Olivia estaba dentro de una camioneta blindada, sentada con otros chicos y chicas jóvenes, notó que debían tener entre 20 y 30 años, más o menos, había buena ventilación.
Solo llevaba un pantalón, una blusa y una sudadera muy abrigada con botas y su mochila, el baúl que le había regalado su tío, decidió dejarlo a cargo de Luis, ya que no sabía si volvería a ver a su tío una vez que saliera de Yernimo.
—Hola, me llamo Victoria.
—Hola Victoria, me llamo Olivia.
Ambas comienzan a hablar entre ellos, mientras continúan dentro de aquel auto una vez que sienten que se detiene y abre ambas puertas.
Anuncian bajarse apresuradamente, con voz seria y a veces provocada por la ira, la frustración o el miedo. Se bajan y salen de donde estaban y ante sus ojos, un gran campo donde los reunieron a todos, ella se da cuenta que son demasiados y nuevos.
En eso los dividieron separándolos de hombres a mujeres, llevándolos guiados por los agentes, entraron por un pasillo algo grande, llevándolos a sus respectivas celdas de mujeres, para darles unos breves avisos importantes, que de alguna manera Olivia sabía de memoria.
Tratando de evitar algunas zonas de la prisión y dando la oportunidad de ayudar, ofreciendo algunos trabajos para mantenerse con vida, mientras cumplen su condena o tal vez a través del buen comportamiento y el trabajo.
Consiguiendo algo de dinero para ser libres, disponiendo a cada sujeto a trabajar en los diferentes puestos que la agente dice enseguida.
Mencionando el bar Yerco y los trabajos que ofrecen entre otras cosas, sin olvidar que puedes unirte a los diferentes clanes que hay en Yernimo o convertirte, en luchador, gerente o entrenador que aún hay disponibles, estando todo dicho y hecho, los agentes se retiraron.
—Olivia, ¿a dónde piensas ir? —preguntó Victoria, la chica alta, delgada, rubia y de 21 años.
Niega con la cabeza al decir:
—Quiero comer algo.
—Piensas pedir trabajo en Cocían.
—No, sólo quiero comer algo, ¿quieres ir?
Victoria asiente y ambas salen, siendo que la celda en la que estaban era compartida, caminaban hablando, entrando por una puerta grande, era como si Olivia supiera bien donde estaba, en el pequeño mercado que ha existido hace mucho tiempo en Yernimo, mientras escuchaba a su compañera hablar.
—A mí y a unos amigos nos pillaron cuando nos encontraron robando dinero.
—Es tu primera vez en Yernimo.
—Sí, pero creo que no es la tuya, veo que has estado aquí antes.
—Sí.
—Y ¿cuál fue tu delito?
—Bueno, soy un Trotamundos de nivel 8, y el tiempo que estuve aquí descubrí como escapar y ahora tengo que hacer parte de ser acusado como Trotamundos y escapar de este lugar.
—Caramba, seguro que tardas mucho en salir de aquí.
Olivia asiente mientras se adentran un poco más, viendo a la mayoría de los nuevos habitantes mezclados con los que llevan tiempo viviendo en Yernimo, ambos mezclándose entre la gente.
—Así que, si encuentras una forma de salir de aquí, cuenta conmigo.
—Por supuesto Victoria.
Mientras las dos caminan, pasan al lado de dos hombres que las miran, mientras Olivia dice algo más, es cuando se da cuenta de lo que Kerr le había dicho, cuando ambas se despidieron la noche que le mencionó y aún piensa en las palabras, "Salazar sigue en Yernimo".
Olivia lo odia y sabía quién era, quien lastimo a su hermana por su ridícula marca en la cara, decide no recordar las palabras de aquella vez que vio a su hermana con moretones y lo que le dijo, solo sacude la cabeza, tratando de no pensar.
En eso se limita a ir a recoger su plato preparado, siendo judías fritas con chorizo y un bolillo, al verlos la gente de allí reconoció que era Olivia, e inmediatamente la saludaron, algunos querían charlar con ella, pero era cortante.
Victoria se dio cuenta de que, aunque no sabe mucho de su amiga, reconoce que es alguien, digamos de fama en un sitio como Yernimo, consiguiendo una buena reputación, ambas se sientan a comer y hablan de otras cosas.
—Ya has pensado lo que vas a hacer. —Victoria le dice. —Pienso presentarme para ser gerente y entrenadora.
Victoria traga saliva sorprendida.
—No crees que será difícil.
—No lo sé, pero creo que lo que va a ser difícil es encontrar y elegir buenos luchadores, y hablar con Isabel, ella es la que tiene el archivo, bueno toda la información de los luchadores que son candidatos a conseguir un mánager, pero dime, ¿en qué piensas meterte?
—Tal vez en un clan de las chicas.
—Te recomiendo que no entres en el Fancy.
—Porque, tú estuviste allí.
—No, conocí a alguien que estuvo, lo que pasa es que se dedican a estar presentes en las peleas y eligen a algún ganador para que esté en su cama.
Mientras Victoria escuchaba a Olivia sobre lo que decía, se dio cuenta de que tanto estar fuera como dentro no era tan diferente, siendo que Yernimo le parecía un pueblo pequeño con sus pros y sus contras.
—Entonces me lo pensaré.
—Lo que quiero decir, es que mires otras opciones, los otros clanes de mujeres son diferentes, también puedes presentarte en el bar, cuando estuve aquí trabajé allí.
—Ahí te enteraste de cómo escapar.
—Sí, pero a lo mejor ya lo han cubierto, igual puedes solicitarlo en Cocían.
—No sé.
—Te acabas de apurar, a veces pasa que se acaban las plazas.
—Entiendo, cuando lo tenga te aviso.
—Claro, bueno me tengo que ir, no se cuanta gente quiere ser directiva o entrenadora, nos vemos luego.
—Sí Olivia.
Se levantó, cogió su plato y lo metió en la caja azul, salió del mercado y fue directa a ver a la señora Isabela.
Isabela es una mujer alta y robusta con el pelo no muy largo que la encuentra en una especie de oficina.
Olivia entra y ve a varios hombres, siendo ella la única mujer, algunos ya estaban saliendo cargando papeles, otros estaban firmando.
—Olivia has vuelto.
—Hola Isabel ahí vas.
—Sé que no has venido a saludarme, ¿ya te has decidido?
—Así es, quiero ser gerente y entrenadora, solo dame los papeles para firmar.
—Serás la única mujer. —le dice Isabel, mientras alcanza una carpeta que deja sobre la mesa, abriéndosela a Olivia que comienza a leer y a firmar donde tiene que hacerlo, aunque antes le hace algunas preguntas.
—Espera, antes no había nada de eso, porque ahora tiene esa cantidad.
—Sabía que te darías cuenta, las cosas han cambiado, ahora no se trata sólo de reunir cierta cantidad para poder salir, tú y tu luchador debéis multiplicar las ganancias para poder salir, no, en fin.
—¿De qué estás hablando? Isabel.
—Una vez que has cumplido con la cantidad de ser mánager, entrenador y quizás, también tu luchador, debes pasar y cumplir con la cantidad que debes cumplir en Errarás.
—¿Errarás? —pregunta Olivia.
—Se han dividido parte de Yernimo.
—¿Quiénes? —pregunta, sin revelar que sabe qué nombre le dirá Isabel.
—El nuevo director, Richard Butler, es el que ha hecho los cambios que has notado.
Y es él.
—Y Isabel ¿qué está pasando en Errarás?
—En esa parte, sólo se especializan en carreras de coches.—Y que pasa con los otros, los clanes, los del bar y los de la cocina.—Lo mismo tienen que cumplir, pero es peor con los mánagers, entrenadores y luchadores, es la causa de que los luchadores sigan esperando un buen mánager que a veces se niegan a aceptar, cuando ven la situación y prefieren quedarse estancados aquí.—Isabel, hay una forma de evitar no cumplir y no pasar a Errarás.Isabel negó y dijo:—No hay manera Olivia, se te tendrá que ocurrir otra idea, si no quieres ser gerente y entrenadora.Sabía y conocía a Isabel, al verla contestar tan rápido a lo que le había dicho, porque había una posibilidad de no pisar a Errarás, Olivia se limitó a sonreír y firmó los papeles.Isabel asintió, sacó la carpeta con los papeles firmados y le entregó una pequeña torre de carpetas con papeles, que empezó a revisar uno a uno, donde tenía una foto del luchador, nombre, edad, procedencia, ciudad y cuantos combates había ganado o perdi
Es cuando Olivia sale a buscar a Elmo, quizás él la ayude imaginando que Isabel ya les ha dado la noticia a los luchadores, siendo que ella misma le pidió que se lo dijera.—Primero debo hablar con Elmo.Se dice a sí misma fingiendo ser la primera persona en la que confía mientras salen de la celda y se encuentran con Victoria.Ambas caminan por el mercado, parte del bar, donde ahora trabajará su compañera, saluda a algunas personas que se sorprenden de que sigan en Yernimo, pregunta por Elmo quien le dice que está en su celda.—Hasta luego Victoria.—Sí, nos vemos en la celda.Entonces Olivia va a la celda de Elmo y grita su nombre.—¡Elmo estás aquí! —dice en voz alta.Sigue buscándolo, pero decide salir de allí, mientras camina por unos pasillos.—Estás buscando a Elmo.Ella se detiene antes de voltear hacia el chico, solo para verlo con cabello castaño corto hasta los hombros, barba y bigote de candado sonriéndole, ella tiene su nombre en la punta de la lengua.—Hola Gastón Alley.
—Sabes que conozco a Ethan y te conozco a ti, ¿qué hiciste?—Nada. —repite Pamela insistiendo en lo mismo.—Sé que nada tiene una razón o me harás adivinar.—Berenice esa es la verdad no pasó nada solo nos divertimos los dos.Ella asiente mientras dice:—Y no tenías intenciones de tocarle la cara.Se aclaró la garganta y con toda serenidad respondió:—No y sabes que todavía no entiendo por qué esta necesidad de tocar.Berenice se reía por un momento.—No mientas, hiciste lo que Ethan te hizo cuando lo hiciste.—No lo hice. —respondió lo más segura que pudo, pero en realidad ya se había dado cuenta de la verdad.—Pamela, no me mientas, solo cuéntame cómo pasó.Pamela solo empezó a disculparse y a contarle lo sucedido, Berenice solo la escuchó y luego dijo:—Ahora ve a su celda quédate con él no dejes que te aleje de él porque sabes muy bien lo que pasó con Eunice, Gina y yo no se debe volver a repetir y no vuelvas a perder su confianza.Pamela obedece, simplemente se levanta, se alista
Ella se limita a mirarle, comprobando que ha entrado en razón al decirle:—No digas su nombre.—Salazar no tienes elección, sé muy bien que solicitaste ser también mánager y entrenador que te denegaron, sé mi entrenador y yo seré el mánager.No sabe que había pasado, hace unos momentos cuando tomaba a Olivia del brazo, pero después de escucharla decir eso, idea un plan, es como ella lo mira con una singular sonrisa que provoca en ella confusión e inquietud, mientras lo mira frunciendo el ceño.Ethan sabía lo que diría ya se sentía mejor, siendo que después de que Olivia se separara de él, le provocó un mareo que terminó es como ya podía verla tener esa sonrisa traviesa, pero alegre.—Cierto Olivia, lo hice y como dices si tal vez no tengo opción, pero sé que tú y Kerr tuvieron algo y quiero preguntarte ¿en qué andan?—Sólo para salir de Yernimo.Responde ella, que no entiende por qué él sigue con esa sonrisa suya.Salazar se ríe y contesta:—Pero no sería más fácil sólo escapar. —No
Teniendo la facilidad de cubrir el cupo, y así pasar con éxito aceptando correr autos, solo que ahora ninguno de los ocho incluyendo a Salazar sabían que plan es el que Olivia Rotten tiene en mente.Eso no quita que ya quisieran volver al ruedo, pero tienen en mente que una vez que empiecen a ganar, es posible que tengan que superar el último gran obstáculo, quedar libres y cumplir la condena más fácil.Para no quedarse más en Yernimo, uniéndose a las carreras de coches con el miedo que da la muerte, otro camino es solo confiar en que la chica que es su manager y entrenadora sea la que tenga la última palabra.Observa que mantiene la boca cerrada, claro que le gustaría decir algo enseñando como sería mejor, pero respetará al entrenador y su forma de enseñar.—Hola Olivia.—Agatha.Las dos se dan un abrazo.—Veo que las dos hemos vuelto. —le dice Agatha.—Sí, y veo que te has cortado el pelo.—Sí, deberías hacerlo, es muy cómodo.—Puede ser. —responde Olivia.Mirando un momento su prop
Frankie es uno de los vigilantes de la decisión en la lista de luchadores.Olivia camina en busca de Frankie cuando lo encuentra hablando con otras personas.—Olivia, has vuelto.—Erick hola y sigues aquí o solo regresaste.—Sigo aquí.Olivia asiente mientras habla con Erick, un chico delgado, alto, de ojos grises y cabello platinado.—¿Y a qué te dedicas?—Bueno, soy el asistente y secretario de Frankie.—No querías entrar como luchador.—No, lo hice una vez, con eso me basta, pero dime ¿a quién buscas?—Vengo a hablar con Frankie, está hablando con esa gente.—Si solo espera un poco.—Y de qué están hablando con él.—Vinieron a hablar de las fichas blancas y negras.—También están en desacuerdo sobre la lista.—Tal vez vinieron a hablar con él sobre eso.—Sí.Nota enseguida Olivia que ese tema es parte de la conversación, en realidad para ella tocaría otros temas con Frankie en cuanto ven los dos la conversación que notan que empieza a aclimatarse con discusiones.Erick y Olivia sig
Olivia bebía de su bebida, decidió ir a sentarse dejando la barra a una de las mesas de la esquina con poca luz para quedarse sola en sus propios pensamientos para intentar entender por qué el miedo a las carreras de carros.Muchas preguntas sin ninguna respuesta de ello solo era llegar a la raíz.—Hola preciosa.En cuanto escucha esa voz masculina, Olivia bebe y voltea a mira a esta persona.—Charlie.—Puedo sentarme.—Claro.—¿Por qué Salazar es tu entrenador si tú lo eres?—Yo lo decidí, así que imagino que tu entrenador no está tan mal o igual, es un novato.—Todo bien, tú debes saberlo mejor.Olivia no dice nada, solo bebe de su vaso.—¿Por qué elegir a Salazar? Olivia, él es hombre perdido.—A ¿qué te refieres? Charlie hay algo que deba saber sobre Salazar.—Ten cuidado con lo que planeas.—Sé cuidarme solo, pero podrías ayudarme en algo.—Ayudarte.Charlie se ríe.—Sobre ese miedo a las carreras de carros, ¿por qué? Charlie Yernimo era la cárcel que te daba las posibilidades de
—No, esa forma de gancho no es efectiva, observa. —les decía Salazar esa mañana en la sala de entrenamiento.Olivia se encuentra observando sin dar reacciones mantenerse seria y ocupada en el papeleo, ella había vuelto hace unos minutos del lugar donde será el combate con los diferentes luchadores que se presentaran al gran show del rival más débil.—Necesito tu firma aquí.Olivia se da cuenta de que es Erick.—Hola.—Perdón hola.—Día estresante.—Sí.—¿Qué debo firmar?—Solo firma y ya.—No espera. —dijo Olivia al leer el papel y no creérselo, al igual los demás se detienen con la llegada de otros individuos peleadores con su entrenador y manager.Todos se encuentran mirando nada a gustos de lo que ven dándose cuenta, entre esas caras está Bruno Acosta con el entrenador Dalton Astin un hombre corpulento cabello rubio castaño y el novato Víctor León el manager.Es Seven quien se acerca a Olivia.—¿Qué sucede?—Bueno, se trata de compartir la sala de entrenamiento con León y su equipo