Alina —Mi niña, me alegra mucho verte bien —murmura mi nonna cuando me despido, después de haber pasado toda la tarde con ella en el hospital—. No sabes lo preocupada que estuve estos días al pensar en tu supuesto matrimonio con ese hombre. —Ya te dije que estoy bien, nonna —reitero por tercera vez desde que llegué—. Luka es diferente, él me cuida mucho en verdad —miento a medias, al pensar en la vez en la que me rescató del secuestro y mi estómago se aprieta al recordar el temor que sentí. —Más le vale, cariño —advierte—. Es lo que los esposos deben hacer. —Sí —murmuro de manera incómoda al tener que mentirle sobre mi “feliz” relación con Luka. —Ya debo regresar a casa, nonna. Luka se preocupará si llego tarde —digo abrazándola y dejando un beso sobre su frente—. Me alegra mucho que te encuentres mejor, volveré pronto, ¿de acuerdo? —Cuídate mucho, mi niña. —Acaricia mis mejillas con cariño, antes de decir las palabras que me hacen tragar saliva con fuerza—: espero pronto poder c
Alina —No puedo creer que a la primera oportunidad que te doy vas y traicionas mi confianza y, encima de ello, ocasionas problema tras problema con tu comportamiento, Alina. —Luka espeta molesto apenas cruzamos la puerta de la casa, tras haberme salvado de esos hombres que pretendían introducirme por la fuerza al bar.—Lo siento, yo solo quería ayudar a mi amiga —confieso sinceramente—. Esos tipos me agredieron sin razón, yo no tengo la culpa de que haya personas tan despreciables como ellos.—Te di permiso de visitar a tu abuela, ¿Qué carajos estabas haciendo en un bar? —cuestiona dudando de mí—, ¿de verdad esperas que me crea esa tontería? ¿tan acostumbrada estás a esos lugares, que apenas saliste de casa corriste a ellos? Tal vez debí dejar que te subastaran en el burdel —asevera con veneno en cada palabra.—Luka, déjame explicarte…—No hay nada que explicar —me interrumpe—. Ya me tienes harto, ¿qué habría pasado si no me hubiese encontrado cerca de tu ubicación en ese momento? ¿n
Alina Observo mi reflejo sin poder creer que esa mujer hermosa y sofisticada sea yo. Los estilistas han hecho un excelente trabajo con mi cabello y rostro, tanto que, a pesar de llevar kilos de maquillaje y productos para el cuidado de la piel, mi apariencia es sobria y natural al igual que mi cabello que cae en ondas suaves sobre mi espalda, que parecen llamas por su color rojizo idéntico al de mi madre.Los golpes en la puerta me sacan del estado hipnótico en el que me encuentro y hago pasar a la persona que se encuentra del otro lado, mientras tomo mi pequeño bolso antes de salir al encuentro de Luka.—¿Estás lista? —Me sorprende la voz grave de mi esposo que habla desde la puerta.—Sí, ya estoy… —Me paralizo al verlo, su apariencia es…«¡Por dios! ¿por qué tiene que ser tan apuesto?» —Entonces vamos, se hace tarde —balbucea sin apartar su vista de mi cuerpo, inspeccionando cada centímetro de mí.Su escrutinio me hace estremecer de una manera en la que nunca me había sentido. Ten
Alina Un calor asfixiante invade mi cuerpo, y siento un enorme peso que oprime mi pecho y me impide respirar correctamente; abro mis ojos asustada, solo para darme cuenta de que la enorme anatomía de Luka yace sobre mí, lo que justifica mi malestar.Pestañeo confundida, tratando de rememorar la noche anterior y una a una van llegando las imágenes de Luka, primeramente en el sofá de la sala, cayéndose de borracho… sus pasos temblorosos al subir la escalera… el malestar que lo hizo correr al baño y deponer…«¡Santo dios! Lavé su cuerpo con mis propias manos» pienso avergonzada al recordar el momento en el que mis manos curiosas recorrieron la suave piel de sus piernas y abdomen, mientras él se mantenía inconsciente.«Soy tan sucia y aprovechada»Me remuevo sobre la cama, tratando de no despertar al hombre que duerme plácidamente con la mitad de su cuerpo sobre el mío y, con cuidado, me deslizo hacia la orilla del colchón y salgo de entre las sábanas dejando sólo en mi cama a mi esposo.
Salvada por la mafiaCapítulo 11 (capítulo 15 Buenovela)Alina—Lo haremos real —dice Luka con determinación, después de haberse enterado de que fui capaz de ventilar nuestro secreto.—¿C-cómo? —pregunto rogando a dios por que no se trate de la manera en que estoy pensando.«¿Rachel sería capaz de traicionarme?, es a la única persona a quién le he contado sobre mi matrimonio… No lo creo, ¿qué ganaría ella con esto?»—¡No lo puedo creer, Alina! —continúa mi esposo reclamando enfurecido—. ¡¿Cómo te atreviste a traicionarme?! Te salvé de ser vendida como una res en ese lugar de mala muerte, ayudé a tu abuela, le brindé la mejor atención, en el mejor hospital que el dinero puede pagar, le perdoné la vida a tu padre y te doy una vida llena de lujos a cambio de una sola cosa… a cambio de que respetes nuestro acuerdo y finjas llevar un matrimonio real conmigo.»¿Era tan difícil? ¿te parezco tan repulsivo? —inquiere sin dejarme responder—. Por tu culpa tendré problemas y es posible que no pue
LukaEl cuerpo de Alina vibra bajo el mío y siento sus paredes internas apretarme de una manera tan deliciosa como nunca había sentido.Acelero mis embestidas sujetándome de sus piernas, hasta que siento que no puedo contener por más tiempo mi orgasmo. Me dejó ir con todo lo que tengo y me derramo en su interior con frenesí.Volteo para verla y su rostro sonrojado, sus labios hinchados y el desastre de su respiración, me llenan de orgullo al instante, pero toda satisfacción queda en el olvido al darme cuenta de lo que en realidad sucede: Alina muerde su labio con vergüenza y las lágrimas que corren por sus mejillas me alertan de inmediato.Fijo mi vista en su cuerpo hermoso y delicado y bajo mi mirada un poco más, descubriendo la mancha de sangre sobre las sábanas que me hace abrir los ojos con asombro.Me separo de ella con apuro y, ni bien me recupero, cuando salgo de la cama y comienzo a vestirme bajo su atenta mirada. No digo ni dice nada, me encamino a la salida como un autómata,
LukaRegreso a casa unas horas después de reunirme con Marco en el bar, y aun no logro dejar de sentir el remordimiento que aqueja mi cuerpo desde que estuve con Alina de esa manera tan salvaje e impropia. Su mirada decepcionada se clavó en mi mente con tanta fuerza, que ni todo el alcohol que he consumido ha sido suficiente para arrancar el sentimiento de culpa que me invade ahora.Subo las escaleras lentamente, queriendo retrasar la hora en que esos bonitos ojos cafés me observen con tristeza. Camino por el pasillo que lleva a nuestras habitaciones y me detengo frente a su puerta, tomo valor, e inhalo profundo antes de golpear despacio.—Alina… —la llamo, rogando porque esté despierta aún y pueda disculparme antes de que sea demasiado tarde—. Alina, ¿puedes abrir la puerta?El silencio es mi única respuesta. Lo intento un par de veces más, pero el resultado es el mismo, así que cruzo el pasillo hacia mi habitación con la esperanza de que se haya quedado dormida y ese sea el motivo p
AlinaMi estado de ánimo no ha mejorado a pesar de la visita de Lola. En realidad, no entiendo por qué Luka envió por ella, si de cualquier forma no puedo hablar abiertamente sobre lo que en realidad me pasa. He tenido que inventarle algo sobre mi periodo y estar deprimida; aunque me moría por contarle todo sobre la experiencia más confusa que he vivido.Lo único que me motiva a salir de la habitación es la idea de ver a mi nonna; hace días que no la visito debido a mi mal estado. Mi abuela es sumamente perspicaz, y no tardaría en darse cuenta de que algo me sucedía, por ello, opté por aguardar unos días hasta poder disimular mi pena y darle una visión más estable sobre mi matrimonio.Salgo de mi habitación con apuro, ya vestida para ir al hospital. No quiero ser vista por nadie, aunque sé que es inútil, pues mi chofer le rinde cuentas a Luka sobre todo lo que hago. Cierro mi puerta y, apenas doy vuelta en mi sitio, la figura de mi esposo me sorprende frente a mí, observándome expecta