Nos dirigimos en el auto a la carretera principal, tía Juliette aún no sabe dónde será el punto de reunión, al parecer será una sorpresa, algo que a Erick incomoda, somos escoltados por otro vehículo, Anna se ve relajada, pero por su mirada sé que desea preguntarme sobre lo sucedido con Torres.
Luego de veinte minutos hemos llegado al lugar donde Daniel nos espera y es el restaurante francés Petit Paris, un lugar con mucho significado, lleno de recuerdos.
Al entrar somos dirigidos a un salón privado donde ya se encuentra Daniel esta vez solo con un mayordomo, se levanta para saludar con un beso enérgico a tía Juliette la cual le corresponde, por un momento creo que mejor sería dejarlos solos.
Decidimos cenar primero para luego hablar, algo que a Erick no le agrada mucho, sé que él quiere saber exactamente el por qué estamos aquí, pero no le queda otra que tener paciencia ya que Daniel insiste que así sea y debo admitir que tengo hambre, dado mi estado gravídi
Han pasado casi tres meses desde esa noche de sorpresas, una cena que inicio como si fuese una reunión de negocios termino siendo un momento familiar inesperado, en especial para Erick que después de este tiempo aún no se lo cree, lo cual me causa gracia, además de sus indirectas para que siga el ejemplo de tía Juliette, sospecho que el hecho de ver que Daniel cazo a una Fortier para el matrimonio y él no, es algo que lo desconcierta más. Pero todas tenemos nuestro tiempo, no le he dicho que no sucederá.A pocos días de la boda se sienta la tensión en el ambiente, aun así, disfruto de estos tiempos de tranquilidad, aunque siempre alerta, desgraciadamente por mucho que Daniel asegure que estamos a salvo, mi instinto no me permite que me relaje por completo.Debo admitir que he logrado controlar mi ansiedad a pesar de mi estado de embarazo, el cual siempre creí que me alteraría más. Hoy tengo cita con la Doctora Blanco, Erick, Anna y tía Juliette me acompañaran ya qu
Cada día Annette se mueve más en mi vientre, mis antojos por lo dulce se han intensificado, a pesar de ello trato de controlarme para no subir exageradamente de peso. Erick se encuentra en el trabajo, la dinámica de sus empresas ha regresado a la normalidad. Anna me visita todos los días y en ocasiones la acompaño a sus terapias, veo el gran avance en ella, aunque en ocasiones me queda viendo fijamente y por momentos un aura de oscuridad sombrea su rostro.Tengo casi dos semanas de no hablar con tía Juliette, lleva casi un mes de luna de miel, lo último que me pregunto es que si había iniciado la lectura del diario, la cual inicie a los días después de la boda, trato de leer lentamente para así apreciar los detalles y aprender con calma de todas sus vivencias.Al avanzar en mi lectura comprendo el porqué del título de este diario, “Los pecados de una ninfómana”, las situaciones que vivió son más intensas que las que he experimentado. Este diario me está permitiendo conoc
Vivo con mis tíos, en las afueras de la ciudad, mientras mamá se encuentra en viajes de negocios, desde la muerte de mi padre se ha sumergido más en sus labores, supongo para superar el trauma.La hermana de mi madre ha decido educarme, lleva casada tres años con su actual pareja, es el matrimonio más duradero que le conozco en mi corta vida, es su tercer esposo, un hombre un poco mayor que ella, detallista y trabajador siempre al pendiente de las necesidades de nosotras, no pierde la oportunidad de demostrar su amor a mi Tía Juliette, y esta se lo retribuye todas las noches que está en la casa, los escucho desde mi cuarto, no me molesta, todo lo contrario.En los días que Tío William sale de viaje, tía Juliette recibe visitas de amigos, cuando llego del colegio ellos salen, siempre sonriente me saludan, me gusta saber que tiene buenos amigos que la distraen mientras pasa horas solas en esta enorme casa.Sali temprano de clases, al llegar a casa decido entrar por l
Tenía que dar fin a mi sequía, necesitaba satisfacer mis necesidades, esta estúpida apuesta me está volviendo loca. Y es que resistirme a mis impulsos por tanto tiempo es casi como una inanición. El que aprovechará este momento de debilidad es Manuel, tendrá lo que ha buscado por todos estos años y que solo había recibido negación de mí parte, su perseverancia e insistencia por querer cogerme al fin se realizara.Luego de media hora de camino, que para mí vagina ya humedecida desde que me subí al auto han sido horas, hemos llegado al lugar. Un hospedaje sin nada relevante que mencionar, su color rojo hace contraste con el paisaje boscoso del lugar, cumple la misión de ser llamativo para todo viajero o pareja que lo quiera usar para diferentes fines.Manuel entra a solicitar las llaves de la habitación que ya había reservado, la cual se encuentra detrás, no tengo duda por la forma en cómo se mueve de que no es su primera vez en este lugar y la verdad es lo que menos
La alarma me despierta, seis de la mañana, inicia la rutina de los días de semana, mi ritual de ducharme, desayunar, dejarle comida a Neo y manejar al trabajo, no sufre variantes. En el camino veo a gente corriendo, haciendo ejercicios, lo que me hace reflexionar que debería dedicarle más tiempo a mi rutina del gimnasio, dos veces a la semana no es suficiente, o por lo menos eso me hacen sentir esas personas.Llego al trabajo, y antes de entrar me dirijo al cafetín, por un expreso, en este último mes me volví un poco adicta al café, o como le llamaría tía Juliette, “el néctar de los dioses”.Al llegar a mi oficina veo que Anna espera en la puerta, definitivamente esto altera mi acostumbrada rutina de las mañanas, aunque no es difícil suponer el por qué está esperándome, dado los eventos que ocurrieron ayer.─Hola Nicolette.─Hola Anna.─Necesito hacerte una pregunta ─su sonrisa la delata.─Supongo, tengo tiempo, así que entremos ─forcejeo un
La hora del almuerzo ha incomodado a Anna, nunca le ha gustado llamar la atención, aunque las miradas no vayan dirigidas a ella, sino hacia mí, no me sorprende que Manuel se haya encargado de difundir su hazaña a sus amigos y esto a su vez como buenos chismosos al resto de compañeros, luego dicen que las mujeres somos las chismosas.─Te envidio Nicolette.─¿Por qué Anna?─Por tu tranquilidad, no te molestan las miradas que evidentemente fueron provocadas por la indiscreción de Manuel.─No cariño, estoy acostumbrada a ese tipo de miradas, crecí con ellas.─¿Le dirás algo a Manuel?─No, se cómo manejarlo, los tipos como el son manipulables y fácilmente pueden ser heridos en donde más les duele, su ego.─Ósea ya no más sexo.─Depende de mis necesidades, pero lo puedo torturar por teléfono, me entiendes.─Te refieres a sexo telefónico.─Si, Anna, a incitarlo, pero para se quede con las ganas, aunque ya deje esos jueguitos
Sus besos en mi cuello, su apretón fuerte en mi cadera y trasero juntándome a su cuerpo, sintiendo su erección rozar mi entrepierna, me provoca un calor que llena todo mi cuerpo, subo una pierna enlazándolo, apegándolo más a mí, quiero sentir más, deseo a Erick adentro de mí, lo tomo de su cabello viéndolo directamente a los ojos, esa mirada que vi desde el primer día me desnuda, siento esa conexión con él, penetra todo mi ser.Nos seguimos besando, entrelazando nuestras lenguas, jugueteando con ellas desesperadamente, como si lleváramos tiempo deseándonos. Le quito la camisa y el a mí el vestido, siento sus brazos fuertes, su gran torso, este hombre me derrumba, me humedezco con facilidad.Me lleva a la cama, pero doy vuelta para quedar encima de él, me besa los pechos, su lengua juega con mis pezones, su mano me presiona con fuerza las nalgas, esto aumenta más mi calor interno, lo llevo lentamente a la posición en que lo deseo tener, quiero cabalgar a este macho
Aquí y ahora, Erick Hamilton será mío. Mí vientre se estremece con saber que tendrá a esta presa, no me interesa que sea en su oficina ni que en cualquier momento alguien entre y vea como me lo cojo, no me importa, todo lo contrario, me excita más.Sus ojos brillan, reflejan su deseo por hacerme suya, me toma de las nalgas con fuerza, besa mí cuello, siento su respiración cada vez más acelerada. Se ve como todo un cazador devorando a su presa, oh, cariño ambos somos cazadores, pero optaré por el papel de sumisa, quiero que me devore.Se quita el cinturón, siento su pene, duro y grueso, me encanta, quiero saborearlo, le daré una buena mamada antes que me lo meta. Para mi sorpresa toma su distancia, trata de ocultar su erección con una mano, mientras ve el reloj de su oficina.─No es el momento ni el lugar, Nicolette.─No trates de detener lo inevitable ─me acerco dándole un beso y quitando la mano que tapaba su erección, para que sienta mi toque.─Nicole