Stacy no ha terminado de asimilar la noticia que Javier acaba de soltar cuando este cambia el tema rápidamente sin darle tiempo a hacer ni una sola pregunta.—Cuando termines de comer, quiero enseñarte algo.Tras un rápido desayuno y después de ansiar desesperadamente que Xavier apareciera sin suerte alguna, Stacy es conducida por Javier hacia una habitación de la mansión.La casa era tan grande que la rubia todavía no había descubierto todos sus lugares más intrincados, así que, cuando Javier la hace pasar a una habitación con un enorme piano en el centro, ella se desconcierta.—¡Wow! ¿Esto ha estado aquí todo el tiempo? —Javier asiente con su cabeza sonriéndole a ella— ¿Desde el primer día que llegué? —él vuelve a asentir— ¿Cómo es posible que nunca lo hubiera visto?—Este lugar es enorme, creo que habrá lugares que nunca descubrirás por ti misma —una punzada de curiosidad se enciende dentro de la rubia al escuchar esas palabras— Este lugar en particular, Xavi no lo frecuenta mucho,
Javier pasa las manos de su cara a su cabeza, entrelazando sus dedos por su cabello en señal de desesperación. Por una parte, quiere ser sincero con ella, pero, por la otra, teme a las consecuencias que sabe le esperarán.De un momento a otro, sus hombros decaen y la determinación se dibuja en su rostro.—Quiero decírtelo, tienes que saberlo. Vives en la casa de Xavier, así que te mereces saber lo que hizo.De pronto, el diario de Xavier le viene a la cabeza a la rubia, aparece en su mente y ella traga el nudo que se le forma en su garganta.Se le había olvidado por completo, esa era otra de las cosas misteriosas que sucedían ahí, cada vez que ella veía o descubría algo, tanto los sirvientes como el propio Xavier, hacían que a ella se le olvidara por completo, eso sin mencionar el estrés constante al que ella estaba sometida que tampoco ayudaba a que tuviera la cabeza clara y concentrada.Había demasiado misterio en ese diario, muchas cosas que leyó que nunca podrá entender sin que un
Las cejas de Stacy se contrajeron al darse cuenta de lo que eso significaba. Si Javier estaba tan seguro de que su hermano le había quitado y roto su teléfono celular con la excusa de protegerla, se debía a que esa no era la primera vez que lo hacía con alguna chica.Él saca el teléfono de su bolsillo y se lo extiende con una expresión de lástima y preocupación dibujada en su rostro.—¿A quién llamarás? No quiero líos con mi hermano.—Necesito hablar con mi mamá. Desde que llegué aquí no lo he hecho.—¿Te han dicho ya que eres muy mala mintiendo?—¿En serio soy tan obvia? —le pregunta ella con las mejillas sonrojadas debido a la vergüenza de ser descubierta mintiendo.—Sí —le sonríe él suavemente— Dime a quién vas a llamar de verdad. No voy a decirle nada a mi hermano, o a nadie si es eso lo que te preocupa.—Tengo que llamar a mi mejor amiga, está preocupada por mí. La última vez que hablamos no terminamos en muy buenos términos que digamos. La herí y le dije cosas feas, necesito hab
La voz de Xavier suena de forma letal mientras se dirige al centro de la habitación mirando fijamente a su hermano.El miedo comenzó a tomar fuerza en el interior de Stacy mientras las preguntas se arremolinaban en su cabeza: ¿Desde cuándo estaba ahí? ¿Habrá escuchado toda la conversación? ¿Sabe el trato que ella acababa de hacer con Javier?Por otra parte, a la rubia no se le escapaba el instinto de apropiación que él tenía ¿Desde cuándo ella se había convertido en “su chica”? Habían tenido sexo par de veces y ella lo había disfrutado, pero no habían conversado al respecto ¿Esperaba él que formaran una relación seria y estable? ¿Quería ella eso?—Xavier, solo estábamos conversando.—Stacy, si crees que esas palabras harán que esto sea menos sospechoso, te equivocas —repuso él con la ira reflejada en sus ojos.—Xavi, deja de actuar como un psicópata asesino en serie por favor —bromeó Javier.El hermano mayor se acerca a Javier hablando en un tono demasiado ba
Sin decir una sola palabra más, Xavier gira sobre sus talones y se marcha de la habitación. Sin perder tiempo alguno, Stacy sube corriendo hacia su dormitorio.No había entrado ahí desde la noche anterior cuando la acosaron. Miró hacia su alrededor, pero no encontró ni un solo rastro del espeluznante espejo por ninguna parte, pero, no se podía sentir cómoda ahí.El miedo de lo que había sucedido la noche anterior y lo que acababa de presenciar todavía estaba latente en ella. Sus manos temblaban mientras ella pensaba en lo que le haría Xavier una vez pusiera sus manos sobre ella.Por alguna razón que desconocía, lejos de asustarla, esa idea le gustaba mucho más de lo que debía. Definitivamente algo estaba mal con su cabeza cuando su primera idea fue colocarse una lencería sexy y eso mismo fue lo que hizo.Unos pocos encajes negros cubrían sus senos y apenas tres pedazos minúsculos de tela intentaban hacer lo mismo con sus partes más íntimas.Justo cuando terminó d
Stacy asiente con su cabeza y él no pierde tiempo en amasarle los pechos. Su boca se desliza sobre el cuerpo de ella y mordisquea su mandíbula y su cuello.Xavier la mordió lo suficientemente fuerte como para hacerle daño en sus labios, pero aún no lo suficiente como para dominar su deseo.Las manos de ella exploraron la curva de sus hombros y arqueó su espalda fuera de la superficie del piano para que sus pezones rozaran la carne de él.Xavier se movió entre sus piernas y, de una sola embestida, la penetró. Un gemido de placer se escapó de ella cuando él la llenó y ella inclinó su cabeza hacia atrás. Sus ojos se cerraron mientras absorbía la sensación de sus cuerpos fusionándose en plena armonía.—¡Joder! —exclamó Xavier mientras comenzaba a moverse, lentamente al inicio, pero ganando velocidad poco a poco.Las uñas de Stacy se clavaron en los hombros de él y, por un momento se preocupó de que, en efecto, todos en la casa la estuvieran escuchando porque no estaba siendo muy silencios
El pánico sube por la garganta de Stacy en cuanto escucha las palabras del oficial. El estómago se le contrae debido al temor que siente. Estaba sucediendo su castigo por asesinar a su propio padre le estaba llegando. Por mucho que intentó correr, la pesadilla la alcanzó y ahora estaba a punto de pagar las consecuencias de sus actos.El agente de policía saca una orden de su bolsillo trasero y, sin dar tiempo a que una excusa lo detenga, cruza el umbral de la puerta principal de la mansión.Sin pensarlo dos veces, Stacy se apresura a hacerse a un lado y se aprieta con la pared que queda justo al lado de la escalera donde ella estaba parada en un intento por perderse de la vista de los oficiales, pero, si tienen una orden de registro, nada les impedirá encontrarla dentro de la mansión.—Sabemos que la señorita Neelson está aquí, señor Lightwood. Lo mejor para usted es que coopere con nosotros si no desea que esto tenga más repercusiones para usted y su negocio —le advierte el policía.
—Diles la verdad, cuéntales que tu padre era un borracho maltratador. Explícales cómo viviste por años escondiendo las evidencias de sus maltratos, sufriendo. Diles que estaba tratando de matarte a ti y a tu madre debido a un ataque de ira y al alcohol y que tú solo te defendiste.La voz de Xavier suena firme y segura. Todo en su postura indica seguridad en sí mismo, algo que, de cierta manera, ayuda a Stacy a confiar un poco más.—Pero mi padre no me estaba intentando matar a mí, solo a mi madre —le rectifica ella.—Eso es un tecnicismo que podemos modificar. Eso fue lo que sucedió en aquel momento, pero ya no será así nunca más. Para la policía y todo el que pregunte, tu padre iba a matarte a ti. Ofréceles detalles escabrosos, los mismos que tú viviste solo que enfocados en ti en lugar de tu madre. Descríbelo todo de la peor manera en la que puedas hacerlo y no te detengas hasta que notes que ellos se pongan verdes debido a las náuseas. Hazles creer que esa era la única opción que t