Estaba en mi despacho sentado en el sillón que había detrás de la mesa de despacho, con la mirada completamente perdida, recordando la noche anterior cuando tuve a mi mujer en mis brazos haciéndole el amor hasta que morfeo se adueñó de nuestros cuerpos. Los besos apasionados que nos cortaba la respiración y le exigia a Rebeca continuamente el roce de sus suaves labios con los míos. Nuestros gemidos de excitación y cuando llegamos los dos casi al mismo tiempo al clímax. Dios cómo deseaba estar a su lado y volver a hacerle el amor a mi esposa, me había acostumbrado a ella y deseaba terminar de trabajar para volver a casa, cogerla en brazos y llevarla a nuestro dormitorio, la necesitaba, la deseaba y eso me estaba volviendo loco. Esta mañana me había costado más que nunca levantarme de la cama cuando me desperté, y verla desnuda bajo las sábanas provocó que tuviera que controlar mi apetito por devorarla otra vez, para poder centrarme en el trabajo, ya que hoy tenía muchos documentos que
Me quedé mirando a mi esposa, viendo en sus dulces labios una especie de risita, maravillándome por aquel dulce y angelical sonido, teniendo que reirme yo tambien ya que la risa de mi esposa era un poco contagiosa— Creo que a todos los que te conocen, les cuesta hacerse a la idea de que Aaron Taylor se ha casado — le dije mientras miraba los preciosos ojos de mi esposo.Mi marido se quedo mirandome, pero no exactamente a mi si no a mis labios, — Quiero besarte y borrarte tus pintalabios con mi lengua, hasta que te falte el aliento — me dijo haciendo que me sonrojara aun mas — ¿que te apetece para comer? — me dijo — Pide lo que más te apetezca, sabes que me gusta toda la comida de este restaurante — respondíAaron alzó una ceja ante mi respuesta, mientras la comisura de sus labios la torció en un gesto de burla, fulminando yo con mi mirada a mi esposo, dándose cuenta mi marido que me estaba empezando a enfadar con él— Tu eres un imbécil, ¿lo sabías? — le dije Aaron suspiro con en
Aaron me miraba muy sorprendido por mis preguntas, me sujeto con sus manos mis hombros tumbandome en su escritorio, dándome cuenta de que mi esposo tenía sus mandíbulas tensas—- Suéltame, me estas haciendo daño Aaron — le suplique— Me duele Rebeca, me duele que piensess que soy un puto mujeriego, yo tamien se lo que es el amor — me grito con rabia mientras yo lo miraba con preocupacion por si a mi o a nuestro hijo nos hacia dañoAaron me soltó, apartándose de mí, acercándose al centro de su despacho suspirando con resignación, mientras negaba con la cabeza— Rebeca, te puedo jurar que nunca he hecho un contrato a ninguna mujer como tenemos tu y yo, y te puedo asegurar que tampoco o mejor dicho nunca, he estado con ninguna mujer si no he sentido nada por ella — me dijo mientras se pasaba la mano por su peloQuise decirle algo a mi esposo, pero estaba tan confundida que no pude pronunciar ninguna palabra— Solo contigo, he empezado a sentir algo nuevo, algo que nunca había experimenta
Al dia siguiente teniamos una cena con unos socios de la empresa de Aaron en un lujoso hotel de la ciudad, así que me decidí por un vestido rojo, mirándome en el espejo del dormitorio para ver como me sentaba, ya que fue un regalo de mi esposo, fijándome en cómo ese precioso vestido hacían exuberantes mis curvas femeninas, sonrojandome cuando recordaba como mi marido me miraba con deseo cuando me lo probé en el probador de la tienda.De pronto y sin esperarmelo, escuche como tocaban a la puerta del dormitorio viendo entrar a Elisa.— Estás deslumbrante Rebeca, cuando Aaron te vea se va a quedar asombrado, he venido a decirte que el chofer ya te está esperando en la entrada de la casa — me dijo— Ya estoy lista, gracias Elisa por avisarme — le dije mientras cogía mi bolso de mano, mirándome en el espejo por última vez antes de marcharme de mi dormitorio.Durante el trayecto de mi casa hasta el hotel donde me estaba esperando mi esposo, el chofer puso algo de música suave en el coche, ha
Quise marcharme de su lado ya que me estaba incomodando mucho, pero preferí negándome a seguir hablando con él, por educación sin moverme del sitio— Tu maridito tendrá cosas mejores que hacer supongo, si yo fuera tu esposo nunca te dejaría a solas te lo aseguro, Rebeca ¿sabes con quién está tu esposo ahora mismo? — preguntoLevanté mis brazos, ya que exactamente no tenía ni idea de lo que pasaba y por que mi esposo no estaba conmigo en aquella fiesta— Que inocente eres preciosa, —me dijo Chad sin dejar de mover negativamente su cabeza– me enfada mucho que Aaron no te haya dicho nada, pero supongo que si no te ha contado nada, sus motivos tendrá ¿no te parece? — me dijo, sintiendo que cada vez, estaba más incómoda a su lado— La verdad es, que no se a que se está refiriendo — le dije— Rebeca bonita, ahora mismo tu querido esposo está con su ex mujer — me dijo sonriendo con cierta malicia, quedándome por unos momentos inerte, por la sorpresa ya que nunca me comentó Aaron nada.Me qu
Harta ya de escuchar a esa mujer, me gire sobre mis talones en ese lugar, marchándome de donde estaba hacia donde se encontraba la barra del bar, dándome cuenta de que Chad, estaba mirando con una cierta sonrisa algo sarcástica en su boca, mientras yo retenía mis lágrimas y hacia profundos esfuerzos respiratorios para que no se notara que estaba completamente hundida y humillada. pero por un momento me pude dar cuenta de que esa mujer tenía mucha razón y me había abierto los ojos sobre él que era mi marido. Pensé que tendría que conseguir de cualquier manera dinero para comprarle a Aaron Taylor mi empresa y luego me alejaría todo lo que pudiera de mi marido y de todo el mundo que le rodeaba. Una vez que ya llegue a la barra, me apoye con mis brazos en ella, pidiéndole al camarero una copa de vino.— Has vuelto a mi lado, preciosa — me dijo Chad con una sonrisa en su boca— Así es y ahora necesito saber todo lo que me tienes que contar de Aaron Taylor — le dije con mi voz cortada, tomá
Aaron me ayudo a sentarme en una silla sin dejar de mirarme, esperando a que los demás invitados se sentaran con nosotros en aquella mesa, ya que era una cena demasiado importante para Aaron y todos los invitados que asistieron a la fiesta, ya que mi marido tenía que hablar y convencer a unos clientes asiáticos que tenían millones y con los que mi esposo contaba sabiendo que Clay estaria mucho mas contento con el.— ¿Qué te pasa? parece que estás enfadada conmigo Rebeca cariño — me dijo Aaron— Si lo estoy, déjame en paz — le respondí— ¿Y se puede saber porque estas enfadada conmigo? — pregunto Aaron aun con su ceño fruncido, aunque no quise mirarlo ya que me empezaba a caer alguna que otra lágrima por mis mejillas— Rebeca por favor mírame, cariño — me dijo Aaron cogiendo mi mano que la tenía apoyada encima de aquella mesa—- ¿Estás enfadada porque no estaba aquí cuando tu has llegado? tenía un asunto muy importante — me dijo— Ah si, ¿no sería con tu ex mujer por ejemplo, que tení
Amanda se acercó a mi marido muy seductoramente sin dejar de sonreír— No hace falta que disimules delante de esta niñata mi amor, los dos sabemos que aun nos amamos y lo que sentimos el uno por el otro — le dijo a Aaron, mientras le acariciaba a él sus mejillas con sus dedos, hablando con cierta sensualidad— Ya esta bien, vamonos de aqui Rebeca — le dijo Aaron acercándonos hasta donde estaban Lucas el hermano de mi marido y su esposa— Eso marchate, pero dile a la pobre muchacha cómo te has arrastrado por volver a conquistarme todo este tiempo, cuéntale a tu nueva muñeca lo que en realidad soy yo para ti — dijo aquella mujerAaron y yo nos marchamos de aquel hotel, cuando ya estabamos fuera, me separé de Aaron ya que tenía ganas de llorar por la humillación que acababa de recibir por parte de la ex de mi esposo. Sintiendo a los pocos segundos los brazos de Aaron rodearon mi cuerpo cargandolo, en su hombro como si de un saco de patatas se tratara, aunque luche con él por soltarme de