Llegamos a un aeropuerto privado, Cane ayuda a Enzo a subirse al avión y yo no me muevo..
—¿Qué haces ahí Tris? Vámonos.
—No Enzo yo no puedo ir.
Se regresa y me toma de la mano.
—Vámonos te traeré de regreso en unos días.
Se toca el costado haciendo una mueca de dolor y me subo al avión con ellos, Cane rápidamente saca un kit de primeros auxilios y empieza a curarle la herida.
—Enzo tengo que ponerte unas puntadas.
Enzo asiente y yo sólo observo, Cane le da una pastilla y empieza a ponerle los puntos, para mi sorpresa Enzo no se queja, termina y cubre la herida con una gasa.
—¿A dónde vamos?
—A mi casa en Rusia para ser exactos en Moscú.
—¿Qué? No Enzo yo no puedo irme, tengo que volver.
—¿Porqué no?
—Ni siquiera ten
La casa es enorme, me acerco a la pequeña laguna y me siento en una banca de piedra que hay, el clima está bastante frió pero siento que me ayuda a despejarme un poco, Cane se acerca.—Señorita hace frío debería entrar a la casa.—Si Cane lo haré, gracias.—Está laguna tiene peces.—¿De verdad?Asiente y saca algo de la bolsa de su chamarra, lo tira al agua y de inmediato varios peces de colores suben a comer.—Que hermosos no me lo hubiera imaginado.—Este es el lugar favorito de Enzo, cuando hace calor pasa mucho tiempo aquí.—¿Y alguna vez hace calor?El sonríe.—Si, son pocos meses pero si tenemos sol.—¿Tienes mucho tiempo trabajando para Enzo?—Si señorita varios años.—¿Y cómo lo aguantas?
Pasa por mi pecho unas plumas o algo parecido y después me da algunos golpes más, que aunque se escuchan fuertes la verdad no lo son, más que causarme dolor me ponen ansiosa, me besa y acaricia las partes donde me golpeó.—Milaya esto es más de lo que puedo aguantar teniéndote a mi merced.Siento como su barba raspa mi piel hasta que llega a mi centro de placer, empieza a torturarme con su lengua y yo me muevo desesperada, casi al instante tengo un orgasmo tan intenso que mis piernas se doblan, rápidamente me quita las esposas y me sostiene, lo abrazo ansiosa y me lleva al arco de las posiciones.—Quiero besarte.El sonríe, me quita la cinta que cubre mis ojos y me da un pequeño beso.—Lo harás Milaya, pero antes te necesito.Me acomoda de la misma manera en que me había mostrado como se usaba el arco, cuando entra en mi, suspira.&mda
Salimos de la ducha y nos vestimos en silencio, Enzo baja las maletas y Natasha nos espera en en la puerta, nos vamos al aeropuerto y abordamos el avión en cuanto llegamos, Enzo y yo nos sentamos en la parte de atrás y Natasha en frente, me siento frente a Enzo y en ese momento el avión despega, después de varios minutos Enzo se quita el cinturón y me hace una seña para que me siente a su lado.Me quito el cinturón y me pongo de pie, rápidamente me toma de la mano y me sienta en sus brazos.—Son muchas horas de vuelo para que me lleves en tus brazos.—No me importa.Mete sus manos por debajo de mi suéter y me acaricia la espalda mientras me besa, son besos suaves pero de alguna manera me llegan directamente al corazón, lo abrazo y suelto su cabello mientras nos besamos.—Extrañaré mucho esto Milaya.—Yo también ¿te dije que si supe que quiere decir Milaya?El sonríe.—¿Y qué quiere decir?—Es una expresión cariñosa.
Por fin se fueron los invitados y ayudo a mi madre a recoger.—¿Arya porqué no te quedas aquí?—No mamá prefiero irme a mi apartamento.—Mayte vendió la casa donde vivía con Adriano, ella y Benji están buscando otra para ahora que se casen.—¿Oye mamá como tomó Mayte la muerte de Adriano?—Lloró mucho hija, le podía que sus hijas se quedarán sin su padre, pero el apoyo de Benji la ayudado a salir adelante, ojalá tú también te encuentres un hombre como él.Yo suspiro, si supiera que clase de hombre es del que estoy completamente enamorada.—Si mamá ojalá ¿las niñas ya están dormidas?—Si, Benji y Mayte me preguntaron si podía cuidarlas.—Que aprovechados.Mi mamá sonríe.&mdash
Me subo al coche con mi hermana y de inmediato me interroga.—¿Qué quería tú vecino?—Es una larga historia.—Muy bien, tengo el día libre para escucharla.Yo le sonrío y nos vamos al parque, las niñas están muy emocionadas porque comemos ahí, mientras se van a jugar yo me acomodo sobre el pasto.—Cuéntame todo.—La mamá de Flavio vino a visitarlo y él es un mujeriego empedernido, así que quiere que le ayude para que ella crea que somos novios y se vaya más tranquila.—¿Y cuál es el problema? Tú vecino está muy guapo.—Si pero me siento mal engañando a su mamá, la señora es muy buena persona.En ese momento Mayte ve mi anillo.—Arya que anillo tan hermoso ¿de dónde lo sacaste?—Me lo
Tomo las llaves de mi coche y me voy a la tienda de donde me instalaron la ducha, cuando llego hay una chica en la recepción.—¿En qué la puedo ayudar?—Está mañana me instalaron una ducha y quiero saber quien la ordenó.Le doy todos los datos y ella revisa en la computadora.—Fue el dueño de los apartamentos.—Pero ese apartamento es mío, lo compre hace un tiempo.—Si, pero el recibo tiene el sello de la administración de los apartamentos.—¿Algún nombre?—No, ninguno ¿hubo algún problema con su ducha?—No, todo está bien sólo que quería saber quien hizo la orden.—Tal vez puede preguntar a la administración de los apartamentos.—Si lo haré, gracias.Regreso al apartamento pensando que me estoy volviendo
Me voy a casa de mis padres, entro con prisa y le doy un beso a mi madre.—Hola Arya ¿cómo estás hija?—Bien mamá ¿dónde esta mi papá?—En su oficina.En cuanto entro mi padre me sonríe.—Ya lo sé hija, te vas a otra misión muy pronto.—¿Tuviste algo que ver?Se acerca y me abraza.—No Arya, nunca he intervenido en tú trabajo.—Si lo sé, pero es extraño que fuera tan pronto cuando el comandante me había castigado.—Hija eres un excelente agente, así que no te pongas a pensar en nada y sigue haciendo lo que sabes hacer.—Si papá tienes razón.—¿Estarás de vuelta para la boda?—Eso espero.—Bueno vamos a comer que me muero de hambre.Llegamos a la cocina y mi madre nos sonr
—Bienvenida Milaya. —Enzo ¿qué significa esto? Se acerca y me da un beso. —¿Acaso no leíste tus papeles? —No, no tuve tiempo fue todo muy precipitado y mi hermana Mayte estaba en el hospital. —¿Qué le pasó? ¿Esta bien? —Si está bien, está embarazada y se desmayó. —Vaya así que voy a ser tío de nuevo. —Si, pero explícame ¿qué haces aquí? —Este es mi apartamento y soy tú nuevo compañero. —No juegues conmigo Enzo no estoy para bromas. —Bueno vamos a instalarte y te explico. —No, primero explícame y después me instalo. —¿Quieres comer? —Si, tengo hambre. Lo sigo a la cocina y me sirve una pasta que huele deliciosa. —¿Quieres vino? —No, mejor un refresco. —Bueno como no hiciste tú trabajo te voy a explicar en que conociste la misión. —Primero explícame como es que estás libre. —Empezaremos por el prin