Los árboles y las casas pasan con rapidez, la velocidad del autobús causa que sienta un cosquilleo en mi vientre. Llevaba apenas unas horas de camino, aun así se sentían como años. No puedo creer que haya tenido que irme de la manada por una estupidez. En mi mente aún rondan las palabras de mis padres cuando desperté. La verdad me sentía tan aturdida que no pude evitar decir tonterías.
—Lo sentimos, cariño —Mamá lloraba a mares mientras me abrazaba. Yo igual, no quería irme, pero papá me estaba convenciendo—. Sabes que te amamos. No haríamos algo para herirte…
—Cielo, es de vida o muerte —Asentí, aún con lágrimas en los ojos me separe de mi madre y le sonríe, ella lloró aún más—. Debe irse, amor.
—No…
—Mamá —Busque su mirada cuando ella
Mis párpados pesan, me siento débil, desganada, no tengo fuerzas. Mi cabeza se siente demasiado pesada, apenas y puedo moverla de un lado a otro. Hay una opresión en mi pecho y otra en mi mano, no lo entiendo. Tampoco recuerdo nada, mi mente está en blanco ¿Qué me paso? Abro los ojos y, solo veo un techo oscuro. La habitación también lo está, así que no le cuesta nada a mi vista enfocarse. No recuerdo haber despertado en una cama la primera vez. No entiendo nada... pero como si mi mente tuviera un interruptor, todo viene a mí.El hombre, la celda, su voz y luego, nada… Estaba sentada desayunando en esa cama, una tan cómoda. Era como si estuviese hecha especialmente para mí. Erickson había salido un momento y le dejo encargado a su cocinera que me preparará el desayuno cuando despertara. Era muy atento, amoroso, simpático... era el mejor, en mi opinión. Desde que desperté no ha parado de prestarme atención, incluso me da miedo que descuide su manada. Pero apenas y desperté una chica de limpieza me dijo que él había salido y que había encargado mi desayuno. Me sorprendí, nunca nadie había hecho algo así por mí, a excepción de mi madre.Y ahora aquí estoy, en esta cama, con secretos oscuros, desayunando un rico cóctel de frutas picadas con chocolate y un zumo de naranja. El mejor desayuno de mi vida, nunca pensé que comería tanto. Según la chica de limpieza, es porque pase sin comer dos d&iacCAPITULO TRECE
—Pues...Que nervios. Ya me fue mal con mi loba por no confiar en mi mate, sólo me falta que el me dejé por no decirle quien soy o por decírselo ¿Qué hago? Esta es una de las peores encrucijadas que te puede pasar en la vida cuando conoces a tus cuñados, hubiera sido peor con los suegros. Ni siquiera un crucigrama era tan difícil de responder como esas preguntas.—Viajo por... problemas...—¿Problemas? —Pregunta Arnoldo—. ¿Qué tipo de problemas?Muerdo mi labio inferior nerviosa. —En mi manada... me exiliaron...—¿Por Qué?¿Qué no puede cerrar la boca? Cada vez me está haciendo preguntas incómodas que no estoy preparada para responder. Esto es demasiada presión para mí.—Arnoldo, por favor, no hagas que se sienta incómoda.Agradezco que Erickson haya
“El dolor, mi verdad” ¿Qué palabras más caóticas y tontas para describir una vida que llevo ahora?Lo que es el verdadero dolor, lo entiendo. Ya son las 8 de la mañana y no me he levantado. Siento algo horrible en el pecho, un nudo que se expande por todo mi cuerpo. Ya no siento mis piernas, no entiendo que me sucede. Pero las lágrimas caen, el dolor en mi pecho asciende, empiezo a perder fuerzas.Hace una semana que empecé a entrenar con Areteusa. Es buena en lo que hace, he avanzado bastante con mis entrenamientos físicos y mis poderes. Después de destruir partes de la casa, ahora todo está bien. Lo malo, es que mis poderes están ligados a mis emociones. Depende de cómo este de ánimos, mis poderes saldrán bien o mal. Pero lo malo… que todas las noches mi almohada termina mojada por las lágrimas que derramo. Me la he pasado llora
—¡Abajo! —Mi grito causó la caída de Areteusa en la tierra, dejando su bello y angelical rostro besando el suelo. No había sido intencional, pero cuando mi instinto se siente amenazado, las palabras sale por si solas causando daño a mi alrededor, mi propio poder reaccionar como si fuera algo… animal, irónicamente hablando— ¡¿Areteusa estas bien?! —Camine a ella y ayude en ponerse de pie. Sus rasguños eran graves esta vez, la culpa y pena que sentí fue grande—. Mierda… cuanto lo siento, perdona. Minutos después estaba ayudando en curarla, su labio había quedado partido, tenía varios cortes en la frente, mejillas y nariz. Creo que
—¿Me dirá entonces que su hija no se ha comunicado cuando prometió hacerlo? ¿Y que lleva más de un mes desaparecida?Mi padre se encontraba furioso con los padres de Isa, no lo había visto así de enojado nunca. Debe ser porque nada parece estar saliendo bien en estos días. Hace poco estaba discutiendo con su beta, una semana antes fue con otro Alfa y últimamente está de mal humor. Al saber que no hice siquiera el intento por perseguir a Isa, le enfureció más. Ahora está tratando de saber dónde está para mandarme por ella, quiere que la recupere. Pero no sabe que eso jamás será.Mi padre está mal si cree que le ayudaré en su búsqueda del poder.—No Alfa, desde hace dos semanas dejó de comunicarse. Dijo que estaba segura en una manada y que…—¿¡Que manada!? ¿No se da c
Escucho…Aullidos lobunos que resuenan en mi cabeza, alguien tararea una melodía, suena a tranquilidad. Alguien canta una canción de cuna, su voz me atrapa y no me deja querer despertar, me lleva a lo más profundo de mi sueño, suena hermosa. Es otro idioma que desconozco. Pero sus arrullos me tranquilizan. Es más, me dejo dormir por ellos, buscando su consuelo, su arrullo…Alguien canta con más dulzura, su voz penetra en mi sueño de tal manera que me hace acomodar mi cuerpo, a pesar de sentir el cuerpo de mi mate, quiero a alguien más.Otro ser.En algún momento mis ojos despegan sus párpados, parpadean hasta aclarar mi vista y poder enfocar mí alrededor. Siento algo picudo en mi espalda, la brisa helada agita mi ropa y cabello, pero no siento frío. A mi vista, hay un cielo estrellado, una hermosa Luna llena. Tan grande, que sentía que pod&iacut
Isabella—¿Muerto?Mi mente rememoró esa escena y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. —Luego de eso, mi voz se perdió por unos días. El Alfa me encomendó a su hijo para que cuidara de mí, según él, para que no saliera lastimada —Siento cierta tensión por parte de Erick, creo que no le agrada saber que mi antiguo mate estuvo vigilando cada acción mía—. Pero, poco después no soporte llevar las cosas así, yo no estaba… bien. El me detestaba, pero su lobo me amaba y no soportaba ver como todo se volvía tóxico —Agitada por la declaración me giro y observo su rostro, ambos nos vemos a los ojos—. Lo rechace, fui yo quien terminó con eso.—¿Tú? Pero creí que… habías dicho…—Se lo que dije —Aclaré de in