La palabras duras de Bun, parecían haberle hecho un gran daño a Egan, pues el rey de los arcaicos, o mejor dicho antiguo rey de los arcaicos, había puesto una expresión amarga y dura al escuchar la francas pero sinceras palabras de su amigo, de su aliado, del que él consideraba lo único que le quedaba de aquel mundo oscuros, parecían que tener compasión no servía de nada, parecía que tener a alguien con quien ser considerado no era de utilidad, solo hacían que esperar de nadie, no debías simplemente esperar a que buscaran la manera de herirte, no podía creerlo, no podía simplemente aceptar el hecho de su vida fuese de aquella manera, él amaba a Bun, lo amaba como el hermano que una vez llegó a pensar que era, pero aquello había acabado, el Egan amable se había muerto con la traición de Bun, y aquello lo iba a demostrar
Egan había la
Olivia se había levantado de inmediato mientras se separaba de su hija, Faith podía notar en la mirada de su madre, el disgusto, sensación de abandono, pero sobre todo se mostraba la sensación de estar completamente desilusionado, el problema es que Faith no entendía como había llegado ella esa conclusión de estar decepcionada, más que todo de ella misma, no lograba entender por su madre sentía que había fallado como madre, que había fallado a sus hijos, eso no era verdad, sus hijos la amaban, la amaban como a nada, la amaban incondicionalmente y Faith le lastimaba que su madre pensara de aquella manera--sé que estas muy enojada, sé que estas triste por todo, pero hablaremos lo juro lo haremos, no puedes simplemente dejara esta guerra así, hay que avanzar…--Olivia quien tenía tantos sentimientos encontrados, ignoro el gesto de su hija al ofrecerle su mano para que
El castillo del sol mostraba todo su esplendor, no había nada comparado con su belleza, los aldeanos celebraban y canataban canciones para celebrar que la guerra de los mil siglos había terminado, que ya todo había llegado a su fin, que la paz llegaría al mundo místico y que así esperaban vivir para toda la eternidad, tanta era la armonía, que se escuchaba como los hicrarianos celebraban fuera del lugar, mientras que el castillo del sol hacia un banquete con los guerreros de la luz y la nobleza para celebrar el fin de la historia oscura de una guerra que creían no acabar jamás.En aquel banquete se celebrar no solo la victoria, también se celebraba la valía de caídos en combate, de los guerreros de la luz cuyas vidas habían extinguido en el mundo de los místicos y habían procedido a estar ene l mundo de los dioses para toda eternidad, se celebrará la valentía
--vamos Olivia puja, tú puedes cariño tú puedes…--Elek estaba desesperado, Olivia no le había permitido adentrarse en la habitación, no podía más, quería el mismo ir allí y ayudar a Olivia a que sus hijos salieran, escuchaba una y otra vez voces que intentaban tranquilizarlo, mientras él quería volverse loco porque no era suficiente con solo escuchar sus voces<<tranquilo padre ella está bien, nosotros la cuidamos a ella y a nuestro hermano>>--lo dicen como si fuese tan fácil, pero este es el parto más difícil que he visto en Olivia, ni siquiera las gemelas fueron tan difíciles, aunque yo no estuve en el suyo lo lamento…--se escucharon risitas en su oído y supo que sus hijos no habían parado de reír por palabras, pues seguramente les parecía extremadamente tonto que su padre no dejase de dis
En el principio el mundo místico estaba solo habitado por dos grandes dioses, aquellos eran una pareja completamente enamorada, el dios sol con sus hermosos cabellos rubios y ojos verdes era personificación de la masculinidad, el dios era fuerte y lleno de sabiduría, lleno de felicidad y muy activo, se podría decir que era la felicidad en persona, aquel con sus brillantes emociones y gran sonrisa, había enamorado por completo a una hermosa diosa que poseía su cabello tan negro como la noche y unos ojos tan preciosos que hicieron que el mismo dios del sol se postrara a sus pies, ella era hermosa, tan hermosa que el dios quería crear una raza a la imagen y semejanza de la diosa, aquellas serían las únicas con el privilegio de escucharlos, serían las niñas de sus ojos, pues solo unos seres tan perfectos que se parecieran a su amada merecían ser llamadas sus hijas digna de su belleza, fuerza y proeza, ll
Un día como cualquiera se podría decir era el que llevaba Olivia River, y es que la rutina tan precisa, como la que aquella chica llevaba era muy normal, ya que constaba de estar en aquel hospital casi todo su tiempo, algo que a veces llegaba a frustrarla si era sincera, la verdad era que para Olivia, el sueño de ser cirujana general, con una licenciatura en medicina antigua, e instrumentación artesanal, era un logro increíble, con tan solo veintiséis años. Aunque claro si se cuenta su inexistente vida social, y que tenían más vida tanto sexual como social, todos sus residentes, era decir que era algo lamentable, y es que esta chica no sabía que era vivir, era algo que le decía con frecuencia su hermana mayor, la cual soñaba con conseguirle, una pareja, o tan siquiera alguien con quien pudiera acostarse, ya que la verdad la soledad de su pequeña hermana le preocupaba demasiadoAunque Oliv
A las afueras de Hicraros, en la parte norte del reino, donde los rebeldes, se apresuraron en hacer una revuelta, se encontraba una batalla campal y sangrienta, en donde tanto soldados como rebeldes luchaban, por obtener el poder sobre aquellas místicas y bellas tierras; la verdad era que no ocurría muy seguido este tipo de ataques en las tierras místicas de Hicraros, en donde todos los que se atrevían a llegar pensar en atacar aquel monumental reino, tenía que enfrentarse a un hombre que no era muy condescendiente con sus enemigos, y es que rey Elek Can… o como era llamado por sus soldados y contrincantes, el praedo Can, que en su idioma era el destructor Can, era capaz de acabar con un ejército él solo, el rey a pesar de tan corta edad, ha logrado defender sus hermosas tierras con su espada, y mucha sangre, sangre de sus enemigos, e incluyendo la del mismo rey, porque no era un inmortal, el rey era un simple mortal, que batal
El rey Elek, nunca había visto tanta belleza en una mujer, y es que esta era preciosa, su cabello negro algo húmedo que dibujaba bellas hondas por todo su cuerpo al ser tan largo, su piel tan blanca como la nieve, y esos hermosos ojos azules como grandes zafiros, sin duda era un ser mágico, porque los mortales no tienen ojos de colores, solo los que están aparentados con los místicos, o son místicos directos, y sin duda ella era una los místicos, porque una belleza como la que poseía, nunca la hubiese encontrado en Hicraros, y aunque no negaba que había un sinfín de seres hermosos y mágicos, como muchas ninfas, duendes, nomos y toda clase de seres que iban por la paz que esta transmitía, y por supuesto el nunca serraba las puertas de sus reinos, a todo el que fuese en paz, pero a pesar de haber visto infinidades de ninfas y shaware, esta era la perfección misma, con su pequeño cue
--puta madre… esto es hermoso, en definitiva, estoy en coma… no hay otra explicación, esto es un sueño de mi subconsciente, porque estos lugares tan hermosos, solo existen en tu imaginación… a menos que haya entrado en algún manga o película de la época medieval, espero que no sea una muy violenta, porque seguramente soy un doble y moriré pronto—Angus solo pudo observar extrañado por sus palabras, ya que no le entendió en lo más mínimo, pero la verdad ante aquel caballero, no había duda que era una shaware completamente hermosa, y al parecer muy joven, ya que no parecía tener los siglos de las que había conocido anteriormente, debido a que aquellas no eran tan expresivas, de hecho se consideran bastante frías y había un rumor muy antiguo, que las shaware de solo pocos años son las expresivas, dado que para ellas todo era nuevo, aunque hab&