Quería dormir y así olvidarme de lo que me había dicho Aaron, así que en la oscuridad de aquel dormitorio, me gire dándole la espalda a aquel hombre que con tanta ilusión yo lo llamaba mi esposo, poniendo mis manos en mi vientre, sintiendo el aliento de aquel que era mi marido y que yo tanto amaba en mi cuello.— Rebeca — lo escuche decir— ¿Qué? — pregunte, intentando que no se me notara que estaba llorando en silencio—- Se perfectamente que eres muchísimo mejor persona que yo, pero lo que no esperaba cuando firmamos el contrato es que Clay y su familia formaran parte de nuestra vida también, aunque se que ya no podemos hacer nada, quiero decirte que no puedo cambiar mi forma de ver las cosas, pero sí que sé, que hay algo en lo que te equivocas —- me dijo—- ¿En que, Aaron? — volví a preguntar, sintiendo como mi esposo me ponía su mano en mi barbilla, acercando su rostro al mío— Me arrepiento y mucho de haber sido algo cruel contigo porque creo que eres muy valiente por acceder a t
Estaba sentada tranquilamente en el sofá leyendo un libro, cuando de pronto me acordé que en el dormitorio había una caja con precinto y que cada vez que abría aquel vestidor quería mirar qué había dentro de aquella caja y como estaba segura de que Aaron tardaría en volver a nuestra casa, me dedici en investigar un poco por mi cuenta. Me levanté del sofá decidida a ir al dormitorio y ver que había en esa caja misteriosa, pero cuando por fin ya la tenia en mis manos, me gire viendo a mi marido apoyado en el marco de la puerta del dormitorio— Hola ¿qué haces con esa caja? — me pregunto— ¿Qué hay aquí dentro? — le pregunté— Cosas personales de mis padres y fotos digitales, solo eso — me respondió— Vale, gracias y perdon por ser tan curiosa — le respondí, dejando la caja otra vez donde la había cogido— Anda vamos al salon que tengo que hablar contigo — me dijo— ¿Qué pasa? es algo bueno ¿no? — pregunteCuando llegamos al salon, nos sentamos los dos en el sofá mirándonos los dos fijam
Al día siguiente cuando me desperté, me giré en la cama dándome cuenta de que estaba sola, me levanté y me dirigí hacia el cuarto de baño para ducharme, una vez que termine, me sequé el pelo con la toalla y rodeando mi cuerpo con otra toalla regrese al dormitorio para vestirme bajando después a la cocina para desayunar, donde pude ver a mi esposo, sentado en una de las sillas que habían rodeando la encimera tomando su taza de cafe— Buenos días — le dije a mi marido y a Elisa que estaba haciendo tortitas— ¿Has dormido bien? — me pregunto Aaron, cogiendo mi mano para acercarme a su cuerpo— La verdad que si, te echado estos días que no has estado en casa de menos — conteste—- Rebeca ¿quieres tortitas con el cafe? — me pregunto Elisa— Si por favor y bien Aaron ¿me vas a contar lo que sucede en tu viaje con Clay? — le pregunté a mi esposo— Vamos al salon y te cuento todo lo que quieras — me dijo Aaron levantándose de su silla y cogiendo mi mano, nos fuimos los dos hacia el salón, s
Después de darme una relajante ducha de agua caliente, me tape el cuerpo con una de las toallas que había en aquel cuarto de baño y me fui al dormitorio quedando inerte ya que en aquel dormitorio había una enorme cama, con una decoración en blanco y gris como eran los colores de la empresa de mi esposo, me acerque hasta la enorme cama dándome cuenta de que aquella mujer ya me había dejado preparado encima un pijama y la ropa interior. Terminé de vestirme marchándome de aquel dormitorio hacia el largo pasillo de la primera planta, quedándome unos minutos enfrente de la puerta del despacho de mi marido, toque la puerta despacio antes de abrirla para esperar a que Aaron me diera paso para entrar. Cuando escuche la voz de Aaron dando paso a su despacho, abrí la puerta, entré y cerré la puerta detrás de mí acercándome a los sillones que había enfrente de la mesa de su despacho. Una vez que ya estaba sentada, Aaron me dio unos documentos, clavándome sus preciosos ojos en los míos, aunque su
Estabamos Aaron y yo sentados en la mesa, ya que la cena estaba servida, cogí la cuchara para empezar a tomar la sopa que la ama de llaves nos preparó dándome cuenta de la forma en que me miraba mi marido, siendo una forma lasciva y oscura, mientras Aaron me comía con los ojos. Una vez que ya termine la sopa, aparte el plato quedándome por unos minutos mirándolo muy seria.— ¿Ya no tienes más hambre? — me pregunto Aaron— No, la verdad que no mucho — respondíAaron dio un fuerte suspiro levantándose de su silla, provocando con ella cierto ruido que me hizo dar un salto en mi silla, viendo como mi esposo se iba acercando hasta donde yo estaba, ofreciendome su mano.—- Pues entonces, vámonos a la cama Rebeca, la verdad que yo también estoy cansado —- me dijo mientras me cogía de la manoAl levantarme de la silla, mis piernas me flaquearon un poco cogiendome Aaron de la cintura para que no me cayera al suelo, quedando nuestros labios muy cerca, cogiendome Aaron en brazos después poniendo
Un intenso silencio hubo en el coche de Aaron mientras nos íbamos acercando a una casa donde pude apreciar que era muy grande y muy bonita, Cuando llegamos yo estaba muy nerviosa ya que la discusión que mantuvimos Aaron y yo la noche anterior, se quedó muy marcado en mi rostro por lo que había llorado de rabia e impotencia. Aaron aparco el vehículo enfrente de la casa, dándome cuenta de que habian varios empleados de seguridad merodeando por los alrededores— Ya llegamos — Me dijo Aaron, haciéndome sentir un pequeño cosquilleo en mi estomagoLos dos caminamos hacia la entrada de la casa, dejando que Aaron estuviera unos centímetros delante de mí, con la esperanza de que los nervios que yo tenía no me traicionaran en ese momento, pero Aaron me cogió del brazo con su mano, dándome un fugaz beso en la comisura de mis labios. Cuando ya entramos en la casa, nos dirigimos los dos hacia el salón, viendo como se iban acercando a nosotros una mujer mayor y un hombre que se parecía mucho a Aaro
La tarde fue pasando muy amena con la familia de mi esposo, pensé que era demasiado bonito participar en una familia tan unida y agradable, ya que yo no tenía nada más que a Jimy en mi vida, ya era para mi, mi amigo, mi hermano y mi todo desde que mis padres murieron en aquel fatídico accidente de coche. Hubo un momento en el que Aaron y su hermano se retiraron de nosotras, dándome cuenta de que los dos estaban hablando realmente muy serios, cruzando en un momento mi mirada con la de Aaron, retirando mi mirada enseguida, ya que no quería que pensara que lo estaba vigilando, volviendo a la conversación que mantenían la cuñada y la tia de mi esposo. — Mira Rebeca, ya viene Aaron hacia nosotras — me dijo la cuñada de mi maridoDe pronto sentí la presencia de Aaron a mi lado, sintiendo como mi corazón latía a más de mil por hora, erizando mi bello inexplicablemente, pero eso es lo que mi cuerpo hacía cuando estaba al lado del padre de mi bebe.— Mi amor nos tenemos que marchar, ya es muy
Aaron no apartó en ningún momento su mirada de la mía, parecía que se había quedado algo conmocionado con mis palabras, como si por un momento se hubiera quedado algo absorto en sus pensamientos.— Vamos Aaron contestame — le volví a gritarPuse mis manos en el pecho de mi marido, para darle un fuerte empujón y apartarlo de mí para marcharme del dormitorio, cuando de pronto, apretó sus labios con los míos, besándome con pasión y desenfreno, haciendo que mi enfado se desvaneciera de pronto sintiendo que mi cuerpo era como la gelatina entre sus fuertes brazos.—- Si te marchas de mi lado, volverás otra vez a mi lado arrastrándome antes de que recuerde otra vez a quién le perteneces — me dijoCuando apartó unos centímetros su cara de la mía, levanté el brazo dándole un fuerte bofetón, haciéndole sangre en el labio, ya que sabía que me hablaba con cierto sarcasmo, cansandome por un momento de que aquel hombre fuera tan despiadado conmigo y cansada de que siguiera jugando conmigo, con mis