Esta historia está registrada bajo el número 2103227260344.—Pido un aplauso para nuestro equipo de trabajo, por su excelente labor en desmantelar el cártel de los Ferrer.Todos aplaudimos emocionados, mi compañero Benji se acerca y me abraza.—Lo logramos Arya.—Claro Benji, nadie puede con nosotros.Hace 3 años trabajo para la DEA, nuestra sede principal está en Washington, pero tenemos varios meses en California, trabajamos encubiertos para desmantelar un cartel de drogas muy importante en Tijuana, tuvimos que instalamos por unos meses en California y ahora por fin volvemos a Washington para esperar nuevas órdenes.Tengo 28 años y mi familia no deja de molestarme porque no estoy interesada en casarme, disfruto mucho de mi trabajo y la verdad corro mucho peligro cuando tengo que pasar como agente encubierto, además que
Después de acostar a las niñas le presto una pijama a Mayte y me pongo también una, a ver si puedo dormir, me acomodo en la cama y en eso entra Mayte, se acomoda a mi lado y me abraza.—Sabes que Adriano y yo siempre hemos tenido problemas, pero desde que nació Agnes todo empeoró, mi pequeña siempre ha sido diferente incluso no se le acerca, según él no es una niña normal.—¿Porqué no te has separado de él?—Por miedo Arya, a enfrentar la vida yo sola con dos niñas, después del diagnóstico de Agnes pensé que Agnes iba a necesitar algún tipo de cuidado especial y tenía miedo.—Pero mis padres y yo no te dejaríamos sola.—Lo sé, pero no quería molestarlos.—¿Qué piensas hacer?—Pedirle el divorcio, no quiero que Agnes crezca
Lo sigo por el pasillo que se fue Luis y abre una puerta, la oficina es bastante grande, se sienta y me hace una seña para que me siente.—Y bien Tris ¿que tipo de trabajo estás buscando?—De preferencia como mesera.—¿Se puede saber porqué? Con ese cuerpo y esa cara ganarías mucho dinero bailando.—No soy buena para el baile, no tengo coordinación.El sonríe. —Pues si te animas con el tiempo, me avisas.—Claro.—Si tengo una vacante de mesera, pero necesito que empieces hoy mismo.—Me parece muy bien.—Tienes que usar un uniforme.—No tengo ningún problema con eso.Me explica lo del horario, cuanto me van a pagar, y como funciona lo de las propinas, lleno una solicitud y me entrega una tarjeta.—Aquí puedes recoger el uniforme, ese corre por nues
Se queda observando las bolsas de las cosas que compre.—Típico de las mujeres, gastarse todo el dinero en ropa.Le entrego su camisa.—Aquí tiene su camisa, perfectamente limpia.El sonríe.—Te vez mejor sin maquillaje.Abro la puerta del apartamento y entra detrás de mi.—¿No me invitas algo de tomar?—No tengo whisky.—Una cerveza está bien.Entro a la cocina y él se queda observando todo al rededor.—No tienes fotos con tú familia.—Tengo poco que me mude aquí.Regreso y le doy la cerveza.—¿De dónde eres?—California.El asiente mientras le da un trago a su cerveza, trae un traje negro y una camisa blanca.—No tenía porque darme tanta propina si no lo atendí por mucho tiempo.El son
Me despierto cuando escucho que tocan la puerta con furia, me pongo de pie y me voy para los lados, me siento muy débil, abro la puerta y Enzo está furioso, se queda viéndome de pies a cabeza.—Vaya así recibes a tus visitas.Me siento tan mal que no me di cuenta que estoy en ropa interior, vuelvo a mi habitación y me pongo la bata.—¿Qué quieres?—Te vez terrible.—Si aparte de dar mala suerte estoy horrible ¿algo más?Se acerca y toca mi cara, sus manos se sienten cálidas.—Tienes mucha temperatura.Y como toda una niña de papá me suelto llorando, él se sorprende y me abraza, sus brazos de alguna manera me reconfortan, me sienta en el sillón con cuidado cuando estoy más calmada, saca su teléfono y hace una llamada.—Necesitas un baño.—¿Apoc
Entro a mi apartamento y estoy por quitarme la ropa para irme a dormir cuando tocan la puerta.—Hasta que por fin se te ocurrió regresar, ¿acaso no viste mis llamadas?Ahí está Enzo, con su cabello recogido, con la barba aún más larga y un traje negro con una camisa azul.—Enzo te recuerdo que me diste unos días de descanso.Me hace a un lado para entrar y se va directo a sentarse en el sillón de la sala.—Te dije que podías descansar para que te recuperaras no que te fueras de luna de miel con tú noviecito.—No me fui de luna de miel, sólo quería ver a mi familia y él me acompañó.—¿Ya conoció a tus padres y a tú hija?—Si.—¿Entonces ya formalizaron su relación?—Eso no es de tú incumbencia ¿estoy despedida?
Entro a la habitación y Enzo no está, le sirvo el trago y estoy por salir cuando escucho su voz.—Siéntate Tris, te dije que no te fueras hasta que yo te lo ordenara.Me siento y tuerzo la boca.—No tuerzas la boca.Yo volteo para todos lados buscando una cámara pero no hay nada, de pronto se abre la cortina, Astrid está en una enorme cama atada de pies y manos, está completamente desnuda, tiene los ojos vendados.Estoy por ponerme de pie cuando entra Enzo a la habitación, tiene el cabello suelto y húmedo, no trae camisa, sólo trae un pantalón negro con bolsas en los lados y está descalzo, el verlo así me pone un poco inquieta, trae algo en la mano, rodea la cama mientras observa a Astrid que se mueve ansiosa.Voltea al vidrio como si pudiera verme, de pronto empieza a pasar lo que trae en la mano por el cuerpo de Astrid, puedo ver que es un
Llegamos a un aeropuerto privado, Cane ayuda a Enzo a subirse al avión y yo no me muevo..—¿Qué haces ahí Tris? Vámonos.—No Enzo yo no puedo ir.Se regresa y me toma de la mano.—Vámonos te traeré de regreso en unos días.Se toca el costado haciendo una mueca de dolor y me subo al avión con ellos, Cane rápidamente saca un kit de primeros auxilios y empieza a curarle la herida.—Enzo tengo que ponerte unas puntadas.Enzo asiente y yo sólo observo, Cane le da una pastilla y empieza a ponerle los puntos, para mi sorpresa Enzo no se queja, termina y cubre la herida con una gasa.—¿A dónde vamos?—A mi casa en Rusia para ser exactos en Moscú.—¿Qué? No Enzo yo no puedo irme, tengo que volver.—¿Porqué no?—Ni siquiera ten