Los días habían pasado, había llegado el sábado, todo parecía estar normal entre Jax y yo, solíamos salir a pequeñas citas en restaurantes para conocernos un poco más y mis dudas en cuanto a él se fueron desvaneciendo gracias a sus muestras de afecto.Por otro lado, Zoe se disculpó conmigo por haberme sembrado una semilla llena de duda con lo que dijo sobre Jax aquél día, pero no la culpaba porque estaba segura que solo quiso ayudarme a resolver su propia incógnita que también la atormentaba a ella, después de todo no quería verme sufrir al integrarme a su mini grupo de chismes.Nos reuníamos casi todos los días, cuadrando la misma hora de descanso, aunque a Jax a veces le molestaba que saliéramos los tres al mismo tiempo porque teníamos puestos importantes, priorizando a Pablo ya que se encargaba de la recepción.Suspiré.Me encontraba en casa ayudando a la señora Teresa a bajar su carrito de limpieza por las escaleras. Tenía el día libre y Jax me comentó que saldría temprano del tra
De alguna manera sentí que ambos nacieron para molestarme. Rodé los ojos y me acomodé en la silla en cuanto mi padre soltó una leve risa divertida por mi reacción.—Bien, Jax. ¿Cuándo será la boda? —cuestioné, entre dientes y mirándolo a los ojos.Él inhaló hondo, pude notar cómo su pecho subió con una tranquilidad inmensa que me dejó anonada. Se reacomodó la corbata, o bueno, deshizo el nudo para quitársela y dejarla a un lado en la silla.—De eso también quería hablar. Hay que preparar muchas cosas, como por ejemplo el vestido, las invitaciones, la decoración y el lugar —comentó—. Para eso Zoe me ayudará.—Eh, Jax —lo llamó mi padre, alzando la mano—. Me gustaría preguntarte algunas cosas antes de que decidas una fecha, todavía no les he dado mi aprobación, ¿o sí? —añadió, con picardía y cruzado de brazos.Mi padre solía ser un poco bromista en cualquier circunstancia, me preguntaba cómo es que no llegó a amargarse la vida si desde que mamá nos abandonó él no se buscó a otra mujer.
—Veo que todo resulta justo como quieres, señor Brown —comenté, peinando mi cabello.Estaba sentada en la orilla de la cama, Jax me había a hecho una visita luego de haber hablado con papá y dejarlo en su habitación temporal para que descansara, porque viajar de una ciudad a otra debió ser un poco duro y diferente para él.El hombre se encontraba echado en el colchón en una postura de lado, mirando el celular y lo que más me interesaba era el hecho de que no tenía camisa. Su torso estaba desnudo tal y como lo había visto la ves que tuvimos intimidad, de solo recordarlo provocaba una llama en mi interior y que me mordiera el labio inferior por instinto.—Tienes razón. Te dije que serías mía, y lo fuiste. También que nos casaríamos, y mírate, estás decidida en llevar a cabo la boda sin que yo te obligue. Me siento el puto amo —comentó, sin dejar de mirar el celular.Me reí porque a veces se le subían los humos a la cabeza, pero sabía que estaba bromeando un poco. Seguí alisando mi cabel
—Me alegra saber que pronto formarás tu propia familia, Oriana —habló papá, bebiendo un sorbo de jugo.Estábamos en el patio de la mansión, Jax tuvo que irse a trabajar y yo tenía mi otro día libre, me daba la oportunidad de pasar tiempo con mi padre antes de que regresara la ciudad vecina porque él también tenía un trabajo estable el cual debía mantener.El patio era pequeño, pero había una piscina en medio que facilitaba esa vista maravillosa, junto a las plantas decorativas que adornaban los alrededores. Nosotros estábamos sentados en una mesa con sombrilla ya que el sol envolvía toda la zona.—De hecho, nunca me imaginé casada, siento que será algo nuevo para mí —respondí, moviendo la pajilla de mi vaso.—Espero que ese Jax no rompa su promesa y te trate como la princesa que eres. No soportaré ver tus lágrimas por un hombre —masculló, estirando su mano sobre la mesa.La tomé, dedicándole una tierna sonrisa por sus palabra. Él solo se preocupaba por mí.—Gracias, papá, pero no creo
Regresé con mi padre luego de la llamada amenazante que me dedicó Richard, no sabía qué carajos planeaba, pero definitivamente no era nada bueno. Pensé que nunca más tendría que volver a lidiar con él, al parecer la única forma era que estuviera tras las rejas.Caminé con cautela, procurando calmar mi agitada respiración ya que papá me conocía bastante bien como para saber cuando algo me alteraba, sin importar que llevábamos un año sin vernos, desde la última vez que lo visité.Él podía leerme con facilidad.Me senté de nuevo en mi lugar, sonriéndole al verlo comer a gusto. Me percaté que dejó el cuenco de la ensalada vacío.—¿Era Jax? Te iba a decir que me lo saludaras. Lástima que tengo que regresar mañana a mi ciudad —resopló, con pesadez.Tomó una de las servilletas disponibles y se limpió la boca como todo un señor moderno, tenía que admitir que esa acción me causó un poco de gracia.—Eh, no. Era una amiga —mentí, comprimiendo mis labios—. Por cierto, ¿te irás en un bus? ¿O Jax s
—¿Y cuándo será la boda? Porque Zoe me ha comentado que pronto me estaría avisando en día en el que te acompañaremos a comprar el vestido —comentó Pablo, encendiendo el computador.Era más temprano que otras veces, por lo que no habían llegado muchos trabajadores aún, así que tenía que estar preparado par anotar las asistencias cada vez que llegaran. Me apoyé en el mesón porque solo había una silla y la estaba usando el castaño.—Podría ser dentro de uno o dos meses, todavía no estoy segura, Jax anda con un misterio en que debe planear cada detalle primero antes de decirme la fecha exacta —respondí, rodando los ojos.—En serio, que envidia casarse con Jax Brown. Imagínate cuando el mundo te conozca, te van a envidiar cada vez que te vean, sobre todo las mujeres que babean con tan solo ver a Jax en televisión —aclaró, en un tono cálido.—De acuerdo, Pablo, ya entendí que Jax fue tu amor platónico —mascullé, mirándolo de reojo.—Oh, Oriana, ¿cómo supiste? ¿Soy tan predecible? —dijo, ris
Los días pasaban volando, Zoe no dejaba de hacerme llamadas siempre que salíamos de trabajar para llegar a un acuerdo con los preparativos de la boda o preguntarme si no tenía más personas importantes a las que invitar.Pero yo quería hablar con Jax sobre esa situación, me agobiaba un poco saber que podía tener una boda enorme con todo tipo de gente que desconocía, así que aproveché que ambos estábamos en la oficina para poder comentarle mis inquietudes respecto a sus planes, porque él apoyaba a Zoe en cada cosa que escogía.—Jax... ¿Podemos hablar sobre algo? —pregunté en cuanto terminé de redactar el informe que me había enviado.—¿Terminaste lo que te pedí? —cuestionó, concentrado en su pantalla.—Sí, ya te lo envío al correo...Tecleé unas cuantas letras y moví el mouse para lograr mi cometido, pero Jax se notaba un tanto estresado desde que llegamos al edificio.—Esta petición será crucial para ya legalizar todo lo que involucre construir un nuevo hotel en otro país —explicó, esc
—¡Obviamente hay que aprovechar este día al máximo! Nunca tendremos otra oportunidad de coincidir el mismo día libre los tres, y tuvimos suerte porque Jax lo consideró necesario —alegó Zoe, en un tono lleno de entusiasmo.Estábamos en un taxi de camino a una prestigiosa tienda que fabricaba los mejores vestidos de novia en la ciudad, y no solo eso, también hacían para las damas de honor. Serían dos pájaros de un tiro.No podía creer que ya habían pasado dos semana desde que Jax empezó a planear la boda. El pelinegro tuvo que quedarse en el edificio y posiblemente tendría mucho trabajo al darle el día libre tanto a su recepcionista como a su directora de operaciones, no tenía a nadie encargado de vigilar el personal por lo que tendría que hacerlo él mismo.Suspiré.—Ojalá yo pudiera utilizar un vestido ese día, lástima que es mal visto por la sociedad —reprochó Pablo, arrugando la boca.—Cálmate, algún día podrás casarte con el mismísimo Elías. ¿Cómo va su relación? —cuestionó Zoe, int