altura de su pecho. Lo escudriño. Sé que a mis espaldas viene la rubia cabizbaja y nerviosa con el entendimiento en sus rasgos. Al sentirnos, los tres se giran en nuestra dirección. Bajo el mentón, entrelazo los dedos y me quedo quieta, como si nada hubiese pasado. La muchacha hace lo mismo. No me dirige la atención, pero de alguna manera tengo el conocimiento pleno de que desea decirme algo.Siento el interés de dos vampiros, el de mi tío incestuoso y el del castaño.—¿Por qué tanta la tardanza?—Nos pusimos a charlas —contesta la rubia.Me estremezco.—Anabeth, querida, nuestro invitado está apurado por irse.El ruido de su palma impactándose contra la mejilla de su bella sirvienta me hace subir l
El olor de los frondosos árboles y arbustos arrebata el aroma de ciudad que prevalecía bajo mis fosas nasales. Dejo la calidez del automóvil para recibir la brisa helada del bosque con los ojos cerrados y una pequeña sonrisa. Al mismo tiempo, Vukmir ayuda a Zelig en descargar el poco equipaje. Quiero deshacerme de este vestido en cuanto antes.—Bienvenidos a casa.Aún sonriente lo veo; las canas en su enmarañado cabello son más evidentes gracias a los tenues rayos del sol. La vejez en él contiene muchas memorias que deberían ser compartidas. Me examina también con una pequeña encantadora mueca.—Hasta aquí llega tu medio consejero —bufonea. Dejo que su brazo se apoye en mis hombros—. Sé que en algún momento nos volveremos a ver.Asiento, pero el pesimismo me golpea.Ojalá el destino lo mantenga bien.
Salto raíces salidas y ramas caídas. Los pulmones se me queman por el esfuerzo. Evito tener un rasguño con cada hojarasca que encuentro en el camino. Disminuyo la velocidad al por fin escuchar voces. Una algarabía, más bien. Lo primero que diviso son espaldas y personas de medio lado con los brazos cruzados. Discuten algo, no de manera agresiva, sino agradecida y estupefacta. Camino hacia el primer grupo. Son todos los habitantes del bosque, incluso los que viven en el sur. A tirones y empujones logro llegar al centro. Busco con la mirada esa cabellera rojiza de mi padre, pero no la encuentro. Desisto entonces. Sin embargo, me pongo a hallar la de Lion o la de Tiger, ¡la de cualquier conocido! No encuentro a nadie.Me empujan por la espalda.Maldigo por lo bajo.El portón del cuartel está cerrado. Con esfuerzo, me acerco a la rejilla y mediante el metal logro examinar a un guardián encapuchado y enmas
PARTE VIFamilia arrebatadaPapá me observa desde su asiento al otro lado de la mesa redonda. Comparte asiento con uno de los entrenadores y un viejo hechicero. A mi costado está Crow rígido sin saber qué pensar. Lo he metido en esto y no se ha quejado. Se lo agradezco.Hemos dado toda la información que recaudamos, incluso sobre el atento que los vampiros planean. Por ello, guardianes estarán en los alrededores de las cuevas de las brujas, así como Eva lo aceptó unos minutos Ella descansa perpendicular a mí. Ingiero saliva. Estoy cansada, necesito dormir. No obstante, esto es prioridad.El general mantiene la barbilla recta sin ánimos de dejarse humillar por los demás de la conferencia.—Es estúpido —alega la líder guardiana del este. Están todos los líderes present