En la actualidad.Ava Jones.—Dime Alma… ¿Qué tal me veo? —Doy toda una vuelta sobre mis pies y sonrío de manera coqueta.—Usted va a impactar en ese evento, señora. Se ve increíble. —Mientras me enaltece el ego con sus palabras, un pequeño terremoto da vueltas y saltos alrededor de la pobre mujer. No sé cómo es que todavía no se ha vuelto loca con él.Si en algún momento llega a renunciar, ni siquiera le preguntaría por su motivo, pues eso está más que claro.—Damián, por favor, pórtate bien, hijo. Debes dejar de dar vueltas sobre Alma y hacer todo lo que ella te diga y te indique. ¿Estamos? —Pregunto, mirándolo fijamente, con una ceja levantada y mis brazos cruzados.—Sí, má —responde, pero se sabe que no presta en lo absoluto atención cuando continúa corriendo y saltando.—No habrá chocolate alguno para quien no haga caso en esta casa —mis palabras lo hacen detener de inmediato.—¿Chotolate? —Me mira ilusionado, con sus enormes ojos grises muy abiertos —¡Chotolate!—Sí, pero solo s
Hace cuatro años.Snape.—¡Corre, Ava, corre! —Grito, eufórico.Ya hemos cruzado varios pasillos y he logrado derribar a varios asesinos de La Asociación. Llevo mi arma delante de mí y despejo el camino con ella para que Ava y yo podamos pasar. Una vez llegamos al living del lujoso hotel, puedo notar como varias personas están agachadas en el suelo, siendo amenazadas, así que no permito que mi acompañante dé un paso más y la empujo hacia un lado, para que tome otra ruta.Después de tanto buscar, finalmente encontramos la salida trasera, y junto con ella a tres tipos más que tienen sus armas apuntándome, pues Ava todavía se encuentra adentro, esperando a mi señal. Levanto mis manos en señal de derrota y uno de ellos sonríe, victorioso. Observo como otro, uno moreno, anuncia por su intercomunicador que nos han capturado y en mi mente hago un conteo de cuánto tiempo nos queda para poder escapar.Dos minutos, ni más ni menos.Así que, de manera inesperada, lanzo una patada al que se encue
En la actualidad.Snape.—Un paso más y sales de aquí como colador para pastas —amenaza Sebastián.Mi sonrisa se amplía todavía más. Todo lo que haré a continuación es sumamente arriesgado. Puede que me asesinen antes de poder lograr mi objetivo, pero lo vale. Si hoy me toca morir, pues que sea a lo grande, de pie y que sepan que temor a ellos no les tengo y nunca les voy a tener.—Que traumado eres, Sebis —me burlo y lo tuteo, como jamás nadie lo ha hecho. Nadie se ha atrevido a tener tal confianza con el segundo al mando de toda la asociación, pero estrategias son estrategias y esta vez vengo con todo —. Sabes perfectamente que nadie entra acá con armas, es la regla principal del evento… —miro a todos apuntándome y finjo ofenderme. Llevo mi mano a mi pecho, indignado, notan como se acercan más con sus armas, acercándose un poco a mí. Es muy satisfactorio ver el miedo que tienen por cada movimiento que hago. Me gané una buena fama durante todos estos cuatro años, pues soy de los que
Hace cuatro años. Snape. —Cuando te vayas a venir, avísame. Yo me arrodillaré ante ti y me darás de esa leche espesa para poder Alimentarme. Me descontrolo, dándole lo que quiere, sin que me lo tenga que pedir dos veces. Quito su mano con brusquedad de mi dureza y hago a la bruja frente a mi retroceder, hasta que se topa con la pared. Su espalda pega con fuerza y ella gime, adolorida, pero no le presta atención a su propio dolor, porque la excitación puede más. Agarra mi cintura con la intención de no dejarme ir. Mi miembro, aun cubierto por mi pantalón, se restriega contra su feminidad. Muevo mi cadera, clavando todo lo que puedo en ella, quien lanza su cabeza hacia atrás y se regodea con las sensaciones. Su cadera se mueve por instinto, manteniendo fricción conmigo. Dios, como se pone con unos simples roces. Se nota que ella es sensible, y mejor aún, se nota que no puede resistirse a mí, así como yo tampoco puedo ni quiero resistirme a ella. Tomo su cabello con brusquedad, haci
En la actualidad.Snape.Me lleva tres días decidirme, dos días realizarlo y un día volverme uno de los subjefes de La Asociación.He asesinado a Arthur Anderson, y quisiera decir que me arrepiento o excusarme detrás del hecho de que me enviaron a hacerlo para poder ser aceptado en la organización mafiosa más grande de Australia, pero estaría mintiendo.Cuando me dijeron que debía realizar tal hazaña, la verdad es que ya me lo esperaba. Fue una de las tantas cosas que contemplé en mi habitación mientras armaba mis propios planes. Planes que solo me beneficiaban a mí y que eran muy diferentes a los que tenía el ejército.¿De verdad pensaban que iba a regresar así sin más y dejarme comandar por ellos luego de toda la mierda que me hicieron? Estaban muy equivocados, pero yo, al ser el soldado que seguiré siendo toda mi vida, no por rendirle tributo a alguna agencia o gobierno, sino porque es algo que ya llevo en mi sangre, debía usar lo que estaba ocurriendo a mi favor.Cuando escapé de
Hace cuatro años.Snape.—Así. Sí ¡Joder! Sigue así, Sirena. —A pesar de que tengo su muslo atrapado entre mis manos, es ella quien se mueve de manera frenética sobre mí, montándome.Esto ha sido un desastre. Después de que terminamos de follar en el baño, nos duchamos y arreglamos todo para irnos. Bajamos las cosas y las dejamos en el auto, cuando subimos para recoger lo último que nos faltaba, no pude resistirme y la estampé contra la pared comiéndomela a besos.No planeaba que termináramos follando nuevamente, solo quería besarla un poco antes de que nos fuésemos, pero una cosa llevó a la otra, y ahora era yo quien me sometía ante la posesividad de esta fiera apasionada que no deja de subir y bajar sobre mi pene, dándome un placer inigualable.No tuve oportunidad alguna de no caer por ella, de dejarme llevar por sus encantos, forma de ser, y todo lo que me hacía sentir con solo saber de su mera existencia. Creo que estoy jodido, y al ser la primera vez que experimento este tipo de
En la actualidad.Snape.—Sí que nos dejaste impresionados. Sabíamos que serías capaz de hacerlo, pero él era una persona muy cercana a ti y a tu padre adoptivo. Pensábamos que eso te frenaría un poco.Ahora ya nada me frena.Ya no suelo pensar tanto las cosas como antes, solo analizo lo necesario e importante. Ahora, cuando sé que debo hacer algo que me beneficia, no lo pienso dos veces. Voy por ello, sin importar a quien dañe.—Cumplí con mi parte del trato, espero que ustedes cumplan con la suya. Sean leales y transparentes conmigo y yo lo seré con ustedes —aseguro.—¿Tienes palabra, Snape? —Odio sus voces robotizadas.—Si no la tuviera no estaría aquí.—Una vez ya juraste serle fiel a USA y aquí andas tranquilo luego de haber asesinado al vicejefe de estado.—Eso es porque, como ya he dicho innumerables de veces: sean leales y fieles conmigo y yo les daré lealtad y fidelidad de vuelta, pero traiciónenme y se les vendrá todo el peso de la venganza. Y créanme, no quieren tenerme de
Hace tres años y diez meses.Snape.Tenemos una semana de haber llegado a la Isla Tasmania. Seguimos y seguiremos en Australia, aunque la pista que le hemos dado a todos los lleva a creer que nos hemos ido del país.En este momento estamos situados en una muy acogedora cabaña a la que había venido anteriormente con una amiga. No era tan amiga mía como se supone que Mike sí lo era, y me di cuenta de que mucho menos íbamos a serlo cuando me confesó que estaba enamorada de mí. Yo no sabía qué hacer, éramos muy jóvenes, teníamos quince años. Yo ni siquiera sabía lo que era el amor.Quiero creer que lo que estoy viviendo ahora lo es.Lo último que supe de Karine es que le dijo a Fernando que era mi novia. No sé por qué le dijo eso. He llegado a sospechar que se obsesionó un poco conmigo, pero no le di o le doy la suficiente importancia porque debido a mi trabajo casi nunca la veo. De hecho, llegué a pensar y sigo pensando, que no tengo el tiempo suficiente para estar con una persona de man