Estaban a solo dos días de su boda y Walter aún tenía una preocupación aún mayor que la referente al sexo. Sabía que hablar con Amanda y preguntarle que prefería para obtener alguna pista, era casi igual que preguntarle a la pared; no obtendría respuestas. Consideraba ser un hombre con múltiples experiencias y dejaría que su instinto lo guiara esa primera noche. Él había intentado preservar a León, mientras que protegía a Amanda. Conocía perfectamente que los medios de comunicación eran demasiado crueles con la gente. Él estaba listo para soportar cualquier noticia, pero Amanda era demasiado frágil y sensible. Los Hills no sabían que Walter había adoptado un niño. No tenían idea de que Amanda era madre, ni lo hubiesen imaginado. Aunque para el empresario, todo era bastante simple respecto a la adopción, para su familia sería hasta probablemente aberrante. El debía tener un hijo que llevara su sangre. Faltando dos días para el momento más importante y decisivo de su vida, aún nadie
Amanda sabía que estar en aquella habitación prolijamente decorada tenía un propósito. Sabía que no había lugares adónde ir, era correcto lo que tenía que suceder. No había pensado jamás en como sería su primera vez, solo se había dedicado a ser feliz con su amado padre y cuando él se fue comprendió que el mundo no era un lugar perfecto ni amable para vivir. Debió aprender muchas cosas que le causaron un profundo dolor. La muerte había teñido su vida llevándose a las personas más importantes que estaban en ella. Creía que lo correcto era entregar su virginidad por amor, y aunque no amara a Walter sabía que lo hacía por amor a su pequeño León. Era correcto estar allí, aunque no supiera ni que era lo que tenía que hacer, mucho menos sentir. Las películas que había visto en la televisión solo mostraban algunos besos, luego iban a la habitación y rápidamente amanecían juntos en la cama simulando su desnudez. No creía que todo fuera tan rápido. Los besos que Walter le daba duraban más qu
Amanda intentaba soportar lo que estaba sintiendo, pero era muy abrumador. Sentía que Walter le produciría mucho dolor, si apenas era el inicio y lo sentía una agonía no podía imaginar lo doloroso que sería cuando sus cuerpos se unieran por completo. Solo deseaba que todo acabara con urgencia, pero de pronto él se había detenido.-¿Hiciste esto antes?-Amanda contéstameSe sentía aún más avergonzada al enfrentar su mirada. Él ya no sonreía ni demostraba relajación en sus facciones, sino todo lo opuesto. -¿Estás molesto?- Rompió el incómodo silencio y el suspiró-No podría estar molesto ahora, no así- Amanda intentó cubrir sus senos desnudos. Sentía que había arruinado el momento- Respóndeme -No, no lo hice. Perdón- Se disculpó dejándolo perplejo- Nunca tuve novio y lo más cerca que estuve con un hombre antes fue por lo que te había contado -Debí suponerlo. Eres tan joven... no puedo anular el matrimonio ni retroceder ahora. Perdóname tu a mi- Se sentía un pervertido. Él había queri
Amanda había aceptado aquel abrazo y las caricias que su esposo le ofrecía. Sentía que su energía se había ido por completo y que estaba en extremo relajada. Su cuerpo se sentía más liviano y libre de tensión. Aunque entregar su cuerpo por primera vez había resultado doloroso y se había sentido abrumada por las habilidades de Walter y su confianza hasta para tocarla en las partes más privadas... no había estado mal. Luego del dolor inicial todo era demasiado agradable hasta que su cuerpo entró en tensión y él no se detuvo.Había sentido tanto temor de que eso no sucediera. Si Walter se decepcionaba y no lo hacía, si se divorciaba, todo acabaría en un desastre, en una catástrofe devastadora para su vida y la de León. Sintió más nervios cuando Walter se había detenido, hubiese podido hasta rogarle porque acabara eso de una vez. -Debiste decirme que eras virgen cuando firmamos el contrato. Agradezco haber dudado, hasta de no dejarme llevar por la pasión. Podría haberte lastimado o ser b
Amanda sentía como Walter le provocaba tantas sensaciones indescriptibles que no era capaz de pensar con claridad ni de sentir algo más que el placer que le estaba proporcionando. Solo era capaz de escuchar sus cuerpos uniéndose, sus respiraciones agitadas y como Walter expresaba cuánto estaba disfrutando estar así con ella. Comenzaba a invadirla aquella ansiedad de alcanzar un nuevo orgasmo y por la manera en que se sentía, sabía que probablemente sería aún más intenso que el primero que había tenido. Walter sentia como Amanda perdía la calma debajo de su cuerpo y lo miraba con aquel desconcierto intentando pedirle silenciosamente que se detuviera, pero también que la hiciera llegar a la cima. Empezó a moverse más lentamente retrasando aquel momento intenso de placer. Si seguía mirando como ella disfrutaba y aquella inocencia que poco a poco estaba quitándole terminaría por dejarse ir mucho más rápido de lo que hubiese querido. Se concentró en hacer que se perdiera en la dulzura de
Amanda no supo que decir. Walter no mentía, estaba ansioso pero también porque esperaba una mujer experimentada y al saber que ella no lo era... aquella ansiedad se había extinguido para ser reemplazada por una conversación incómoda. -Creí que... mi problema había acabado con tu ansiedad- Walter la miró con ternura-No era un problema que fueras virgen. Me sentí mal, no voy a negarlo pero es conmigo mismo, no contigo- Explicó con cautela notando como ella abría sus ojos con asombro- Te pregunté muchas veces que preferías, quería que esto aunque fuera una obligación, sea placentero para los dos -¿Entonces no hice nada mal?- Aún tenía aquella duda que la atormentaba -No Amanda, fuiste maravillosa. Me gustó, lo disfruté y tú también lo hiciste- No podía estar más de acuerdo con él. Lo había disfrutado, no había duda de eso y había notado que el también gozaba ese momento Amanda notó que él cuerpo de su esposo bajo aquellas sábanas volvía a cobrar vida y se apresuró a alejarse. Necesi
Cuando el matrimonio se vistió con la ropa limpia que les habían llevado, Amanda lo hizo en el cuarto de baño. Aún era muy pronto para dejar todo su pudor y con el temor de tener alguna pérdida sanguínea, prefirió vestirse en privado. Walter sonreía, lejos de estar molesto, le gustaba la frescura y la timidez de su esposa. Él sabía bien que eso se iba gradualmente cuando la excitación se presentaba y cedía sin impedimentos a sus caricias, besos y todo lo demás. Amanda había observado aquella ropa que le habían llevado, pero sus ojos se habían detenido en la lencería que debía usar. Tocó ese conjunto negro y transparente, apenas había unos bordados en la zona de sus pezones y nada más. No tenía nada más que usar, así que sin meditarlo más se lo puso. Era mejor usar eso que poco cubría, antes que no usar nada bajo ese vestido tan hermoso. -Te ves tan linda- Walter la elogió cuando la vio, realmente era una mujer muy bella-Gracias, aunque estoy un poco incómoda- Se sinceró, era el mom
El paisaje que se extendía frente a los soñadores ojos de Amanda era sencillamente maravilloso. Walter había decidido que le gustaría compartir la naturaleza con su esposa. Harían un pequeño tour por distintos sitios, lo último que harían sería ir de compras. Con la manera de ser de Amanda, estaba seguro de que amaría llevar recuerdos para su hijo y también para las niñeras que con tanto cariño lo cuidaban. Después de haberse instalado en la cabaña que él había creído que le encantaría, los dos se cambiaron de ropa y fueron a dar un recorrido por los alrededores. Amanda miraba como el verde paisaje se extendía frente a sus ojos y le parecía lo más hermoso que había visto. Podía respirar aire puro y sentir el aroma de la naturaleza. Había enormes árboles y también podía escuchar el sonido del agua caer. Walter había tomado su mano y la veía con esa hermosa sonrisa dejando que ella guiara el recorrido. Ella fue en dirección al sonido del agua y pudo ver una hermosa cascada. El agua cr