SOLO POR UN BESO
SOLO POR UN BESO
Por: Fernanda Sanchez
CAPITULO 1

Narra Eros

Había salido de trabajar temprano, ahora me encontraba bagando por las solitarias calles de Londres, el frio era tipico de este pais, pero este congelaba cada pedazo de mi, era frío horrible. Los clientes no saldrian de casa ni aqune los obligaran.

Mis padres me habían dicho que me adelantara a la casa, que debía divertirme, pero no lo haría cuando hace frío y tengo las nalgas congeladas, además que prefería estar en casa oyendo música y viendo una serie a ir de fiesta, no por que las odiara, las amo, sin embargo cunado solia atender la cafeteria lo ultimo que me apetecia era despertar ebria en otra ciudad. 

 Al llegar a casa luego de planear mi noche perfecta, recibi una llamada de mi Primo Gary.

—Hola— respondí.

—Hey Eros, te tengo una propuesta — mi mejor amigo y primo estaba loco y cada que pasaba una propuesta por su cabeza terminaba en una carrera ilegal, un rancho abandonado o en otro país por una semana.

—No gracias, no pienso volver a las Vegas después de lo del año pasado— Gary soltó una carcajada que me aturdió, su risa se oía a kilómetros de distancia no era nada sigilosa —

—Lo lamento, pero fueron unas vacaciones increíbles, aunque te cueste admitirlo —  Sonreí de lado al recordar las locuras en ese viaje exprés—

—Tu no terminaste haciendo un trío y menos durmiendo con vacas — el hombre se carcajeó —

—Tienes razón, al menos tu no terminaste en la cárcel, y mucho menos haciendo explotar un cajero automático — solté una carcajada al recordar el verano pasado, si bien quería que fuera como en las películas donde hacen tonterías, y encuentran el amor, pues no fue así, termine encontrando al día siguiente a 3 chicas en mi casa, desnudas y un tatuaje en mi espalda que dice, "Emma estuvo aquí " y se preguntaran quien es Emma, ni yo misma se.

—Espero tu propuesta no involucre nada de viajes, de safaris ni cosas locas como sueles proponer siempre— le reproché.

—No tranquila, no tiene nada que ver con eso, sólo quería decirte que fuéramos de fiesta, o a un bar a charlar— era algo bastante sencillo, y no involucra viajes—

—Okey, pero pasas por mi a mi casa—

—Okey, te veo a las 9:30, si llego y aun no estas lista subo por ti y te llevo sin importarme que estés en toalla de baño — solté una carcajada.

—Okey, okey, adiós— había colgado la llamada—

Perfecto, ahora no podre ver una película ni podré escuchar musica de buena calidad, lo peor es que mi trasero estaba congelado, no lo sentía, maldecía a mi mamá por haber diseñado los uniformes de la cafetería.

Para los hombres era un pantalón negro con tirantes rojos y una camisa con cuello de color blanco con franjas blancas, por el otro lado, el de las chicas era lo mismo, exceptuando el pantalón por una falda.

Era lindo, pero era muy incómodo, pero era lo que había.

Al llegar a casa miré mi reflejo al lado del espejo que se encontraba detrás de la puerta  mi cabello estaba hecho un nido de pájaros por el fuerte viento que hacía.

Lo acomode mejor y corrí a mi cuarto, tome una falda de cuero negro, unas mallas negras y una playera de color negro con un logo, para un toque mas elegante agregue una gabardina negra y por último unas botas. Era ilogico, me quejaba del frio pero vestia con falda, ¿ironico no?.

Me puse la ropa que había escogido, por último peine mi cabello blanco por una ultima vez. El resultado final me habia encantado, para finalizar  me puse un labial rojo y rímel, amaba el maquillaje gótico o E-girl, pero no sabía cómo maquillarme, así que solo usaba lo primordial, pero admiraba a todas esas que sabían hacerlo y eran profesionales, joder si que tenían talento, era complicado realizar un maquillaje perfecto.

Aproveche para ver un capitulo de Friends ya que aun faltaba tiempo para que pasara por mi Gary.

Tenía un crush con Jennifer Aniston, se me hacía hermosa, tenía estilo y era una mujer bastante divertida. Al terminar el capítulo, el claxon del carro de mi amigo sonó, salí corriendo y al verlo, le sonreí, estaba parado en la puerta con una chaqueta negra de cuero, su cabello blanco y negro alborotado, y esos ojos azules que hipnotizan a todos, su imperfecta pero perfecta anatomía, no iba a mentir, me gustaba, todo de él me encantaba.

 Lo conocía desde niño, ambos éramos inseparables, vivimos en una ciudad grande, pero toda la vida fuimos a las mismas escuelas, su papa, es el mejor amigo de mi padre, al ser hija única, y el ser el hijo mayor ambos nos volvimos inseparables, Edher su padre en su adolescencia carecía de recursos, sobrevivió a tanto, mi abuela Matilda le dio un hogar, un techo, y estabilidad  lo hizo sentir querido, y él creció, se volvió un hombre importante y humilde.

 Mi papá estuvo apoyándolo siempre, ambos eran hermanos quizá no de sangre pero si por su amistad, ambos demostraron tanto, ellos eran mis héroes, pero también estaba mamá, una joven mujer con una gran sonrisa, con mucha alegría y un carisma genuino y honesto, ella estuvo en la cárcel, venía de los suburbios, y aun así siempre se mantuvo positiva, y luego estaba Erica, la esposa de Edher, ella era la típica popular, con dinero, con la mejor ropa, pero en realidad no, ella siempre era buena con todos, cuando conoció a Edher se enamoró de él, por su forma tan rara y elocuente de ser, mi mama y ella se conocieron de casualidad. 

 Según me contaron Amaranta, mi madre estaba herida y desnutrida, Erica la encontró y la ayudó nunca se separó de ella, tiempo después ambas formaron una amistad llena de dramas, amores y una historia digna de contar. Ellos me enseñaron que la tristeza puede apagar tus planes, y que todo te puede salir mal, pero no esta de mas seguir luchando por más de una razón, quizá ganes la lucha, quizá encuentres aliados, o muy posiblemente el enemigo se rinda, todo puede pasar, siempre y cuando tu sigas luchando dando todo de ti. 

—¿Que se celebra hoy?— dije abrazando mi cuerpo —

—Que he conseguido novia y que iré a bailar con ella — antes tenia una sonrisa en mi rostro, pero estoy segura que esta se desapareció lentamente —

—  Oh, eso es increíble Gary — respondí  con fingida alegría  —

no me mal entiendan, estaba feliz por el, por que es feliz, sus ojos le brillan, su sonrisa es preciosa, sin embargo, estoy molesta conmigo, por enamorarme de un amor no correspondido. 

había pasado tal vez unos 20 minutos en completo silencio, en la radio sonaba You

Don't

Knowme concentraba

mirando las calles, las luces de los faroles de los edificios, los arboles moviéndose por el fuerte viento y las personas corriendo, era tan triste sentirse desplazado. 

habíamos llegado a un edificio, era elegante y era inmenso por fuera, una vez que estaciono el carro abrí la puerta y me apresure a entrar, el chico solo me miro confundido, pero no le dio importancia, quería escapar y llenar mis penas con un baso de Whisky, pasaba entre la gente, algunos me tocaban las nalgas  pero en ese momento no me importo, necesitaba un baso urgente de Alcohol. 

 —Un baso de alcohol por favor— le dije al barman —

— Enseguida — el hombre se retiro —

— ¿Problemas en el paraíso? — voltee a mi lado izquierdo, un chico de unos 22 años mira al frente, sin dirigir su mirada en mi, solte un bufido pesado —

—Problemas amorosos en el paraíso — confirmé  —

— Soy Jay — se giro quedando frente a frente — ¿ y tu pequeña vampiresa?.

quedé anonadada ante sus ojos, eran grises con destellos azules, eran impactantes, me robo el aliento por un segundo, era tan impresionante su cara, sus lunares, su pelo quebradizo  y alborotado de color negro, su nariz diminuta. 

—Soy Eros, y no soy una vampiresa— respondí cautiva por sus hermosos ojos—

—Eros el dios del amor, interesante — sonrió y después bebió su trago, el barman había llegado, con mi pedido, lo dejo en la mesa y lo bebí de golpe — solo que en esta ocasión se transformó en una  diosa.

sus palabras me hicieron reir, fue un momento bastante tranquilo, le sonreí de una forma genuina, pero de pronto sus ojos me examinaron el rostro, yo hice lo mismo, observe  sus labios, estos eran carnosos, un poco resecos, paso la lengua por ellos humedeciendo los un poco, aparte mi mirada, pero grave error, Gary estaba besando a una chica, iba con un vestido de color rojo con brillos, su cabello rubio le caía en finos rizos color oro, tenía unas curvas de infarto, los mire, ambos bailaban al son de una canción lenta, ambos se complementaban, ella era luz y el la noche, hacían una mágica fusión, una de la cual tenía celos y miedo, ambos se susurraban cosas al oído, reían y se abrazaban, odiaba admitirlo eran perfectos, la sincronía entre ellos dos estrujaba mi estomago, lo machacaba sin piedad , el corazón no se quedaba atrás, estaba roto, marchitado como una rosa que juntaste del jardín solo por que te gusto. ¿En qué momento comencé a llorar? No tenía la respuesta, solo sabía que estaba Rota.

Unas manos cálidas tomaron mi rostro, confundida aprecie al chico con ojos de gato, me miraba con ternura, trazo mis facciones con un dedo, su suavidad provocaba choques eléctricos en mi corazón, solto mi rostro, para tomar mi mano, nuestras manos encajaban a  la perfección y el lo noto. Las canciones eran lentas, bastante para mi gusto, pero en ese momento no me importo, al llegar enfrente de la pista Jay tomo mi cintura con ambas manos, me deje llevar habia puesto mis manos en su cuello, me sacaba una cabeza de altura , sus ojos me transmitían paz, amor y hacían ecos en mi corazón.

Caí en cuenta que estaba hipnotizada, su cruel belleza me hipnotizó.

—Eros, el ya es de alguien mas, solo mira— voltee a verlos y era cierto, su corazón ya tenía dueña, y no era yo, una agria y desabrida lagrima salio de mi ojo, pero fue limpiada por mi acompañante— Tu nombre es Eros y eres capaz de cautivar a cualquiera— me perdí en su voz , en lo melodiosa que era, y en lo enigmática que sonaba —

Su rostro se acercó al mío, estaba quieta, sabía que era lo que se avecinaba, no quería apartarme, moría por probar sus extraños, atrayentes y brujos labios, y así fue, tocaron los míos, eran suaves, sus roces erizaban mi cuerpo, sus dedos recorriendo mi cabello solo me producía una fuerte sensación de alivio, de felicidad y emociones que por mucho tiempo había perdido. y juré que nunca iba a volver a sentir, pero el llego, me estaba besando y eso cambió, ahora estaba feliz, y raramente confundida. 

Tal vez mi noche no era tan mala después de todo.

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