—De acuerdo... Oriana, necesito que revises mi agenda para los próximos días, el sábado necesito estar libre y tú también, te tengo una pequeña sorpresa —habló Jax desde su escritorio en la oficina.Estaba muy concentrado en lo que hacía porque le habían dado el visto bueno en construir un nuevo hotel en otro país, tal vez tendría que viajar para verificar la evolución o estar pendiente de que hagan todo bien, todavía no me había informado sobre ese detalle...Me dolería un poco que Jax se fuera durante un tiempo.—Entendido, señor —afirmé, revisando el documento en la computadora donde tenía su horario.Me sorprendía la eficiencia de Jax en tener al menos una reunión cada día con algún socio antiguo o un nuevo inversionista, el hombre trataba de encargarse de todo solo para que yo no tuviera que reunirme con nadie... Por más que eso alimentara mis capacidades.Desde lo que pasó con Richard en la sala de reuniones, no quiso arriesgarse conmigo en mandarme a reuniones de negocios por é
Zoe abrió la puerta de la cafetería haciendo sonar la típica campanilla. Ya habíamos buscado a Pablo en la recepción y dejó a un compañero que apareció de la nada a cargo mientras él tomaba su descanso.Entramos y por alguna razón no había tanta gente como las veces anteriores, como mucho habían tres mesas ocupadas. Nos fue fácil conseguir una a lo lejos y sentarnos, cerca de la ventana para apreciar el entorno de afuera en donde pasaban autos de un lado a otro y personas por la acera.—¿Y bien? ¿Cuál es el misterio? —indagué, juntando mis manos sobre la mesa.Pablo se había sentado frente a mi y a su lado Zoe, o sea que yo podía verle fácilmente las caras a los dos. El castaño comprimió la sonrisa, acomodó sus lentes y carraspeó antes de hablar.—Creo que próximamente tendré un novio muy rico, en todos los sentidos.Mi ceño se frunció. Zoe parecía estar emocionada ante la situación, pero yo no comprendía bien qué significaba eso a parte de haber tenido doble sentido la oración.—Cuén
Salí de la cafetería, faltar a lo que quedaba de mi jornada laboral no había sido mi mejor opción, pero mi cabeza estaba dando vueltas e incluso estuve a punto de cruzar la calle sin ver a los lados, cuando una mano familiar me detuvo, pude sentir sus uñas postizas aferrarse en mi piel.Me giré en su dirección y era Zoe, quien había salido persiguiéndome junto a Pablo. Ella me veía con el ceño fruncido y la mandíbula tensa, tal vez por mi actuar.—Escucha, sé que puede ser complicado recibir una noticia así, pero no dejes que te consuma y enfréntala. ¿En serio vas a huir como una jodida adolescente berrinchuda sin antes pedirle a Jax explicaciones? —masculló, negando con la cabeza.El viento soplaba con intensidad, logrando mover su coleta al igual que mi cabello, tuve que quitarme algunos mechones que llegaron a mis ojos e interrumpieron mi visión.—No sé... No sé qué decirle —confesé, mordiéndome el interior del labio.—Eso es lo de menos. Te pudo haber atropellado un carro si Zoe n
Los días habían pasado, había llegado el sábado, todo parecía estar normal entre Jax y yo, solíamos salir a pequeñas citas en restaurantes para conocernos un poco más y mis dudas en cuanto a él se fueron desvaneciendo gracias a sus muestras de afecto.Por otro lado, Zoe se disculpó conmigo por haberme sembrado una semilla llena de duda con lo que dijo sobre Jax aquél día, pero no la culpaba porque estaba segura que solo quiso ayudarme a resolver su propia incógnita que también la atormentaba a ella, después de todo no quería verme sufrir al integrarme a su mini grupo de chismes.Nos reuníamos casi todos los días, cuadrando la misma hora de descanso, aunque a Jax a veces le molestaba que saliéramos los tres al mismo tiempo porque teníamos puestos importantes, priorizando a Pablo ya que se encargaba de la recepción.Suspiré.Me encontraba en casa ayudando a la señora Teresa a bajar su carrito de limpieza por las escaleras. Tenía el día libre y Jax me comentó que saldría temprano del tra
De alguna manera sentí que ambos nacieron para molestarme. Rodé los ojos y me acomodé en la silla en cuanto mi padre soltó una leve risa divertida por mi reacción.—Bien, Jax. ¿Cuándo será la boda? —cuestioné, entre dientes y mirándolo a los ojos.Él inhaló hondo, pude notar cómo su pecho subió con una tranquilidad inmensa que me dejó anonada. Se reacomodó la corbata, o bueno, deshizo el nudo para quitársela y dejarla a un lado en la silla.—De eso también quería hablar. Hay que preparar muchas cosas, como por ejemplo el vestido, las invitaciones, la decoración y el lugar —comentó—. Para eso Zoe me ayudará.—Eh, Jax —lo llamó mi padre, alzando la mano—. Me gustaría preguntarte algunas cosas antes de que decidas una fecha, todavía no les he dado mi aprobación, ¿o sí? —añadió, con picardía y cruzado de brazos.Mi padre solía ser un poco bromista en cualquier circunstancia, me preguntaba cómo es que no llegó a amargarse la vida si desde que mamá nos abandonó él no se buscó a otra mujer.
—Veo que todo resulta justo como quieres, señor Brown —comenté, peinando mi cabello.Estaba sentada en la orilla de la cama, Jax me había a hecho una visita luego de haber hablado con papá y dejarlo en su habitación temporal para que descansara, porque viajar de una ciudad a otra debió ser un poco duro y diferente para él.El hombre se encontraba echado en el colchón en una postura de lado, mirando el celular y lo que más me interesaba era el hecho de que no tenía camisa. Su torso estaba desnudo tal y como lo había visto la ves que tuvimos intimidad, de solo recordarlo provocaba una llama en mi interior y que me mordiera el labio inferior por instinto.—Tienes razón. Te dije que serías mía, y lo fuiste. También que nos casaríamos, y mírate, estás decidida en llevar a cabo la boda sin que yo te obligue. Me siento el puto amo —comentó, sin dejar de mirar el celular.Me reí porque a veces se le subían los humos a la cabeza, pero sabía que estaba bromeando un poco. Seguí alisando mi cabel
—Me alegra saber que pronto formarás tu propia familia, Oriana —habló papá, bebiendo un sorbo de jugo.Estábamos en el patio de la mansión, Jax tuvo que irse a trabajar y yo tenía mi otro día libre, me daba la oportunidad de pasar tiempo con mi padre antes de que regresara la ciudad vecina porque él también tenía un trabajo estable el cual debía mantener.El patio era pequeño, pero había una piscina en medio que facilitaba esa vista maravillosa, junto a las plantas decorativas que adornaban los alrededores. Nosotros estábamos sentados en una mesa con sombrilla ya que el sol envolvía toda la zona.—De hecho, nunca me imaginé casada, siento que será algo nuevo para mí —respondí, moviendo la pajilla de mi vaso.—Espero que ese Jax no rompa su promesa y te trate como la princesa que eres. No soportaré ver tus lágrimas por un hombre —masculló, estirando su mano sobre la mesa.La tomé, dedicándole una tierna sonrisa por sus palabra. Él solo se preocupaba por mí.—Gracias, papá, pero no creo
Regresé con mi padre luego de la llamada amenazante que me dedicó Richard, no sabía qué carajos planeaba, pero definitivamente no era nada bueno. Pensé que nunca más tendría que volver a lidiar con él, al parecer la única forma era que estuviera tras las rejas.Caminé con cautela, procurando calmar mi agitada respiración ya que papá me conocía bastante bien como para saber cuando algo me alteraba, sin importar que llevábamos un año sin vernos, desde la última vez que lo visité.Él podía leerme con facilidad.Me senté de nuevo en mi lugar, sonriéndole al verlo comer a gusto. Me percaté que dejó el cuenco de la ensalada vacío.—¿Era Jax? Te iba a decir que me lo saludaras. Lástima que tengo que regresar mañana a mi ciudad —resopló, con pesadez.Tomó una de las servilletas disponibles y se limpió la boca como todo un señor moderno, tenía que admitir que esa acción me causó un poco de gracia.—Eh, no. Era una amiga —mentí, comprimiendo mis labios—. Por cierto, ¿te irás en un bus? ¿O Jax s