Los ojos de Xavier le recorren el rostro de ella en busca de algún indicio negativo, en busca de una sola señal de temor, de que tema de él, pero no encuentra ninguno. Solo hay determinación en su expresión, ha tomado una decisión y está segura de ella. —Stacy, puede que te enteres de cosas que no te gusten —le advierte él.—Te dije que puedo soportar lo que sea, solo dame el beneficio de la duda, prueba —él asiente pasando una de sus manos por su cabello. Luego, exhala un profundo suspiro.—Ava y yo habíamos estado prácticamente desde que éramos niños. Sus padres y los míos eran amigos y socios. Crecimos juntos y eso nos hizo codependientes. Eso también facilitó que siguiéramos juntos cuando ya no debíamos porque la relación estaba irremediablemente rota. Nuestra relación fue una de esas en la que toda la familia sabe que van a terminar juntos, hasta nosotros lo sabíamos, era lo que se esperaba de nosotros.—Y tú… ¿tú la querías? —le pregunta ella curiosa.—Sí. Crecí pensando que el
Los ojos de Stacy se abren de par en par mientras siente el deseo recorrerle todo su cuerpo. Un hormigueo en la parte trasera de su cuello le indica que este es el momento que había estado esperando con tantas ansias desde que regresaron de la boutique.—¿Quieres que usemos la corbata, corazón? —le pregunta él con un deje divertido en su tono de voz, pero los ojos oscuros por el deseo.—Sí, por favor ¿vas a atarme? —pregunta ella con la curiosidad retratada en todo su rostro.—Entre otras cosas, sí.Xavier la acompaña hasta la cama, besándola castamente antes de acostarla sobre el colchón.—Quiero atarte a la cama, destrozar tus pantis y hacértelo hasta que ya no puedas más, hasta que estés tan extenuada que me supliques que pare.Al escuchar esas palabras, el deseo se agolpa en el vientre de ella obligándola a apretar sus muslos el uno contra el otro.—¿Qué te parece la idea? ¿Vas a portarte bien y dejar que me salga con la mía?Ella lo mira con la decisión clara como un cristal en s
Xavier la observa unos segundos para confirmar que ella estuviese de acuerdo, necesitaba su consentimiento para lo que tenía en mente.—¿Piensas atarme con esa corbata de una maldita vez o vamos a quedarnos así toda la noche? —le pregunta ella sonriendo alimentando más las ganas de él.—¿Está impaciente señorita Neelson? —le responde él con otra pregunta sintiéndose más divertido y ligero que nunca.La agarra de las muñecas y le sujeta las manos por encima de la cabeza, haciendo un lazo con la corbata y asegurándola al cabezal de la cama.—Tira de ella —le indica él.Stacy hala las ataduras mientras Xavier la aprieta, recompensándola con una deliciosa fricción.—No me provoques —le advierte la rubia.—De acuerdo, no lo haré si primero me suplicas. Pídeme que te deje sentir mi pene dentro de ti.Los ojos de ambos brillan mientras se observan mutuamente sonriendo. Él porque sabe que esa parte oscura le gusta a ella y, ella porque sabe lo mucho que él lo está disfrutando.En otra ocasión
Hay urgencia en sus movimientos. Stacy puede sentir cómo su corazón se ha acelerado a través de su espalda. Xavier cambia de nuevo la posición de sus manos, una se dirige directamente hacia su boca y la otra le da una cachetada a su trasero. El grito de placer que emana de su boca choca directamente con la mano de él.En lugar de continuar golpeando su trasero, su mano se dirige hacia ese punto entre sus muslos empapados y comienza a tocarla sin parar de embestirla. Todo el cuerpo de ella se contrae de nuevo y él lo siente con facilidad.—Córrete para mí, corazón.Sus palabras son la chispa final, el permiso que ella estaba esperando para liberarse y las llamas recorren su cuerpo al instante. Ve estrellas mientras acaba.—Justo así, corazón —con unas últimas embestidas, se derrama dentro de ella con un gruñido. Espera un par de minutos hasta que sus respiraciones se acompasan para decir— Quiero que lo hagamos de nuevo dentro de un rato; nos vemos en mi despacho. —y sin más, le desata
El terror se propaga por todo el cuerpo de Stacy mientras observa en el cristal de un espejo la palabra “Vete” escrita en mayúsculas.Luca le había advertido esa misma noche que se fuera, que se alejara de Xavier mientras pudiera hacerlo ¿Habría sido él quien le dejó ese mensaje? ¿Tenía Luca razón?La pintura roja gotea por el espejo. El mensaje es claro como el agua, alguien quiere que se marche o le está advirtiendo que lo haga.Unos segundos después, Xavier entra corriendo y la atrae hacia él, asustado debido al grito de espanto con el que ella lo había llamado.—Stace ¿estás bien? ¿qué ha pasado? Xavier recorre la habitación con los ojos y lo ve. Se acerca al espejo y pasa uno de sus dedos por las letras. Están recién hechas. La frota entre los dedos y luego la huele. Sus fosas nasales se agitan.—No es pintura, es sangre.—¡Ay Dios mío! ¿Por qué está pasando esto? ¿Quién pudo haber hecho algo así? —pregunta tras pregunta salen de la boca de la rubia.—NO lo sé, pero te puedo ase
Xavier inclina su cuerpo y su cabeza hacia abajo, hasta llegar a la boca de Stacy y le da un dulce beso, tan dulce que extraña a la rubia, nunca antes la había besado de esa manera. Su ceño se queda fruncido hasta que, poco a poco, el beso se va transformando hasta convertirse en uno más apasionado. Sus manos comienzan a recorrer todo el cuerpo de la rubia y sus respiraciones agitan de manera demasiada rápida. Stacy hace una pausa y se separa un poco de él, lo suficiente como para poder mirarlo a los ojos detenidamente. Ella no sabía qué, pero algo estaba cambiado en él, la estaba tratando con una dulzura que nunca antes le había mostrado, casi como si tuviera miedo de que desapareciera. En cuanto Xavier la ve, sus ojos comienzan a brillar. Desabrocha el lazo que sujetaba el albornoz de ella solo para encontrarse con su ropa interior. Junto antes de que Xavier le indicara a Stacy que la esperaba en su despacho, antes de todo el drama, ella se había colocado una lencería ne
Xavier se acerca a ella y le acaricia el labio inferior con el pulgar.—¿Estás convencida de que quieres dormir conmigo esta noche? Sé que es algo muy íntimo, quizás más de lo que acabamos de hacer, entenderé perfectamente si deseas tener la cama para ti sola, yo me iré al suelo.A pesar de que acababan de tener sexo, a pesar de que ella estaba completamente desnuda frente a él, Xavier le estaba dando la oportunidad de tomar ella su propia decisión.Con eso le estaba queriendo decir que no porque se acostaban quería decir que ella fuera de su propiedad, era una mujer que podía disfrutar de su libre albedrío y eso Stacy lo valoró mucho.—Xavier, estoy completamente segura. No pienso echarte de tu propia cama, además, si te quedas conmigo a mi lado me sentiré mucho más segura, sobre todo después de lo que acaba de suceder.ÉL asiente sonriendo y se mueve a su alrededor para quitar las sábanas que había colocado en el suelo y colocarlas de vuelta a la cama.—Me aseguraré de averiguar qui
Stacy no ha terminado de asimilar la noticia que Javier acaba de soltar cuando este cambia el tema rápidamente sin darle tiempo a hacer ni una sola pregunta.—Cuando termines de comer, quiero enseñarte algo.Tras un rápido desayuno y después de ansiar desesperadamente que Xavier apareciera sin suerte alguna, Stacy es conducida por Javier hacia una habitación de la mansión.La casa era tan grande que la rubia todavía no había descubierto todos sus lugares más intrincados, así que, cuando Javier la hace pasar a una habitación con un enorme piano en el centro, ella se desconcierta.—¡Wow! ¿Esto ha estado aquí todo el tiempo? —Javier asiente con su cabeza sonriéndole a ella— ¿Desde el primer día que llegué? —él vuelve a asentir— ¿Cómo es posible que nunca lo hubiera visto?—Este lugar es enorme, creo que habrá lugares que nunca descubrirás por ti misma —una punzada de curiosidad se enciende dentro de la rubia al escuchar esas palabras— Este lugar en particular, Xavi no lo frecuenta mucho,