Al día siguiente cuando me desperté, me giré en la cama dándome cuenta de que estaba sola, me levanté y me dirigí hacia el cuarto de baño para ducharme, una vez que termine, me sequé el pelo con la toalla y rodeando mi cuerpo con otra toalla regrese al dormitorio para vestirme bajando después a la cocina para desayunar, donde pude ver a mi esposo, sentado en una de las sillas que habían rodeando la encimera tomando su taza de cafe— Buenos días — le dije a mi marido y a Elisa que estaba haciendo tortitas— ¿Has dormido bien? — me pregunto Aaron, cogiendo mi mano para acercarme a su cuerpo— La verdad que si, te echado estos días que no has estado en casa de menos — conteste—- Rebeca ¿quieres tortitas con el cafe? — me pregunto Elisa— Si por favor y bien Aaron ¿me vas a contar lo que sucede en tu viaje con Clay? — le pregunté a mi esposo— Vamos al salon y te cuento todo lo que quieras — me dijo Aaron levantándose de su silla y cogiendo mi mano, nos fuimos los dos hacia el salón, s
Después de darme una relajante ducha de agua caliente, me tape el cuerpo con una de las toallas que había en aquel cuarto de baño y me fui al dormitorio quedando inerte ya que en aquel dormitorio había una enorme cama, con una decoración en blanco y gris como eran los colores de la empresa de mi esposo, me acerque hasta la enorme cama dándome cuenta de que aquella mujer ya me había dejado preparado encima un pijama y la ropa interior. Terminé de vestirme marchándome de aquel dormitorio hacia el largo pasillo de la primera planta, quedándome unos minutos enfrente de la puerta del despacho de mi marido, toque la puerta despacio antes de abrirla para esperar a que Aaron me diera paso para entrar. Cuando escuche la voz de Aaron dando paso a su despacho, abrí la puerta, entré y cerré la puerta detrás de mí acercándome a los sillones que había enfrente de la mesa de su despacho. Una vez que ya estaba sentada, Aaron me dio unos documentos, clavándome sus preciosos ojos en los míos, aunque su
Estabamos Aaron y yo sentados en la mesa, ya que la cena estaba servida, cogí la cuchara para empezar a tomar la sopa que la ama de llaves nos preparó dándome cuenta de la forma en que me miraba mi marido, siendo una forma lasciva y oscura, mientras Aaron me comía con los ojos. Una vez que ya termine la sopa, aparte el plato quedándome por unos minutos mirándolo muy seria.— ¿Ya no tienes más hambre? — me pregunto Aaron— No, la verdad que no mucho — respondíAaron dio un fuerte suspiro levantándose de su silla, provocando con ella cierto ruido que me hizo dar un salto en mi silla, viendo como mi esposo se iba acercando hasta donde yo estaba, ofreciendome su mano.—- Pues entonces, vámonos a la cama Rebeca, la verdad que yo también estoy cansado —- me dijo mientras me cogía de la manoAl levantarme de la silla, mis piernas me flaquearon un poco cogiendome Aaron de la cintura para que no me cayera al suelo, quedando nuestros labios muy cerca, cogiendome Aaron en brazos después poniendo
Un intenso silencio hubo en el coche de Aaron mientras nos íbamos acercando a una casa donde pude apreciar que era muy grande y muy bonita, Cuando llegamos yo estaba muy nerviosa ya que la discusión que mantuvimos Aaron y yo la noche anterior, se quedó muy marcado en mi rostro por lo que había llorado de rabia e impotencia. Aaron aparco el vehículo enfrente de la casa, dándome cuenta de que habian varios empleados de seguridad merodeando por los alrededores— Ya llegamos — Me dijo Aaron, haciéndome sentir un pequeño cosquilleo en mi estomagoLos dos caminamos hacia la entrada de la casa, dejando que Aaron estuviera unos centímetros delante de mí, con la esperanza de que los nervios que yo tenía no me traicionaran en ese momento, pero Aaron me cogió del brazo con su mano, dándome un fugaz beso en la comisura de mis labios. Cuando ya entramos en la casa, nos dirigimos los dos hacia el salón, viendo como se iban acercando a nosotros una mujer mayor y un hombre que se parecía mucho a Aaro
La tarde fue pasando muy amena con la familia de mi esposo, pensé que era demasiado bonito participar en una familia tan unida y agradable, ya que yo no tenía nada más que a Jimy en mi vida, ya era para mi, mi amigo, mi hermano y mi todo desde que mis padres murieron en aquel fatídico accidente de coche. Hubo un momento en el que Aaron y su hermano se retiraron de nosotras, dándome cuenta de que los dos estaban hablando realmente muy serios, cruzando en un momento mi mirada con la de Aaron, retirando mi mirada enseguida, ya que no quería que pensara que lo estaba vigilando, volviendo a la conversación que mantenían la cuñada y la tia de mi esposo. — Mira Rebeca, ya viene Aaron hacia nosotras — me dijo la cuñada de mi maridoDe pronto sentí la presencia de Aaron a mi lado, sintiendo como mi corazón latía a más de mil por hora, erizando mi bello inexplicablemente, pero eso es lo que mi cuerpo hacía cuando estaba al lado del padre de mi bebe.— Mi amor nos tenemos que marchar, ya es muy
Aaron no apartó en ningún momento su mirada de la mía, parecía que se había quedado algo conmocionado con mis palabras, como si por un momento se hubiera quedado algo absorto en sus pensamientos.— Vamos Aaron contestame — le volví a gritarPuse mis manos en el pecho de mi marido, para darle un fuerte empujón y apartarlo de mí para marcharme del dormitorio, cuando de pronto, apretó sus labios con los míos, besándome con pasión y desenfreno, haciendo que mi enfado se desvaneciera de pronto sintiendo que mi cuerpo era como la gelatina entre sus fuertes brazos.—- Si te marchas de mi lado, volverás otra vez a mi lado arrastrándome antes de que recuerde otra vez a quién le perteneces — me dijoCuando apartó unos centímetros su cara de la mía, levanté el brazo dándole un fuerte bofetón, haciéndole sangre en el labio, ya que sabía que me hablaba con cierto sarcasmo, cansandome por un momento de que aquel hombre fuera tan despiadado conmigo y cansada de que siguiera jugando conmigo, con mis
Estaba en mi despacho sentado en el sillón que había detrás de la mesa de despacho, con la mirada completamente perdida, recordando la noche anterior cuando tuve a mi mujer en mis brazos haciéndole el amor hasta que morfeo se adueñó de nuestros cuerpos. Los besos apasionados que nos cortaba la respiración y le exigia a Rebeca continuamente el roce de sus suaves labios con los míos. Nuestros gemidos de excitación y cuando llegamos los dos casi al mismo tiempo al clímax. Dios cómo deseaba estar a su lado y volver a hacerle el amor a mi esposa, me había acostumbrado a ella y deseaba terminar de trabajar para volver a casa, cogerla en brazos y llevarla a nuestro dormitorio, la necesitaba, la deseaba y eso me estaba volviendo loco. Esta mañana me había costado más que nunca levantarme de la cama cuando me desperté, y verla desnuda bajo las sábanas provocó que tuviera que controlar mi apetito por devorarla otra vez, para poder centrarme en el trabajo, ya que hoy tenía muchos documentos que
Me quedé mirando a mi esposa, viendo en sus dulces labios una especie de risita, maravillándome por aquel dulce y angelical sonido, teniendo que reirme yo tambien ya que la risa de mi esposa era un poco contagiosa— Creo que a todos los que te conocen, les cuesta hacerse a la idea de que Aaron Taylor se ha casado — le dije mientras miraba los preciosos ojos de mi esposo.Mi marido se quedo mirandome, pero no exactamente a mi si no a mis labios, — Quiero besarte y borrarte tus pintalabios con mi lengua, hasta que te falte el aliento — me dijo haciendo que me sonrojara aun mas — ¿que te apetece para comer? — me dijo — Pide lo que más te apetezca, sabes que me gusta toda la comida de este restaurante — respondíAaron alzó una ceja ante mi respuesta, mientras la comisura de sus labios la torció en un gesto de burla, fulminando yo con mi mirada a mi esposo, dándose cuenta mi marido que me estaba empezando a enfadar con él— Tu eres un imbécil, ¿lo sabías? — le dije Aaron suspiro con en