— Buenas noches, señorita —respondió Sebastián— ¿En qué le puedo servir? —me respondió la encargada de la ventanilla. Necesito información sobre el vuelo que sale en media hora hacia España —preguntó Sebastián con el corazón latiendo a mil.La encargada de la ventanilla revisó su sistema y le informó a Sebastián que el vuelo hacia España todavía estaba en espera y que debía dirigirse a la puerta de embarque lo más pronto posible. Sebastián agradeció a la señorita por su ayuda y se apresuró a seguir las indicaciones. No podía esperar para buscar a María y evitar que subiera a ese avión. Mientras caminaba hacia la puerta de embarque, recordaba todas las cosas que había hablado con Daniel en su sueño la noche anterior. Solo esperaba poder alcanzarla. Estaba ansioso por verla, sabía que por orgullo estaba en esa situación. La vio por la ventana cerca al avión, así que entró por la puerta de abordaje, pero por su angustia no se dio cuenta de que no tenía un boleto para poder pasar.Tan pr
Después de desayunar junto a Sebastián, salimos de la habitación para entregar el formulario lleno y firmado para participar en el evento Fashion Week en Colombia.—Sebastián me está diciendo que no tiene un diseño para presentar en el evento, —tú estás loco, amor. ¿Cuántos días hay para presentar el diseño?—Estos días, enana, el domingo tenemos que viajar a la ciudad de Medellín, allá se realizará el evento.—No te preocupes, te voy a ayudar. Me imagino que tienes ideas.—Hay algunas ideas, pero la mente maestra es Johanna.—Nos tendremos que reunir los tres más tarde. Vamos a entregar el formulario.—Te amo, María. Gracias, princesa —le digo con una sonrisa y dándole un beso en esos labios que me encantan.María asiente con una sonrisa y salimos juntos hacia el lugar donde debemos entregar el formulario. Mientras caminamos por las calles de Bogotá, Sebastián me cuenta más detalles sobre el evento Fashion Week y lo emocionado que está por participar. Me alegra verlo entusiasmado y dec
Llegamos al hotel y en la entrada vemos llegar a Johanna llorando. María me mira y me dice: "Tu amiga te necesita, ve mi amor, habla con ella. Te espero en la habitación". Le doy un beso y la veo entrar al ascensor.—¿Qué pasa, Johanna? ¿Por qué lloras? —la abrazo muy fuerte.—Mi novio me engañó con mi supuesta mejor amiga. No quiero volver a Italia, ser la burla de los demás no me gusta —me acerco a ella y limpio sus lágrimas.—Johanna, no tienes por qué llorar por un hombre que no vale la pena. Definitivamente, eres ciega, en tus narices está el hombre que te ama con el alma y no lo has volteado a mirar. Así que tú volverás con nosotros a Italia y le darás la oportunidad a Cristian Montiel para que te enseñe lo que es el verdadero amor.Johanna me mira sorprendida, sin poder creer lo que acabo de decirle.—¿Cristian Montiel? ¿El chico que siempre está pendiente de mi y que me ha ayudado en todo momento? ¿Creíste que podía llegar a sentir algo por él?Asiento con una sonrisa, seguro
Me niego a dejar de sentir sus caricias, me niego a moverme y dejar de abrazar a este hombre tan maravilloso, me niego a abrir mis ojos porque estoy disfrutando de sus besos y no quiero que se acaben.Siento cómo mi cuerpo es recorrido por besos y caricias, algo que estremece mi cuerpo, esas cosquillas en mi piel que me erizan por completo.Pero toda esa magia se ve interrumpida cuando escucho en mi oído: "Mi amorcito, es hora de levantarnos". —No es justo —protesto cuando lo escucho reír. —Ya lo sé, pero debes levantarte —me deja un beso en mi cuello.Dejo escapar un largo suspiro y siento el delicioso aroma de fresas con chocolate, lo cual me saca una sonrisa. Me siento rápidamente en la cama, en volviendo me , con las sábanas y recibiendo mi vaso con fresas y chocolate.—¡Uy! ¡Qué delicia! —le digo cerrando mis ojos y disfrutando en mi paladar ese sabor. —Buenos días, mi bella durmiente —dice Sebastián, dejando un beso en mis labios. —Buenos días, mi bananon , gracias por el postre
Estando en Medellín, disfrutaron del hotel, visitaron algunos lugares como el pueblo de Guatapé, el más colorido que existe en medio de un inmenso embalse y cerca de una mística roca de gran tamaño conocida como la piedra de Peñol. Sebastián, al ver a María sonreír y disfrutar como una niña pequeña corriendo con Johanna cogidas de la mano, solo las miraba y se reia. Se habían convertido en amigas de un momento a otro, pero él sabía que son dos almas humildes, sencillas y tiernas, parecidas. María corrió hasta donde Sebastián estaba sentado comiendo un helado. Ella quería subir la Piedra de Peñol, pero tenía que convencer a su amorcito de que la subida de tantas escaleras no le iba a afectar, sobre todo por el embarazo. Sebastián la miró con preocupación mientras daba un mordisco a su helado de fresa. María lo miraba con ojitos suplicantes, sabía que tenía que convencerlo de que la subida valía la pena. "Por favor, Sebastián, sé que estamos esperando un trío de bebés, pero la
Después del maravilloso paseo que tuvieron en Medellín, llegaron cansados. Johanna se despidió y se fue a su habitación en el hotel. María fue alzada como una princesa por Sebastián, llevada a la cama donde la ayudó a cambiarse y darse un baño. La ayudó a colocarse una pijama y la acostó junto a él. Sebastián estaba nervioso por el desfile. Si llegan a ganar en esa pasarela, será una gran oportunidad para la empresa de textiles Miller y para él, que se está dando a conocer como diseñador de modas.—¿En qué tanto piensas?— preguntó María, más dormida que despierta—Estoy nervioso amor, enana, por el desfile de mañana en la noche.—Yo también lo estoy, pero sé que todo nos va a salir bien. Ya lo verás, mi bananón, rico y sabroso.María se acurrucó junto a Sebastián, agradecida por todo su apoyo y cariño. El estrés de la competencia en el desfile empezaba a afectarla también, pero la presencia reconfortante de Sebastián la tranquilizaba. Ambos se quedaron dormidos, abrazados, soñando con
Los rayos del sol iluminan la habitación del hotel. "Buenos días, mi amor. ¿Estás bien?" —"No tengo hambre, Sebastián."—"Jajajaja, princesa, no hagas esa carita, mi cielo. Voy a llamar para que suban el desayuno." Me acerco a ella y le doy un beso. "Te amo, María", le susurro en el oído.Ella sonríe y me abraza, agradecida por mi gesto de amor. Mientras esperamos el desayuno, nos acurrucamos en la cama y disfrutamos de la tranquilidad de la mañana.Después de desayunar juntos, le entra una llamada y la veo sonreír cuando mira la pantalla del celular.—Hola, mamita, ¿cómo estás?—María, ¿dónde estás, hija? —Estoy en Colombia con Sebastián.—María, yo estoy en Italia con Alessia. ¿Qué haces en Italia y con la hija de Aydan?—Mi vida, vine a saludar a mis dos hijas.—¿Por qué no has llamado a Lucero?—Mamá, lo olvidé. No recordaba que Lucero está en Italia, pero nosotros viajamos esta tarde a Italia.Así que nos vemos mañana, mami, y dile a mi hermana que me perdone.—Está bien, hija.
Lucero, perdóname por no haberte llamado en estos dos meses que he estado aquí en Italia.— María, hermana, cálmate por favor. Yo entiendo lo que has vivido, además, no fui a acompañarte cuando más necesitabas de mi presencia. La que te pide perdón soy yo.— Habla Lucero abrazando a María. — Te quiero, María le dice a Lucero entre lágrimas.— Y yo a ti, hermana. No importa lo que haya pasado en el pasado, lo importante es que estamos aquí juntas ahora. Prometo estar más presente en tu vida y ser un apoyo incondicional para ti, ¿está bien?— Lucero le responde con cariño.María asiente con la cabeza, sintiendo un alivio en su corazón al saber que su hermana está presente en su vida.—Vamos a la sala, Lucero. Mamá y Sebastián nos están esperando y te ayudo a alzar a Alessia.—No, hermana, yo puedo llevar a Alessia. Además, estás embarazada, ya sabes. ¿Qué va a ser, niño o niña? —le pregunta Lucero con una sonrisa.—No lo sé todavía —contesta María, colocando sus manos en su vientre—. Sol