En el principio el mundo místico estaba solo habitado por dos grandes dioses, aquellos eran una pareja completamente enamorada, el dios sol con sus hermosos cabellos rubios y ojos verdes era personificación de la masculinidad, el dios era fuerte y lleno de sabiduría, lleno de felicidad y muy activo, se podría decir que era la felicidad en persona, aquel con sus brillantes emociones y gran sonrisa, había enamorado por completo a una hermosa diosa que poseía su cabello tan negro como la noche y unos ojos tan preciosos que hicieron que el mismo dios del sol se postrara a sus pies, ella era hermosa, tan hermosa que el dios quería crear una raza a la imagen y semejanza de la diosa, aquellas serían las únicas con el privilegio de escucharlos, serían las niñas de sus ojos, pues solo unos seres tan perfectos que se parecieran a su amada merecían ser llamadas sus hijas digna de su belleza, fuerza y proeza, llegando a la decisión de crearlas después de su caótico inicio con el mundo místico
Ellos se habían unido en cuerpo y alma. A esa unión le llamaron solunar, la unión de dos almas y dos cuerpos que pasaban a ser uno, una unión que nunca sería separada por ningún ser, se amaban y por ello crearon los solares y los lunares, crearon la vida y los paisajes, crearon un mundo completo solo en busca de demostrar el amor del uno por otro
ellos al ver su mundo tan vacío sintieron que solo su amor no era suficiente, era hora de tener hijos, de lograr sentirse satisfechos o enojados por sus acciones, querían saber que era amar a otro ser que no fueran entre ellos mismo, por lo que al principio solo crearon dos razas, aquellos eran los dragones y sus favoritos los strobianos, eran sus favoritos, poseían magia y eran seres que demostraba la perfección de ambos dioses, estaban tan complacidos con sus dos razas que dividieron el mundo en dos solo para ellos, los dragones eran inteligentes amables y compasivos, mientras que los strobianos demostraban fuerza y determinación, no había nada más que pedir ante los dioses su creación era perfecta, era digna de ellos
pero entonces los strobianos se habían salido de su camino, sus amados hijos hacían y creaban cosas horripilantes, destruían la vida a sus alrededores y los lastimaban cada que ellos actuaban de manera insensata contra ellos mismo, el temor y el amor por sus creadores se había ido por completo, se habían convertido en seres que ya no temían en nada, que ya no pedían bendiciones a nadie, eran seres que se demostraba que el mundo sin fe y sin a quien temer se iría en completo caos, aquello lastimo a los dioses, a lo que el dios sol a pesar de ser el ser tan brillante demostró que podía ser tan vengativo con quien hacía llorar a su amada esposa, que los castigo, los hizo de la peor manera posible
los strobianos habían desaparecido, pero con ello habían nacido una nueva raza, aquellos eran los tan temerarios y monstruosos Oscurs, seres que el mismo dios sol se encargó de enterrar en lo más oscuro del mundo místico en el que su amada esposa la diosa luna no lograse verlos jamás, él no permitiría que la volviesen a hacer llorar, por lo que aunque no podía desaparecerlos de la faz de la tierra mística, se encargó de esconderlos lo más cuidadosamente posible, el problema con aquella decisión fue el corazón roto de su amada esposa, su diosa luna estaba destrozada, creía ser una completa inútil al no lograr que sus amados hijos fuesen dignos del amor de su esposo, para el dios sol habían sido lo más triste jamás visto
por esa razón creo a las místicas llamadas shawares, mujeres guerreras, poderosas y hermosas que eran la viva imagen de como lograba ver el dios ante sus ojos a su amada diosa, la diosa luna completamente complacida con el regalo del dios sol, hizo lo mismo por aquel, le regalo la creación de como ella veía la promesa en su ser, quiso darles seres que lo representaran al máximo y mostraran que como él siempre solía indicarle a su amada que en lo sencillo estaba lo espléndido, aunque siempre solía indicar que su hermosa diosa con toda su belleza exagerada y su estilo intocable era perfectamente ante sus ojos, pero solía desvivirse por los pequeños regalos de la vida eterna, la diosa estaba tan complacida, tan feliz de ver seres tan hermosos, además de aquellos monstruos que habían creado juntos después de los dragones y los strobianos, que decidió también darle aquel regalo a su perfecto solunar
La diosa creó a los hicrarianos solo como un regalo ante el dios, indico que sus reyes serian dignos proveedores de su amado, hombres fuertes, masculinos y dignos de la admiración de las otras razas, ellos predominaran en el mundo, mostrarían que sin magia, lograrían ser tan fuertes y sabios como lo era su amado dios sol, al cual le darían tributo y mostrarían que serían dignos de su gran obsequio
con ellos las razas estaba completas, el mundo místico se había creado según los deseos de la pareja, los grandes dioses habían hecho todo según sus deseos y al ver que todo estaba como lo deseaban observaban en la distancia a sus amados hijos con amor y esperanza de que esta vez las cosas funcionarían, que esta vez la vida en el mundo místico no sería un completo caos, como lo había sido en su primer intento, trágico y desastroso que causaría estragos en la vida actual del mundo místicos y tendría que tener la ayuda de los dioses, quienes no solían interferir en la vida de sus amados hijos
Un día como cualquiera se podría decir era el que llevaba Olivia River, y es que la rutina tan precisa, como la que aquella chica llevaba era muy normal, ya que constaba de estar en aquel hospital casi todo su tiempo, algo que a veces llegaba a frustrarla si era sincera, la verdad era que para Olivia, el sueño de ser cirujana general, con una licenciatura en medicina antigua, e instrumentación artesanal, era un logro increíble, con tan solo veintiséis años. Aunque claro si se cuenta su inexistente vida social, y que tenían más vida tanto sexual como social, todos sus residentes, era decir que era algo lamentable, y es que esta chica no sabía que era vivir, era algo que le decía con frecuencia su hermana mayor, la cual soñaba con conseguirle, una pareja, o tan siquiera alguien con quien pudiera acostarse, ya que la verdad la soledad de su pequeña hermana le preocupaba demasiadoAunque Oliv
A las afueras de Hicraros, en la parte norte del reino, donde los rebeldes, se apresuraron en hacer una revuelta, se encontraba una batalla campal y sangrienta, en donde tanto soldados como rebeldes luchaban, por obtener el poder sobre aquellas místicas y bellas tierras; la verdad era que no ocurría muy seguido este tipo de ataques en las tierras místicas de Hicraros, en donde todos los que se atrevían a llegar pensar en atacar aquel monumental reino, tenía que enfrentarse a un hombre que no era muy condescendiente con sus enemigos, y es que rey Elek Can… o como era llamado por sus soldados y contrincantes, el praedo Can, que en su idioma era el destructor Can, era capaz de acabar con un ejército él solo, el rey a pesar de tan corta edad, ha logrado defender sus hermosas tierras con su espada, y mucha sangre, sangre de sus enemigos, e incluyendo la del mismo rey, porque no era un inmortal, el rey era un simple mortal, que batal
El rey Elek, nunca había visto tanta belleza en una mujer, y es que esta era preciosa, su cabello negro algo húmedo que dibujaba bellas hondas por todo su cuerpo al ser tan largo, su piel tan blanca como la nieve, y esos hermosos ojos azules como grandes zafiros, sin duda era un ser mágico, porque los mortales no tienen ojos de colores, solo los que están aparentados con los místicos, o son místicos directos, y sin duda ella era una los místicos, porque una belleza como la que poseía, nunca la hubiese encontrado en Hicraros, y aunque no negaba que había un sinfín de seres hermosos y mágicos, como muchas ninfas, duendes, nomos y toda clase de seres que iban por la paz que esta transmitía, y por supuesto el nunca serraba las puertas de sus reinos, a todo el que fuese en paz, pero a pesar de haber visto infinidades de ninfas y shaware, esta era la perfección misma, con su pequeño cue
--puta madre… esto es hermoso, en definitiva, estoy en coma… no hay otra explicación, esto es un sueño de mi subconsciente, porque estos lugares tan hermosos, solo existen en tu imaginación… a menos que haya entrado en algún manga o película de la época medieval, espero que no sea una muy violenta, porque seguramente soy un doble y moriré pronto—Angus solo pudo observar extrañado por sus palabras, ya que no le entendió en lo más mínimo, pero la verdad ante aquel caballero, no había duda que era una shaware completamente hermosa, y al parecer muy joven, ya que no parecía tener los siglos de las que había conocido anteriormente, debido a que aquellas no eran tan expresivas, de hecho se consideran bastante frías y había un rumor muy antiguo, que las shaware de solo pocos años son las expresivas, dado que para ellas todo era nuevo, aunque hab&
Allí estaba aquella hermosa chica de cabellos negros, y ojos azules como zafiros, al pie de la cama de aquel hermoso gerrero a quien había curado hace dos días, a lo que no podía alejarse de aquel, debido a que las órdenes del rey prohibían que lo hiciera hasta que este despertara, pero al menos, no había nadie intentando hacerle daño alguno, o aquel era su pensamiento, la chica había hecho llegar todo lo que utilizaban para las curaciones, y las plantas utilizadas como medicina, además de un gran libro de herbolaria, que allí llamaban shuazu… una palabra muy rara en verdad, a lo que no entendió, ni una sola palabra de todo lo que decía en aquella enorme enciclopedia, algo que la frustro demasiado, y solo se preguntaba como haría para ayudar al chico, este no dejaba su estado febril, y a pesar de que había controlado un poco con paños de agua, no había podido
Olivia había retirado el libro de las manos de Elek, pero entonces sin desearlo sus manos habían rosado y había causado una sensación tan electrizante en ellos, que la había dejado completamente sorprendida, sobre todo aquel vacío al no tener su toque, que había sucedido en aquel instante en el que él, la había liberado para que ella al parecer se sintiera más cómoda en el lugar a su lado, pero ahora no era momento de aquello, el chico seguía mal, e incluso podía decir que se encontraba aún peor, y no sabía cómo ayudarlo, ella no tenía magia, ella era una simple cirujana de new york, la cual necesitaba su instrumentación, para poder hacer las debidas curaciones y tratamientos, además no sabía que podría utilizar para ayudar a aquel chicoya que a pesar de que por lo poco que había logrado comprender de lo que le había
El día había sido muy pesado, y es que el chico aún no despertaba, aunque estuviese ya prácticamente curado, y habían pasado cerca de diez días, mediante medicamentos, y limpiezas de las heridas, ya era hora de aquel chico hubiese despertado, pero no veía señales de querer despertar, y aquello la preocupaba demasiado, ¿y si había llegado la infección en alguno de sus órganos?, no lo dudaba, ya que este presentaría fiebre, o posibles convulsiones, pero no había nada, la herida estaba completamente sana, y no había muestra de alguna herida en ninguna otra parte del cuerpo, de aquello se había cerciorado hace varios días ya, pero no había nada, no había la más mínima reacción de aquel chico y aquello le preocupaba por cada segundo, y si este había tenido alguna contraindicación por la fiebre, eso sería una gran mi
—si te preguntas ¿por qué tienen nombres y números? es porque suelo perderme con mucha facilidad en cualquier lugar en donde este, incluso en mi habitación, así que Elek indico hacer esto, y además de unas señales en el suelo, para que las vea en caso de perderme, algo que nunca ha funcionado por cierto…, ya que no me pierdo, por no ver, me pierdo, por estar tan concentrado en mis pensamientos, que no noto cuando me desvió del camino, y termino en el lugar menos indicado –las palabras de fénix simplemente salían, mientras no observa a la expresión roja y tímida de Olivia, él simplemente camina leyendo el contenido de aquel libro que parecía más importante que cualquier cosa, algo que Olivia noto de inmediato, pero entonces este al ver su rostro completamente rojo y el hecho que parecía estar completamente asustada le hablo lleno