Hace cuatro años. Snape. —¡Camina más rápido! —Ordeno. —¡Estoy caminando lo más rápido que puedo para estar en medio de pura arena! —Se queja ella, intentando seguir mi ritmo. —¡No te veo hacer nada! ¡Muévete más rápido! —¡Eres un jodido militar! ¡Yo soy una persona normal! Me volteo hacia ella, ofendido por lo que acaba de decirme. Su cuerpo choca con el mío, e incluso nuestras narices y frentes chocan, lo que hace que retroceda un poco, aturdida. —En primer lugar, no me ofendas de esa manera. No soy militar, soy un agente de la CIA; y, en segundo lugar, muchas personas normales tienen buena condición física, la tuya apesta —ella abre su boca, indignada, pero antes de que pueda protestar, tomo su mano y la hago caminar. Prácticamente la lleva a rastras detrás de mí. Unos disparos resuenan por todo el lugar y comienzo a temer, no por mí, sino por la chica que, literalmente, parece una tortuga. Creo que hasta un caracol es más veloz que ella. Miro la pistola en mi otra mano y an
En la actualidad.Snape.Ha pasado el tiempo. He comenzado con el entrenamiento fuerte.Los motivos que tengo me incentivan cada vez más para lograrlo. Yo iré por ellos. Iré por ella. A pesar de que siempre que estuvo conmigo estuvo actuando un papel, yo llegué a conocerla un poco. Sé que lo hice. Sé qué es aquello que va a desestabilizarla. Es una jugada muy fácil y donde le pagaré con su misma moneda: actuaré.Dejo de correr y comienzo a tomar las pesas. Empiezo el ejercicio pesado.Mi hambre cada vez es más voraz, tanto la física, como la mental. A medida que me centro en mí y mi recuperación, también aprendo cosas nuevas y me especializo en otras que antes no había ni tomado en cuenta. Esta vez volveré imparable, seré letal.No me llaman Snape por nada.Ahora todo mundo va a saber el verdadero significado de mi apodo.Muchos creen que es solo porque disparo, pero no. No es el objetivo, sino todo el análisis y razonamiento que debes hacer para dar con él, y no únicamente por medio
Hace cuatro años.Snape.—Eres un viejo en cuerpo de joven. —Dice Ava, por enésima vez.Ruedo mis ojos, pero ya lo he decidido: no voy a prestarle más atención. Se acabó.He intentado por todos los medios tratar de tener una conversación con el vicejefe, he tratado de asegurarles que nada es lo que parece, que todo sigue en pie, y que, si hice lo que hice, fue porque, para este entonces, Ava estaría muerta.Él sabe que no estoy mintiendo, y me está dando la oportunidad de que regresemos, pero sé que en cuanto pongamos un pie allá, a lo mejor no la tomen conmigo, pero ella de por sí ya está sentenciada. La asociación dio la orden, aprovecharán cualquier mínima oportunidad para cazarla y asesinarla. La quieren muerta, ni más, ni menos.Y yo no he estado salvando su trasero para que ella venga con toda la facilidad del mundo a morirse en un antro VIP que está en la cima de este hotel de lujo donde nos estamos hospedando.Una ventaja de tener cerca de mí a este hacker, es justamente que,
En la actualidad.Ava Jones.—Dime Alma… ¿Qué tal me veo? —Doy toda una vuelta sobre mis pies y sonrío de manera coqueta.—Usted va a impactar en ese evento, señora. Se ve increíble. —Mientras me enaltece el ego con sus palabras, un pequeño terremoto da vueltas y saltos alrededor de la pobre mujer. No sé cómo es que todavía no se ha vuelto loca con él.Si en algún momento llega a renunciar, ni siquiera le preguntaría por su motivo, pues eso está más que claro.—Damián, por favor, pórtate bien, hijo. Debes dejar de dar vueltas sobre Alma y hacer todo lo que ella te diga y te indique. ¿Estamos? —Pregunto, mirándolo fijamente, con una ceja levantada y mis brazos cruzados.—Sí, má —responde, pero se sabe que no presta en lo absoluto atención cuando continúa corriendo y saltando.—No habrá chocolate alguno para quien no haga caso en esta casa —mis palabras lo hacen detener de inmediato.—¿Chotolate? —Me mira ilusionado, con sus enormes ojos grises muy abiertos —¡Chotolate!—Sí, pero solo s
Hace cuatro años.Snape.—¡Corre, Ava, corre! —Grito, eufórico.Ya hemos cruzado varios pasillos y he logrado derribar a varios asesinos de La Asociación. Llevo mi arma delante de mí y despejo el camino con ella para que Ava y yo podamos pasar. Una vez llegamos al living del lujoso hotel, puedo notar como varias personas están agachadas en el suelo, siendo amenazadas, así que no permito que mi acompañante dé un paso más y la empujo hacia un lado, para que tome otra ruta.Después de tanto buscar, finalmente encontramos la salida trasera, y junto con ella a tres tipos más que tienen sus armas apuntándome, pues Ava todavía se encuentra adentro, esperando a mi señal. Levanto mis manos en señal de derrota y uno de ellos sonríe, victorioso. Observo como otro, uno moreno, anuncia por su intercomunicador que nos han capturado y en mi mente hago un conteo de cuánto tiempo nos queda para poder escapar.Dos minutos, ni más ni menos.Así que, de manera inesperada, lanzo una patada al que se encue
En la actualidad.Snape.—Un paso más y sales de aquí como colador para pastas —amenaza Sebastián.Mi sonrisa se amplía todavía más. Todo lo que haré a continuación es sumamente arriesgado. Puede que me asesinen antes de poder lograr mi objetivo, pero lo vale. Si hoy me toca morir, pues que sea a lo grande, de pie y que sepan que temor a ellos no les tengo y nunca les voy a tener.—Que traumado eres, Sebis —me burlo y lo tuteo, como jamás nadie lo ha hecho. Nadie se ha atrevido a tener tal confianza con el segundo al mando de toda la asociación, pero estrategias son estrategias y esta vez vengo con todo —. Sabes perfectamente que nadie entra acá con armas, es la regla principal del evento… —miro a todos apuntándome y finjo ofenderme. Llevo mi mano a mi pecho, indignado, notan como se acercan más con sus armas, acercándose un poco a mí. Es muy satisfactorio ver el miedo que tienen por cada movimiento que hago. Me gané una buena fama durante todos estos cuatro años, pues soy de los que
Hace cuatro años. Snape. —Cuando te vayas a venir, avísame. Yo me arrodillaré ante ti y me darás de esa leche espesa para poder Alimentarme. Me descontrolo, dándole lo que quiere, sin que me lo tenga que pedir dos veces. Quito su mano con brusquedad de mi dureza y hago a la bruja frente a mi retroceder, hasta que se topa con la pared. Su espalda pega con fuerza y ella gime, adolorida, pero no le presta atención a su propio dolor, porque la excitación puede más. Agarra mi cintura con la intención de no dejarme ir. Mi miembro, aun cubierto por mi pantalón, se restriega contra su feminidad. Muevo mi cadera, clavando todo lo que puedo en ella, quien lanza su cabeza hacia atrás y se regodea con las sensaciones. Su cadera se mueve por instinto, manteniendo fricción conmigo. Dios, como se pone con unos simples roces. Se nota que ella es sensible, y mejor aún, se nota que no puede resistirse a mí, así como yo tampoco puedo ni quiero resistirme a ella. Tomo su cabello con brusquedad, haci
En la actualidad.Snape.Me lleva tres días decidirme, dos días realizarlo y un día volverme uno de los subjefes de La Asociación.He asesinado a Arthur Anderson, y quisiera decir que me arrepiento o excusarme detrás del hecho de que me enviaron a hacerlo para poder ser aceptado en la organización mafiosa más grande de Australia, pero estaría mintiendo.Cuando me dijeron que debía realizar tal hazaña, la verdad es que ya me lo esperaba. Fue una de las tantas cosas que contemplé en mi habitación mientras armaba mis propios planes. Planes que solo me beneficiaban a mí y que eran muy diferentes a los que tenía el ejército.¿De verdad pensaban que iba a regresar así sin más y dejarme comandar por ellos luego de toda la mierda que me hicieron? Estaban muy equivocados, pero yo, al ser el soldado que seguiré siendo toda mi vida, no por rendirle tributo a alguna agencia o gobierno, sino porque es algo que ya llevo en mi sangre, debía usar lo que estaba ocurriendo a mi favor.Cuando escapé de