Narra Eros
El dichoso y aclamado lunes había llegado, la regañiza de mis padres no faltó, y mucho menos las noches de insomnio pensando en Bruno, pero aun estaba Jay, ojos de gato había dicho y pintado un mundo de color rosa para mí, un escenario donde yo me sentía la protagonista... Pero solo era una más de los extras.
Sin en cambio en la vida de Bruno... Yo era el centro de gravedad, era su musa, pero me sentía tan tonta le gustaba al medio hermano de mi primó del cual yo estaba enamorada y él no me correspondía, y quizá sea absurdo esto sabiendo que haya fuera hay gente en hospitales, en asilos, en la calle luchando por sobrevivir y aquí una mocosa de 19 años con un único problema EL AMOR.
Una vez leí que no puedes vivir del amor, de una comedia romántica mucho menos de un sentimiento. Y quiz&aacut
Narra JayAl volver al carro las mirada curiosas de Eros me ponían incómodo, Bruno lo había notado, y agradeció que hubiera puesto música para matar la incomodidad que se creaba en el auto.Eros iba cantando las canciones de la radio, mientras Bruno la oía cantar embobado, le brillaban los ojos al ver que ella se movía como gusano en su asiento cada vez que cantaba el coro de alguna canción alegre.Por un momento me sentí un intruso, el miedo y la inseguridad comenzaban a pasarme factura, era lo único bueno que me había pasado en bastantes años, envidiaba a Bruno y a Gary, no eran conscientes de lo magníficamente bueno que tenían en su vida y lo poco que lo valoraban, lo cual era hipócrita de mi parte, ¿No?.Admitía que solo quería una noche con ella desde el primer momento en que la vi, desde la primera vez que le
Narra ErosPuedo ser capaz de pensar en lo que realmente amo, lo que realmente me gusta y soy malditamente capaz para poder decidir de quién enamorarme realmente, pero ahora mismo sentía que mi corazón iba a explotar.Estaba con Bruno recorriendo la ciudad en busca de un MCDonald's, el día era soleado, el calor era una locura, y la gente caminando de un lado a otro, parecía que el día andaba de muy buen humor, por lo tanto yo iba embobada oyendo a Bruno hablar sobre lo alucinante que era el helado de chocolate de una heladería Mexicana, llamada la Michoacana.La luz del sol iluminaba su rostro haciendo lucir su mandíbula marcada y sus ojos que eran como un afrodisíaco. Ni hablar de su olor, era... Tan... «moja bragas».—Si no me dejas de mirar como una psicópata, te aseguro que me bajaré del carro en movimiento — comen
Las locuras que cometes siendo joven son aquellas que dejan marca de por vida.Durante años había estado sentada, acatando las reglas, pensando en que quizá si no me muevo nada malo pase, y por años así sucedido. Y una vez escuché decir a un profesor que las cosas que te hacen un protagonista no se determinan por tus acciones o expresiones, si no por las aventuras y los capítulos que creas pero sobre todo por las hazañas que haces.Puedes ser una persona mala y llegar a la conclusión de que eres el antagonista, puedes ser bueno pero aburrido y al final terminaras siendo un extra lo cual no es malo, y puedes ser todo convirtiéndote en el protagonista.¿Pero para qué ser solo un personaje? Si para ello alguien debe estructurarlo, darle vida, darle una personalidad, un diálogo, una acción o que se yo.¿Por qué no ser mejor nuestros propios gu
Narra Eros. La cena fue genial, admito que fue cómica, mis papás se unieron pues estaban algo cansados por el embarazo de mi madre, y no les apetecía ir a un restaurante o simplemente cocinar., Mi padre había conocido a Jay, habían formado una amistad y eso era genial, ¿Verdad?. Estaba en el patio trasero de la casa, las estrellas adornaban el vacío negro con luz y belleza, mostrando un paisaje sin fin, la luna brillaba con gran intensidad. Cautivando a todo aquel que la viera, ¿Cuántas personas más en el lindo estarán contemplando su belleza? Sentí la presencia de alguien colocándose a mi lado, al girar el perfil del chico de ojos de gato miraba el cielo con nostalgia, lo analizaba. La luz de la luna iluminaba su rostro resaltando sus facciones, y el color gris que tanto me hipnotizaba. Luego de minutos interminables sin hablar, y solo apreciar el paisaje me atreví a hablar. —¿En qué piensas?— Se tomó un tie
Después de no poder dormir un largo esto durante la noche decidí salir de casa más temprano que de costumbre. Mi teléfono comenzó a sonar, era un número privado el cual no tenía registrado, sin pensar le di al botón verde y respondí. —¿Alo? —¿Eros?. —Si, soy yo. —Soy Efra, Gary me pasó tu número, espero no te moleste...— hablo rápido con un tono de voz amigable. —Hola Efra, no, no hay problema, ¿Todo bien?. —Queria saber... Ya sabes, si querías que ambas nos arreglamos para la fiesta... Claro si tú quieres. Su voz sonaba algo temblorosa, por lo que suponía que se encontraba
Eran quizá las dos de la tarde, el sol entraba con brusquedad por la ventana, a mi lado se encontraba Ben el cual seguía dormido, lleve mi mano a su cabello con suavidad, marcando sus labios y sus cejas, lo más característico de él, aun no podía creerlo, había encontrado a Ben sin darme cuenta, mi búsqueda de años interminables al fin estaba resuelta. Me sentia estupida por no haberlo visto antes. Verlo dormir, con los tatuajes cubriendo su piel, su cabello alborotado y una fina línea de baba siendo dejada en la almohada acompañaban el momento. Pero fue interrumpido por una persona que entró al cuarto. Jay, estaba de espaldas a nosotros, hablaba sin mirarnos, sin percatarse de mi presencia. -Debemos apurarnos, aún faltan poner algunos adornos y la barra libre, falta ir a compr
Narra Jay. Me sentía cautivado, emocionado, mis piernas parecían flotar, el sudor recorría mi cuerpo de forma invisible Las chicas acaparaban la atención, caminaban hacia nosotros con pasó lento y la elegancia correspondiente, eran bellísimas, aún más que todas las modelos y cantantes que se encontraban en la fiesta. Ben miraba a la pelinegra sin expresión alguna, simplemente la contemplaba en silencio disgustando de su copa de vino. —Hola— Respondieron todos menos la chica de pelo negro. Estaba enfocada en los ojos de Ben, había química entre ellos. Se podía sentir, y eso solo me hizo enojar, querer gritar y abalanzarme sobre mi mejor amigo. ¿Pero por qué?, ¿Por qué la presión en mi pecho me asfixiaba?, ¿Por qué sentía un fuego consumiendo todo de mí?. —¿Tu no saludaras?— pregunté consternado. —Dado que nos vimos hace unas horas atrás... No, lo veo innecesario—. Respondió restándole atención. —¡Es una fiesta a
Narra Eros.Mi cuerpo sudaba, y sentía el calor corporal que emanaba de ambos chicos a mi lado, los tres estábamos ardiendo de calor, en ocasiones Ben era quien se acercaba a mí y rozaba su parte en mi, en otras era Jay, por otro lado yo solo hacía movimientos lentos, bajos y rápidos. Mi cuerpo se movía al ritmo de la música de la fiesta, era una canción de Reggaeton. Ben hundía su cara en mi cuello mientras que Jay llevaba sus manos a mis caderas. Sentía tres miradas potentes sobre mi, ardientes, y llenas de veneno, pero eso no me impidió seguir dándolo todo en la pista, ¿Para eso eran las fiestas no? En cierto momento Efra se nos unió, bailaba al ritmo de¿Quien dijo amigos?Efra por lo que sabía era Latina, por lo que el baile estaba en su sangre. Perdí de vista a los chicos y solo me enfoque en la chica frente a mi, bailaba casi hasta tocar el piso, movía las caderas con agilidad, era inevitable no verla moverse como toda una