La tarde fue pasando muy amena con la familia de mi esposo, pensé que era demasiado bonito participar en una familia tan unida y agradable, ya que yo no tenía nada más que a Jimy en mi vida, ya era para mi, mi amigo, mi hermano y mi todo desde que mis padres murieron en aquel fatídico accidente de coche. Hubo un momento en el que Aaron y su hermano se retiraron de nosotras, dándome cuenta de que los dos estaban hablando realmente muy serios, cruzando en un momento mi mirada con la de Aaron, retirando mi mirada enseguida, ya que no quería que pensara que lo estaba vigilando, volviendo a la conversación que mantenían la cuñada y la tia de mi esposo. — Mira Rebeca, ya viene Aaron hacia nosotras — me dijo la cuñada de mi maridoDe pronto sentí la presencia de Aaron a mi lado, sintiendo como mi corazón latía a más de mil por hora, erizando mi bello inexplicablemente, pero eso es lo que mi cuerpo hacía cuando estaba al lado del padre de mi bebe.— Mi amor nos tenemos que marchar, ya es muy
Aaron no apartó en ningún momento su mirada de la mía, parecía que se había quedado algo conmocionado con mis palabras, como si por un momento se hubiera quedado algo absorto en sus pensamientos.— Vamos Aaron contestame — le volví a gritarPuse mis manos en el pecho de mi marido, para darle un fuerte empujón y apartarlo de mí para marcharme del dormitorio, cuando de pronto, apretó sus labios con los míos, besándome con pasión y desenfreno, haciendo que mi enfado se desvaneciera de pronto sintiendo que mi cuerpo era como la gelatina entre sus fuertes brazos.—- Si te marchas de mi lado, volverás otra vez a mi lado arrastrándome antes de que recuerde otra vez a quién le perteneces — me dijoCuando apartó unos centímetros su cara de la mía, levanté el brazo dándole un fuerte bofetón, haciéndole sangre en el labio, ya que sabía que me hablaba con cierto sarcasmo, cansandome por un momento de que aquel hombre fuera tan despiadado conmigo y cansada de que siguiera jugando conmigo, con mis
Estaba en mi despacho sentado en el sillón que había detrás de la mesa de despacho, con la mirada completamente perdida, recordando la noche anterior cuando tuve a mi mujer en mis brazos haciéndole el amor hasta que morfeo se adueñó de nuestros cuerpos. Los besos apasionados que nos cortaba la respiración y le exigia a Rebeca continuamente el roce de sus suaves labios con los míos. Nuestros gemidos de excitación y cuando llegamos los dos casi al mismo tiempo al clímax. Dios cómo deseaba estar a su lado y volver a hacerle el amor a mi esposa, me había acostumbrado a ella y deseaba terminar de trabajar para volver a casa, cogerla en brazos y llevarla a nuestro dormitorio, la necesitaba, la deseaba y eso me estaba volviendo loco. Esta mañana me había costado más que nunca levantarme de la cama cuando me desperté, y verla desnuda bajo las sábanas provocó que tuviera que controlar mi apetito por devorarla otra vez, para poder centrarme en el trabajo, ya que hoy tenía muchos documentos que
Me quedé mirando a mi esposa, viendo en sus dulces labios una especie de risita, maravillándome por aquel dulce y angelical sonido, teniendo que reirme yo tambien ya que la risa de mi esposa era un poco contagiosa— Creo que a todos los que te conocen, les cuesta hacerse a la idea de que Aaron Taylor se ha casado — le dije mientras miraba los preciosos ojos de mi esposo.Mi marido se quedo mirandome, pero no exactamente a mi si no a mis labios, — Quiero besarte y borrarte tus pintalabios con mi lengua, hasta que te falte el aliento — me dijo haciendo que me sonrojara aun mas — ¿que te apetece para comer? — me dijo — Pide lo que más te apetezca, sabes que me gusta toda la comida de este restaurante — respondíAaron alzó una ceja ante mi respuesta, mientras la comisura de sus labios la torció en un gesto de burla, fulminando yo con mi mirada a mi esposo, dándose cuenta mi marido que me estaba empezando a enfadar con él— Tu eres un imbécil, ¿lo sabías? — le dije Aaron suspiro con en
Aaron me miraba muy sorprendido por mis preguntas, me sujeto con sus manos mis hombros tumbandome en su escritorio, dándome cuenta de que mi esposo tenía sus mandíbulas tensas—- Suéltame, me estas haciendo daño Aaron — le suplique— Me duele Rebeca, me duele que piensess que soy un puto mujeriego, yo tamien se lo que es el amor — me grito con rabia mientras yo lo miraba con preocupacion por si a mi o a nuestro hijo nos hacia dañoAaron me soltó, apartándose de mí, acercándose al centro de su despacho suspirando con resignación, mientras negaba con la cabeza— Rebeca, te puedo jurar que nunca he hecho un contrato a ninguna mujer como tenemos tu y yo, y te puedo asegurar que tampoco o mejor dicho nunca, he estado con ninguna mujer si no he sentido nada por ella — me dijo mientras se pasaba la mano por su peloQuise decirle algo a mi esposo, pero estaba tan confundida que no pude pronunciar ninguna palabra— Solo contigo, he empezado a sentir algo nuevo, algo que nunca había experimenta
Al dia siguiente teniamos una cena con unos socios de la empresa de Aaron en un lujoso hotel de la ciudad, así que me decidí por un vestido rojo, mirándome en el espejo del dormitorio para ver como me sentaba, ya que fue un regalo de mi esposo, fijándome en cómo ese precioso vestido hacían exuberantes mis curvas femeninas, sonrojandome cuando recordaba como mi marido me miraba con deseo cuando me lo probé en el probador de la tienda.De pronto y sin esperarmelo, escuche como tocaban a la puerta del dormitorio viendo entrar a Elisa.— Estás deslumbrante Rebeca, cuando Aaron te vea se va a quedar asombrado, he venido a decirte que el chofer ya te está esperando en la entrada de la casa — me dijo— Ya estoy lista, gracias Elisa por avisarme — le dije mientras cogía mi bolso de mano, mirándome en el espejo por última vez antes de marcharme de mi dormitorio.Durante el trayecto de mi casa hasta el hotel donde me estaba esperando mi esposo, el chofer puso algo de música suave en el coche, ha
Quise marcharme de su lado ya que me estaba incomodando mucho, pero preferí negándome a seguir hablando con él, por educación sin moverme del sitio— Tu maridito tendrá cosas mejores que hacer supongo, si yo fuera tu esposo nunca te dejaría a solas te lo aseguro, Rebeca ¿sabes con quién está tu esposo ahora mismo? — preguntoLevanté mis brazos, ya que exactamente no tenía ni idea de lo que pasaba y por que mi esposo no estaba conmigo en aquella fiesta— Que inocente eres preciosa, —me dijo Chad sin dejar de mover negativamente su cabeza– me enfada mucho que Aaron no te haya dicho nada, pero supongo que si no te ha contado nada, sus motivos tendrá ¿no te parece? — me dijo, sintiendo que cada vez, estaba más incómoda a su lado— La verdad es, que no se a que se está refiriendo — le dije— Rebeca bonita, ahora mismo tu querido esposo está con su ex mujer — me dijo sonriendo con cierta malicia, quedándome por unos momentos inerte, por la sorpresa ya que nunca me comentó Aaron nada.Me qu
Harta ya de escuchar a esa mujer, me gire sobre mis talones en ese lugar, marchándome de donde estaba hacia donde se encontraba la barra del bar, dándome cuenta de que Chad, estaba mirando con una cierta sonrisa algo sarcástica en su boca, mientras yo retenía mis lágrimas y hacia profundos esfuerzos respiratorios para que no se notara que estaba completamente hundida y humillada. pero por un momento me pude dar cuenta de que esa mujer tenía mucha razón y me había abierto los ojos sobre él que era mi marido. Pensé que tendría que conseguir de cualquier manera dinero para comprarle a Aaron Taylor mi empresa y luego me alejaría todo lo que pudiera de mi marido y de todo el mundo que le rodeaba. Una vez que ya llegue a la barra, me apoye con mis brazos en ella, pidiéndole al camarero una copa de vino.— Has vuelto a mi lado, preciosa — me dijo Chad con una sonrisa en su boca— Así es y ahora necesito saber todo lo que me tienes que contar de Aaron Taylor — le dije con mi voz cortada, tomá