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SUMISA POR ACCIDENTE
SUMISA POR ACCIDENTE
Por: DannyaRent
Capitulo 1 Dannya Menchaca.

Esta historia está registrada bajo el número 2103227260344.

—Pido un aplauso para nuestro equipo de trabajo, por su excelente labor en desmantelar el cártel de los Ferrer.

Todos aplaudimos emocionados, mi compañero Benji se acerca y me abraza.

—Lo logramos Arya.

—Claro Benji, nadie puede con nosotros.

Hace 3 años trabajo para la DEA, nuestra sede principal está en Washington, pero tenemos varios meses en California, trabajamos encubiertos para desmantelar un cartel de drogas muy importante en Tijuana, tuvimos que instalamos por unos meses en California y ahora por fin volvemos a Washington para esperar nuevas órdenes.

Tengo 28 años y mi familia no deja de molestarme porque no estoy interesada en casarme, disfruto mucho de mi trabajo y la verdad corro mucho peligro cuando tengo que pasar como agente encubierto, además que es más el tiempo que viajamos que el que pasamos en nuestras casas, aunque tengo mi apartamento paso más tiempo con mis padres cuando llego a estar en Washington, mi padre es un detective del FBI retirado y mi madre es enfermera, tengo una hermana mayor que tiene dos preciosas niñas, y ellos se la pasan diciéndome que tengo que sentar cabeza, pero yo prefiero seguir con mi vida como hasta ahora, no podría tener una relación estable si tengo que viajar constantemente.

—Arya vamos a tomar unas cervezas para festejar ¿quieres acompañarnos? sabemos que mañana salimos temprano a Washington por lo que solo será un rato.

—Está bien Benji, vamos.

Nos vamos todo el equipo a celebrar, usualmente usamos pantalón gris y camisa negra como uniforme, todos nos vamos al bar así vestidos, al entrar no pasamos desapercibidos, todas las personas en el bar nos voltean a ver, Benji es mi compañero, es un hombre muy grande, moreno, pelo corto y aunque es agradable impone un poco por sus músculos.

Yo por el contrario soy de estatura media, tengo un buen cuerpo porque entreno muy duro, ya que para mi trabajo en algunas ocasiones necesito la fuerza física, tengo el cabello largo, rojizo, y la mayoría del tiempo lo tengo recogido, mis ojos son verdes de un color muy claro, mi piel es muy blanca.

—¿Arya quieres una cerveza?

—Si Benji, gracias.

Empezamos a tomar y a conversar de todo un poco, somos un equipo algo grande, pero sólo somos dos mujeres, después de un rato nos acomodan en una mesa y yo me levanto al baño, cuando salgo está un hombre muy tomado en la puerta.

—¿No me digas que eres policía?

—No, no lo soy.

Se me acerca tanto que puedo oler su horrible aliento.

—¿Y ese uniforme que significa? 

—Que trabajo para la DEA.

Le contesto señalando las letras de mi blusa.

—Para el caso es lo mismo, para mi sería muy fácil domar a una mujer como tú.

Yo sonrío.

—¿Ah si? no me digas.

—Por supuesto, se creen muy listas y quieren ser como nosotros pero aún les falta mucho.

Yo suelto una carcajada.

—Pues no creo que ninguna mujer quiera ser como tú.

—¿Acaso quieres que te demuestre de lo que soy capaz? 

—Inténtalo.

En eso Benji viene y se queda observándonos, el borracho trata de tomarme de la cintura y yo rápidamente lo detengo, le doy la vuelta torciendo su mano.

—Eres muy poco hombre para domar a una mujer como yo.

—Suéltame ¿estás loca o qué te pasa? 

Tuerzo más su mano y el grita.

—Que me sueltes, te voy a demandar.

—Muy bien, demándame, pero antes de querer domar a otra mujer, fíjate con quien te metes, y en tú vida vuelvas a decir que las mujeres queremos parecernos a basuras como tú.

Lo suelto y se mete con prisa al baño de los hombres, Benji se acerca.

—No puedo creerlo, no te puedes quedar sola porque ya estás atrayendo problemas.

—Según él quería domarme y le dije que lo intentará, parece que no pudo.

Benji sonríe.

—Al paso que vas me voy a tener que casar contigo para que no te quedes solterona.

Suelto una carcajada.

—Ya quisieras tú.

Regreso con mis compañeros sonriendo y seguimos tomando y festejando hasta muy tarde, todos nos estamos quedando en el mismo edificio así que volvemos juntos, cada quien se va a su habitación.

Empiezo a preparar mi maleta para mañana estar lista y por fin volver a Washington, me quito el uniforme y me quedo en ropa interior, nunca me ha gustado usar pijamas, con las cervezas que me tomé me siento muy relajada por lo que no tardo mucho en quedarme dormida.

Por la mañana me voy directo a la ducha y me pongo mi uniforme, al salir del apartamento todos estamos listos y nos vamos al aeropuerto, después de dos hora de viaje por fin llegamos a Washington, el jefe nos dio una semana de descanso en lo que nos avisan de la nueva misión.

—¿Arya te llevo a tú apartamento? 

—Si Benji por favor.

Nos vamos en la enorme camioneta de Benji que siempre la deja en el estacionamiento del aeropuerto, según él es más seguro dejarla ahí.

—¿Que harás está semana de descanso?

—Creo que dormir y comer ¿y tú Benji que harás? 

—Buscar a mi ex para no sentirme tan solo.

—Que exagerado ¿acaso crees que no me di cuenta que Yara se quedo unos días contigo en tú apartamento? 

—Me gusta, pero no sé si sea buena idea, nos exponemos demasiado.

—Pues si no lo intentas no lo sabrás.

—No estoy seguro.

Me deja en mi apartamento y en cuanto llego se asoma mi vecino Flavio.

—Hola Arya ya te extrañaba.

—Hola Flavio, ya vez, por fin volví.

—¿Atrapaste muchos maleantes?

—Se podría decir que sí.

En eso viene llegando una chica muy guapa y le da un beso.

—Bueno Arya espero que nos veamos pronto.

Yo sonrío y entro a mi apartamento, Flavio es un chico agradable pero es un pica flor, en alguna ocasión me pretendió pero nunca le hice caso, aunque no quiero tener ninguna relación formal no me gustan los mujeriegos, prefiero evitarlos.

Saco mi ropa de la maleta y empiezo a acomodarla, me quito el uniforme y me pongo ropa cómoda, tengo que ir a comprar la despensa porque está vacía, pero me siento cansada así que pido una pizza y me pongo a ver la televisión en lo que llega.

Estoy tan concentrada viendo la televisión que pego un brinco cuando escucho el timbre, salgo a recoger la pizza y me pongo a cenar, en ocasiones cómo está es cuando pienso que tal vez si debería casarme y formar una familia, no me gusta mucho estar sola, estoy acostumbrada al ruido que hacen mis compañeros y cada vez que termina una misión siento como si algo me faltara, en fin dejo de pensar tonterías y me voy a descansar temprano, porque mañana quiero ir a ver a mis padres, me quito la ropa y me acomodo en la cama, después de dar varias vueltas por fin me quedo dormida.

Por la mañana me despierto más animada, me doy una ducha y me voy a casa de mis padres, en cuanto llego sale mi padre emocionado y abraza.

—¿Hija qué  tal te fue en tú misión?

—Muy bien papá como siempre.

—Esa es mi niña.

En eso sale mi madre de la cocina y se acerca a abrazarme.

—Ay no Arya, si sigues con esas misiones te vas a quedar soltera para siempre.

Abrazo a mi madre y le doy besos.

—Mamá ya eres abuela ¿para qué quieres que yo me case?

—Arya siempre hace falta tener un compañero en tú vida hija.

—¿Para qué? 

—Para que te cuide y te proteja.

Yo pongo los ojos en blanco.

—Eso lo puedo hacer yo sola.

—Que tengas un hombro donde dormir en las noches.

—Y después amanecer torcida del cuello mamá.

Mi papá suelta una carcajada.

—Arya eres imposible, y tú Anton deja de seguir solapándola.

Mi madre regresa a la cocina indignada y mi padre se acerca y me besa la frente.

—Estoy tan orgulloso de ti hija, el comandante me llamo para felicitarme por tú trabajo, y ese muchacho Benji es un excelente compañero me alegro mucho que esté contigo.

—Gracias papá y si Benji es un excelente compañero.

—¿Sabes algo de la próxima misión? 

—No papá, tenemos una semana de descanso.

—Perfecto hija, tú descansa que tengo entendido que será algo muy grande.

—¿De verdad? 

—Si hija, al parecer hay un cartel de unos Rusos que está operando en la frontera de Texas, pero es algo bastante difícil, así que es muy probable que los manden para allá.

—Bueno pues ya veremos que pasa.

En eso nos habla mi madre.

—Vengan a desayunar que ya está todo listo.

Mi padre y yo nos vamos al comedor y empezamos a desayunar, todo está delicioso mi madre es la mejor cocinera del mundo, creo que yo salí a mi padre porque no sabemos ni hacernos un sándwich decente.

—Mamá todo está delicioso.

—Ya te preparé algunos contenedores para que te los lleves, no quiero que sigas comiendo comida chatarra como siempre.

—Gracias mamá eres la mejor.

—Si ¿y porqué no me dices eso cuando te digo que cambies de trabajo?

—Porque si eres la mejor mamá del mundo, pero me encanta mi trabajo.

—A ti y a tú padre les gusta tenerme muriendo de nervios.

Mi padre le sonríe.

—Mujer no seas exagerada, es un trabajo como cualquier otro.

—Si como no, a ver ¿porque no fuiste contadora o doctora o chef?

Mi padre suspira.

—Porque Arya es como yo, le gustan las cosas al extremo y Mayte es como tú, le gusta todo muy tranquilo por eso es maestra, porque es muy paciente.

Antes de que empiecen a discutir por mi culpa los interrumpo.

—¿Mamá y cómo están las niñas?

—Preciosas hija cada vez más grandes, la próxima semana será la fiesta de cumpleaños de Agnes, espero que aún estes aquí.

—Yo creo que si mamá, tengo muchas ganas de verlas.

Tengo dos sobrinas, una va a cumplir 3 años, y la otra tiene 6, mi hermana se casó con un banquero, que a mi nunca me ha caído bien, no dejó que yo fuera la madrina de las niñas,  porque según él no soy un buen ejemplo, mi hermana y yo somos muy parecidas, las dos pelirrojas pero ella tiene los ojos cafés, también mi cuerpo es un poco más proporcionado que el de ella, a veces me cuesta trabajo esconder mis encantos en mi chaleco antibalas,  ella se queja de no tener y yo de tener de más, en fin, suele suceder.

—Voy a llamar a Mayte para que vengan a comer ¿te quedarás todo el día verdad? 

—Si mamá, tengo que ir a comprar la despensa pero lo haré más tarde.

—¿Y qué vas a comprar? ¿comida congelada?

—Si mamá y también se preparar sándwiches de crema de cacahuate.

Mi mamá suelta una carcajada.

—¿Qué voy a hacer contigo Arya?

—Prepararme más contenedores para la semana.

Mi madre se acerca y me da un beso.

—Si no te quisiera tanto te diría que no.

—Pero como si me quieres y soy tu consentida me vas a decir que si ¿verdad?

—Si hija, no me queda de otra, hasta en eso te pareces a tú padre, de todo me convencen.

Mi padre y yo sonreímos.

—Ven hija quiero mostrarte algo.

Acompaño a mi padre a su oficina y saca una carpeta del cajón de su escritorio.

—Mira hija lo que me mandaron ayer.

Lo abro y me sorprendo porqué en unos meses le harán entrega de una medalla de honor por su excelente trabajo, tiene muy poco tiempo que se retiró y yo creo que aún se le hace extraño.

—¿Ya lo sabe mi madre? 

—No hija, quería que fueras la primera en saberlo.

—Me alegro tanto papá.

Me acerco y lo abrazo.

—Eres un gran ejemplo, gracias por siempre ser el mejor papá del mundo y trabajar tan duro para que nada nos faltara.

—Hay hija tu madre y ustedes son lo mejor que me ha pasado en la vida, y aunque extraño mi trabajo disfruto mucho pasar tiempo en casa haciendo cosas que no hacía antes, ahora puedo disfrutar de ir a cenar con tú madre o ir al cine.

—Me alegro papá, te prometo que aunque este en alguna misión haré lo posible por venir.

—No te preocupes hija yo entiendo perfectamente tú trabajo.

En eso escuchamos a mi hermana que llega con mis sobrinas en cuanto salgo la mayor de ellas Mirta de 6 años corre a mis brazos.

—Tía Arya.

—Hola preciosa.

La abrazo y le beso, Mirta se parece a su papá, tiene el cabello negro y ojos color miel, mi sobrina más pequeña Agnes tiene 2 años, ella se parece a mi hermana, es pelirroja y tiene los ojos cafés, está abrazada a la pierna de mi hermana.

—¿Agnes no me vas a dar un abrazo?

Ella asiente chupando su dedo, me acerco y la subo en los brazos para darle besos.

—Hola Arya me da mucho gusto verte.

—Mayte estás niñas cada vez están más hermosas.

Mi hermana se acerca y me da un abrazo.

—Estás muy delgada.

Mi mamá sale de la cocina.

—¿Y cómo no? si sólo come decentemente cuando viene aquí.

Mi hermana sonríe.

—¿Cuando piensas sentar cabeza?

Yo pongo los ojos en blanco y tuerzo la boca.

—Más sermones no, por favor.

—Deberías de casarte con Benji es muy agradable.

—No, claro que Benji es agradable pero sólo es mi compañero de trabajo, además está lleno de tatuajes y eso no va conmigo no me agradan en lo absoluto.

—Eres muy exigente, así nunca me darás sobrinos.

—Y para que quieres sobrinos si tienes estas dos princesitas.

Abrazo a mis sobrinas y ellas sonríen emocionadas.

—¿Mamá estás segura que Arya es mujer.

—Ay hija que cosas dices, claro que es mujer.

Yo sonrío.

—Digan lo que quieran no pienso casarme.

Paso la tarde jugando con mis sobrinas.

—¿Mayte porqué Agnes aún no quiere hablar? 

Ella voltea a verme muy triste.

—Al principió pensé que era tímida o que estaba muy consentida porque si decía algunas palabras pero después dejaba de hablarlas, la lleve al doctor y después de varias pruebas le diagnosticaron autismo.

Yo me sorprendo mucho pero en realidad no sé mucho del tema, para mi, mi sobrina es como las demás niñas de su edad sólo que un poco retraída.

—¿Cómo te sientes respecto a eso? 

—Bueno, yo siendo maestra sabía que algo no estaba bien pero no pensé que fuera algo así ya que ella aunque es tímida si le gusta jugar con sus compañeritos, no quise pensar en esa posibilidad, en realidad su problema es sólo el lenguaje y a veces se pone un poco mal por lo que no era muy fácil saberlo.

—Lo siento Mayte.

—La verdad que estoy tranquila, ya está tomando terapias y está avanzando mucho, por lo que creo que puede llegar a tener una vida normal.

Yo la abrazo.

—Estoy segura que lo hará, es muy inteligente.

—Adriano no lo tomó muy bien, dice que seguramente es culpa mía por consentirla demasiado.

—Discúlpame hermanita pero ese hombre está completamente loco, siempre acusándote de cualquier cosa, no sé como lo puedes aguantar.

Ella se queda pensativa y yo vuelvo a abrazarla.

—Cuentas conmigo para lo que necesites y estoy segura que Agnes saldrá adelante ya veras cuando esté hablando como una periquita igual que Mirta.

—Gracias Arya, aunque te moleste con que te cases en realidad no sabes lo orgullosa que me siento de ti, que seas tan fuerte y con ese carácter que no se deja pisotear por nadie, además nunca olvides que te quiero muchísimo.

—Yo también te quiero Mayte, eres la mejor hermana del mundo.

Mi madre se acerca emocionada.

—Y yo las amo a las dos.

—Bueno yo tengo que irme, aún no compro la despensa y la verdad que estoy agotada.

—Arya me gustaría visitarte estos días antes de que te vayas a tú siguiente misión.

—Claro Mayte cuando quieras.

Me despido de mis padres y beso a mis sobrinas antes de irme, paso a la tienda por algunas cosas y cuando regreso al apartamento Benji me está esperando en su coche, bajo las bolsas y le hago señas para que se baje.

—Hola Arya déjame ayudarte.

—¿Qué haces aquí Benji? ¿Apoco ya me extrañas? 

—No, bueno un poquito nada más, pero vengo a darte una mala noticia.

Entramos al apartamento y dejamos las bolsas sobre la mesa.

—¿Qué pasa? 

—Ya tenemos la misión nueva.

—¿Y cuál es la mala noticia? 

—Que nos iremos este fin de semana.

—Pero si acabamos de regresar.

—Pues al parecer es algo urgente y según el jefe somos el mejor equipo.

—Bueno si no hay de otra ¿ya cenaste? 

—No.

—Mi madre me dió comida ¿quieres acompañarme a cenar?

—Siendo así por supuesto, tú madre cocina delicioso, deberías aceptar ser mi novia para poder ir a comer ahí todos los fines de semana.

Yo suelto una enorme carcajada.

—Puedes ir a comer sin que seas mi novio.

—Pero habría más confianza siendo familia.

—Estás loco Benji.

Calentamos la comida y nos ponemos a cenar mientras platicamos un poco de la misión, estamos por terminar cuando tocan la puerta con mucha insistencia, por instinto Benji se pone de pie y toca su arma.

—Calma Benji, déjame ver quien es.

Me acerco a la puerta y mi hermana está llorando muy asustada, abro rápidamente y se arroja a mis brazos.

—¿Mayte pero qué tienes?

Las niñas nos observan asustadas y Benji me hace una seña.

—Niñas que les parece si van con mi amigo Benji para que les ponga dibujos animados en la televisión.

—Si tía ¿mi mamá está bien? 

—Claro preciosa ella está bien, vayan con Benji.

Se las lleva y yo siento a mi hermana.

—¿Qué pasa Mayte?

—Adriano, discutimos y quizo golpearme.

—Pero como se atreve ese imbécil.

—No quiero volver a casa con él, últimamente discutimos por todo y ha intentado pegarme varias veces.

Yo la abrazo.

—¿Puedo quedarme aquí? No quiero molestar a mi papá, tú sabes lo que es capaz de hacer.

—Claro que puedes quedarte el tiempo que necesites.

—Gracias Arya.

Después de unos minutos entra Benji a la cocina.

—Las niñas están dormidas.

Mi hermana lo ve y se pone roja.

—Gracias Benji y que vergüenza que tuviera que ver todo esto.

—No sé preocupe, Arya me voy, en estos días te llamo para ponernos de acuerdo.

—Esta bien Benji muchas gracias.

El se despide con un movimiento de cabeza y se va.

—Bueno vamos a acomodar a tus princesas en la habitación de huéspedes.

—No podré hacerle la fiesta de cumpleaños a Agnes.

—Por eso no te preocupes ya habrá tiempo después.

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