El rey Elek, nunca había visto tanta belleza en una mujer, y es que esta era preciosa, su cabello negro algo húmedo que dibujaba bellas hondas por todo su cuerpo al ser tan largo, su piel tan blanca como la nieve, y esos hermosos ojos azules como grandes zafiros, sin duda era un ser mágico, porque los mortales no tienen ojos de colores, solo los que están aparentados con los místicos, o son místicos directos, y sin duda ella era una los místicos, porque una belleza como la que poseía, nunca la hubiese encontrado en Hicraros, y aunque no negaba que había un sinfín de seres hermosos y mágicos, como muchas ninfas, duendes, nomos y toda clase de seres que iban por la paz que esta transmitía, y por supuesto el nunca serraba las puertas de sus reinos, a todo el que fuese en paz, pero a pesar de haber visto infinidades de ninfas y shaware, esta era la perfección misma, con su pequeño cue
--puta madre… esto es hermoso, en definitiva, estoy en coma… no hay otra explicación, esto es un sueño de mi subconsciente, porque estos lugares tan hermosos, solo existen en tu imaginación… a menos que haya entrado en algún manga o película de la época medieval, espero que no sea una muy violenta, porque seguramente soy un doble y moriré pronto—Angus solo pudo observar extrañado por sus palabras, ya que no le entendió en lo más mínimo, pero la verdad ante aquel caballero, no había duda que era una shaware completamente hermosa, y al parecer muy joven, ya que no parecía tener los siglos de las que había conocido anteriormente, debido a que aquellas no eran tan expresivas, de hecho se consideran bastante frías y había un rumor muy antiguo, que las shaware de solo pocos años son las expresivas, dado que para ellas todo era nuevo, aunque hab&
Allí estaba aquella hermosa chica de cabellos negros, y ojos azules como zafiros, al pie de la cama de aquel hermoso gerrero a quien había curado hace dos días, a lo que no podía alejarse de aquel, debido a que las órdenes del rey prohibían que lo hiciera hasta que este despertara, pero al menos, no había nadie intentando hacerle daño alguno, o aquel era su pensamiento, la chica había hecho llegar todo lo que utilizaban para las curaciones, y las plantas utilizadas como medicina, además de un gran libro de herbolaria, que allí llamaban shuazu… una palabra muy rara en verdad, a lo que no entendió, ni una sola palabra de todo lo que decía en aquella enorme enciclopedia, algo que la frustro demasiado, y solo se preguntaba como haría para ayudar al chico, este no dejaba su estado febril, y a pesar de que había controlado un poco con paños de agua, no había podido
Olivia había retirado el libro de las manos de Elek, pero entonces sin desearlo sus manos habían rosado y había causado una sensación tan electrizante en ellos, que la había dejado completamente sorprendida, sobre todo aquel vacío al no tener su toque, que había sucedido en aquel instante en el que él, la había liberado para que ella al parecer se sintiera más cómoda en el lugar a su lado, pero ahora no era momento de aquello, el chico seguía mal, e incluso podía decir que se encontraba aún peor, y no sabía cómo ayudarlo, ella no tenía magia, ella era una simple cirujana de new york, la cual necesitaba su instrumentación, para poder hacer las debidas curaciones y tratamientos, además no sabía que podría utilizar para ayudar a aquel chicoya que a pesar de que por lo poco que había logrado comprender de lo que le había
El día había sido muy pesado, y es que el chico aún no despertaba, aunque estuviese ya prácticamente curado, y habían pasado cerca de diez días, mediante medicamentos, y limpiezas de las heridas, ya era hora de aquel chico hubiese despertado, pero no veía señales de querer despertar, y aquello la preocupaba demasiado, ¿y si había llegado la infección en alguno de sus órganos?, no lo dudaba, ya que este presentaría fiebre, o posibles convulsiones, pero no había nada, la herida estaba completamente sana, y no había muestra de alguna herida en ninguna otra parte del cuerpo, de aquello se había cerciorado hace varios días ya, pero no había nada, no había la más mínima reacción de aquel chico y aquello le preocupaba por cada segundo, y si este había tenido alguna contraindicación por la fiebre, eso sería una gran mi
—si te preguntas ¿por qué tienen nombres y números? es porque suelo perderme con mucha facilidad en cualquier lugar en donde este, incluso en mi habitación, así que Elek indico hacer esto, y además de unas señales en el suelo, para que las vea en caso de perderme, algo que nunca ha funcionado por cierto…, ya que no me pierdo, por no ver, me pierdo, por estar tan concentrado en mis pensamientos, que no noto cuando me desvió del camino, y termino en el lugar menos indicado –las palabras de fénix simplemente salían, mientras no observa a la expresión roja y tímida de Olivia, él simplemente camina leyendo el contenido de aquel libro que parecía más importante que cualquier cosa, algo que Olivia noto de inmediato, pero entonces este al ver su rostro completamente rojo y el hecho que parecía estar completamente asustada le hablo lleno
Decir que no se encontraba llena de miedo era poco, y es que no sabía qué hacer, pero lo haría, la chica había leído anteriormente sobre libros que hablaban de la purificación de almas, y de los valores infundados en esta, tal vez aquello le funcionaría, aunque sabía que no eran más que libros de superación personal, era lo único que tenía, no había algo más que la pudiese ayudar, Olivia, giro su rostro hacia la derecha, encontrándose en la mesa que se encontraba toda la medicina que había creado, aquel libro que al verlo la había llenado de tanta nostalgia, y es que su madre siempre les leía a ella y su hermana aquella historia, la cual para ella era uno de sus libros favoritos, allí estaba el principito, como amaba aquel libro, en el que ella soñaba en su adolescencia, con ser aquella rosa, que a los ojos de aquel chico era inalcanzable, pero
<es un niño su majestad… felicidades, la segunda bendición del imperio hicrariano es un niño, los dioses la han bendecido. Espere aún falta alguien más… son mellizos…> Una mujer de cabellos castaños completamente exhausta, pero de admirable en belleza parecía completamente feliz de escuchar al pequeño bebé llorar con gran fuerza, mientras Olivia parecía estar impresionada y sin lograr comprender que era lo que en realidad estaba ocurriendo, ella no sabía cómo había llegad allí, no sabía cómo era que estaba viendo aquello, y como era que podía sentirse como en casa sin saber dónde estaba exactamente, en lo que de un momento a otros su mundo se tambaleó y observo otra imagen frente a ella<--Elek… conoce a tus hermanos, ¿estás feliz mi bello príncipe heredero? ¿Eres feliz con tener d
Elek observo como oliva despertaba entre sollozos, por lo que por intento y sin pensarlo mucho la acobijo entre sus brazos, mientras la chica sin notar de quien se trataba, simplemente se aferró a él como si de un ancla se tratara, Elek estaba perplejo, no logra comprender lo que ocurría, no lograba entender por qué ella estaba tan mal, estaba muy preocupado, estaba realmente afligido con la situación, por lo que observo a Irihs, en busca de una explicación a lo que esta simplemente negó con la cabeza y le dio a entender que no debía hablar de ello--debes tranquilizarte pequeña… me encantaría que lograras entenderme, me encantaría que lograras entender mis palabras…--Olivia había sollozado a un más fuerte, mientras que Elek incluso había apretado un poco más su abrazo, procurando no hacerle daño con la reposición del sol de